Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I Crawling Back to You por Eiseth

[Reviews - 266]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: aprovecho de dejar el segundo capñitulo... este me gusta un poco más que el primero XD

a leer se ha dicho
¿Por qué maldita sea? ¿Por qué otra vez me dejas Aoi? ¿Dónde vas? Déjame seguirte… déjame ir contigo… Las palabras se repiten en mi mente cada noche desde que Aoi se fue hace ya más de un mes. Ese Día los gazettos me habían rescatado de las garras de un enfurecido Yune, imagino que mis gritos alertaron a Reita y entro a la casa justo a tiempo para detener la mano de Yune antes de que esta tocase mi rostro. Eso no evitó que recibiera una paliza por parte de mi pareja al día siguiente cuando regrese a casa. No se por qué volví, sinceramente no lo se. Cuando Reita y los demás supieron que Aoi desapareció se armo un escándalo que amenazó con echar abajo el edificio de la compañía. El manager se vio acorralado entre Reita y un enfurecido Ruki quienes le exigían saber por qué había permitido que Aoi se marchase sin una maldita explicación. El sujeto se mantuvo firme, no dijo ni una palabra mostrando un gran nivel de compromiso con Aoi, al menos alguien aun le aprecia en este mundo. Alguien aparte de mí. Cuando le vi caminar por la calle por última vez pensé que me moriría ahí mismo. Ni siquiera los golpes de Yune lograron apartar mi mente de la derrotada figura que se alejó de mí para no volver. Intente llamarle, pero su móvil apareció de la nada en mi buzón, con todos los mensajes que nos enviamos mientras duro nuestro noviazgo, y en la pantalla como saludo aparecía un “Te amo Shima” en vez de la fecha. Llore por horas abrazando el pequeño aparato, hasta que llego Yune y lo hizo pedazos alegando que ya no pensara más en él, que lo único de lo que debía preocuparme era de mantenerle contento. Le repudio, pero no puedo dejarle. Me siento miserable por no haber hecho nada para mantener a Aoi en mis brazos, por no ser lo suficientemente valiente para evitar que se fuera del país. Al menos las constantes golpizas de Yune y sus sesiones de sexo desenfrenado logran hacerme un poco más llevadera mi soledad. Cada día es un infierno, no es lo mismo tocar al lado de Kai, que sin desmerecerle el talento, es mucho menos diestro que mi Aoi. Sigo pensando que le falta práctica al chico de la sonrisa eterna, aunque tiempo no es lo que nos sobra en este momento. Después del anuncio oficial de la partida de Aoi y la reintegración de Yune a la banda las fans armaron un escándalo nacional. La prensa buscaba a Aoi en cada rincón, pero ni señales de sus pasos. Soy feliz sabiendo que no tendrá que soportar el acoso de los periodistas que tanto odia, y no lo culpo en realidad por odiar a esos parásitos oportunistas.

Los meses pasan y nada cambia. Un moretón bastante feo en mi brazo derecho comienza a hacer su aparición mientras me miro en el espejo del baño. Hace poco más de una hora Yune se desquito de todas las discusiones de la semana descargando su ira en mi cuerpo. No me importa, no me importa el dolor ni la humillación. Sólo quiero verle una vez más, si tan sólo supiera donde buscar ya habría salido hace meses tras sus huellas. Cambiamos de manager porque el anterior nos pidió por favor que dejáramos en paz a Aoi-san, y como Reita y Ruki siguieron con el tema el pobre hombre renuncio aduciendo que Aoi esta mejor en dónde sea que se encuentre, que no es una persona que se merezca la incierta y falsa vida de las estrellas de escenario como nosotros, que estuviera donde estuviera es seguro que sería feliz. Escuche con atención esas palabras, procesándolas lentamente en mi cabeza: “no se merece la incierta y falsa vida de las estrellas”. Con eso caí en la cuenta de algo que nunca me tome la molestia de ver: Aoi era y sigue siendo distinto a nosotros. A pesar de todo el entusiasmo que ponía en la banda, nunca estuvo en un cien por ciento feliz, siempre se encerraba solo con su guitarra en cualquier rincón, viviendo su pequeño mundo para él solo. Su música es su vida, no las luces ni el público. Ruki y Reita jamás lo comprenderán, ellos se deben a las miles de fans clamando sus nombres, mientras que Kai es feliz con poder mantenerse en movimiento y costearse sus pequeños gustos. Fui tan ciego, tan tonto… no lo vi antes. Si Aoi se marcho fue para poder vivir una vida que yo no puedo darle, y si está en algún lugar haciendo lo que más ama en la vida entonces es feliz, y si él es feliz entonces yo también lo seré, aunque las manos de Yune marquen mi cuerpo cada noche, aunque sus dientes hagan sangrar mi cuerpo y sus humillaciones me rebajen a un ser sin alma. Si Aoi es feliz, yo también lo seré.

Un año… ¿tanto tiempo ha pasado ya? Esta mañana desperté más adolorido de lo normal: creí que ignorando a Yune esté cesaría sus instintos asesinos en mi contra, pero fue para peor; si no fuera porque el bendito teléfono sonó (gracias a Kami-sama que era Reita) quizás ahora no podría levantarme. Los golpes de Yune duelen, pero no de forma física: me duele saber que aunque soporte miles de palizas, miles de ofensas y miles de humillaciones Aoi no volverá a mi. Caí en una honda depresión hace un mes, ya ni los medicamentos hacen su efecto. Ruki me obliga a quedarme en su casa cada cierto tiempo para distraerme un poco, ver unas películas a las que no les presto atención y hablar trivialidades, a veces incluso componer alguna canción. Este último tiempo mi guitarra suena cada vez más agónica. Kai ha mejorado mucho bajo la tutela de su nuevo novio, Miyavi-san; ahora el chico-sonrisas toca la guitarra como un experto. Tenías razón Yuu, no tiene nada que desmerecerte en talento, aun así no es lo mismo. El sonido no es igual si tú no estas. Cada día que pasa aborrezco más y más la estúpida batería, para mi son solo tarros machacados bajo las inclementes manos de Yune. Le tengo lástima al pobre aparato, me recuerda a mi mismo siendo azotado cuando Yune está de idea. Los gazettos guardan un prudente silencio al respecto. No puedo decir que me impresione, aunque si me siento decepcionado: creí que al menos Akira y Takanori, mis mejores amigos desde siempre, habrían tratado de hacer algo al respecto. Quizás también se cansaron de mí y de mi debilidad. Me siento tan solo Yuu, más abandonado que nunca. Correría a buscarte si tan sólo supiera en que parte de este amplio mundo estás. No se por qué soporto la misma situación de la que tu me salvaste una vez en el pasado, no le encuentro motivos a estar con Yune, sin embargo no puedo dejarle… no soy capaz.

Amanece otro día. Hoy Yune no está en casa, soy tan feliz por eso. Desde la última golpiza han pasado unas pacíficas dos semanas. Mi cuerpo comienza a recuperarse de la salvaje paliza que recibí hace poco: Yune llego borracho a casa después de haber salido con no se qué tipo de no se qué parte a no se qué bar en no se qué prefactura; sólo abrí la maldita puerta, ni siquiera abrí la boca para preguntar cómo le había ido, y sin más motivo una fuerte bofetada me arrojó al suelo, acarreando en mi descenso la pequeña mesa con el florero azul que tanto te gustaba. Se hizo añicos. Uno de los cristales destrozo mi mejilla con un horrible corte, la sangre manchó sin querer los pantalones favoritos de Yune. Fue mi fin: sin piedad me pateo en el piso, me arrojó contra las murallas, golpes y más golpes caían sobre mi casi inconciente cuerpo, hasta que de pronto se detuvieron. Sentí la garra implacable de Yune arrastrándome al sofá, destrozó mi ropa con las manos mientras me gritaba “Ahora verás pequeña perra… llora, grita, llámalo, sabes que no vendrá”. Hace mucho que deje de pedir ayuda, ni mi madre contestó mi suplica desesperada, simplemente se alejó dejándome a merced de mi torturador. Yune siguió descargando su ira a golpes, y sin previo avisó cogió una de sus baquetas para introducirla de un solo golpe en mi ya lastimado cuerpo. Grite, por primera vez en meses llore y grite tu nombre Aoi, mientras la puta baqueta hacía trizas mi interior. En ese momento comprendí que estoy solo, absoluta y fatalmente solo. ¿Tan malo fui en mi vida anterior que en esta estoy pagando mis más atroces pecados? ¿A quien mierda me viole en el pasado como para que Yune me estuviera haciendo eso? Gracias a Kami la inconciencia llego pronto. Al día siguiente Yune no estaba en casa, y durante días no apareció. No quise salir, de hecho, pasé dos días tirado en el mismo sofá en el que Yune me violó sin comer esperando que la muerte me llevase mientras el teléfono sonaba y sonaba. Akira apareció en la casa al tercer día, primero furioso por que no le contestaba “el bendito teléfono hijo de su santa madre”, y luego consternado por mi estado. Cínicamente me hablo de lo mucho que se preocupaba por mí, y que pararía los abusos de Yune en ese mismo momento… lo mande al infierno a él y a todas sus excusas baratas. Desde ese día no he aparecido en los ensayos, y Yune cada día más molesto se abstiene de golpearme exclusivamente porque si lo hace de nuevo no podré volver a tocar durante mucho tiempo, y eso a ninguno le conviene en este momento tan importante de sus carreras, especialmente la suya. En fin, mi vida es miserable mire por donde se mire. Te extraño Aoi-shi… ¿dónde estás?

Ogura-san (el nuevo manager) ha venido a hablar conmigo hoy. Ya va un mes desde que me desaparecí de los ensayos, me fui de la casa, mande al diablo a Reita (de nuevo XD) y me fui a vivir con el pequeño vocal, al menos hasta que encuentre algo estable. Hubieras visto mi querido Aoi el escándalo que armé antes de salir de casa: Yune estaba predispuesto a violarme de nuevo con lo primero que tuviera al alcance, pero mis reflejos esta vez reaccionaron más aprisa. Cogí el teléfono y se lo tire por la cabeza, corrí a la cocina escuchando sus gritos y tragándome el miedo que me provoca esa terrible voz. Busqué en el jodido cajón hasta encontrar el ansiado cuchillo, justo antes de que Yune entrara al recinto aventando cosas a diestra y siniestra. Me volteé aterrorizado, esgrimiendo el arma improvisada con ambas manos, dispuesto a lo que fuera con tal que el bastardo dejara de mancillar el cuerpo que en algún momento tú amaste, Yuu. El acosador me observó impávido, riéndose de mi patético intento de salvación. Se acercó a mi cautelosamente, viendo la manera de arrebatarme el cuchillo, y yo parapetado contra la cocina y el fregadero lo único a lo que atinaba era a retroceder por más que a mis espaldas hubieran sólidos obstáculos. Yune se abalanzó contra mi, más el miedo me impulso a detenerlo lanzándole un corte profundo al pecho; la camisa ensangrentada fue lo último que vi antes de correr a la habitación, tomar un par de cosas a la rápida y salir corriendo de la casa antes que Yune reaccionara. Llegue a casa del enano, menos mal que estaba en ella a esa hora. Le conté lo sucedido mientras me abrazaba tiernamente, secando mis lágrimas y prometiéndome que toda saldría bien. Pobrecito, le debo tanto. No se que habría hecho si Ruki no estuviera ahí. A diferencia de Reita, el chibi me entiende, siempre lo ha hecho, y es el único en quien puedo apoyarme ahora que tú no estas. En su casa otra vez siento como si estuviera en mi hogar, me siento seguro y a salvo de las manos de Yune.

En fin, como iba diciendo, Ogura-san me rogó que volviera a los ensayos ya que pronto tendremos un megaconcierto y bla bla bla… En realidad me importa una mierda el concierto, ahora que no puedo estar en mi ciento por ciento no vale la pena que me suba a un escenario a fingir que tengo emociones para alguien más que no seas tu Aoi. Me entristece decirlo, pero mi guitarra está tan muerta como yo, hace semanas que no pongo mis dedos sobre ella, he descuidado a mi fiel amante, probablemente ella también me deje algún día… Oh Dios, está muy desafinada. Como sea, el tema es que no vuelvo a los ensayos mientras Yune no se comprometa a no acercarse a menos de diez metros de mí por órdenes de Chibi-sama. Kai y Reita al enterarse de lo acontecido la última vez le dieron su merecido a Yune, no se a que extremo, pero de que se lo dieron, se lo dieron. Y como aun no se pronuncia a favor ni en contra… estoy de vago. No recordaba que hacer nada fuera tan poco estimulante: pasarse el día mirando la calle, o ver programas sin sentido en la televisión, incluso andar por la ciudad buscando algo que tengo muy claro que no esta… De todo lo malo que pudo pasarme caer en el ocio ha sido lo peor: si mi mente no se distrae vuelve a ti cada medio segundo, estás presente en cada una de mis acciones, en mis ideas, en mis pasos… todo lo que hago lo hago inspirado por ti. Soy patético, lo se, pero prefiero ser un patético romántico con ilusiones de que un día te volveré a ver, a dar vuelta la página y olvidarme de todo, que equivaldría a suicidarme, literal o metafóricamente.

Otro mes se fue. Ya va un año y medio de tu partida. ¿Qué he hecho últimamente? Pues verás… volví a los ensayos, comencé a escribir un diario (sólo por ocio), aprendí que cortarse no mitiga el dolor, sino que lo hace más llevadero, y que los antidepresivos son inútiles cuando no quieres salir de tu depresión. Yune decidió regresar a su antiguo apartamento, así que regrese a mi casa. Los días son largos, pero me mantengo lo más ocupado posible, aunque eso signifique hacer aseo tres veces al día. Ruki me llevo al psicólogo, un medicucho inservible y más interesado en mi carrera profesional que en mis problemas psicológicos (aunque yo sigo creyendo que estoy medianamente sano). Mientras limpiaba el closet por tercera vez en lo que va de la semana sonó el teléfono: una voz familiar, pero olvidada, casi salida de una pesadilla. El ex-manager me hablaba desde quizás qué parte del mundo, preguntando por todos, especialmente por mi salud. Trato de ser lo más cordial posible, ya que el sujeto me caía bien, incluso ahora le guardo algún respeto. Me enteré de su nueva carrera produciendo bandas emergentes en Corea del Norte (rayos, las vueltas de la vida O.O), al fin el hombre se casó, pronto será padre… y me tiene una sorpresa. Mi voz tiembla al oír esas palabras. No se la razón, pero algo de eso tiene tu aroma impregnado en ello.

- Uruha-san, este último tiempo he viajado mucho, y he visto muchas cosas.

- Me alegro mucho Minato-san, ver el mundo siempre es agradable.

- Lo se, y en una de esas vueltas locas me encontré con algo que te pertenece. – Mi corazón se saltó dos latidos… ¿acaso será…? – Uruha-san, ¿Aoi-san y tú mantenían una relación, no es así?

- Así es, pero eso ya….

- Lo se, tranquilo. – Mi cuerpo tiembla. Aoi… Aoi… ¿qué ha hecho la vida contigo mi amor? – Pues verás, durante mi estadía en Europa me encontré con él. Sólo nos encontramos unos breves momentos, pero se veía bastante bien, incluso me atrevo a decir que menos sombrío que de costumbre. – Mi Aoi está bien. Densas lágrimas ruedan por mis mejillas y mi corazón enloquece de felicidad. Después de tanto tiempo al fin sé algo de ti Yuu. – Se asentó en un buen barrio, trabaja enseñando música en una escuela particular, vive bastante bien al parecer.

- Gra…cias – Las lágrimas y los sollozos me impiden hablar. – Me ha devuelto el alma Minato-san

- Uruha, siempre supe que tú y ese chico se merecían ser felices, pero debo admitir que la decisión de separarse no fue la más inteligente… No digas nada, lo sé todo, así que no te molestes. Sólo quiero que me escuches: Yuu ha estado luchando solo todo este tiempo para ser una mejor persona, ha madurado mucho, de eso no hay duda; él ha pasado por las más grandes privaciones y padecimientos para olvidarse de ti, y por más que me rebata que es feliz tal y como están las cosas sé perfectamente qué su vida sin ti es miserable. Te lo diré sólo una vez: coge el primer maldito avión que salga hacía Munich y reencuéntrate con Aoi, se merecen una segunda oportunidad chicos. Ustedes más que nadie. Ahora debo colgar, espero que todo se solucione. Sayonara. – Y colgó. ¿Qué acaba de pasar? Alguien que me repita la conversación por favor… no comprendo… ¿Aoi, en Alemania? ¿Y su vida es tan miserable como la mía? ¿Qué tipo de broma cruel es ésta?

Estuve más de una hora con el teléfono descolgado, esperando que pasara algo, da igual qué. El timbre. ¿Quién diablos puede ser ahora? No le perdono a nadie que interrumpa mis estados de shock, y menos cuando necesito replantearme mi existencia en su cabalidad. Abro la puerta y el susto casi me mata: Yune, ebrio, muy ebrio… y con un extraño brillo en los ojos:

- ¿Puedo pasar Shima?

- Lárgate Yune, si aun te queda algo en mi casa será mejor que vuelvas cuando estés sobrio.

- Qué lindo eres Shima – Su mano acarició mi mejilla, la misma que luce una pequeña cicatriz recuerdo de sus golpizas. Aparté su brazo con fuerza, más este no se movió ni un milímetro. – No seas violento Takashima Kouyou, no quieres jugar a eso conmigo. – Algo en su tono de voz me dio pavor. Trate de forcejear para cerrar la puerta, Yune se debatía del otro lado intentando entrar. Finalmente me venció. – ¿Esta vez no correrás a por tu cuchillo maldita perra?

- Yune basta… tu y yo ya no tenemos nada… - Sus ojos fijos en los míos hacen que tiemble de pies a cabeza. El miedo me impide moverme. “Ayúdame Yuu” – Fuera de mi casa Yune, o llamaré a la policía.

- Adelante, pero de nada te servirá. Siempre te encontraré, no importa dónde te escondas o qué tan lejos corras. – Sus manos aferraron con fuerza mis hombros, azotándome contra la pared más cercana. La puerta se cerró de golpe tras él, dejándome sin opción de escapar. Sólo me queda batallar hasta que uno de los dos caiga, y si soy consecuente, no tengo como diablos ganarle en fuerza a Yune. Un atisbo de resignación se cernió sobre mí inconcientemente, siendo rechazado por mi conciente en cuánto apareció. – Ni siquiera tu Aoi puede salvarte ahora pequeño Shima, eres mío, ahora y siempre.

Me beso con furia. El contacto me causo nauseas y me debatí como pude para romper el forzado beso. Yune me golpeo contra la pared de nuevo, me maree, las cosas se ven borrosas. Entre forcejeos y arañazos Yune me arrastró al living, una vez allí se comenzó a desvestir sin ningún miramiento. Conozco cada centímetro de su cuerpo, y puedo precisar con claridad lo que está pensando en este momento: “Voy a destrozarte perra, voy a hacer que gimas tan alto que ensordecerás con tu propia voz”. Aterrado vi como comenzaba a masturbarse, y mi cuerpo del shock no puede reaccionar. “Va a violarte Shima… corre, grita, haz algo maldita sea…”. Nada, el cuerpo excitado de Yune se acercó peligrosamente al mío: mis piernas instintivamente patearon desesperadas, mis uñas arañaron toda la piel que lograron alcanzar, y de haber estado a mi alcance habría deshecho a mordidas esa exasperante sonrisa suya. Con brusquedad comenzó a despojarme de mi ropa, al mismo tiempo que recorría mi cuerpo con sus pecaminosas manos. No quiero… no quiero que me toque… “Alguien… ayúdeme… por favor… Ruki… Reita… Yuu… sálvenme…”. Trate de escapar gateando, propinándole una fuerte patada en la cara a Yune. Se recupero muy rápido, y aprovechándose de mi posición me penetró de un golpe. Sentí su longitud dentro de mi cuerpo y me retorcí de dolor. Sus movimientos bruscos y sin sentido desgarran mi interior, la sangre comienza a salir de varias heridas al mismo tiempo cayendo por mis piernas y mi cabeza. Yune jalaba de mi cabello mientras me embiste sin piedad, repitiendo una y otra vez “eres mi puta… no voy a compartirte con ese hijo de perra”. Me duele, me duele como los mil infiernos. Jamás sentí tanta humillación, ni siquiera cuando me obligaba a hacer cosas en contra de mi voluntad o cuando me hacía cosas innombrables durante el sexo. Todo mi cuerpo grita, mis lágrimas salen sin control mientras clamo por auxilio, pero nadie vendrá. “Recuérdalo Shima, estas solo”. El asqueroso líquido de Yune se derramó dentro de mí, asqueado me retorcí para evitar estar en contacto durante más tiempo con esa vil sustancia, al mismo tiempo que Yune me jalaba hacía la habitación.

- Vamos Shima, lo estás disfrutando, acéptalo.

- ¡BASTARDO HIJO DE PERRA DEJAME IR! – A todo pulmón maldije a cada miembro de la familia de Yune, aunque ni idea de quienes son. Me rebatí con renovado vigor, ocasionándole más de un arañazo o un golpe contundente al mal nacido de Yune. - ¿Qué más quieres de mi desgraciado?

- Sólo te quiero a ti Shima, con que pueda tenerte a ti nada más me importa.

- Déjame ir Yune, sabes muy bien que no me amas…

- No se trata de amor Shima: tú me perteneces, eso es todo.

Y con esto último me arrojó sobre la cama, separo mis piernas bruscamente y me penetró de nuevo. Grite de dolor mientras las rudas embestidas de Yune llegaban hasta lo más profundo de mí ser, nublando mi mente y dándome espasmos casi esquizofrénicos. Llore amargamente mientras veía en la lejanía el rostro sonriente de Yuu. Sonreí también, más para mi mismo que para Aoi, llegue a la conclusión que tanto tiempo esperé: “voy tras de ti Aoi, espérame porque pronto estaré a tu lado”. Ya no me importó lo que pasase con mi cuerpo, Yune puede hacer lo que quiera esta noche con él, me da igual. Mañana temprano tomaré el primer maldito avión con destino a Munich, no sin antes llamar a Minato-san para agradecerle su ayuda, y para consultarle la dirección de Aoi. Esta vez no pienso volver la vista atrás. Lo lamento por los gazettos, pero si no convenzo a Yuu de regresar a Japón tampoco voy a regresar. Tengo demasiadas malas experiencias en este país, ya no lo puedo llamar hogar. “Ya voy Yuu, estaré ahí muy pronto”
Notas finales: y eso sería... depende que tan bien les vaya a estos dos hijos míos a ver si lo sigo...

el destino de este fic esta en vuestras manos jojo XD

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).