Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UNA CONFESIÓN ANHELADA por Zhura

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Hola n.n

Por fin salí de la universidad a vacaciones y aunque vacaciono en la casa de mis padres, donde no hay computador ni internet, planeo publicar varios fics estas vacaciones para entretenerl@s, y entretenerme por supuesto n.n.

Este fic está pensado como un one-shot, pero ustedes me dirán si tal vez le ven potencial para continuarla n.n

Sin más preámbulos, los dejo con el fic, el cual es el one- shot más largo que he escrito, jamás había hecho un capítulo tan largo, así que aliméntenme *¬*

XD

Este fic va a ser narrado desde la perspectiva de Seto Kaiba n.n

Me gusta narrar desde él XD
He llegado otra vez a esa estpida escuela que destroza mis nervios y que agota de por s mi ya casi nula paciencia.

Siempre llego en mi limosina, considero que aunque esta sea una escuela de cuarta, debo siempre comportarme con categora, que sepan quin est por encima de todo y todos.

Desde que vengo a esta mazmorra, he sido la comidilla desde el comienzo del da hasta que finalizan las clases. Tan slo con poner un pie en la escuela, las chicas suspiran cuando paso e incluso algunos hombres tambin lo hacen; me miran con envidia, con celos y algunos con admiracin; me siento todo el tiempo rodeado de lambiscones que no me interesan en lo ms mnimo. Todos ven en m la posibilidad de conseguir fama o dinero, y por m pueden irse todos a la… bueno, no me rebajar a su nivel usando las palabras grotescas y vulgares que usan esos idiotas con el IQ igual al de un mosquito.

No me interesa nadie, nadie merece que si quiera gaste un poco de mi preciosa saliva para dirigirle una palabra, mi azulina mirada para saber que est ah o siquiera un segundo de mi valiossimo tiempo para ponerle atencin. Todos quieren lo mismo, y yo no soy juguete de nadie como para permitir semejante atropello contra mi persona. A veces considero que nadie puede llegar a apreciarme como persona, como un ser humano. No lo s, tal vez desgasto demasiado mi mente brillante en estupideces, lo que los dems piensen son cosas que no merecen mi atencin.

Quieran creerlo o no, tengo sentimientos, slo que no creo que nadie ms a parte de Mokuba los merezca, no creo que nadie ms aparte de l deba conocerlos. Bueno, hay alguien ms, pero eso forma parte de otra historia, la cual no me apetece compartir con nadie, o ser que no tengo con quin compartirla? Mi hermano es un nio pequeo, no voy a fastidiarlo con problemas sentimentales de amores imposibles y no correspondidos, al imbcil de Motou apenas si puedo soportarlo en un duelo, y ni qu decir de los dems. S, podra decirse que me encuentro realmente solo, y an ms en este tipo de temas. No es que me moleste, o que ese hecho me haga sentir mal, slo me hace sentir… extrao.

Pero hoy hay algo especial en el ambiente, hay ms cuchicheo del normal, y la verdad eso me impacienta, me saca de casillas saber que estoy rodeado de seres tan patticos que no pueden conseguir una vida propia, y que tan slo se pasan los tristes das de sus intiles vidas pegados a unas estpidas revistas de farndula para conocer la vida de una persona comn y corriente, que en mi caso, hasta estudia con ellos.

Claro! Eso debe ser! ltimamente una de esas revistuchas de mala muerte ha estado especialmente interesada en m y en mi vida. Ya han sacado ms de una publicacin acerca de m, de mis logros como el presidente de Kaibacorp, de mis hbitos como estudiante, de mi frrea disciplina y agudo sentido en los negocios, y una larga lista de cosas que realmente me hace cuestionar el asunto de si esta gente realmente posee un cerebro o no; hasta han hecho estudios de moda acerca de mi forma de vestir e incluso han planteado algunas interesantes, por no decir absurdas teoras, acerca de mi vida sentimental y sexual.

No s porqu, pero presiento que otra vez va a ser obra de esta gente tan falta de cerebro, el hecho de que est en boca de todos ms de lo normal, y an ms de lo que mi paciencia permite.

Estoy pasando por uno de los primeros bancos que hay en la entrada del saln y veo una de esas revistas estpidas, y tal como me lo tema, estoy en su portada: “El gran magnate Seto Kaiba, ha sido visto con la modelo rusa Ivanka Ivanovna en una actitud ms que amistosa”.

Estoy que me llevan los diablos maldita sea! Ni he estado con ella, ni me interesa, ni siquiera me atrae, para m tan slo es una mujer comn y corriente, podra decir que hasta me parece una mujer bastante simple, como para no usar el calificativo de “tonta”. Slo habl con ella la semana pasada para que trabajara en un anuncio publicitario de un producto de Kaibacorp.

Saba que deba haber dejado todo eso en manos de mis publicistas! Pero como la encontr en un evento, le coment la situacin y ahora todos han armado una telenovela romntica barata de eso.

Todos me miran, murmuran, pero nadie se atreve a decirme nada a la cara. Partida de cobardes chismosos. A todos les gusta saber la vida de los dems, lo cual me tiene sin cuidado, pero empieza a molestarme cuando es de mi vida de la que hablan y cuando siento que quieren inmiscuirse ms de la cuenta, como ahora.

“Kaiba, qu escondido te lo tenas eh?, quien te ve tan seriecito y con esa cara de amargura y andabas con esa belleza rusa” dice el mono estpido e imprudente de Tristn Taylor. Juro que me dieron unas ganas casi irrefrenables de coserle la boca en carne viva.

Decido ignorarlo, no vale la pena si quiera mirarlo.

“Kaiba, me alegra mucho que tengas a alguien especial, eso es muy importante, cundo podremos conocerla?” Me pregunta Motou. No s porqu, pero tengo la impresin de que cuando no est en duelo tiene un carcter ms dcil y apacible. Tan solo lo miro con fastidio pues este tema en realidad que me tiene harto. Le doy la espalda y sencillamente opto por no decir nada, de qu servira? Todos dan por sentado lo que dice en esa revista y adems, no le debo explicaciones de ningn tipo a nadie.

Y cuando termino de voltear, te veo a ti, tan hermoso y radiante como siempre, podra decirse incluso que ms que nunca. Creo que cada vez ests ms y ms hermoso, hoy ms hermoso que ayer, maana seguramente estars ms hermoso que hoy.

Creo que ya es hora de decir que te amo, que te amo desde hace mucho tiempo, desde que te conoc. Te amo desde hace tanto tiempo, que siento que he perdido la cuenta de los suspiros que he lanzado por ti, los sueos erticos que he tenido contigo, las veces que te he seguido para saber cmo ests, las conversaciones que he escuchado escondido como una vulgar cucaracha tan slo para conocer una parte de tus pensamientos.

Te ves tan dulce y arrobador. Ests sentado en un banco cerca de la ventana y la luz del da se cuela por ella haciendo relucir tu brillante cabello de tal manera, que me hace dudar del valor y la belleza del oro puro; tus ojos parecen ms claros e intensos que nunca, tienen un color almendrado, dorado, que casi raya en un tenue naranja. Yo no podra amarte ms… mi cachorro. En serio que no podra hacerlo, aunque estoy totalmente seguro de que mi corazn opina lo contrario, y se lo agradezco.

Pero hoy ests diferente, hoy te veo diferente. Ya lo s, es t nimo, no es el mismo de siempre. Te ves abatido, triste, pensativo, como lleno de un dolor tan grande, que pareciera que no puedes lidiar con l, como si te estuvieran cortando la respiracin.

Qu ocurre mi cachorro? Sea lo que sea puedes decrmelo, por favor confa en m, te ayudar a resolver lo que sea sin pedirte nada a cambio, slo deseo tu bienestar aunque no ests conmigo, aunque no sea a mi lado.

Quiero saber qu pasa, pero soy consciente de que nunca lo sabr por tu propia boca, porque t por propia voluntad te acerques a m y me cuentes lo que sucede; no tenemos ese grado de acercamiento y confianza y eso, me duele. Me duele conocer de ti slo lo que he podido averiguar por mis propios medios, y saber que slo puedo acercarme a ti a travs de nuestras peleas, en las que nos ofendemos sin motivos, en las que nos alejamos cada vez ms; aunque s que sta es nuestra nica forma de relacionarnos y eso tambin me duele.

“Qu pasa perro vulgar? Ya no tienes croquetas? Tu anterior dueo te bot y dormiste en la calle?” digo con sorna. Lo lamento cachorro, no quiero ser tan cruel, pero debo admitir que te temo, te amo y por eso te temo pues no s cmo lidiar con esto.

“Djame tranquilo, por favor.” Dices sin si quiera mirarme y eso me destroza. Tengo que saber qu es lo que ocurre, no importa como.

“Acaso piensas que puedes decirme que decir o que hacer perro pulgoso? Jajaja, t no eres nadie, no eres nada. Qu te pasa eh mugroso? Acaso alguna de tus pequeas conquistas de quinta te dej?”

Espero alguna reaccin de tu parte, algo que caiga en lo usual: una mirada llena de rabia, que me grites todo cuanto se te ocurra, entre esas cosas todo lo que llevas dentro, y que si te sigo provocando, nos vayamos a los golpes, pero nada de eso sucedi. Lo siguiente me descoloc por completo. Te quedaste quieto en el banco, con tu mirada gacha, apretaste los puos sobre la mesa, y vi con dolor y asombro, un par de gruesas lgrimas, como diamantes en bruto, caer sobre tus puos apretados y volvindose lquidos, haciendo unos pequeos laguitos sobre tu nvea piel como plumaje de cisne. Por primera vez en mi vida reconozco que me he excedido.

Te levantas manteniendo la cabeza gacha, tomas tus cosas con rapidez y sales del saln pasando por mi lado como una exhalacin, no alcanzo a hacer absolutamente nada y me quedo petrificado, abrumado… por primera vez no s qu hacer.

Llega la maestra al mismo tiempo que t sales, te grita para que regreses, pero t la ignoras y sigues corriendo. Quise ir en pos de ti, pero no pude, no poda dejar al descubierto mis sentimientos as como as; adems, seguramente la mujer histrica que tenemos como profesora armara un escndalo y lo que menos necesito es ser an ms la comidilla de esa partida de estpidos con los que tengo la desgracia de compartir el mismo espacio.

As que busco mi usual asiento y saco mi laptop, tratando de centrar mi atencin en otra cosa, pero el recordar tus ojos perfectos y dulces, y el tratar de imaginarme cmo se veran llenos de lgrimas no me permite concentrarme, sino que, por el contrario, me atormenta.

Ese maldito reloj no corre! Quiero salir ya para saber cmo est mi cachorro!

Despus de varias horas llenas de mi impaciencia, de profesores estpidos de clases absurdas (s, porque esto es el reino de la estupidez, deberan revivir al maldito de Gozaburo para que les diera algunas luces de cmo educar jajajaja, aunque de nada servira con estos imbciles, pues Gozaburo tuvo en sus manos mi mente brillante), por fin el timbre de la salida a almorzar son y para m fue como algo celestial, salgo como una exhalacin, en bsqueda tuya mi Joey.

Paso por todos y cada uno de los edificios, tratando de evadir a las chiquillas estpidas que quieren preguntarme acerca de los chismes de esa revista, o que quieren hacerme “recapacitar” de la supuesta relacin con Ivanka Ivanovna.

Juro que har cerrar esa revista! Lo juro! Har que caiga sobre ella el peso del poder de mi compaa! Desearn no haber nacido cuando les enve a mis abogados!

Y para acabar de completar mi mal da y acrecentar mi mal humor y desesperacin, no encuentro a mi adorado cachorro por ningn lado. Es extrao, de este reclusorio no puede entrar ni salir nadie una vez que las clases han dado inicio, a no ser que sea un caso especial como una enfermedad o un accidente. Espero que ninguna de estas opciones haya aquejado a mi Joey, pero lo mejor ser asegurarme.

Me dirijo a la enfermera para averiguar si mi ojos dorados est ah, pero no es as. Me estoy desesperando. Me dirijo a registro, para saber si Joseph Wheeler haba abandonado la institucin por algn motivo, pero no fue as.

No tengo idea de en donde estar mi Joey y la hora del almuerzo est por terminar. No me rindo y sigo buscndote mi cachorro, pero tengo que seguir lidiando con los chismorreos, los berrinches, las miradas, las indirectas y todas aquellas fastidiosas actitudes de los idiotas con los que estudio.

El timbre de regreso a clase ha sonado, por ahora tendr que rendirme.

El resto de la tarde ha pasado con una lentitud insoportable, pero el sol ya est escondindose en el horizonte, comenzando a darle a la tarde un resplandor anaranjado, que debo admitir que me parece hermoso, pero lo sera infinitamente ms si te tuviera a mi lado Joey, si por lo menos estuvieras sentado algunos pupitres delante de m, a mi izquierda, como siempre lo haces.

Suena el timbre de salida, por fin. Todos guardan sus cosas y se van yendo en parejas, o en pequeos grupos, algunos se van solos. Desde la ventana del saln se puede ver la entrada de la escuela.

Observo a todos irse. Aunque se fueron entre miradas y rumores dirigidos hacia m, no eran tantos como al inicio del da. Imagino que el tema los fue aburriendo y agradezco por ello, aunque soy consciente de que encontrarn otro tema ms acerca de m para hacerme la vida algo difcil de nuevo.

Estoy an en mi lugar, no me he movido ni un pice, suspiro suave, lenta e imperceptiblemente. En dnde estars mi Joey? Qu es lo que te ha ocurrido para que te hayas puesto de esa manera?

Ya completamente solo y con el atardecer del todo naranja, vuelvo a suspirar y retorno mi cabeza hacia la ventana, y entonces te veo a ti, ests de regreso hacia la escuela, parece que habas salido, pero no me di cuenta. El vigilante parece regaarte, creo que no est de acuerdo al verte ingresar de nuevo a la escuela en momentos en los que seguramente ya debe estar vaca, pero t lo ignoras olmpicamente y pasas de largo. Se nota en tu postura un tanto encorvada, en tu cabeza gacha y en tu caminar de pasos cortos y lentos que todava sigues triste por qu mi amado cachorrito?

Observo que no slo llevas tus cosas, tambin traes una bolsa de un supermercado cercano. Te sigo observando cachorro, mis ojos te siguen, siguen cada uno de tus movimientos aunque t no te des cuenta; y veo que te diriges hacia la parte trasera de la escuela, una parte llena de edificios viejos, abandonados, aislados, en los que ya no se dicta ninguna clase, sino que tienen materiales de construccin para una remodelacin que veo lejana; yo preferira tumbarlos y construir unos nuevos, pero en fin.

Salgo del saln y me encamino hacia ese lugar, son varios edificios y no quiero perderte la pista.

Te veo entrar al ms alejado de todos y es el que curiosamente, est en mejor estado, es el nico que no parece una locacin de una pelcula de terror hollywoodense barata. Te sigo con el sigilo de un felino que va detrs de su presa, y me doy cuenta de que vas hacia el piso ms alto de la edificacin, hacia la terraza.

Te sigo con mucho cuidado de que no notes mi presencia, pero siempre muy de cerca, te veo, ya ests en la terraza, y me asomo con discrecin desde la puerta, te sientas en el suelo con tu espalda apoyada en la pared sobre la que estaba la puerta, tan cerca que casi me da miedo que me descubras.

Pero esta posicin tan cercana es ventajosa para m despus de todo. Ya haba olvidado la bolsa del supermercado que llevabas contigo. Qu era eso que saliste a comprar y que luego trajiste de nuevo a la escuela?

Empiezas a desarmar el nudo de la bolsa con mucha lentitud, como si no quisieras ver lo que hay dentro de ella. Parece ser un libro, pero no, es muy delgado para serlo, es una revista y puedo verla con total claridad.

Es la revista en la cual yo estoy en la portada con Ivanka Ivanovna y que tiene todos esos falsos rumores en ella!

Pero qu haces t con esa revista mi cachorro? Acaso te gusta enterarte de las cosas de la farndula? No lo entiendo.

Mientras hago todas esas divagaciones en mi cabeza sigo observndote, y entonces ocurre algo que creo que es producto de mi enamorada imaginacin, de mi corazn que no puede dejar de amarte.

Tomas la revista entre tus manos, con una fuerza descomunal hasta arrugar sus extremos y comienzas a llorar de forma descontrolada, desconsolada. Hundes tu hermoso rostro en la revista y gimes con dolor, un dolor tan profundo que slo puede venir desde el fondo del alma.

Quedo como de piedra por qu lloras por eso mi amor?

“Por qu me haces esto?” preguntas con una voz quebrada y llena de sentimiento, que provoca en m unos enormes deseos de tenerte entre mis brazos. Pero a quin preguntas eso mi cachorro?

“Por qu me lastimas tanto? Por qu no puedes corresponderme maldita sea? Yo te amo!” dices en un grito casi ahogado que me sorprende, acaso ests enamorado de Ivanka Ivanovna?, no puedo creer que sea as, que seas del gran club de admiradores que esa mujer tiene, y aunque lo seas, no creo que sea para tanto. Aparte de mi hermano, creo que t eres la nica persona que conoce mi carcter, sabes que no me metera con una mujer de ese estilo, y si eres su fan, deberas darte cuenta de que esa mujer tiene una psima reputacin, jams tiene relaciones serias y es muy escandalosa, no me metera con ella para nada y seguramente jams tendr nada con nadie. Lstima que no sepas que yo slo estara dispuesto a compartir mi vida, mi corazn, mi fortuna y mi cama slo contigo Joey.

Lloras ms y ms, cada vez ms cuando comienzas a ojear la revista. Si no me equivoco, ah dice que el romance es un hecho y que parecemos muy enamorados y muy unidos, hasta se atreven a afirmar que se escuchan campanas de boda, vaya ridiculez.

Pero eso en realidad que parece afectarte, aunque no tanto como me van a atropellar a m tus prximas palabras.

“Seto, quireme por favor…” dices en un susurro casi audible, lleno de amor, tanto amor que siento que mi corazn va a estallar junto al tuyo.

“Por favor djala Seto, yo te amo…” dices apretando con an ms fuerza que antes la revista.

“Pero qu cosas estoy diciendo. T jams dejaras a una mujer como ella por alguien tan insignificante, pequeo e imperfecto como yo, t mismo me lo haz dicho, no soy nadie y no valgo nada. T mereces a alguien como ella a tu lado, slo te pido, que seas muy feliz, mi ojos de cielo.” Dios! no s qu decir, no s que hacer, alguien tiene que decirme qu debo hacer! nunca me esper esto, es lo ms hermoso, dulce y lleno de sentimiento que he escuchado en toda mi vida y saliendo de la preciosa boca de mi lindo cachorrito. Y por primera vez, me arrepiento monumentalmente de todas y cada una de mis palabras, cmo quisiera asfixiarme y morirme con todas y cada una de ellas. Acaso eso fue lo que pas? Seguramente eso fue, mor y estoy en el cielo, por eso he escuchado a Joey decir lo que acaba de decir.

Lo observo con detenimiento, y aunque sonre con dulzura, sigue llorando mientras observa una fotografa ma en la revista, pero cuando pasa a la siguiente pgina, en la que hay una foto trucada de ese evento en el que me encontr con Ivanka Ivanovna, en la cual parece que estamos ms cerca de lo que en realidad estuvimos, t mi sol, sufres un claro ataque de histeria viendo la fotografa, destrozas la revista y comienzas a gritar y a llorar. Nunca antes te haba visto de esa manera. Lo lamento, pero en realidad, no soporto ms.

Entro de manera intempestiva, sin medir mis actos y mucho menos sus consecuencias. Te tomo en mis brazos, con fuerza, de forma protectora, quiero que ests a mi lado para siempre y espero poder transmitir ese deseo con este acto. Te rodeo de tal forma que tu hermoso rostro queda en la curva de mi cuello y tus brazos, al igual que todo tu cuerpo, quedan absolutamente inmovilizados.

No puedo dejar de notar que haz dejado de llorar y no s si esa sea una buena o una mala seal. Te sigo abrazando y creo que cada vez lo hago con ms fuerza, pero en realidad no lo s. Creo que temo soltarte, no s qu me dirs por mi exabrupto.

Pero el tiempo pasa inmisericorde y definitivamente debo soltarte, debo saber si lo que te escuch decir es verdad o un producto de mi mente brillante intoxicada de amor.

Te suelto y te miro, t me devuelves la mirada. Me miras con estupefaccin. Tus ojos an siguen cristalinos y tus mejillas siguen baadas de llanto, pero no puedes ocultar tu expresin de asombro, ni siquiera parpadeas.

Ms que nada, por reflejo y deseo, acerco mi mano derecha a tu mejilla izquierda y la acaricio con suavidad, limpiando las lgrimas. Abres y cierras tu preciosa boca, como queriendo decir algo que no logras articular, las palabras parecen ser caprichosas y no quieren abandonar tus labios, aunque las entiendo, yo tampoco los abandonara jams.

Por fin logras decirme algo, y la verdad espero que sea la confirmacin de lo que escuch hace un rato, slo que no contaba con tu capacidad para dar evasivas.

“Ka- Kaiba… des-desde hace cu-cunto estabas ah?” me preguntas tartamudeando. Claramente ests nervioso, creo que temes mi reaccin, pero no hay porqu mi cachorro de ojos de atardecer.

“Lo suficiente Joey, he estado aqu el tiempo suficiente” te respondo sin dejar de mirarte a los ojos. Te sonrojas furiosamente y tus ojos, aunque lo crea imposible, se abren an ms. Quieres levantarte del suelo, tal vez salir corriendo, pero no te lo permito. Vuelvo a abrazarte aunque por un lapso ms corto, y al igual que la vez anterior, no opones resistencia.

Te suelto de nuevo y vuelvo a mirarte a los ojos. Me levanto y te ofrezco mi mano para ayudarte a levantar, pero la rechazas y tan slo te levantas. Pareces molesto y quiero saber porqu.

“Qu ocurre?” pregunto serio, fro, ms serio y fro de lo que quisiera sonar.

“A qu haz venido Kaiba? A burlarte de m como siempre? A decirme que no valgo nada y que no soy nadie? Anda, hazlo. Ahora que conoces lo que siento puedes burlarte de m ms y mejor no?, ya sabes mis sentimientos, haz lo que se te de la gana. Brlate, destrzame si quieres, aprovecha lo que siento para lastimarme y vete con la rubia rusa que est contigo… yo no puedo hacer nada”. Me dices enfadado aunque tratando de mantener la calma.

Que tonto eres mi cachorro, no te cambiara por nada ni por nadie.

“Para qu andar con una rubia tonta artificial si tengo a un cachorrito adorablemente torpe y rubio natural slo para m?” digo acercndome a ti y acariciando con una de mis manos un mechn de tu cabello. Es tan suave y brillante. Creo que ni la ms fina seda puede compararse a la suavidad de tu cabello mi dulce cachorrito.

Me miras anonadado. No sabes que decir, ms bien ests esperando que yo diga algo. No s qu decir, as que lo mejor ser decir toda la verdad.

“Joey… yo… vers… es que… t… yo…” increble, tan elocuente que me autoproclamaba y no puedo hacer otra cosa mas que pronunciar monoslabos sin sentido. Mi Joey, me tienes hecho un tonto.

“Yo tambin te amo Joey” suelto sin ms mirndote a los ojos. Te quedas mirndome, y creo que hasta has dejado de respirar. “Te amo mi cachorro, te amo con todo mi corazn, al igual que t acabas de decir que me amas.”

“Pero… y lo de la revista?” me preguntas en un susurro con una expresin dolida y confundida en tu lindo rostro.

“Es una mentira. No tengo nada con esa mujer, slo quera contratarla para una campaa publicitaria de Kaibacorp., eso es todo, lo juro mi Joey.”

No espero que me creas, despus de todo estabas mal mi amor, y eso seguramente porque creste todo lo que decan esos estpidos. Pero creo que mis predicciones de genio, no funcionaron esta vez.

Para darme una maravillosa sorpresa, te abalanzas hacia m, te pones en puntas y rodeas mi cuello con tus esbeltos brazos y me das el beso ms delicioso que pueda experimentar un ser humano, tan clido, tan inocente y apasionado a la vez, tan lleno de sentimientos que creo que mi boca palpita mientras nos besamos. Pongo mis manos alrededor de tu cintura que es tan estrecha, hasta llegar a la curva de tus caderas que son realmente generosas. Y eso me gusta… me excita.

Gimes en mi boca por mi atrevida caricia, y eso slo logra excitarme an ms.

Te separas de m con cuidado, de forma tmida y me miras con tus ojos brillantes y tus labios sonrojados por nuestro beso.

“Kaiba, enserio me amas?” me preguntas sin si quiera intentar soltarte de mi abrazo.

“Claro que s mi cachorro, y para ti, soy Seto” te digo acariciando tu espalda con suavidad “Dime, qu quieres que haga para demostrrtelo?”

“Hars lo que te pida? Sea lo que sea?” me preguntas interrogante y un poco travieso?

“Lo que sea que me pidas” te digo firme.

Te acercas a mi odo para hacerme tu peticin, pero nunca pens que me pediras esto.

“Hazme el amor Seto” me dices en un susurro suave, tmido, que eriza mi piel y hace latir con fuerza mi corazn. Siento que el deseo comienza a sofocarme y que apenas puedo responderte.

“Est bien mi amor. Vamos a mi mansin.” Te digo abrazndote ms a m, pero para mi sorpresa, niegas con tu rubia cabecita.

“No. Quiero que me lo hagas aqu y ahora. No puedo esperar ni un minuto ms.” Y sin ms, me besas.

“Ests seguro de que quieres que sea aqu mi cachorro?” te pregunto una vez ms. Tal vez quieras estar ms cmodo.

“S, quiero que sea aqu. Aqu nos acabamos de decir que nos amamos, el atardecer nos cubre y esta construccin abandonada le da un toque especial a nuestra primera vez, no crees?”

No lo haba pensado de esa manera. Realmente es un sitio romntico y excitante, y despus de todo, no puede ser un lugar tan incmodo, y mucho menos si vas a tocar en l el cielo con las manos.

Te beso amorosamente y me separo de ti un momento. Me quito mi larga gabardina azul y la tiendo en el suelo, ella ser nuestro lecho. Te tomo de la mano sin mediar palabra y te siento en ella, al igual que yo y comienzo a besarte.

Tomas mi rostro entre tus manos, ahora me doy cuenta de lo pequeas, suaves y blancas que son a pesar de que trabajas tanto. Me besas con dulzura, con amor y la temperatura de mi cuerpo sube como nunca antes. Ni en mis mejores y ms ardientes sueos hmedos imagin sentirme de esta manera. La chaqueta del uniforme, que uso debajo de mi gabardina ya comienza sofocarme y entonces me la quito, quedo tan solo con una camisa de manga larga blanca.

Al parecer te excita que lo haya hecho, te recuestas sobre la gabardina y me llevas contigo abrazndome con tus brazos y piernas, estamos en una enloquecedora posicin que jams quisiera abandonar.

Comienzo a desabrochar tu chaqueta y la retiro de un solo tirn. Quedas con una simple camiseta blanca y me pregunto si sentirs fro.

Entre besos y caricias, retiro mis zapatos y los tuyos. Dejo tus labios un momento y te miro significativamente bajando hasta el botn y el cierre de tu pantaln, los cuales abro. Te sonrojas fuertemente, pero no haces ni dices nada, y ya conoces el refrn mi cachorro: el que calla, otorga.

Te quito tus pantalones con todo y bxer dejndote desnudo de la cintura para abajo. Tratas de cubrir con tus manos tu ya evidente ereccin, pero ests muy equivocado si piensas que voy a permitirlo.

Quito tus manos con las mas de tu miembro, y las entrelazo llevndolas hasta mi boca y besndolas con delicadeza. Te sonrojas de una forma tan tierna, que me dan ganas de comerte a besos.

Te quito la camiseta y ahora ya ests completamente desnudo, completamente a mi merced. Haz estado tan dcil que me fascina, tan dcil, que me excita; aunque tambin me da por pensar si dicha docilidad es producto de miedo o de nervios.

“Ests nervioso mi amor? Sientes miedo por algo?” Te pregunto suavemente sobre tus labios.

“Es que… esta es mi primera vez Seto” me dices sonrojado, apenado. No te avergences mi cachorrito, para m es el regalo ms hermoso que podras darme: tu virginidad.

“Mi cachorro…” digo en un susurro ahogado “no te preocupes, ser memorable. Te prometo que ser cuidadoso y adems… esta tambin es mi primera vez” admito ante ti. No me gusta admitir que no se de algo, o que estoy nervioso, pero contigo slo quiero la verdad sobre todo.

“Seto…” susurras sobre mis labios. Tu aliento clido choca con mi piel y siento que el calor se propaga por todo mi cuerpo. Te beso con cuidado y te recuesto del todo. “Seto, qutate la ropa” interrumpes el beso para hacerme esa peticin, mientras desabrochas mi camisa y dejas mi pecho al desnudo. Me acaricias con tus dos manos todo el pecho, con tanta suavidad y pasin que no s como he podido mantener el control. Comienzo a soltar algunos gemidos pequeos, roncos, llenos de deseo contenido, y noto que eso te excita an ms, tu miembro est cada vez ms duro y ms grande, seguramente hasta debe dolerte.

Me separo de ti y me pongo de pie, permitiendo que me veas con mis pantalones azules oscuros puestos, sin zapatos, y con mi camisa blanca de mangas largas abierta dejando ver mi pecho y mi abdomen. Creo que te gusta la vista de mi cuerpo pues tus pupilas se dilatan cada vez ms y ms y noto que comienzas a jadear cuando comienzo a retirar lentamente mi camisa.

Luego, desabrocho mis pantalones con mucha dificultad. Jajaja, creo que mi ereccin va a hacer que se rompa la tela. Los bajo de un solo tirn, y mi miembro salta hacia adelante duro, pidindote. Qued completamente desnudo ante ti, y me di cuenta de que ahogaste un gemido en tu dulce y tierna boquita de cereza la vez que respiras ms rpido y que no puedes retirar tus ojos de mi cuerpo. Ests acostado, apoyado sobre tus codos para poder observarme. Quiero que sigas hacindolo y ver las reacciones que causa mi desnudez en tu bello rostro.

“Ven” me dices en un jadeo, abriendo tus brazos, tendindome tus manos “quiero que me hagas el amor Seto”

Pensaba ‘torturarte’ un poco ms de tiempo, pero ante esa peticin tan lasciva, dicha con esa sensual voz de mi cachorro desnudo y acostado es ms de lo que puedo soportar y no pude hacer otra cosa ms que obedecer. No cre que llegara el da en el que te obedecera, pero en fin, debo aceptar que las cosas han cambiado, y estoy feliz por eso.

Me tiendo encima de ti y te recuesto de nuevo mientras te beso con una pasin asfixiante. Introduzco mi lengua en tu boca y la exploro a mi total voluntad, y t tratas de hacer lo mismo, pero mi pasin es tanta que apenas puedes responderme. Nuestros cuerpos se rozan, y as compruebo que la suavidad de tus manos y de la piel de tu rostro es propia de todo tu cuerpo.

Abandono tus labios y bajo por tu suave mentn, bajo hasta el cuello y sigo marcando con mis labios tu pecho, por toda la lnea del centro, acariciando tu esternn con mis labios y mi lengua, mientras que con mis dos manos estimulo cada uno de tus pezones, apenas acaricindolos suavemente con las yemas de mis dedos.

Cada vez gimes ms y ms fuerte y te retuerces debajo de mi cuerpo. Estoy tan excitado.

Sigo bajando hasta llegar a tu abdomen en el que juego con tu ombligo profundo y precioso, lo beso, meto mi lengua en l, y por lo que veo te produce cosquillas, pues entre gemidos de placer, tambin te res, tan sensual y tan dulce, que quiero seguir escuchando tu risa por el resto de mis das.

Me encuentro con tu vello, que es rubio y desprende un delicioso aroma sexual. Te beso all y comienzo a acariciar con una de mis manos tu miembro que ya pide atencin. Sueltas un jadeo muy fuerte, casi un grito de placer que me deja satisfecho con mi trabajo. Lo masajeo lentamente y lo pongo cerca de mi rostro. Le doy una lamida en toda su extensin y despus otra y otra, hasta que lo meto del todo en mi boca, masturbndote sin compasin, hacindote estremecer y sacudir con mucha fuerza y deseo.

“Seto… Ah!... Para!... Ah!... Mi amor, me vengo!” me dices entre jadeos mientras tus manos se enredan en mi cabello y tiran de ellos, a veces para apartarme de ti, a veces para aumentar el ritmo. Opto por lo segundo y hago la felacin con ms rapidez y fuerza, hasta que con un espasmo y un grito de placer y satisfaccin, te vienes en mi boca abundantemente. No me separo de tu sexo hasta beber y saborear todo, y mientras degluto tu semilla, te hago ms caricias con mi lengua en tu miembro adentro de mi boca que estoy seguro de que te hacen delirar, pues pones tus orbes mieles en blanco de placer.

Ya cuando he terminado, me separo de ti y relamo mis labios con lascivia. Tienes los ojos entrecerrados y tu boca ligeramente abierta, tus mejillas estn sonrojadas y tus manos ahora estn a ambos lados de tu cabeza.

Haciendo un esfuerzo, te medio incorporas y tomas mi rostro entre tus manos para darme un beso profundo y de paso reconocer tu propio sabor an impregnado en mi boca. Haces algo de fuerza para recostarme, y te permito hacerlo.

“Es mi turno, no crees?” me dices mirndome a los ojos con un brillo travieso y coqueto en tu mirada que me enloquece y con un sonrojo que evidencia que te sientes algo cohibido.

Acaricio tu rostro con cuidado como dando a entender mi aprobacin, aunque no tengo realmente claro que es lo que significa lo que acabas de decirme. Pero mis dudas se disipan cuando buscas mi abdomen con tus labios suaves y clidos y comienzas a besarlo torpe, pero encantadoramente hasta llegar a mi miembro. Luego, te encuentras con l y te sonrojas muy, pero muy fuertemente, pareca que se te hubiese subido la tensin. Tomaste con mucha delicadeza mi miembro entre tus manos, me miraste a los ojos an fuertemente ruborizado.

“Mi amor… eres enorme…” me susurras sobre la piel de mi miembro hirviente. Tus palabras me excitan cada vez ms, me dieron ganas de tumbarte sobre mi gabardina y hacerte el amor de una buena vez, pero mis planes otra vez cambiaron al sentir tu boquita sobre la punta de mi miembro erecto dando un besito suave y tierno y pequeas lamidas con tus hermosos ojitos cerrados, mientras me masturbas con tus dos perfectas manitas. Estoy hablando en diminutivo como un imbcil, pero es que me inspiras tanto amor y ternura mi cachorrito.

Gimo muy fuerte, con una voz ronca y gutural que hasta me sorprende que sea ma. Gimo cada vez ms y ms si es que eso es posible y mi cuerpo comienza a perlarse con sudor, mi cabello se despeina y se pega a mi frente, mis manos se aferran una a tu cabeza con cuidado y delicadeza y la otra con mucha fuerza a mi gabardina.

Cada vez introduces mi miembro con mayor profundidad y fuerza, aunque para m no es suficiente, quiero ms de ti, pero an as me retuerzo de placer.

“Mmm… cachorro, mtelo ms profundo” te digo extasiado con mis ojos cerrados y haciendo una ligera presin con la mano que tengo sobre tu cabeza.

“No puedo, es muy grande, apenas esforzndome me cabe en la boca.” Dices con tu boca brillante de saliva, separndote un momento de mi miembro mientras sigues masturbndome con tus manos “pero lo intentar mi Seto”, me aseguras volviendo a tu labor anterior.

Lo intentas an ms y mejor y creo que enloquecer. S que no tienes experiencia, pero ests haciendo un magnfico trabajo de garganta profunda, tomndome totalmente en tu boca. Siento un espasmo fuerte de placer en mi bajo vientre, mientras que una descarga elctrica tan poderosa, que hasta me duele, recorre todo mi cuerpo. Con un fuerte jadeo me vengo en tu boca, en lo profundo de tu garganta y bebes una parte, pero te separas un poco y alcanzo a eyacular tambin en tu rostro, no pens que tuviese tanto semen reprimido. Te ves tan ertico de esa manera, tan dcil y adorable.

Pero an as mi ereccin no baja, aunque me siento increblemente relajado, siento que an quiero ms y que puedo darte an mucho ms mi cachorro.

“Ya es hora mi Joey” te digo intercambiando los papeles, recostndote de nuevo y limpiando tu rostro con las yemas de mis dedos. Asientes, claramente vuelves a estar nervioso, pero te doy un beso tan cargado de todos mis sentimientos que te relajas de nuevo. Pongo tu pierna izquierda sobre mi hombro derecho y comienzo a acariciarte, con mi mano derecha acaricio la pierna que est sobre mi hombro hasta ese lado de la cadera, y con mi mano izquierda acaricio desde tu cuello, hasta tu abdomen.

Llevo mi mano derecha hasta mi boca y lamo lascivamente tres de mis dedos sin dejar de mirarte a los ojos con intensidad.

“Lame cuatro, preprame con cuatro dedos para que no me duela, eres muy grande” me dices con ojos brillantes y algo apenado, pero eso realmente me gusta.

“Est bien mi cachorro, lo que digas” te sonro y lamo un dedo ms. Bajo mi mano hasta tu entrada con cuidado y cario e introduzco el primero de mis dedos y te tensionas dando un respingo, mostrando algo de dolor en tu expresin cerrando tus ojos y apretando la gabardina con tus dos manos.

“Te he hecho dao?” te pregunto preocupado. Me siento inseguro, slo acto por instinto y no s si lo estoy haciendo bien.

Niegas con tu cabeza y abres los ojos. Me acerco a ti y te susurro en el odo que por favor te calmes y que me permitas amarte como hace tanto tiempo he querido hacerlo. Me das un beso etreo, apenas rozando mis labios con los tuyos en una caricia ntima llena de afecto. Te relajas casi inmediatamente y comienzo a acariciar tu interior con ese dedo impregnado de mi saliva al igual que los dems.

Ya cuando siento que te gusta, por los suspiros y las contracciones involuntarias de tu entrada, meto otros dos dedos haciendo que gimas de placer, es seguro que esto en realidad te est gustando mi cachorro y eso me hace sentir muy satisfecho.

No tardo mucho en sentir que ya ests listo para mi cuarto dedo, saco todos e introduzco los cuatro de un solo golpe, lo cual saca de ti un delicioso grito de placer. Estoy tan excitado, mi ereccin est ms grande y dura que nunca, la punta est roja y siento que voy a explotar.

Pero an as sigo preparndote, no quiero lastimarte por ningn motivo, quiero entrar en ti cuando sepa que ests preparado.

“Seto… por favor, entra en m… ya, no puedo aguantar ms” parece que haz desarrollado una habilidad asombrosa para leer mentes; es eso, o mi deseo es tan fuerte y evidente que habla por s mismo.

Asiento con mi cabeza y saco todos mis dedos con cuidado de no lastimarte, me dirijo a tus labios para besarlos, mientras que con mi mano con la que te estaba preparando, tomo mi miembro para apoyarlo en tu entrada, y con mi otra mano sigo acariciando tu pierna que continua en mi hombro.

Te beso con profundidad, con pasin, mientras introduzco mi miembro de a poco en tu estrecha y deliciosa entrada, eres tan estrecho! Eres magnfico, esto debe ser el paraso!, no imagino cmo habra podido entrar en ti si no te hubiese preparado con cuatro dedos como me dijiste. Gimes en mis labios, los aprietas con los tuyos, s que necesitas algo de aire porque yo tambin lo necesito, mi miembro se encuentra a mitad de camino en tu virginal entrada.

“Dios Seto, mi amor, eres muy grande, me duele” me dices mirndome a los ojos mientras ambos respiramos entrecortadamente a la vez que tengo mi frente apoyada en la tuya “me duele, pero me fascina que ests dentro, es delicioso que seas tan grande” me susurras “por favor, entra del todo” me pides dndome un beso y de nuevo obedezco tus rdenes.

De una sola embestida fuerte y profunda termino de llenarte y creo que por fin conozco la perfeccin del cielo. Ambos soltamos un grito de placer fuerte e irrefrenable y nos miramos a los ojos. Cuando logr reaccionar, cre que te haba daado, pero en tus ojos no hay nada ms que el ms puro placer reflejado; pero an as, quiero asegurarme de que no te pasar nada malo, as que me quedo inmvil, esperando a que te acostumbres a mi intromisin y a mi tamao mientras te beso.

“Seto muvete ya!” me dices desesperado moviendo tus caderas con fuerza hacia mi pelvis. Jadeo y gimo con fuerza. Ya no puedo ms mi cachorro, t lo haz pedido.

Subo an ms tu pierna en mi hombro y comienzo a entrar y a salir de tu cuerpo con profundidad y fuerza, mis embestidas van hasta el fondo de tu cuerpo con fuerza y te mueves cada vez ms y ms acompasando nuestro ritmo que comenz algo acelerado. Me abrazas fuertemente y clavas tus uas en mi espalda seguramente haciendo marcas y eso realmente me gusta.

Jadeamos, gemimos, nos decimos cunto nos amamos, nos damos besos hmedos, cortos y espontneos.

“AH! CACHORRO, TE AMO!” grito obnubilado de placer.

“SETO! MI AMOR, MS FUERTE, MS RPIDO, NO PARES! DESTR”ZAME! AH!” me dices gimiendo y gritando y creo saber qu es lo que necesitamos.

Bajo tu pierna de mi hombro, enredo tus piernas alrededor de mi cintura y aprieto tus glteos con mis manos, te beso hmedamente y me levanto de nuestro improvisado lecho y me dirijo hacia la baranda de la terraza. Te pongo en el suelo y te volteo sin salirme de ti. Te pongo hacia la baranda y hago que con tus hermosas manos agarres el tubo.

“Sujtate cachorro, vas a saber lo que es la rudeza” te digo en un susurro excitado. Te empujo con cuidado, y t con docilidad y un jadeo de gusto, accedes.

Tomo tus caderas con ambas manos y te inclino an ms, separo tus piernas y t lo permites sin ningn problema. Te embisto suave y profundamente, lenta y certeramente; cada vez que entro en ti ambos gemimos de gusto.

“Ah Seto! Hazlo ms rpido!” me pides en un tono excitado, casi lastimero. Subo una de tus piernas a la baranda para as tener un acceso ms profundo a tu cuerpo. Te embisto rpida y furiosamente, tomando todo de ti, entrando y saliendo casi por completo de manera tan frentica, que creo que mis caderas ya empiezan a dolerme y que la estrechez de tu cuerpo comienza a quemar mi miembro que est a punto de explotar.

“SETO…MMM… QU… FUERTE ERES Y TAN ENORME… AH! DAME MS!”

Jadeo y gimo con tanta fuerza, que creo que me quedar sin voz. Obedezco tus rdenes y te hago el amor con fuerza y mis embestidas hacia tu delicioso cuerpo toman una velocidad casi imposible. Gemimos ms y ms y creo que ya me voy a venir.

“AH! MI JOEY… ME VENGO!” grito lleno de placer. Ahora entiendo que hiciste muy bien escogiendo el lugar de nuestra primera vez mi cachorrito, aqu podemos gemir y gritar con todas nuestras fuerzas, hacer y deshacer lo que queramos que nadie vendr a molestarnos; adems de que el lugar es muy romntico con la vista del atardecer y deliciosamente morboso por lo poco usual.

“AH! SETO! MIS PIERNAS NO DAN MS!” me dices entre gemidos y tratando de seguir el ritmo, pero creo que debes sentir calambres por la ruda actividad fsica.

Bajo tu pierna de la baranda y te guo caminando de nuevo hacia la gabardina tendida en el suelo sin salirme de ti. Te arrodillo en ella, volteas tu rostro hacia m para besarme y te correspondo, nuestras respiraciones son agitadas y apenas si podemos mantener el beso, pero nos besamos de una forma tan tierna y suave, que no importa si es un beso corto o largo, de todas maneras tendremos muchos ms de esos.

Estoy arrodillado detrs de ti, dentro de ti, mientras que t ests a cuatro patas dndome una deliciosa vista de tu espalda y de tu entrada profanada por mi miembro una y otra vez con fuerza y pasin.

No paras de jadear intensamente al igual que yo, aprietas entre tus manos la gabardina, abres ms tus piernas que comienzan a relajarse. Gimes cada vez que entro con ms fuerza y te adoro por eso. Ya se han mermado un poco mis ganas de venirme, pero las tuyas han incrementado pues masturbo tu miembro con una mano a un ritmo ms acelerado que mis embestidas mientras que la otra est en tus caderas ayudando a llevar el ritmo.

“Seto, me vengo…” me dices en un susurro lleno de placer.

“Ven mi cachorro” te digo levantndote un poco y haciendo que tu espalda se recargue contra mi pecho mientras sigo arrodillado, ests sentado en mi regazo. Embisto ms profundo con tu ayuda y sigo masturbndote. Estamos llevando este ritmo, hasta que mis deseos de llenarte con mi esencia comienzan a cegarme. Vamos muy rpido, parecemos vibrar de deseo, pero quiero que terminemos mirndonos a los ojos.

Salgo de tu interior, tu entrada est dilatada y enrojecida. Te doy la vuelta y te beso apasionadamente, explorando tu boca, mordiendo tus dulces labios, t acaricias mi rostro, mi cuello y mi pecho y mis labios viajan por tu rostro, por tus mejillas, tu fina nariz, por tus prpados, bajan por tu nariz y regresan a tus labios.

Te recuesto de nuevo, abro tus piernas hasta el tope de tu resistencia y me arrodillo entre ellas; vuelvo a penetrarte, esta vez de una sola embestida y comienzo un ritmo frentico, que nos hace enloquecer. Mis ojos se nublan, no puedo ver bien, tus manos se aferran a mis muecas, mis manos estn sobre tus muslos haciendo que te abras ms. No slo gemimos, gritamos, gritamos y casi estamos quedndonos roncos de amor.

Una de mis manos va a tu miembro y vuelve a masturbarlo con fuerza, seguimos as y ya vamos a alcanzar nuestro orgasmo. Damos un jadeo profundo y llegamos. Te corres en mi mano, con abundante semen, y yo, por mi parte, eyaculo tanto que se chorrea cremosamente de tu entrada entre la friccin de mi miembro y tu piel.

Estamos agotados, felizmente agotados, nuestras respiraciones son rpidas y acezantes, te miro a los ojos con todo el amor que siento por ti y t me correspondes. Levantas tu mano y yo la uno a la ma, las entrelazamos.

Llevo mis labios a tu pecho y succiono tus pezones, slo un poco y gimes. Sigo subiendo y tomo tus labios de forma tan tierna, que ni siquiera s de dnde ha salido tanta ternura de un ser tan fro como yo.

Salgo de ti con cuidado y me recuesto a tu lado, te traigo hacia m y te abrazo.

“Te gust mi cachorro?”

“Muchsimo” dices abrazndome con ms fuerza “Y a ti?”

“Acaso tienes que preguntar?” te respondo con una sonrisa y te beso en la cabeza, entre tus cabellos.

“Seto…?”

“Dime”

“Quiero dormir contigo esta noche” me dices con un hilillo de voz, como si tuvieras miedo de mi respuesta.

“Quera proponerte lo mismo, vamos a mi mansin, ya est anocheciendo y comienza a hacer fro” te digo levantndome y ayudndote a levantar.

“Auch”

“Qu ocurre?”

“Creo que qued un poco lastimado jeje”

“Ven mi amor, perdname” te digo sirvindote de apoyo para que no te esfuerces demasiado y vistindote con cuidado, dndote uno que otro beso furtivo. Te dejas sin ningn problema, aunque te sonrojas y te sonro. Me visto rpidamente, recojo mi gabardina del suelo y la pongo en el ngulo de mi brazo y para tu sorpresa, te levanto hasta que ests en mis brazos como una pequea princesa (jajaja me encanta la comparacin, aunque creo que ests en mis labios ms bien como un cachorrito mimado por su amo) y comienzo el camino de regreso a la entrada de la escuela llevndote en brazos.

“Seto! Nos pueden ver”

“Tranquilo mi cachorro, ests lastimado y quiero que ests bien. No te preocupes, que no hay nadie, y si me ven, que tomen fotos y se las enven a esos tontos de la farndula para que hagan reportajes y que por fin salga a la luz, con quin estoy y de quin es mi corazn” te digo mirndote a los ojos y hundes tu rostro en mi pecho.

“Gracias Seto”

No te digo nada. Mi limosina est afuera esperndonos y el conductor nos abre la puerta sin hacer ningn comentario. Me introduzco en ella contigo en brazos, nos acomodamos y el conductor cierra la puerta y regresa a su puesto, para llevarnos de camino a mi mansin, la cual espero que sea nuestra muy pronto, porque estoy seguro, de que podr convencerte para que vivas conmigo, de que podr hacerte el amor todas las noches y hacerte sonrer mi cachorro, porque tu felicidad es ahora el motivo de mi existencia.

ZHURA
Notas finales: Bueno, aquí está n.n

Como ya dije antes, este es un one-shot, pero si quieren puede ser un fic de más capis, ustedes saben, explicando que pasa después, cómo evoluciona su relación y esas cosas, pero si quieren lo dejo aquí n.n

Hago esta propuesta, porque ahora tengo algo más de tiempo libre y puedo complacer sus mentes perversas *¬*

XD

Hasta había pensado en hacer este fic de varios caps de lemon, pero ustedes son l@s que mandan.

Nos vemos en otro fic ya va en remojo n.n

Y a l@s que también leen mi otro fic IMÁN, lo actualizaré pronto, sólo que me he quedado estancada y mis musas no saben cómo inspirarme para continuarlo n.nU

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).