Ikki entró a la tienda e incluso un hombre endurecido por las batallas como él se sorprendió ante el estado de Abel. Puñaladas corrían alrededor del todo el cuerpo del dios del sol que ya no se percataba de nada puesto que la inconsciencia lo había envuelto.
Hades lo había dejado casi muerto, pero no lo había rematado. Implícitamente los dos sabían que sería el Fénix quien se encargaría de hacerlo, de darle el golpe final, ya que era el pariente de sangre de Shun.
Ikki no dudó ni un segundo cuando descendió el puñal en el corazón del dios del sol, poniendo fin a la vida del mismo. La sangre espesa se derramó en la cama y entre las manos del Fénix.
-Al final tenías corazón, maldito cerdo. Un corazón duro e insensible como piedra pero lo tenías.
* * *
Shun despertó sintiendo una suave presión a su lado. Sus ojos se enfocaron al cabo de unos instantes en la faz dormida de Hades, quien rítmica y acompasadamente descansaba a su lado. Una sonrisa se estableció en su rostro, reflejando sin dudas los sentimientos que en su corazón despertaba la cercanía del poderoso dios del averno.
-¿Ves algo interesante? – preguntó la ronca voz del mayor en esos momentos.
-¡Lo lamento! – exclamó Shun apenado.
-No lo hagas. Es interesante despertar y saberse observado por tan bellos ojos.
-¡Hades! – susurró en voz baja el más joven con vergüenza.
-Debes acostumbrarte a mis halagos – respondió el hombre atrapando los labios del más joven en un beso – porque una vez estemos unidos no dejaré de halagarte y mimarte nunca.
Shun asintió y se dejó besar una vez más por el mayor hasta separarse un poco y dejarse abrazar.
-¿Qué pasó hace un rato que te fuiste? – preguntó Shun en voz baja.
Hades tardó en responder y eso fue algo que no le gustó para nada a Shun aunque cuando iba a insistir la voz de Hades resonó entre ellos.
-Traje a Abel al campamento.
Hades sintió la tensión en el cuerpo del jovencito que se estremeció de pies a cabeza.
-Nunca volverá a hacerte daño – indicó Hades – ya me encargué de eso.
-¿Lo mataste? – preguntó Shun y Hades sintió en su interior que quizás eso debería ser ocultado del más joven, para que Shun jamás sintiera el más mínimo sentimiento de culpa. Culpa que ya podía imaginarse viviendo entre ellos si Shun se enteraba de la muerte de Abel.
-No. No lo hice – lo cual era verdad ya que Ikki se encargaría de eso – le di una buena lección y lo mandé desterrado de por vida a su reino.
-¿No volverá a molestarnos? – preguntó Shun
-Jamás, amor. Te lo prometo – contestó Hades.
-Gracias.
-Anda, sigamos durmiendo. Mañana intentaremos traer aquí a Frey.
-¿Otra valkiria? – preguntó Shun curioso.
-No. No lo creo – contestó Hades antes de dormirse nuevamente.
* * *
El amanecer llegó al Palacio de Odín, sin que éste ni Frey y Loki durmieran.
-¿Thor no ha vuelto? – preguntó por enésima vez en la noche el rey de las tierras nórdicas.
-No, señor – contestó Loki.
-Es extraño. ¿No sabes nada de la valkiria que lo mandó a llamar?
-Ni siquiera su nombre, señor. Fue un comentario rápido que me dio antes de partir.
-¿Y si esa valkiria nos traicionó? – indicó Frey.
-¡Imposible! Brunilda me habría avisado enseguida si una de las guerreras hubiera abandonado su puesto.
-¿No quiere que lo investigue? – preguntó Frey con solicitud.
-Hazlo. No perdemos nada. Ten cuidado, Frey.
-Sí, señor – el joven representante del agua desapareció frente a los otros dos hombres.
-¿Dónde quedó Abel, señor? – preguntó Loki tras una breve pausa.
-Yo que sé, creí que lo habías trasladado a alguna parte.
-No, señor. Yo no lo he visto desde que salimos de la sala ayer.
Repentinamente los dos se miraron alarmados.
-¿Se habrá ido? – preguntó Loki
-¡Imposible! ¡No puede ser! ¡Búscalo en el castillo! ¡Rápido!
Loki y Odín buscaron al dios del sol, durante casi una hora hasta finalmente rendirse.
-Fue Hades, estoy seguro de que fue Hades el que se lo llevó – gritó Odín furioso y con su cosmos encendido de la rabia.
-Es imposible que Hades haya entrado aquí sin que lo hayamos notado – murmuró Loki pensando.
-No… no pudo haber entrado… pero yo no conozco los límites de su poder… quizás pudo haberlo transportado o algo así – respondió ásperamente Odín.
-Maldita sea – contestó Loki – si Hades fue capaz de eso, quizás tenga algo que ver con la desaparición de Thor.
-Eso es lo que estoy temiendo yo también. Esperemos que Frey pueda resolver pronto este misterio.
-Frey es listo, estoy seguro de que logrará una respuesta.
* * *
Hades se había levantado mientras Shun dormía para hablar con Minos. El juez del inframundo le informó con rapidez de que Frey había salido del Palacio de Odín para entrar en el Palacio del Valhalla y luego de un rato salir rumbo al campamento de los atenienses.
-¿Tardará mucho en llegar aquí?
-Más o menos una hora. Está viniendo muy sigilosamente, seguro que para no levantar sospechas. Debe de haberse enterado de que Juna los abandonó.
-Despertaré a Shun y nos adelantaremos para impedirle que llegue aquí. Es nuestra oportunidad de detener al segundo de los dioses.
-¿Está lo suficientemente recuperado, mi señor? La batalla de ayer fue muy dura.
-Lo estoy, Minos. No te preocupes.
Hades odió por un momento despertar a Shun, ya que lucía cautivador así, tan plácidamente dormido pero el sólo hecho de poder ver abiertos esos lindísimos ojos lo decidió a despertarlo con un beso y unas caricias suaves.
-Buenos días – susurró en voz baja.
-Buen día – respondió un sonriente Shun.
-Frey viene hacia acá, necesito que me ayudes a arrebatarle el cristal del Valhalla como hicimos con Thor.
Shun se levantó rápidamente, totalmente despierto tras las palabras de Hades.
-¿Estás bien? – preguntó Shun con preocupación.
-Sí. Excelente. Quédate tranquilo.
-Poseidón debería de ayudarte – murmuró Shun.
-Es mejor que uno de nosotros permanezca en el campamento por cualquier ataque sorpresa que pueda pasar. Con Atena para encerrar los poderes de Frey es más que suficiente, te lo aseguro.
-Tengo una idea – dijo Shun en voz alta, acercándose a Hades y comenzando a explicársela mientras abandonaban la tienda.
* * *
Frey había escuchado de los labios de Brunilda, que una de sus valkirias faltaba desde el día anterior. La jefa de las tropas femeninas le dijo que la muchacha en cuestión, Juna, se había ido en compañía de Forseti, hecho que llamó poderosamente la atención del dios portador del báculo del agua.
Su mente llegó a la conclusión de que Forseti debía de haberlos traicionado, por lo que tomó el camino más corto a la cueva que servía de hogar al dios traidor sin saber que ese camino también lo conducía al campamento de los atenienses.
Conocía el paisaje a la perfección, ya que era siempre monótono y aburrido, con los mismos árboles de coníferas cubiertos de la eterna nieve y con apenas uno que otro animal. Por eso, no se percató de los leves cambios a medida que se acercaba a la cueva, porque no estaba concentrado en observar los alrededores.
Demasiado tarde, se dio cuenta de que estaba encerrado en el medio de un enorme remolino de cadenas que parecían vivas debido a su eléctrico movimiento.
-¿Qué demonios…? – se preguntó en voz alta intentando salirse pero las cadenas lo persiguieron.
-No puedes escaparte de ellas – contestó una voz que Frey siguió inmediatamente hasta encontrarse con Hades.
-¡Hades! Estas son las cadenas…
-De Andrómeda – interrumpió Shun, revelándose también al lado de Hades, con una de sus cadenas extendidas y la otra lista para atacar.
-¡Tú! Estas son tus cadenas.
-Si has sentido hablar de ellas sabrás que no puedes escaparte de su poder, que pueden recorrer cualquier distancia y que si las pisas te darán una potente descarga eléctrica – informó Shun.
-¿Crees que una cadena podrá frenarme? – Frey pegó un salto y se lanzó contra Shun, sin embargo una potente descarga eléctrica golpeó al dios y lo hizo caer pesadamente a Tierra.
-Las cadenas de Shun fueron capaces de inmovilizarme a mí – informó Hades muy satisfecho por el poder demostrado por Shun – y yo al igual que tu soy un dios.
Frey se puso de pie, mirando con atención la cadena y llegando a la conclusión de que no podría esquivarla tan fácil como lo había pensado.
-No me vencerán – respondió Frey mirando con atención al joven guerrero de bronce, joven que necesitaba llevarse a cualquier precio - ¡Bomba de agua! – gritó el guerrero lanzando un violento ataque a Shun.
-¡Sepulcro de exterminio! – el ataque de Hades paralizó el ataque de Frey, envolviéndose y produciendo una gran explosión – No dejaré que lo lastimes – dijo Hades en voz alta.
-No pudiste protegerlo antes… - se burló Frey dirigiendo su báculo al pecho de Hades – no podrás protegerlo ahora tampoco. ¡Aleteo acuático!
El poderoso chorro de agua estaba dirigido a Hades pero con un movimiento rápido Shun se adelantó y con su cadena envolvió el agua del ataque y encendiendo su cosmos al máximo dirigió la cadena al báculo de Frey envolviéndola también. El tirón y el empuje de resistencia de Frey hicieron trastabillar a Shun pero no lograron hacerlo caer porque las manos de Hades, fuertes y firmes lo sostuvieron y el dios encendió también su cosmos para ayudar al de su amante.
Finalmente, la combinación de cosmos de Hades y Shun triunfó por sobre el cosmos de Frey y el báculo cayó en las manos de Shun mientras Atena encerraba en una vasija el poder del dios nórdico de las aguas.
El joven Frey cayó inconsciente, igual que le había pasado a Thor previamente debido al agotamiento y la absorción de sus poderes. Forseti que se había mantenido apartado entre un grupo de árboles corrió a asistirlo.
-Hay que llevarlo al campamento para que se recupere – dijo el dios luego de revisarlo – Yo lo llevaré, estamos bastante cerca.
-Vámonos entonces – dijo Saori partiendo junto a Forseti y brindándole a la joven pareja unos breves instantes a solas.
-¿Cómo te sientes? – preguntó Hades a Shun preocupado.
-Bien, no te preocupes.
-¿Cómo no voy a preocuparme? Has estado muy débil estos últimos días – contestó Hades.
-Me siento bien. No te niego que gasté mucha energía pero tú me apoyaste y eso impidió que me debilitara más. Gracias por ayudarme.
-Siempre estaré allí para ti – murmuró Hades recordando las palabras de Frey y un atisbo de dolor se reflejó en sus ojos que Shun notó y por eso detuvo su andar – Shun…
-Piensas en lo que dijo Frey antes… ¡tú hiciste hasta lo imposible por protegerme! Y no fue tú culpa que Abel lograra secuestrarme finalmente, porque tú no lo sabías. Si hubieras sabido de su traición lo hubieras detenido y una vez lo supiste viniste por mí, no me abandonaste a mí suerte – Shun se puso de puntillas y le dio un suave beso a su prometido que lo atrapó de la cintura apretándolo a su cuerpo.
-Recorrería el mundo entero por ti – susurró Hades luego de romper a disgusto el beso.
-Lo sé, porque yo también lo haría por ti – contestó Shun sonriendo dulcemente y ganándose una cálida mirada del mayor.
En un silencio cómodo llegaron de regreso al campamento, cruzándose en el camino con Saga de Géminis y una joven muchacha que parecían muy concentrados conversando entre sí.
-Saga es un conquistador irremediable – comentó Hades.
-Quizás, pero esa muchacha… Juna… creo que le resulta muy especial – sonrió Shun mirando a la concentrada pareja.
* * *
Odín esta vez estaba mucho más atento que el día anterior al igual que Loki, por lo que ambos dioses pudieron darse cuenta de que el cosmos de Frey sufría un abrupto desequilibrio y terminaba desapareciendo sin dejar rastro.
-¡Lo mataron! ¡Hades lo mató! – gritó Loki indignado.
-¡Es que no es posible! El cristal del agua protegía a Frey…
-Y nadie más puede tocar ese báculo – acotó Loki.
-Eso no es cierto… - murmuró Odín - ¡Hay una persona que puede tocarlos! ¡Shun! Ellos ya tienen a Shun y éste debe estarlos ayudando.
-¿Qué haremos entonces? – inquirió Loki.
-¡Jugarnos el todo por el todo! Si derrotaron a Frey también deben haber destruido a Thor… ¡combinaremos nuestros báculos y atacaremos con todo! ¡Ya no podemos perder tiempo! Ve por las valkirias y tráelas aquí… ¡apresúrate! Apenas lleguen partiremos en busca de Hades, Shun y todos los malditos que hayan venido aquí. ¡Rápido!