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Destellos de oscuridad por PrincessofDark

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¡Ojala que les guste este nuevo capítulo! Les agradezco mucho que continúen leyendo esta historia y más aún sus comentarios. 

Ufff... casi me mando una gran metida de pata y borro la historia por errarle al clic... menos mal que te pregunta antes de borrarla. 

¡Dedicado a ti que estás leyendo y en especial a Aleinad por dedicarme su maravillosa historia! Muchas gracias!!

 

-Bienvenido – fueron las palabras de la joven diosa.

Shun sonrió a modo de respuesta y su mente divagó al momento en que todo había cambiado. La noche anterior no se imaginaba el cambio que daría su vida en menos de veinticuatro horas.

Nunca supo a ciencia cierta la hora en que Hades abandonó su habitación, pero si eran casi las ocho de la mañana cuando él se había levantado para darse un baño y desayunar antes de la hora de la Asamblea, fijada para las diez y media de la mañana.

Recién había terminado de arreglarse cuando sintió los golpes en la puerta de su cabaña y se dirigió a abrir. En el umbral de la puerta, se encontró con una de las personas que menos esperaba ver, el primer juez del inframundo, Radamanthis.

-Mi señor desea reunirse con usted, ¿puede acompañarme?

                                                 *          *          *

Hades había entrado a su habitación como a las cinco de la mañana y se había acostado para dormir apenas un par de horas antes de comenzar la jornada. La cama le pareció inmensa para él solo, y su corazón latió de prisa al pensar en la bella persona que había dejado durmiendo plácidamente.

Una vez finalizada la guerra, estaba dispuesto a enfrentarse a quien fuera con tal de tener para siempre a su joven amor. Probablemente, Ikki se mostraría terriblemente furioso y Saori se opondría a perder a uno de sus caballeros. Sin embargo, Shun sería suyo por siempre, la persona que más había amado en el mundo y la única que era capaz de hacerlo sonreír y dejar de lado su frialdad.

Cuando despertó por el llamado de una de las ninfas que tenía a su servicio calculó mentalmente los votos que tendría Atena a su favor en la Asamblea, Artemisa, Hestia, Zeus, Hefestos, Hermes y él mismo votarían en su apoyo. Pero con ese resultado la Asamblea terminaría en un empate, e igualmente Atena perdería el manejo de la Tierra.

-Si tan sólo alguien más pudiera votar la situación cambiaría – murmuró Hades mientras desayunaba.

Sus ojos se abrieron de golpe, y pegándose en la frente con su mano mandó a llamar de inmediato a Radamanthis. Su juez ingresó a los pocos instantes, parándose con firmeza frente a él.

-Quiero que busques a Shun y le pidas que venga. Dile que deseo hablar con él. Después quiero que vayas a buscar a Lune y lo traigas también.

-Sí, mi señor. De inmediato.

Radamanthis tardó menos de diez minutos en traer a Shun a presencia de Hades, para luego dejarlos discretamente a solas. Hades no dudó en acercarse al más joven y darle un profundo beso en los entreabiertos labios.

-Buenos días, amor.

-Buenos días – respondió Shun, suavemente ruborizado.

-¿Cómo te sientes?

-Bien, muy bien. Radamanthis dijo que querías hablar conmigo.

-Así es. Quiero pedirte una cosa.

Shun se sorprendió pero asintió con firmeza.

-Si está en mis manos ayudarte, claro que lo haré.

Shun se asombró aún más cuando el mayor se arrodilló frente a él y le ofreció un pequeño estuche forrado en terciopelo azul. En su interior brillaba uno de los anillos más hermosos que Shun había visto en su vida con tres finas bandas de oro en distintos tonos. El rostro de Shun se tornó rojo como el fuego mientras el mayor quitaba el anillo del estuche y se lo colocaba en el dedo anular antes de ponerse de pie.

-¿Quieres casarte conmigo?

-Yo…tú… dijiste que… después… la guerra…

-Lo sé. Pero no quiero perderte, Shun y analizando los votos de la Asamblea, es casi seguro de que Atena perderá y la situación se tornará dificilísima. Tengo miedo de que algo pudiera sucederte mientras no estés a mi lado. Si Gea llegara a enterarse de la relación que tenemos podría utilizarte como moneda de intercambio para conseguir algo de mí… y yo daría lo que me pidiera con tal de que estés a salvo. Uniéndote a mí ahora, pasarías a formar parte del Inframundo y con esta alianza tu poder se incrementa muchísimo para poder casi compararse al mío. Pero sí tú no estás dispuesto… yo… comprenderé…

Shun negó suavemente con su cabeza y uno de sus dedos se posó suavemente en los labios del mayor para hacerlo callar. Sus labios esbozaron una dulce sonrisa antes de abrirse para responder.

-Claro que acepto – susurró feliz – te amo. Te amo mucho.

Hades acercó a Shun hacia sí y devoró sus labios en un apretado beso. Al soltarlo continuó hablando.

-Lune está afuera. Él será el encargado del enlace. En aquella habitación – Hades señaló una puerta a su derecha – hay una túnica nupcial que me encantaría utilizases.

-De acuerdo. Ya me cambio.

Shun desapareció dentro de la estancia después de recibir un nuevo beso y Hades se dirigió a otra puerta para hacer pasar a Lune y explicarle su tarea. Si el espectro se había sorprendido, no hizo ningún gesto que lo demostrara y limitándose a responder a las órdenes de su señor, esbozo una sonrisa.

Hades aguardó impaciente que Shun regresara, cosa que se demoró unos diez minutos, pero cuando el joven volvió a salir le hizo contener la respiración. Lucía etéreo y frágil envuelto en la suave calidad del lino y la gasa, materiales con la que estaba hecha su túnica blanca. Los bordes de la túnica tenían un color plateado suave y sus únicas joyas eran la alianza que Hades quitó lentamente para colocársela durante la ceremonia y una esclava blanca en una de sus muñecas.

-Luces hermoso – murmuró Hades en sus oídos cuando lo acercó a sí para colocarse los dos frente a Lune.

La ceremonia fue rápida y sencilla, quizás no exactamente lo que Shun había esperado pero para él fue perfecta y la recordaría eternamente con cariño. Era extraño que pese a todas las presiones que había alrededor y a la amenaza de Ikki aún retumbando en sus oídos que se sintiera tan feliz y que sonriera terriblemente a medida que escuchaba las palabras de Lune. Cuando finalmente terminó y Hades lo besó suavemente regresó a la realidad y supo que estaban terriblemente atrasados para la Asamblea.

-No importa. No comenzarán sin mí – respondió Hades luego de besarlo una vez más.

-¿Voy así o debo cambiarme? – preguntó Shun mirando su traje nupcial.

-Cámbiate. ¿Viste una túnica negra al lado de esta?

-Sí.

-Por favor, usa esa.

-De acuerdo. Ya regreso.

Shun volvió a la realidad al escuchar las primeras palabras de Atena al ponerse de pie para iniciar su disertación.

-La Tierra ha sufrido durante los últimos años el ataque de enemigos cada vez más poderosos y terribles: Ares, Hilda de Polaris, Abel, Poseidón, Lucifer, Hades y finalmente Gea. En cada uno de esos enfrentamientos sufrió terremotos, temblores, inundaciones, sequías, etc. Las consecuencias para el planeta han sido desastrosas y es necesario un prolongado período de paz para que se recupere y regrese a la normalidad. Mi función ha sido proteger el planeta de cada enemigo que ha tenido, y ese objetivo ha sido cumplido con creces. Todos los enemigos han sido derrotados, con el esfuerzo conjunto de mi poder y el de los caballeros que están a mi servicio y que no han dejado de luchar jamás por la paz del mundo. En época de paz también he cumplido mis funciones, procurando mantener el clima pacífico y jamás comenzando una batalla o una guerra por mí misma. Soy defensora absoluta de la paz y eso todos los integrantes de esta Asamblea lo saben. Escucho los ruegos de los hombres y los ayudo en todo lo posible. Gane o pierda en esta Asamblea, estoy con la conciencia tranquila de que he dado todo de mí y que me he esforzado al máximo para hacer de la Tierra un lugar próspero y tranquilo.

Saori volvió a sentarse al finalizar sus palabras y el silencio inundó la Asamblea durante unos minutos antes de que Zeus tomara la palabra.

-Gracias por tus palabras, querida hija. En nombre de todos los dioses te aseguro que las tomaremos profundamente en consideración antes de emitir nuestro voto. Gea es hora de tus palabras si quisieras comenzar.

-Por supuesto que sí.

La diosa estaba aparentemente segura de sí misma, pero Hades pudo notar que su gesto se había transformado un poco al enterarse de que habría un nuevo integrante en la Asamblea. Sí antes demostraba confianza, ahora se podía ver un breve brillo de inseguridad en ellos.

-La Tierra ha sido terriblemente mal gobernada durante estos últimos años. Atena se ha mostrado incapaz de defenderla y protegerla de la forma que corresponde, limitándose a combatir en el último minuto, cuando sus caballeros ya habían dado su vida por ella. Ella no fue compañera de combate, sino un objeto protegido y vigilado al había que cuidar más que a nada. ¿Dónde está su capacidad de sacrificio? ¿Permitir la muerte una y otra vez de sus caballeros es justo? ¿Dónde están sus caballeros ahora? Algunos defendiendo su famoso Santuario, protegiendo restos y ruinas inútiles, otros sentados aquí a modo de escolta escuchando esta disertación y asegurándose del bienestar de esta niña en lugar de recorrer la Tierra protegiendo sus habitantes. Atena ha logrado incluso meter en la cama de Hades a uno de ellos para poder obtener un voto. Eso es el colmo de la bajeza y de la desvergüenza.

Shun se ruborizó al escuchar la última parte, pero antes de que pudiera decir nada, Hades se puso de pie y la miró con ojos destellando rabia.

-Ni se te ocurra meter a mí consorte en este lío que tienes con Atena. Para que lo sepas, Atena se acaba de enterar al igual que todos los dioses y caballeros aquí presentes de mi enlace con Shun. Además, considero que soy lo suficientemente mayor e inteligente como para darme cuenta de que alguien está conmigo por interés y ese no es el caso de mi consorte. Así que te ordeno que te guardes tus estúpidos comentarios ofensivos dentro de tu boca, porque la próxima vez yo te haré callar de una manera más dolorosa. ¿Quedó claro?

Gea miró sorprendida a Hades, al igual que Zeus y los demás integrantes de la Asamblea. El padre de los dioses se puso de pie para buscar la tranquilidad.

-Por favor, calmémonos. No es necesario discutir entre nosotros. Gea no volverá  a insultar a tu consorte y tú no volverás a amenazarla. No es conducta propia de los dioses.

-Me limito a defender lo que es mío – fueron las últimas palabras de Hades antes de volver a sentarse.

Shun le regaló una corta sonrisa mientras veía sentarse también a Gea, con un gesto de odio en su rostro.

-¿Has terminado, Gea? – interrogó Zeus.

-Sí. He terminado.

-La Asamblea queda en suspenso hasta mañana por la mañana. Les ruego a todos aquellos que van a emitir su voto que dediquen lo que queda del día a meditar y reflexionar acerca del apoyo que van a brindar a una de las dos diosas que se han presentado hoy. Tomen la decisión que crean más acertada, pero antes mediten acerca de la corrección de la misma. No cometan un error del que después todos podemos arrepentirnos. ¡Buenas tardes!

Zeus fue el primero en retirarse en compañía de su esposa. Los demás dioses los siguieron de a poco hasta que sólo quedaron Atena, Hades, Shun e Ikki. Shiryu, Seiya y Hyoga cruzaron miradas con Shun, que el más joven no intentó interpretar y abandonaron la estancia en silencio.

-¿Por qué has hecho esto, Shun? – preguntó Saori finalmente, cuando el silencio era incómodo para todos.

-Porque quise – fue la sencilla respuesta de Shun que intentó acercarse a Ikki pero éste se retiró.

-¿Recuerdas lo que charlamos? Por mi parte pienso cumplirlo. En lo que a mí respecta ya no tengo hermano – cortó en seco el Fénix, causando el asombro de Saori y Hades y el dolor en Shun que contuvo las lágrimas para responder.

-Pues bien, sí eso es lo que quieres. ¿Por qué no quieres que sea feliz? ¿Tanto te cuesta aceptar que yo ya crecí? Que ya no soy el niño al que todos podían mandar a su antojo, que obedecía todo lo que le decían. Yo te quiero muchísimo, Ikki, pero no voy a renunciar a mi felicidad porque estés contento. Lo lamento. En lo que a mí respecta, tampoco tengo hermano.

Shun se dio media vuelta y abandonó la estancia en un profundo silencio. Hades no lo acompañó, esperó a que la puerta estuviera cerrada antes de darle un sonoro puñetazo al inmóvil Fénix.

-Eres un idiota. Un estúpido y un imbécil que no merece el hermano que tienes. Eres incapaz de perdonar y de ver más allá de tu egoísmo infantil y absurdo que no tolera que se haga otra cosa que tu voluntad. Tarde o temprano te arrepentirás e intentarás acercarte a Shun pero él pertenece al Inframundo y no te dejaré acercarte a él para que lo lastimes. Saori, tú sabes que cuentas con mi apoyo y no dudes tampoco del apoyo de Shun, quizás haya sido precipitada nuestra decisión, pero los dos estamos seguros de que es lo correcto, sabíamos que pasaría esto con Ikki y no permitiríamos que él nos separara. Hemos terminado, buenas tardes.

-¡Maldito bastardo! ¡Todo es tú culpa! ¡Tu maldita culpa! – Ikki se le echó encima en respuesta pero a Hades le bastó encender un poco su cosmos para mandarlo a volar y darlo contra la pared.  

Hades salió de la estancia para reunirse en sus habitaciones con Shun, pero encontró que el joven no había salido todavía sino que estaba con Hyoga, Shiryu y Seiya, los cuales lucían entre sorprendidos y molestos. Alcanzó a oír las últimas palabras de Shun antes de intervenir.

-No me importa si ustedes están de acuerdo o no, lo importante es que yo me sienta bien y sea feliz. Y en este momento soy profundamente feliz con mi relación con Hades.

-Shun, ¿nos vamos?

El menor volteó a verlo y de inmediato sonrió, aunque detrás de esa sonrisa pudo distinguir los ojos de Shun a punto de llorar y supo que debía sacarlo pronto de allí.

-Sí, vámonos.

Shun abandonó el lugar y no tardó mucho en entrar en sus nuevas habitaciones. Demoró en darse cuenta de que sus ojos derramaban lágrimas abundantes y silenciosas que Hades intentaba contener.

-No importa… no me importa nada… ¡te amo y eso es lo único que me interesa! Prométeme… júrame que jamás me dejarás… - sollozó Shun en voz baja, abrazado firmemente por el mayor.

-Te lo juro, juro que te haré la persona más feliz del mundo. 

Notas finales:

Bueno... los números para matar al Fénix se entregan pasado mañana de 9 a 15 horas en Calle Alegría 1661, Pelotillehue... jajaja. 

Los números para matar a la autora se encuentran suspendidos hasta nuevo aviso. XD.

¡Nos leemos pronto! Besos ^_^


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