Caminaba por las frías calles de Tokyo, sintiendo el frío colarse por mis huesos, fue entonces cuando curzamos nuestras miradas.
No pude evitar el hecho de sonrojarme, por tanta atención que me prestaste en aquel momento.
Entonces me sonreíste y seguiste tu camino, pero yo no podía dejarte ir así cómo así, por lo que intenté entablar una conversación contigo. Si, funcionó, y te pedí el número de tú móvil, cosa de llamarte y volver a vernos.
Fue así cómo te conocí, fue así cómo comenzé a enamorarme de ti.
-Rubi...-Susurré mirando fijamente mi taza de café.
-¿Mh?
-Es que yo tengo que decirte algo...-Dije nervioso, sonrojándome de nuevo. Hace ya un año de habernos conocido.
-Igual yo.-Sonrió mirándome a los ojos, cosa que me ponía aún más nervioso de lo normal.-Pero tendrá que ser otro día, por que ya debo irme.-Te miré confundido.-Quedé con mi novia a las seis, y ya me pasé la hora, lo siento.-dijiste levantándote del sofá. Abriste la puerta lentamente y saliste de mi hogar. Decías que te gustaba mucho ir allí, aun que no se por que, tal vez te gustaba estar conmigo.
Tal vez querias decirme lo mismo que yo a ti...
Sonreí tomando mi abrigo y salí a caminar mientras admiraba la nieve caer, la navidad pronto se acercaba, y la gente iba de un lugar a otro con cientos de bolsas, y los niños de las manos de sus madres o padres. Pero para mi la navidad tenía otro motivo, en aquella fecha, estaba completamente decidido a decirte cuanto te amaba. No podía aguantarme más el hecho de amarte tanto.
Ese sería mi motivo, y mi deseo sería que tu también me quisieras.
Mi móvil sonó, era Keita.
-Emiru...-Susurró algo ansioso.
-¿Que te pasa?-Dije divertido.
-¡Soy su padrino de bodas!
-¿De quien?
-¡Soy el padrino de bodas de Rubi!-No, claro que no, no era lo que había escuchado, ¿cierto?
Rubi no podía casarse, por que el me amaba, el me lo iba a decir.
En navidad, el me daría sus sentimientos, ¿no?
No podía asimilarlo, el no podía dejar de amarme, el no podía esconder sus sentimientos, ¡El simplemente no podía amar a otra persona que no fuese yo!, no podía ligarse a una persona para siempre. Corté el teléfono rápidamente, y me senté en una banca. Parecía un estúpido llorando, la gente que pasaba me miraba y lso niños se volteaban a mirarle, y luego le preguntaban a sus mamás que me pasaba. Era algo ilógico pensar así, pero muchas veces me gustaría ser un niño, volver a ser ese pequeño feliz que sólo se debatía entre la amistad y la familia.
Pero ahora, vivía de alguien que no me quería, y que ni siquiera me habia dicho que iba a casarse.
¿Que podía hacer?...
Así se pasaron las horas, mientras yo permanecí llorando en el mismo lugar hasta que dieron más allá de las doce de la noche. No podía levantarme, no tenía fuerzas algunas para levantarme, entonces te ví pasar frente a mi. Ibas con una chica de la mano, de seguro era ella la afortunada ¿no?
Pero no comprendo, me miraste y sonreíste, extrañamente sentí que te burlabas de mi, pero en ningún momento te detuviste frente a mi. Sólo reíste y besaste a tu novia mientras yo los miraba sintiendo cómo mi corazón se rompía en trozos.
De seguro todo era mentira, a lo mejor era una pesadilla, o alguien estaba jugando con mi mente, pero esto no podía estar pasando, ésto no era mi realidad...
-¡Rubi!-Te grité lo suficientemente fuerte cómo para que me escucharas, volteaste y luego seguiste caminando cómo si nada.
Llegué a mi departamento nuevamente y me quité la ropa, luego abrí la puerta del balcón y me senté allí admirando cómo caía la nieve. Luego de un rato, aun que por lo visto había sido toda la noche, desperté por los fuertes golpes en la puerta. Intenté levantarme, pero no podía, sentía mis extremidades rígidas, y comenzé a llorar al ecordar la imagen de Rubi. Era una maldita pesadilla, o eso quería creer.
Me tendí en el piso cómo pude, la voz de Keita resonó en toda la extensión de mi departamento, y suspiré temblando, si me veía en éstas condiciones iba a matarme, y de hecho aun que quisiera, ni siquiera podía moverme.
Estoy cansado de estar aqui, me hace falta tu presencia, el dolor que siento es más fuerte que incluso mis sentimientos por ti. Si me vieras llorar cómo ahora, no creerías que todo esto es por ti.
Ahora siento tu presencia lejos, no lo soporto, ¡no puedo soportar ésto!, grito tu nombre con todas mis fuerzas, aun que eran pocas, y me siento desvanecer. Mi vista está nublada, y no sólo por las lágrimas, estaba demasiado débil, pero todo era por tu culpa...
Tenía hambre, y frío, pero un dolor enorme invadía mi pecho, haciendo paralizarme por completo. Ya no podía hablar, me dolía mover los labios, y sólo quería balancearme a un lado para caer por el balcón, pero no tenía las fuerzas.
El valor no me hacía falta, ni tampoco las ganas por matarme, por que tu eras mi razón para todo en la vida, eras mi felicidad, pero ahora no eras mío...
Y ahora me doy cuenta, que nunca fui nada para ti, nunca te interesó nada en mi, yo fui el único tonto que creía que mucho para ti, pero no, soy un estúpido insignificante, y ahora que no tenías ninguna posibilidad contigo, todo estaba totalmente perdido. Sólo un centímetro me separaba de la muerte, sólo un centímetro y podría ser feliz sin tí. ¿Cierto?
Mi risa sonó estrepitósamente, y luego mi llanto, pude mover mi brazo lentamente, y me moví hacia un lado sin querer.
Entonces me sentí caer en un vacío, tenía mas frío que antes, el vienot rozaba cada parte de mi cuerpo, y no podía respirar.
¿Estoy muriendo?
¿No me ves caer?
¡¿Acaso no me estás mirando sonriente mientras me ves morir?!
Sacaste tu chaqueta y la pusiste sobre mi, escuché la voz de Keita, te estaba gritando y te golpeó mientras intentaba levantarme.
-¡¿No ves lo que hiciste?!-Gritó Keita, no era posible todo ésto, el no sabía que yo te amaba tanto, el no sabía nada de esto...
No estoy muerto, se que no...
Y lamentablemente sobreviví a aquella caída.
Y hoy, estoy en tu boda, parado muy cerca tuyo, y no pueod hacer más que llorar, hoy es navidad, hoy era el hermoso día en que ibamos a amarnos por toda la eternidad.
Se que lo que hize no fue una buena fomra de escapar lejos de tí, pero no me importaba interrumpir tu estúpida boda. Corrí fuera del lugar y me acerqué a un lado de la iglesia donde habían muchos árboles.
Acerqué mi mano temblorosa hacia mi boca, y metí dos dedos en ella buscando deolver el estómago, para sacar aquellas asquerosas mariposas que sentí aún.
Sangre, sangre, y más sangre, era todo lo que conseguía salir de mi boca. Pero ya no podía más, me tendí sobre la nieve, estaba teñida de un hermoso color carmesí, y seguí llorando mientras agarraba mi estómago con fuerza, no podía respirar, mi corazón estaba acelerado.
Quizás a esto se referían cuando decías que puedes morir de amor.
Las campanillas sonaron y más sangre brotó de mi garganta, ya no había vuelta atrás.
Nunca olvides que tu eres el único culpable.
Ahora te diré lo que he hecho por ti
50 mil lágrimas he llorado
Gritando, engañando y sangrando por ti
Y aun así tu no me escuchas
No quiero tu mano esta vez
me salvaré yo solo
Quizá me despertaré por una vez
Sin estar atormentado diariamente
y derrotado por ti
Justo cuando pensé que habría alcanzado el fondo
Estoy muriendo otra vez
Me estoy estrellando
Ahogándome en ti
Bajando para siempre
Tengo que abrirme paso
Me estoy estrellando
Confusa y conmovida por la verdad y las mentiras
Así que ya no sé lo que es real y lo que no
Siempre confundo los pensamientos en mi cabeza
Así que ya no puedo confiar en mi mismo
Estoy muriendo otra vez
Me estoy estrellando
Ahogándome en ti
Bajando para siempre
Tengo que abrirme paso
Así que, adelante, grita
Grítame, estoy tan lejos
No estaré roto otra vez
Tengo que respirar no puedo seguir estrellándome
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