Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hermanos por Malfoy

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Hermanos

 

 

Volvía a entrar de puntillas en tu habitación. Se había vuelto mi costumbre, mi vicio. Cada noche me aventuraba en tu oscuro cuarto, cuando estaba ya seguro que habías caído rendido del sueño. Hoy no iba a ser diferente de los demás, si no hubiera sido por un pequeño detalle. Estabas sentado encima de tu cama, mirándome entre la oscuridad, como si estuvieras esperándome.

 

-¿Que quieres? -Me preguntaste algo descolocado al ver como me paraba frente a ti sin mediar palabra.

 

-Verte -Conteste sin más.

 

-Vete -Te echaste la colcha por encima de la cabeza.

 

A pesar de tu orden, seguía allí inmóvil, incapaz de moverme, de dejarte, de conciliar el sueño sin ti.

 

-Sasuke...-Mi voz sonó suave, casi en un susurro apenas inaudible.

 

-Uhm -Gruñiste y te tapaste aun más.

 

¿Por que? ¿Por que ese despreció? ¿Te molestaba que no tuviera tiempo de entrenarte? ¿Es eso?

Se me escapo de las manos. Si por mi fuera habría dedicado media vida a estar contigo.

 

Roce tu cabeza por encima de las sabanas. Pocos eran los momentos en que podía sentirte así. Sin nadie que se entrometiera. Solos tu y yo.

Me deshice mi coleta y deje que mis cabellos cayeran acariciando mis hombros.

 

-Sasuke.. -

 

Esta vez me miraste y yo aproveche para echarme sobre el mullido colchón. Te quejaste empezando a patalear como un niño pequeño. Me encanta verte de ese modo.

 

-Vete a tu habitación -Protestaste de mala gana. Yo mientras seguía sin inmutarme. Eres realmente adorable -¿Por que viniste? -

 

Vaya pregunta. Por ti, porque no aguantaba ni un segundo más sin verte. Porque cada vez que tengo una nueva misión me muero de pensar que quizás...quizás no regrese. Estoy demasiado harto de fingir. No soporto irme lejos y no saber cuando volveré. Exploto por decírtelo y no puedo. Ahora que te tengo delante se me hace imposible. Ya eres mayor, pero conservas esa inocencia tuya que me veo incapaz de borrar.

 

-¿Recuerdas cuando dormíamos los dos juntos porque papa estaba fuera y tu creías que algún ninja malvado te secuestraria? -Me eche a reír al recordarlo.

 

Me miraste con un puchero y asentiste. Te abrace por la cintura y te atraje hacia mi. Se que no te gustan los mimos, que para tu forjado orgullo son demasiado, aun así no me lo replicaste y te dejaste hacer. En ese momento no necesitaba más.

Pasaron varios minutos en silencio. Podía sentir tu corazón palpitar, enérgico y con fuerza. Para mi nada más hermoso.

 

-Sasuke... -Pronunciar tu nombre entre mis labios era un placer. Desgastarlo, gritarlo, susurrarlo.

 

-Aniki... -Tus oscuros ojos se mezclaron entre los míos.

 

 

¿Alguna vez habrás pensado en lo que significa ser hermanos? ¿En que ese hilo invisible que nos une es más fuerte que un simple lazo de sangre?

Me acomode encima de ti, echando mis manos por encima de tu cabeza.

 

-Pesas...-Te quejaste.

 

Yo te mire con ternura y empece a rozar mis dedos por entre tus mejillas. Estaban frías y suaves. Como siempre. Esta mal que lo diga, pero ya desde que tuve la suficiente madurez para admitirlo, supe que tenias un atractivo incomparable. Tu nívea piel añadida a tu buen formado cuerpo y mirada profunda, crean una provocación desbordante. Si, me provocas, sin que hagas nada. Me incitas a querer más. Has creado en mi una puta adicción. Soy adicto a ti Sasuke.

 

-¿Mucho? -A pesar de que mis ojos te intimidaban no apartaste la mirada. Eso me estremeció por completo.

 

Nuestro nivel esta todavía muy lejos de poder compararse. Aun así tu nunca te has rendido. Intentas superarme con todas tus ganas. ¿Jamás vas a parar verdad? Me enorgullece poder ser yo tu inspiración, tus ganas de superate.

 

Voy bajando hasta su cuello y noto como te tensas. ¿Estas nervioso? Tu piel se rinde ante mi tacto, dejándome paso. ¿No vas a frenarme? Yo no me veo con fuerzas de hacerlo.

Algunos mechones se cuelan por entre tu frente dándote un aspecto rebelde. Los aparto con suma delicadeza.

 

-Me han asignado una nueva misión de Rango S -Dije rompiendo el tenso silencio que se había formado.

 

Tu ya sabias lo que conllevaba. Debía marchar a la mañana siguiente y pasar al menos dos semanas fuera. Volveríamos a separarnos. Te había prometido reforzar tus habilidades con el Shuriken y otra vez tenia que aplazar nuestros planes. Odiaba haberme convertido en un ninja de élite. ¿Por que no podían dejarme en paz?

 

Tu rostro se descoloco por completo y la decepción hizo mella en el. ¿Te dolía verdad? Ni te imaginas a mi...

En un impulso me apodere de tu boca. Quería borrar todo rastro de sufrimiento que hubiera podido causarte. Quería demostrarte que si aguantaba todo aquello era porque tu estabas ahí.

Tus labios quedaron estáticos y enrojecidos al despegarme de ellos. Me miraste chocado. En ese momento miles de pensamientos afloraron en mi mente. Casi todos de inseguridad y miedo de tu reacción. ¿Me odiarías? ¿Te daría asco?

Espere una respuesta que no llego. Seguías inmóvil. ¿Acaso me estabas dando permiso para continuar? Por favor...Sea lo que sea hazlo rápido.

 

-¿Que haces? -Cuestionaste como si no supieras de que va la cosa.

 

¿No te das cuenta? De que muero...De que he perdido ya completamente la razón.

Me incorpore dispuesto a marcharme. Por dentro un cumulo de emociones me impedía respirar con normalidad.

-Estúpido -Me llamaste y pare en seco.

 

Quede sentado encima de la cama dándote la espalda. No me atrevía a mirarte de nuevo. No después de lo que había echo.

Oí como te levantabas y acercabas hasta quedar a escasos centímetros de mi.

¿Que iba a pasar ahora? Quizás hubiera sido mejor controlarme, como llevaba haciendo desde años.

Mañana me iría y tendría que aguantar el peso de tu desprecio. Eso si que no podría soportarlo. Maldije interiormente al mundo entero. A mi cuerpo por traicionarme. A mi mente por jugarme malas pasadas. A ti.

 

-Sa...-

 

-¿Cuando volverás? -Interrumpiste. Me esperaba de todo menos esa pregunta.

 

-No lo sé -Respondí con total sinceridad. No podía asegurarte volver. No quería hacer de nuevo falsas promesas. No más.

 

-Tsk...-Estabas enfadado.

 

Me giré y tenias el rostro empapado. Mi corazón se encogió por completo. Apretabas tus nudillos con rabia. Me desespere.

 

-No llores -Alargue mi mano hasta rozar tus húmedas mejillas -Alguien tan miserable no merece tus lagrimas...-Espete.

 

Negaste y dejaste escondida tu mirada tras tu cabello.

 

Desee con todas mis fuerzas poder llevarte conmigo. Me daba igual ponerme en peligro. Si los de Konoha me sancionaban por hacerlo. Cuando se trataba de ti todo pasaba a segundo plano.

 

-No vayas -Suplicaste haciendo un sobre esfuerzo por aguantar el llanto.

 

-Debo ir...-Lo sabias. Te lo había explicado millones de veces. Y seguías insistiendo -Si no cumplo con las ordenes podrían expulsarme de aquí -Si eso pasara no me quedaría más remedio que...

 

-Pero no es justo -Gritaste alzando la voz.

 

De repente me horrorice. Me fije en las marcas que tenias en tus brazos. Cicatrices y magulladuras bastante profundas. Cuando te viste descubierto las escondiste pero ya era demasiado tarde. Cogí tu muñeca duramente.

 

-¿Quien te hizo esto? -Mi fría mirada se clavo en la tuya exigiendo una respuesta.

 

-...-

 

-¡Contesta! -Brame.

 

Tenia los nervios a flor de piel. Podía soportar muchas cosas. Verte herido no era una de ellas. Te empuje tan fuerte que chocaste contra el cabezal en un golpe seco.

 

-Dime quien te lo hizo...-Me mirabas asustado -Sasuke...

 

Hasta cierto punto podía reprimirme. Pero ya bastante tensión llevaba dentro como para aguantar más. En ese momento hubiera matado al primero que se me cruzara sin contemplaciones.

 

-¡HABLA! -Tu cuerpo temblaba y el mio también. De ira.

 

-Lo hice yo...-Susurraste intentando deshacerte de mi agarre en vano.

 

Un grito desgarrador afloro de tu garganta. Las marcas de mis dedos sobre tu piel podían apreciarse perfectamente.

 

-Suel...-Protestaste -tame...

 

-¿Tan masoquista eres como para provocarte todas esas heridas? -Chillé importándome bien poco si alguien llegaba a oírme -¿Por que lo haces?

 

-Fue...-Tragaste duro -entrenando...Quería... -Te solté.

 

-Entiendo -Suspire y salí de la habitación.

 

Cuando regrese seguías en la misma posición. No me dirigiste la palabra. Tu cuerpo se había relajado un poco. Saque del botiquín que había traído un par de gasas y un antiséptico. Empece a curarte las heridas despacio.

 

-Ahh...-

 

-Esto va a dolerte un poco...-Te advertí.

 

Cerraste los ojos y otro gemido se escapo de tus labios. Seguramente te estaba doliendo como no puedo ni imaginarme, pero no te quejaste. Cuando terminé exhalaste pesadamente.

 

-Ya está. Al menos así no se te infectaran -Estaba furioso y como no estarlo. Habías estado machacándote el cuerpo hasta acabar así. Todo por tu puto capricho de superarme.

 

-Itachi...-Pocas veces me llamabas por mi nombre. Solo lo hacías cuando algo iba mal -No tienes que preocuparte por mi...Ya no soy un niño -Tu tono de voz no acompañaba tus palabras, ya que sonaba inseguro.

 

-Deja de pedirme imposibles.

 

-Baka -

 

-¿Quieres volverte más fuerte verdad? -Tus ojos se iluminaron ante mi pregunta -Puedo convertirte en el Uchiha más poderoso que haya existido. Eso si, no va a ser fácil.

 

-¿Como? -Tus ansias y tu sangre de vencedor podían más que cualquier adversidad. Fue en ese momento cuando tuve la certeza que llegarías a ser el mejor.

 

Tú. Mi pequeño hermano. Habías crecido tanto. Tenias razón. Ya no eras un crió. Yo me empeñaba en verte así.

Lo había decidido y era el momento. Si para que tu fueras reconocido tenia que sacrificarme yo, lo haría gustoso.

 

-Odiándome -Tu expresión reflejo incomprensión.

 

Antes de que pudieras replicar volví a tomar la palabra.

 

-Odiame. Superarme y una vez lo hayas conseguido...Dejaré que me mates con tus propias manos.

 

-¿Te has vuelto loco? -Frunciste el ceño -Jamás haría algo así.

 

-Entonces nunca serás capaz de sobrepasarme -Sentencié sin reparar que habías entrelazado tus brazos por entre mi cuello.

 

Te colgaste y pude sentir tu pecho caliente sobre mi.

 

-Si es necesario que lo haga para ser mejor....Entonces no quiero...-Tu aliento chocaba en mi cara -No quiero...

 

¿Qué era esa sensación? ¿Fuego? Todo mi cuerpo vibró y se tenso al escucharte. En un instante todo mi ser se alteró.

¿Acaso me estaba enamorando de mi propio hermano? No...aun peor. Lo estaba. En mi vida había sentido algo semejante. Cualquier placer que hubiera podido sentir era insignificante comparado con el que Sasuke podía brindarme. Mi corazón se aceleró.

 

Tus ojos negros me miraban fijamente, como si quisieran penetrar en mi mente y poder descubrir que pasaba por mi cabeza.

 

-Te amo -No fui consciente de lo que había dicho hasta segundos después cuando tu boca se pego a la miá.

 

Me estabas besando. Me costo reaccionar. Cuando lo hice te cogí de la nuca y acorte aun más la distancia pegándote totalmente contra mi cuerpo. Era delicioso. El beso se volvió demandante y brusco cuando descargue todas mis ganas de ti en el. Tu saliva se mezclo entre la mía y nuestras lenguas jugaron en una disputa por llevar el control. Al separarnos teníamos la respiración entrecortada y me ardía aun más el cuerpo.

No sabía si lo habías echo en un impulso o realmente lo deseabas tanto como yo, más no le dí importancia.

Me deshice de tu camiseta tirándola al suelo, para luego hacer lo mismo con la miá. Quedo al descubierto tu torso desnudo. Ya no era el de un niño, sino el de un hombre. Las yemas de mis dedos recorrieron tu piel hasta llegar a tus pezones. Los apreté. Bese tu cuello. Mis cabellos caían por sobre tu piel. Entrelazaste tu mano en ellos, recogiéndolos.

 

-¿Te gusta mi pelo? -Susurre en tu oído con voz ronca.

 

-Me gusta....-

 

Sonreí y te eche sobre la cama.

 

-¿Y que más te gusta? -

 

Tus mejillas pálidas ahora habían adquirido un tono rosado demasiado tentador. Me excitaba ver como yo provocaba esas reacciones en ti.

Lleve mi mano al cierre de mi pantalón y lo desabroche ante tu atenta mirada. Tenia mi miembro a punto de estallar, tanto que empezaba a dolerme.

¿Podías imaginarte hasta que punto me ponías cachondo? Estaba empalmado, al máximo. Tenia tanto calor que pequeñas gotitas de sudor se reflejaban en mi pecho.

 

-Así me tienes...-Volvías a quedarte callado, mirándome detenidamente.

 

Como siguieras así iba a correrme sin siquiera tocarte. Te bese, con furia y desdén. No bastaba una vez, quería poseer tus labios por una eternidad. Cuanto advertí que te faltaba el aire, me separe para luego volver a pegar mi boca ansiosa a la tuya.

Te empape en mi sudor y yo en el tuyo. Empezaba a volverse asfixiante. No pude contenerme más.

 

-¿Quieres? -Te pregunte desaciendome de las molestas prendas que aun llevabas.

 

-Ah...-Diste un pequeño brinco al sentir mi piel caliente rozar tu erección.

 

Tanto tiempo pasaba fuera que aun en mi mente tenia el recuerdo de tu figura infantil. Nada parecido al que ahora estaba en su lugar. Tus piernas estaban duras y bien formadas, al igual que el resto. Tan solo tu cara angelical lograba desafinar con tu cuerpo de demonio.

Ardería contigo en el infierno si me lo pidieras....

 

-Estas duro...-Afirme bajando mi cabeza hasta tus testículos para acto seguido lamerlos.

 

Jadeaste. Grabe esos sonidos en mi cabeza para no olvidarme jamás de ellos. Tu ronca voz me taladraba. Subí hasta llegar a tu polla. La lamí de arriba, abajo. Cuando vi que estabas en el límite la metí entera en mi boca provocandote un gran espasmo. Arqueaste la espalda de puro placer. ¿Querías más? Iba a demostrarte que solo yo podía llevarte hasta rozar el cielo.

Seguí el camino que marcaba tu piel, llegando a tu ombligo. Lo delinee con mi saliva. Tenias los ojos cerrados. Quería que tu también recordaras aquello.

 

-Mirame -Te ordene.

 

Basto una palabra miá para que tu cuerpo volviera a tensarse. Me acerque hasta tu oído susurrándote;

 

-Será mejor que nunca olvides quien es tu dueño -La remota posibilidad de que otro pudiera probarle como yo lo estaba haciendo me enfermada -Si alguien se atreve a tocarte, le matare. Si te atreves a tocar a alguien...Te mataré -Lo haría.

 

Mis dedos se abrieron paso en tu estrecha entrada sin avisar. La furia y el placer se mezclaron. Fácil era que perdiera la cabeza, mucho más si se trataba de mi hermano.

Dos, tres. En unos segundos estaba desvirgandote el trasero con mis propias manos. Tus gemidos hicieron eco en la habitación.

Al cabo de un rato estaba follandote como un puto desesperado. Mi vientre chocaba contra el tuyo. Estaba clavandotela con todas mis fuerzas. Sin compasión alguna, arrancandote gritos de placer, de dolor, de éxtasis.

Me aferre a tus hombros y de una estocada me corrí en un interior. Tu ya lo habías echo en varias ocasiones. Había perdido la cuenta de cuanto tiempo llevábamos haciéndolo. Salí despacio y me acomode a tu lado.

 

-Lo siento -No supe si eran las palabras correctas pero en ese momento fue todo lo que pude decirte.

 

-No lo olvidaré -Pronunciaste captando toda mi atención -No lo haré.

 

¿Era esa una forma de decirme que aceptabas formar parte de mi? ¿Que no había sido una ilusión? Mi felicidad se desbordo y te abrace posesivamente. Así nos quedamos largas horas, hasta que al fin caíste dormido y agotado por el esfuerzo. Yo también estaba cansado, pero no iba a dormir. Quería recrearme en ti, verte hasta que amanecería. Luego ya no podría hacerlo.

 

Al salir el sol estaba ya lejos de la villa. Quería despedirme, pero era mejor no hacerlo. Me dolería demasiado. Espero que algún día entiendas, el porque hago todo esto...

Que si vivo, si muero.... Es por ti.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).