Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cristales del Valhalla por PrincessofDark

[Reviews - 253]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! 

Estoy contenta porque la musa está inspirada!!! Jijiji!!! Espero que esta actualización les guste y les interese. 

Muchas gracias por seguir leyendo el fic. ¡Dedicado a ti que lo lees! 

 

-Encontré a Shun desmayado dentro de la cueva. Se había lastimado la cabeza con una piedra y había perdido algo de sangre. El frío lo debilitó muchísimo y sufrió hipotermia. Afortunadamente, es joven y su cuerpo se recuperó rápidamente. Sin embargo, cuando despertó no tenía ningún recuerdo sobre su identidad o sobre su vida, supe su nombre porque cuando Thor visitó la cueva en su búsqueda lo mencionó.

-¿Por qué no se lo entregaste? – preguntó Hades con voz neutra, mirando como su chiquillo dormía profundamente ajeno a la charla.

-Porque soy un dios justo. Sé cuáles son las intenciones de Odín respecto a Shun y sé que no son para nada justas. Shun es bueno, tal vez demasiado y por eso su alma es la más pura de este mundo. No es justo para él ser cordero de sacrificio para unos dioses que no tienen nada que ver con él. Creo que fue uno de ustedes el que entregó al muchacho, Thor mencionó algo acerca de un dios de las tierras cálidas.

-Abel – escupió Ikki con odio el nombre, acariciando los cabellos de su dormido hermano – voy a matarlo.

-No – intervino Hades en ese momento – yo voy a matarlo.

-Quizás sea Odín mismo el que lo mate. Al lograr escapar Shun no creo que Odín haya quedado muy contento.

-¿Cómo podemos hacerlo recordar? – intervino Saori en ese momento.

-No lo sé. Quizás si le hablan sobre su vida anterior, las cosas que le gustaban, sus amigos y familia, todo eso – comentó Forseti en respuesta.

- Es lo que deberíamos intentar, por lo menos – accedió Ikki.

Hades asintió una sola vez, antes de levantarse y acercarse a la entrada de la cueva.

-No podemos perder más tiempo. Tenemos que detener de una vez por todas a Odín y sus aliados. ¿Qué tan lejos estamos del Valhalla?

-Como a veinte kilómetros, tal vez menos – respondió Forseti – aunque no les será fácil entrar al castillo. Las valkirias no permiten el pasaje de nadie excepto de Odín y sus aliados. Incluso a mí mismo me sería difícil entrar sin invitación de Odín. Aunque, creo más probable que Odín no esté en el castillo del Valhalla, sino en un palacio cercano en donde se realizan los sacrificios.

-Entonces deberíamos ir allí – sostuvo Hades con firmeza – debe ser más accesible el ingreso.

-¿Pero seremos capaces de derrotarlos? – preguntó Saori reflejando su preocupación – destruyeron el Santuario hasta los cimientos y nosotros no pudimos evitarlo. ¿Qué tan fuertes seremos enfrentando a los cuatro dioses juntos?

-Por eso no los enfrentaremos juntos – informó Hades en respuesta – tengo un plan que puede ser factible, siempre y cuando usted nos ayude – Hades dirigió su mirada a Forseti que luego de pensarlo un momento asintió.

-Los ayudaré, siempre y cuando me aseguren que no morirán más víctimas que las necesarias. Odín es el principal cabecilla, los demás son títeres de su poder. Derrotado Odín, sé que los demás dioses se rendirán.

-Sin embargo, Odín los antepondrá a ellos antes de enfrentarnos directamente. Procuraremos encerrar sus poderes en vasijas y apoderarnos de sus báculos. Sin los báculos y sin poderes serán inofensivos – contestó Hades.

-Sólo una persona podría tomar los cristales del Valhalla sin sufrir daño, y ese es Shun – indicó Forseti.

-Pero Shun intentó tomarlos en uno de sus sueños y se lastimó gravemente – indicó Ikki.

-Porque era un sueño, por más real y vivido que fuera formaba parte de algo irreal. Con los cristales verdaderos no debería tener problemas, ya que su sangre es capaz de perfeccionarlos – contestó Forseti.

-Deberíamos intentarlo – dijo Poseidón, interviniendo finalmente en la charla – ¿pero cómo piensas separar a los dioses para irlos venciendo? – le preguntó a Hades.

La respuesta murió en los labios de Hades cuando notó el suave movimiento de la cama, indicando que Shun había comenzado a despertar. Un suspiro de alivio escapó de todos los labios al ver al chiquillo abrir sus ojos verdes y mirar a todos.

-Supongo que los conozco a todos por más que no me acuerde. ¿Quizás me podrían decir sus nombres? Digo… así intento recordar.

-Claro que sí, otouto. Yo soy Ikki, caballero del Fénix y soy tu hermano mayor, por más que no nos parezcamos.

Shun asintió con firmeza, antes de mirar a la única mujer de la habitación.

-Soy Saori, reencarnación de la diosa Atena, tú eres uno de mis amigos y caballeros, Shun de Andrómeda.

-¿Yo soy un caballero? – Shun preguntó sorprendido – pero si a mí no me gusta pelear… por lo menos creo que no me gusta.

Ikki tomó la palabra para responder, sentándose junto a Shun con una sonrisa triste.

-No te gusta pelear, Shun. Eso es cierto. Pero cuando la Tierra se ha visto en peligro, tú y yo, junto a nuestros amigos hemos arriesgado la vida para protegerla.

-Ya veo. ¿Y ahora estamos en guerra? ¿Por eso me están buscando? Forseti me explicó eso.

-Sí. Ahora estamos en guerra. Nosotros estábamos en el inframundo, pero uno de los dioses Abel te llevó de allí durante la noche y te entregó a Odín. ¿Recuerdas algo de eso? – preguntó Ikki preocupado.

-No. No recuerdo nada de eso. ¿Quién es él? – preguntó Shun señalando a Hades.

-Soy Hades, dios del Inframundo – Hades quería decirle muchas más cosas, en especial cuanto se amaban pero sabía que no era un buen momento por lo que optó por callar para dar paso a Poseidón.

-Y yo soy Poseidón, el dios de los mares y océanos.

-Lamento mucho no recordarlos. En serio lo lamento – murmuró Shun un poco apenado.

-No te preocupes. Sé que poco a poco irás recordando. Nosotros te ayudaremos – contestó Ikki con una sonrisa.

-Tu dijiste que eras mí hermano. ¿Y nuestros padres dónde están?

-Nuestros padres fallecieron cuando éramos pequeños, Shun. Tú eras un bebé cuando ellos fallecieron en un accidente. El abuelo de Saori nos adoptó y nos puso como apellido Kido – respondió Ikki con la suavidad que sólo demostraba con su hermano pequeño.

-¿Crees que te sentirás bien como para ir con nosotros al campamento que tenemos a poca distancia? Allí hay más amigos tuyos que están muy preocupados y que nos acompañaron a buscarte – indicó Hades.

-Creo que sí. Me siento bien – Shun miró a Forseti con una sonrisa – te agradezco muchísimo todo lo que has hecho por mí. Me salvaste la vida y no me entregaste cuando estaba débil y desprotegido. ¡Muchas gracias!

-Ha sido un placer ayudar a alguien como tú. Fue un verdadero privilegio conocerte, aunque te diré que no te librarás todavía de mí. Pienso ayudarlos a derrotar a Odín.

-¿En serio? ¿Entonces vendrás con nosotros? – preguntó Shun con una de sus hermosas sonrisas.

-Sí me aceptan.

-Claro que sí – concordó Saori de inmediato – Poseidón y yo regresaremos ahora al campamento para hablar con los muchachos. Estoy segura de que se te abalanzarán y no quiero que te tensiones demasiado, Shun. Hablaré con ellos previamente.

-Te lo agradezco mucho – murmuró Shun con una sonrisa.

-Iré con ustedes también así ya me aprendo el camino – agregó Forseti aprontando rápidamente unas pocas cosas en un bolso y poniéndose en pie.

-Yo te prepararé una tienda para que puedas descansar apenas lleguemos – dijo Ikki, levantándose también y cruzando una mirada severa con Hades que agradeció la oportunidad de quedarse a solas con Shun con un leve asentimiento de cabeza.

-¿Entonces Hades me llevará hasta el campamento? – preguntó Shun.

-Sí. Está a pocos minutos de aquí y es poco probable que corran peligro. Hades te protegerá, no tengas miedo – contestó Ikki con una confianza que asombró a Hades.

-Vámonos. Debemos apresurarnos para llegar antes del anochecer – indicó Forseti – el frío aquí es terrible una vez se oculta el sol.

Shun y Hades quedaron a solas unos minutos después, envolviéndose en un profundo silencio que se cortó apenas con el ruido de Shun al levantarse de la cama envuelto con unas pieles.

-En el campamento hay ropa para que te cambies, aunque sería bueno que te llevaras las pieles porque son más abrigadas.

-Sólo tengo el pijama con el que me encontró Forseti, aunque está un poco roto.

-¿Por qué? ¿Se te rompió cuando escapabas?

-No lo sé, señor. Quizás sí.

-No me digas señor, Shun.

-Lo siento. Es que es difícil para mí. No volverá a suceder.

-No te preocupes. Es que yo te quiero muchísimo y no me gusta que me trates de señor.

-¿Tú me quieres? – preguntó Shun ruborizado.

-Muchísimo – Hades se acercó cuidadosamente a Shun y tomó una de sus manos con delicadeza.

Su rostro se tornó en una máscara de frialdad al notar las marcas que recorrían los pálidos brazos y que antes le habían pasado desapercibidos por estar cubiertos por las pieles.

-¿Qué te pasó? – preguntó con una voz tan fría que podía cortar el aire.

-No lo sé. Yo…no… recuerdo… - Shun estaba nervioso y tibias lágrimas comenzaron a derramarse por su rostro sin saber muy bien porqué - ¿estás enojado conmigo?

-No, Shun. Jamás podría estar enfadado contigo. Estoy furioso con el maldito que se atrevió a lastimarte – la voz de Hades se volvió nuevamente cálida para dirigirse al más joven y sonrió dulcemente – ya recordarás, Shun. Y lo primero que deberás decirme es el nombre del que se atrevió a ponerte la mano encima. ¡Júramelo!

-Te lo juro – susurró Shun en voz baja, sintiendo que ese hombre que estaba frente a él no sentía simplemente cariño por él sino algo más fuerte y profundo que removía algo en su interior y que deseaba poder corresponder.

-Anda, apresúrate. Tenemos que irnos de una vez – instó Hades, tomándolo nuevamente de la mano y llevándolo fuera de la cueva.

Hades miró a su alrededor antes de comenzar a caminar rápidamente, con Shun a su lado. Demoraron diez minutos en alcanzar el campamento, disimulado entre un frondoso bosque de pinos y con todas las tiendas de un color blanco.

Shun sintió un poco de temor al ver a tantos caballeros cubiertos de armadura, pero todos fueron presentándose y tres en particular lo recibieron con un cálido abrazo, Seiya de Pegaso, Shiryu de Dragón y Hyoga del Cisne. Ikki, Hades y Saori le informaron que se trataban de sus mejores amigos, a lo que Shun sonrió y asintió, asegurando que intentaría dar su mejor esfuerzo para poder recordarlos pronto.

El joven se vio un rato más tarde acostado en una tienda, con su hermano sentado a su lado, ofreciéndole cosas cada dos minutos pese a sus negativas reiteradas.

-Quizás quieras dormir un poco, Shun – comentó Ikki al cabo de un tiempo.

-No tengo nada de sueño, Ikki.

Los dos jóvenes sintieron una voz pidiendo permiso para ingresar y pocos momentos después Shaka de Virgo entró dentro de la tienda.

-Shun, ¿cómo te sientes? Creo que te comentaron que soy tu maestro.

-Sí, señor. Me siento bien.

-¿Te sientes fuerte? Porque yo podría ayudarte a recuperar tu memoria ingresando en tu mente y desbloqueando los recuerdos pero conllevará que gastes parte de tu cosmos y sólo podremos hacerlo si te sientes plenamente recuperado.

-No sabía que podías hacer eso – intervino Ikki.

-Es algo que no suelo hacer porque implica saber todos los secretos que encierra el alma de una persona y no es algo agradable. Sin embargo, estoy seguro de que Shun no oculta nada grave dentro de su alma y sea lo que sea que yo descubra te aseguro que no lo repetiré a nadie. Y ese nadie te incluye a ti, Ikki.

El Fénix esbozó una sonrisa y se puso en pie para abandonar la habitación.

-Los dejaré a solas.

-Gracias. ¿Estás listo, Shun?

-Sí, señor.

Shaka esperó a que Ikki saliera antes de proceder a encender su cosmos y el de Shun para luego entrar en la mente del más joven. Ninguno de los dos supo cuanto duró con exactitud ese lento proceso que realizó Shaka dentro de su mente, pero cuando terminó el rubio parecía agotado, triste y furioso por todos los recuerdos que había visto, en especial los últimos en donde intervenía Abel.

-Iré por Hades. Tiene que saber esto – Shaka se puso de pie y dedicándole un cálido gesto abandonó la estancia.

Shun se sujetó la cabeza, una vez que se halló a solas. Las últimas imágenes que había logrado recordar, explicaron el porqué de las heridas que tenía en su cuerpo. La misma sensación de indefensión que había sentido al despertar y notarse casi desnudo y con Abel tocándolo a su antojo regresó y las lágrimas volvieron a caer, amargas y dolorosas.

Hades entró a la tienda después de que Shaka le había dicho que había logrado que Shun recuperara sus recuerdos. Encontró al jovencito en un estado de desesperación que pareció quebrar parte de su alma al verlo así.

-¡Shun! – se dejó caer a un lado del muchacho, pero éste lo esquivó sin dejar de llorar.

-No… no me toques.

Algo le dijo a Hades que Shun estaba viviendo de nuevo sus últimos recuerdos y algo se estremeció en su interior. Sospechaba que alguien podría haber abusado de su conejito por las marcas que le había visto y la actitud actual del joven parecía confirmar sus horribles sospechas.

-¿Qué pasó, amor? Soy yo… necesito que te calmes y me cuentes… por favor.

Shun pareció regresar a la realidad y sin mirar al mayor, su voz nació monótona y triste.

-Desperté y creí que estaba en el Inframundo pero hacía mucho frío. En el inframundo no hace frío. Y cuando abrí los ojos… estaba encima de mí quitándome la ropa. Yo luché… pero era más fuerte y me sujetó con fuerza y entonces lo dejé… dejé que me besara y cuando se confió le pegué en la entrepierna y me escapé… ¡lo siento! Siento mucho haber dejado que me besara.

-¡Escúchame! No fue tu culpa, Shun. ¡Hiciste algo muy inteligente! Y eso te ayudó a escapar y a evitar que te hicieran algo mucho más grave. No tienes que pedirme perdón por nada.

-Pero… es… que… yo… lo siento.

-Te amo, Shun. Y nada de lo que pasó ni de lo que hayas hecho cambiará eso – Hades depositó un suave beso en los labios del joven antes de mirarlo con suavidad – necesito que me digas quien fue, Shun. Prometiste que me lo dirías cuando hubieras recuperado la memoria.

-Abel

-¡Maldito cerdo! Si ya no puede seguir haciendo más méritos para que yo lo mate – Hades abrazó a Shun durante un rato hasta que el joven se calmó y se durmió entre sus brazos, procurando él mismo mantener la calma.

Cuando salió de la tienda se reunió de inmediato con Poseidón, Saori, Ikki y Forseti.

-Mañana comenzaremos con el plan. Espero que Thor esté listo para lo que le espera y espero que Abel aún siga vivo cuando lo encuentre ya que nunca he tenido tantos deseos de matar a una persona. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Nos leemos pronto.

Besos 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).