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Reglas para convivir con un neko por cutebeast64

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Notas del fanfic:

naruto es de misashi kishimoto sempai, a quien adoro con toda el alma pero al que quiero robarle la serie para hacerla yaoi. Bien, la idea de que existan chicos nekos así de sexis me vino de Kawaii Gatte y el que sea este personaje y no otro viene de Ulkiriohatake (¿escribí bien el nombre?) y pues ... Aqui está

Notas del capitulo: Bien, terminé con Anunciadora de La luna y seguí con esto. Tanto si les gusta como si no, culpen a una tarde de lectura a escondidas de mis sobrinos de Kawaii Gatte y a una pequeña frase que activó la chispa de ingenio en mí, al ser dicha por Ulkirriohatake. Agradecimientos a todos los que me han leído hasta ahora e invitaciones para los que aún no comienzan… Una comedia (Mi primera comedia). No sean duros, suelo trabajar con el drama y la tragedia. Si algo no les gusta o creen que puedo mejorar, no duden en decirlo, que no los voy a crucificar, aunque quiera, y bueno… lean
REGLA 1 NO DEJES CERCA, COSAS QUE PUEDA ARRUINAR

No era exactamente, el hecho de que fuera un chico lo que le disgustaba de su nuevo compañero de habitación, era el simple y llano hecho de que tenía un par de orejas saliendo de entre su cabello, a la vez, que divisaba una cola.

Era el hecho de que su nuevo compañero de cuarto, al que creía atractivo, fino y delicado, era un maldito gato, que, impulsado por su condición felina, era tan arisco como uno de esos cuadrúpedos de colmillos filosos y mirada cortante.

Había hecho el examen de esa institución, porque su novio, Sai-kun, lo iba a hacer también. Fue una verdadera lástima, el hecho de que él pasara el examen mientras su novio se quedaba atrás, probablemente consiguiendo nuevos levantes en su ausencia.

Ya había pensado en retirarse, pero también había ciertas cosas buenas en esa secundaria, como unas chicas hermosas, una de las cuales se llamaba Sakura, y a pesar de su agresividad, parecía un buen partido...

Esa institución era su única salvación, porque tenía habitaciones para los estudiantes, lo que le había parecido en un principio un respiro en su apretada situación económica. Ahora le gustaría tener la oportunidad de conseguir su propio apartamento, con tal de mantener a ese maldito gato lo más lejos posible de él.

Le había molestado desde un principio el hecho de que fuera tan arrogante, prepotente y presumido como lo era, creyéndose autosuficiente, superior a él en todo sentido. Pero cuando se quitó la gorra, liberando sus orejas a la vez que ese rabo, oculto en el pantalón, para él fue demasiado.

Podría haberlo soportado, si hubiera sido solo un chico altanero, altanero y altanero, como le había parecido en una primera impresión… pero el hecho de que fuera un maldito neko ya le sacaba de quicio.

Hubiera querido decirle a alguien que alguna clase de mutante extraño se alojaba con él, en aquella habitación, pero, además de un reprimido, frígido, arrogante y patético, ese neko, resultaba ser también un luchador formidable, y más allá de eso, su mirada de sicario, por si sola, le daba un miedo temerario, un deseo formidable de no morir entre sus manos, que parecían adecuadas a la sangre.

- ¿Qué miras?- preguntó el neko, levantando la mirada del libro para fijársela, como si de un asesino demente se tratara
- Nada- Se acababa de dar cuenta, de que contemplando la extremidad peluda de su acompañante, había llegado a su base, mirándola con algo de descaro- No es nada-
- No me jodas- Dijo el neko- Te metes conmigo y te juro que te mato-

Pasaron unos segundos en los que ambos se quedaron en silencio. El neko continuando la lectura de su libro y el otro mirándolo indeciso, entre nervioso e iracundo, antes de que uno de ellos hablara de nuevo.

- ¿Cuál es tu nombre a todas estas?- Le preguntó al neko, que apenas si le miró, enojado
- No te importa- Fue su contestación
- Yo soy Naruto, Uzumaki Naruto- Dijo tratando de evitar el que aquel neko se enojara de nuevo con él
- Bien. Trataré de no recordar eso- Alegó de inmediato, volviendo a su libro, en el que parecía más interesado que en su acompañante
- ¿porqué tienes que ser tan amargado?- Dijo exasperado- no se supone que los nekos son dulces, tiernos y carismáticos-

No supo de dónde, pero después de que el neko le miró con esa expresión de sicario demente, una navaja parecida a las que se usan en las campañas de caza, se clavó en uno de los cuadros que tenía colgado en la pared, justo al lado suyo, atravesando tanto el cristal como aquel diploma blanco con bordes dorados y letra negra, que había cuidado desde siempre, por hacerle sentir, como en un juego infantil, un genio incomprendido cuando no lo era en realidad…

- La próxima será tu cabeza- Señalo enojado el neko, levantándose de su cama al otro lado de la habitación, para caminar hasta llegar a su lado, y apoyando su rodilla en el borde de la cama, tomar la navaja de la pared
- Bien, ya entendí. No eres un neko tierno- Dijo atemorizado, tratando de calmar un poco las cosas, aún cuando su personalidad, lo enviaba a querer enojarlo más- ¿Tu dueño te dio de tomar leche agria?
- Jódete- Dijo golpeando la pared justo a su lado, logrando con su increíble fuerza, soltar la repisa llena de libros que reposaba sobre la cama del rubio, cayendo todos al suelo- Si te metes conmigo, no dudaré en matarte y colgarte en la entrada como advertencia-
- No puedes hacer algo como eso- Trató de defenderse, mientras se sujetaba de la pared atemorizado, y se preparaba para salir corriendo de ser necesario.
- Si estás aquí, es porque mi tío accedió a dejarte en mi habitación. Yo no se supone que tenga un compañero. Si no me equivoco eso me da, total control sobre esta habitación, y sobre ti. Quédate de tu lado, callado, y todo irá bien-

No quería tener que salir. No tenía una razón, aparte del neko para negarse a la hospitalidad de Madara y Tsunade, rector y directora de la institución, que le habían dejado, a falta de cupo en las habitaciones estudiantiles, quedarse en la que ahora se sentía a punto de morir.

Aunque no era la gran cosa, ese neko no era un problema que no pudiese soportar por una o dos noches, mientras mantuviera su distancia y no tratara de asesinarlo. Naruto Uzumaki, había soportado mucho más que eso antes, y no se dejaría vencer por una amalgama entre dos especies, como era ese chico gato.

- Eres un Uchiha ¿Verdad?- Se atrevió a decir- Al menos tienes que decirme tu nombre. Yo ya te dije el mío.
- Sasuke- Dijo enojado- ¿Suficiente para ti? Si es así, déjame en paz de una vez por todas. Cállate y duérmete-

No le gustaba recibir órdenes, y menos de alguien que no tenía ni un poco de respeto por él, pero como aún así el sueño estaba por vencerlo, la cama era bastante cómoda y hacía un calor soporífero, dado por la calefacción, decidió, por una vez, obedecer sin rechistar, y sacándose al maldito neko de la cabeza dormir un poco. Tomó el reloj que tenía sobre la mesita de noche, le puso la alarma a las siete de la mañana para no faltar a la orientación, y dándole la espalda a ese extraño neko, se enrolló en las sábanas y se quedó dormido…

Nada más un poco… Cuando volvió a abrir los ojos estaba en la cama, al revés y con las sábanas desordenadas sobre su delgado cuerpo, todo culpa de su hiperactividad, que incluso dormido se hacía visible. El sol entraba por entre las cortinas cerradas, cayendo justo en su rostro, de manera que se sentía casi cegado. Por un momento se creyó de vuelta en su casa, hasta que notó que sus libros seguían esparcidos por el suelo, y que su diploma colgado en la pared había sido atravesado, como el vidrio…

Se levantó tan exhausto como si no hubiera dormido nada en lo absoluto y se apoyó en la cama para bajar el recuadro, tratando de salvar su preciado diploma. Apenas lo bajó unos de los cristales cayeron al suelo, con un sonido casi musical, y el retablo de madera se soltó, siguiendo a esas pequeñas esquirlas.
Sacó con cuidado de no cortarse aquel preciado papel, mirando por un instante el agujero que le había hecho la navaja. Levantó la mirada, solo para notar que la navaja había seguido hasta abrir un agujero en la pared, del que caían algunos trozos insignificantes de tapiz, como si fuera arena…

- Maldito neko- Dijo para sus adentros mientras fraguaba un plan para matar a ese maldito anormal

Justo entonces, seguramente esperando que otra navaja persiguiera su cabeza dorada, se giró en todas direcciones, buscando con la mirada al maldito que había roto su diploma… Reparando por vez primera, en el simple hecho de que su acompañante no estaba…

- maldito neko callejero- Completó sentándose con calma en su cama, para revolverse el cabello perezoso…

Tomó el diploma y para evitar que se rompiera, lo dejó sobre la mesita de noche, notando, no solo que ya eran las ocho y cuarto, sino también, que la alarma que se había ocupado de poner la noche anterior en su reloj de ranita que parecía de niños de primaria, estaba desactivada.

- maldito neko desquiciado- Corrigió de inmediato, a la vez que brincaba de su cama para entrar al baño, y siguió diciendo como un recordatorio mientras se quitaba la ropa a tirones y abría la llave del agua- ¡ese maldito neko va a desear no haber nacido!

Como era de suponerse, a pesar de apurarse de más, de correr, casi caerse al tratar de abrir la puerta y peinarse con los dedos mientras bajaba las escaleras tratando de llegar a tiempo para la orientación, los doce pisos de diferencia y la hora y cuarto de retraso le condenaron a llegar tarde, y a tener que suplicar por que le dieran la información que no había podido escuchar…

Cuando salió de la oficina de la directora, ya estaba tarde para su primera clase, por lo que tuvo aún que correr por media institución, para intentar, sin lograrlo, llegar antes que el maestro, con el que tuvo que excusarse por su impertinencia, sin lograr sin embargo que lo dejara entrar…

Por suerte para el, lo que comenzó como un mal día, se fue normalizando con el paso de las horas, hasta que, abrumado por las clases, se sentó como un zombi en una de las mesas de una cafetería cercana, tomando un capuchino que sentía se le caía de las manos, por el cansancio de tener que escribirlo todo… no podía, y menos estando de becado en una institución de tanto prestigio, darse el lujo de perder un solo examen…
Y entonces lo vio, al culpable de la peor mañana que jamás tuvo que sufrir, caminando tranquilo, con una hermosa pelirrosa prendida de su brazo, ocultando sus orejas con una gorra de Jean que a pesar de muy común se le veía hasta elegante… Sin pensarlo siquiera, sacando fuerzas de donde no tenía, salió corriendo, tirando en la vitrina, seguramente más dinero del que debía pagar, pero sin que le importara y pasó la puerta de cristal haciendo que sonara la campanilla.

Ya en la calle, logró rastrearlo por los agudos sentidos que le daban la furia y el rencor contra un maldito que ni siquiera sabía pasar desapercibido, y persiguiéndolo con la fuerza que le había devuelto el poder de la cafeína, lo alcanzó, empujándolo por el impulso de la carrera, hasta casi tumbarlo…

- ¿Qué diablos te pasa dobe? ¿Tienes problemas de pulgas y me vas a culpar?- Gritó enojado tirándolo a un lado con desdén
- Si me pegas tus pulgas de mato, neko-teme. Ahora mismo vine a patearte el trasero por haber desactivado el despertador…-
- Los despertadores son malévolos, te despiertan sin consideración alguna- Dijo como si esa fuera una razón más que suficiente para explicar sus acciones
- Eres un maldito, por tu culpa pasé una mañana horrible- Gritó tirándosele encima para comenzar a pegarle, a lo que el neko correspondió, iniciando un combate callejero
- ¡Deténganse de una vez, por favor!- Gritaba la pelirrosa entre sollozos - no hay necesidad de que se peleen por mí-
- No estamos peleando por ti- Dijeron a coro, volteándola a mirar enojados, como si los hubiera ofendido con eso
- ¡Deberían!- Dijo cambiando a un aura totalmente maligna mientras se unía a la pelea con un ánimo asesino que logró vencerlos a los dos a punta de puños y patadas- Y no te espero esta noche sasuke-

La chica se fue como si hubiera sido ofendida en lo más profundo de su alma femenina y romántica que rogaba sin duda por una atención exagerada que no recibía, y los dos chicos, cada uno a un lado distinto, habiendo sido golpeados por una chica se miraron sin comprender…

- Gracias dobe, me acabas de ayudar a sacarme una plasta de encima…- Admitió el neko mientras se levantaba del suelo limpiando su Jean- Estamos a mano
- ¿A mano? ¿Qué has hecho tu de bueno por mí?-
- Rompí tu alarma para que pudieras dormir en paz- Dijo sonriendo de lado, como si ocultara sus verdaderas intenciones
- ¡maldito! Eso no fue una ayuda, por tu culpa perdí la orientación ya la primera clase. Además creí que solo la habías desactivado ¿Para que diablos tenías que romperla?
- Para que no la pudieras volver a poner. Rompí unos de los cables que van en el mecanismo-
- ¡Si ibas a destrozar mi alarma al menos debiste haberme despertado por consideración!- Gritó enojado
- ¿Entonces quieres que te esté despertando cada mañana a la hora que te dé la gana?- Dijo con furia contenida, algo exasperado
- ¡Eso es lo que hacía mi despertador, así que esa es tu responsabilidad por hacer algo como eso!- Chilló desesperado
- Te voy a matar- Gritó lanzándose sobre él, continuando la eterna lucha entre el hombre y el animal que los llevó a enfermería mientras el neko accedía de mala gana a despertarlo a la hora que le diera la gana

Regla Nº 1: No dejes cerca cosas que pueda arruinar
Notas finales: Espero les haya gustado a todos el Sasuke Neko de mi primera comedia. no sean duros, dejen reviews, los quiero a todos, y gracias por el incondicional apoyo

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