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Destellos de oscuridad por PrincessofDark

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

Les agradezco mucho a todos aquellos que leen y que acompañan esta historia capítulo a capítulo. Ojala que este nuevo les interese y me lo hagan saber con sus comentarios.

¡Dedicado a todos aquellos que leen y especialmente a aquellos que animan a través de sus comentarios! 

Esa mañana el cielo del Santuario amaneció en un tinte grisáceo y opaco que no presagiaba nada bueno. Era un clima de tormenta y que daba la sensación de que en cualquier momento caería una lluvia plomiza sobre el lugar.

Mu de Aries estaba en la entrada de su Templo cuando sintió un cosmos poderoso y amistoso acercarse a su casa. Al cabo de un minuto, apareció frente a él un hombre joven como de veinte y pocos años. El desconocido lucía una vestimenta levemente atípica para los aguerridos caballeros del Santuario: una túnica blanca y corta, un sombrero gastado de color marrón y un par de sandalias en las cuales se agitaba un par de alas blancas y pequeñas. En su mano derecha llevaba un pergamino, atado con un lazo púrpura y en la mano izquierda portaba una vara de oro con dos serpientes también doradas entrelazadas. La vara era un caduceo y por ese objeto junto con la lira que portaba en su espalda firmemente sujeta, Mu de Aries reconoció a su visitante como Hermes, el mensajero de los dioses.

-Buenos días. Soy Hermes y deseo hablar con Atena – la voz joven y perfectamente modulada era tan amistosa como el cosmos.

-Buenos días, señor – Mu se inclinó respetuosamente y se hizo a un lado para dar paso al dios que comenzó su avance agradeciendo con una sonrisa.

Mu sabía perfectamente que Hermes podía aparecerse directamente frente a Atena, el hecho de que atravesara las doce casas era un símbolo de que no quería despertar la preocupación de los caballeros y que su visita era por demás pacífica.

Sin ningún inconveniente y a un paso mucho más ligero que el de un humano normal, Hermes demoró una hora en estar frente a Atena en el interior del templo principal.

La joven diosa lo había visto sorprendida aparecer en el templo, pero había sonreído feliz y se había puesto en pie para abrazarlo.

-¡Hermes! ¿Cómo estás?

-Muy bien, Atena. Gracias por preguntar. Luces muy bella y encantadora, hermana.

-Siempre tan galante. Gracias. ¿Qué te ha traído por aquí? Debe ser algo importante si tienes que abandonar el Olimpo.

-Así es – el gesto de Hermes se tornó serio – estás metida en un serio problema – Hermes le entregó un pergamino que Saori se apresuró a abrir y leer.

-¡No! No puede ser. ¡Gea no puede hacer esto! – exclamó después de la lectura.

-Lo lamento, pero sí puede hacerlo. A diferencia de Poseidón, Abel y Hades que fueron tus anteriores oponentes, Gea es una diosa primitiva y como tal tiene derecho a reclamar la Asamblea de los Dioses para que analice tu gobierno como soberana de la tierra y si pierdes la votación deberás entregarle el gobierno de la tierra a ella.

-¿Cuándo debo asistir?

-Zeus quiere celebrar la Asamblea lo más pronto posible. Puso como fecha tres días para celebrarla y te quiere en el Olimpo mañana mismo.

-¿Debo ir sola?

-No. Puedes llevar una escolta, pero sin sus armaduras.

-¿Quiénes estarán en la Asamblea? – preguntó a continuación Saori.

-Zeus y Hera, Abel, Artemisa, Poseidón y Anfitrite, Hefestos y Afrodita, Ares, Hestia, Hades y yo.

-¿Todos votarán?

-Por supuesto. Un voto por cabeza.

-¿Qué voy a hacer? Si llego a perder el gobierno de la tierra… pasará a manos de Gea y sin pelear una batalla.

-Si quieres vencerla debes preparar bien tu defensa y tus argumentos. Estoy seguro de que ella pretenderá resaltar cada uno de tus fallos para que los dioses voten en su favor.

-Lo sé. Empezaré a prepararme de inmediato.

-Entonces te dejaré a solas. Nos vemos mañana, hermana.

                                                 *          *          *

Saori había hecho una reunión general con todos los caballeros en donde había informado con claridad lo que era la Asamblea de Dioses y la importancia que tenía el resultado de la votación para el destino del planeta, haciéndolos conscientes de que esa reunión era fundamental para que Atena siguiera siendo la gobernante de la Tierra.

Todos los dorados se habían ofrecido a acompañarla al Olimpo, pero Saori había seleccionado para que la escoltaran a sus cinco fieles caballeros de bronce: Shiryu, Seiya, Hyoga, Shun e Ikki, estos últimos con la relación bastante tensa todavía.

El viaje al más sagrado de los montes de Grecia, a la residencia del poderoso Zeus, es decir al Monte Olimpo fue sencillo debido al poder de la diosa que los transportó hasta la misma entrada del palacio residencia de Zeus.

Inmediatamente, una ninfa se acercó al grupo y con voz cantarina se ofreció a acompañar a los caballeros a sus habitaciones mientras Atena se encontraba con su padre.  

Los jóvenes caballeros de bronce la siguieron después de recibir un breve asentimiento por parte de Atena y llegaron pronto a una serie de cabañas que la ninfa les repartió para posteriormente dejarlos a solas.

Shun entró y observó con curiosidad la cabaña que le había sido destinada. Hecha en madera tenía una habitación amplia que era dormitorio y sala de estar y otra habitación que era el baño. Supuso que las comidas se realizarían en algún comedor compartido.

Dejó su mochila de viaje sobre la cama y la abrió sacando sus escasas pertenencias. Estaba tan concentrado en sus pensamientos y en ordenar las cosas que no sintió la entrada de Hyoga para informarle que era hora de almorzar.

                                                 *          *          *

El padre de los dioses estaba molesto. Esa fue la conclusión a la que llegó Saori nada más verlo, con su cara mostrando la irritación y el enfado que tendría.

-Pasa, hija mía.

-Padre – Atena se arrodilló suavemente en forma de respeto pero de inmediato sintió el cosmos de su padre poniéndola de pie.

-Levántate, hija.

-He venido tal como Hermes me lo ha pedido.

-Es lo mejor. Quiero revisar tus argumentos antes de la reunión de mañana. Espero que comprendas la importancia que tendrá tu discurso a la hora de votar, aunque temo que será difícil.

-Lo sé. Abel, Poseidón, Ares… estoy segura de que votarán en mí contra por las batallas pasadas. Hades quizás proclame su neutralidad. Anfitrite también tiene derecho a votar como consorte de Poseidón y votará al igual que su esposo.

-Si queda en un empate, aún así saldrás perdiendo.

-No puedo perder. Gea destruirá todo por su mero capricho, y Pontos y Urano la ayudarán.

-Entonces… empecemos… ¿qué vas a decir?

                                                 *          *          *

Los caballeros de bronce no habían hecho demasiado durante el resto del día. Atena no solicitó su ayuda ya que permaneció reunida con Zeus casi todo el día. Gea hizo su aparición también pero en el Olimpo estaban prohibidos los combates y tenía que mantenerse un armisticio entre los contendientes por lo que no se cruzó ni con Saori ni con los caballeros.

Después de una breve cena, los cinco caballeros se despidieron y se dirigieron a sus respectivas cabañas.

Los pensamientos de Shun se concentraron en Hades una vez que se había encerrado dentro de su cabaña y relajado sobre el sofá. Sintió curiosidad por saber si había llegado al Olimpo, porque no lo había visto y tampoco había detectado su cosmos. Se preguntó también si él estaría enterado de su viaje al Olimpo y del lugar en que se estaba alojando.

Sus dudas se aclararon cuando la imponente presencia del dios de la muerte se apareció en su habitación. Shun sonrió de inmediato, su rostro reflejando un dulce y amante gesto.

-¡Hola! – la voz de Shun sonó feliz mientras se levantaba un poco del sofá, aunque el dios del averno se acercó y se dejó caer de rodillas frente a él para impedirle levantarse del todo.

-Buenas noches, amor – saludó Hades con un intenso beso en los labios.

-Me estaba preguntando si sabías que estaba aquí.

-Pues claro. Te vi, pequeño distraído hoy por la mañana cuando llegaste… pero tú no te diste cuenta y yo preferí no acercarme para no tener problemas con Ikki. Hablé con la ninfa que los acompañó y averigüé tu habitación y después de la cena… aquí me tienes. ¿O acaso creíste que te escaparías tan fácilmente de mí?

Hades le regaló otro beso más en los labios que lentamente los fue encendiendo a ambos hasta que la falta de aire los obligó a separarse un momento.

-Atena está preocupada por la Asamblea de mañana – indicó Shun.

-Debe sentirse preocupada. La decisión de la Asamblea puede cambiar el destino de la tierra.

-¿Qué hará Gea si logra ganar la votación?

-Te aseguro que nada bueno.

-¿No puede matar a Saori, no?

-No. En cualquier caso, Zeus abrirá las puertas del Olimpo a Atena y la hará quedarse aquí.

-¿Y qué pasaría con nosotros los caballeros?

-Gea podría hacer lo que quisiera con ustedes: matarlos, quitarles sus poderes u obligarlos a servirla aunque sea a través de conjuros. Pero no te preocupes… yo no permitiré que te ocurra nada, ya te dije que después de que esto pase te convertiré en mi consorte y te encerraré en una torre como Rapunzel.

Shun sonrió de nuevo ante la broma que sabía que tenía como objetivo distraerlo y hacerle olvidar sus preocupaciones. Hades lo besó de nuevo, más brevemente en esta ocasión y continuó hablando.

-Sabes… en este momento podrías pedirme que votara a favor de Atena y accedería. Sin embargo, me demuestras de nuevo tus nobles sentimientos y no me pides nada. Me confirmas otra vez que me amas y que no estás conmigo por interés.

-Sería incapaz de pedirte algo así. Yo te amo y tomes la decisión que tomes no podría dejar de hacerlo.

Shun se acercó al mayor y lo besó suavemente, con la calidez y la ternura que sólo él podía demostrar y que podía despertar la pasión del más frío de los dioses, que no tardó en responderle con más y más intensidad.

Hades no tardó en ponerse al mando de la situación y gradualmente sus labios ejercieron presión y entreabrieron la boca de Shun para que su lengua comenzara una serie de jugueteos y caricias que lograron pronto su objetivo al comenzar a oírse los gemidos tenues del más joven.

Siguió besándolo a medida que comenzaba a levantarlo del sillón y gradualmente lo conducía a la cama, no demasiado grande pero sí cómoda que se encontraba a apenas un par de metros.

Los besos en la boca de distintas intensidades culminaron cuando el mayor colocó el cálido cuerpo de su amante sobre la cama y se dirigieron a su cuello para continuar su deliciosa tarea.

Hades se deleitó con esa tarea, lamiendo y besando suavemente esa región mientras sus manos quitaban con apenas dificultad la remera de Shun. El joven de cabellos verdes utilizó también sus manos para retirar la capa del mayor y su camisa, dejando ambos cuerpos con el torso desnudo para que pudieran acariciarse y acercarse hasta casi fundirse.

Lentamente, Hades descendió por el cuerpo de Shun, besando los hombros y trazando un recorrido que bajó hasta el esternón y se acercó gradualmente a sus pezones que besó y lamió hasta que un arqueo de satisfacción por parte del más joven le permitió tener más libertad.

Después de un rato, su boca comenzó a descender de nuevo hasta alcanzar el límite de los pantalones del joven que gimió ante los deliciosos besos.

-Quiero verte – susurró Hades, regresando al rostro del más joven para besar sus labios con suavidad mientras sus manos se acercaban al pantalón para quitarlo pero deteniéndose a la expectativa.

Shun asintió suavemente y recién entonces el mayor comenzó a deslizar el pantalón y la ropa interior sin dejar de besarlo en los labios ni por un instante. Luego, quitó su propia ropa hasta quedar tan desnudo como el jovencito.

La excitación de ambos era notoria y el calor de sus cuerpos y las breves gotas de sudor que se escapaban de los dos eran claros síntomas de eso. Hades volvió a recorrer el cuerpo de Shun con su boca, acercándose gradualmente al miembro erecto del joven.

Shun lanzó un intenso gemido al notar la lengua del mayor en su entrepierna y en su miembro, sus ojos se cerraron a causa del placer y su cuerpo se dejó hacer sobre la cama permitiéndole al mayor que se acomodara entre sus piernas y se dedicara a complacerlo.

-Espera… por… favor… - Shun balbuceó esas palabras cuando se sintió llegar al clímax pero Hades no se apartó hasta conseguir que se derramara en su boca.

Shun se dejó caer sobre la cama al alcanzar el orgasmo, su respiración agitada y jadeante y el corazón latiendo acelerado mientras sentía la boca del mayor ascendiendo hasta devorar sus labios en un beso tan intenso que arrancó nuevos gemidos.

-Quiero que seas mío – jadeó roncamente el mayor en uno de los oídos del más joven mientras mordisqueaba cuidadosamente la oreja.

Notó el temblor que recorrió la espina dorsal del más joven ante sus palabras y se preparó mentalmente para detenerse y evitar poner cara de frustración. Sin embargo, Shun alzó levemente su carita y le regaló un suave beso antes de asentir una sola vez.

-Gracias, amor – Hades lo besó a su vez, primero con besos cortos y luego largos y profundos mientras comenzaba a dilatar con sus dedos la entrada de su amante.

Shun se quejó con la invasión del primer dedo y en su rostro se plantó un gesto de dolor que Hades sosegó con sus besos hasta poder ingresar otro dígito más en la intimidad del más joven.

-Duele… - se quejó en voz alta Shun cuando sintió la invasión de tres dedos que lo dilataban cuidadosamente.

-Lo sé… lo sé… pero valdrá la pena… lo juro…

Hades rozó con sus dedos la próstata del más joven y logró escuchar un intenso gemido de placer. Se dedicó a tocar una y otra vez ese punto hasta que la voz balbuceante e incoherente de Shun le suplicó que avanzara.

-Por… por favor… Ha… des…

Hades retiró cuidadosamente sus dedos y colocó su miembro en la entrada del más joven para comenzar a invadirlo y poseerlo lentamente. El placer que recorrió su cuerpo fue extremo al sentir como ese cálido cuerpo lo albergaba, aunque logró contenerse lo suficiente como para esperar que Shun se acostumbrara a sentirlo en su interior antes de comenzar a moverse. Los movimientos fueron suaves y lentos hasta que encontró nuevamente la próstata del más joven que le suplicó gimiente que aumentara el ritmo, cosa que hizo hasta tornarlo prácticamente frenético y lograr alcanzar los dos el clímax.

Salió del interior de Shun con sumo cuidado, aferrándolo a su cuerpo hasta sentir que la joven respiración se calmaba y el muchacho no tardaba en dormirse cálidamente abrigado y protegido por los firmes brazos del mayor.

-Duerme, amor – susurró Hades antes de dormirse también. 

Notas finales:

Bueno... ahora sí llegó el lemon. ¡Espero que haya quedado bien! 

Nos leemos pronto ^^ ¡Besos! 


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