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(Hetalia) Un Presente en Navidad por Nekoki

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Notas del fanfic:

Hetalia le pertenece a Hidekaz Himaruya, este es un trabajo sin fines de lucro y sólo por mero entretenimiento :P

Notas del capitulo: Holaaa~s, aquí ando con mi pequeño proyecto cortado jeje. Bueno, este fic cuenta una historia navideña, ok pero... ¿de qué navidad estamos hablando?
Esto fue un gran problema para mí, porque desde mi punto de vista hay tres navidades posibles: 24/25 (navidad clásica), 1 (el año nuevo en Rusia se festeja como si fuera navidad, adornan los árboles y aparece el barbudo "abuelo helado" dándole regalos a los niños) o el 7 de enero (navidad ortodoxa que no me calenté en averiguar qué carajo era :P).
Bueno, quiero aclarar que la fecha que pisa esta historia es la del 1 de enero, año nuevo para el resto del mundo.
Sin más preábulos, los invito a que pasen y lean.
Ese era el pensamiento de Rusia desde que Letonia, Lituania, Estonia, Ucrania y hasta Belarús se habían ido de su lado. La guerra había hecho estragos en la vida social de Rusia, y él no entendía el por qué.
-Haaa... Vivimos tanto tiempo juntos y ahora todos se fueron...
Había días en los que volvía a casa y llamaba a Letonia para que tome su abrigo, pero no había caso, su voz resonaba en la enorme casa y ni un alma acudía a su llamado. En esos momentos era en los que más deseaba tener un amigo con el cual estar, ni siquiera quería ser superior a él, simplemente quería alguien con quien compartir.
La navidad ya se había acercado a todos los países del mundo, y en cada casa tenían una manera diferente de festejar estas fiestas, pero este año sería la primera vez que Rusia estaría completamente solo. En todo este tiempo que duró la guerra no puedo hacerse amigo de ninguno de los Aliados siquiera, pero al pensar en ello recordó la navidad anterior, en la que Los Países Aliados y El Eje tuvieron la oportunidad de pasarla todos juntos en aquella isla.
-Es cierto, esa vez Finlandia-kun nos trajo presentes a todos y... Umhh...
Se dirigió hasta el escritorio de su estudio y comenzó a escribir una carta.
"Querido Finlandia-kun:
Hola, soy Rusia. Me he dado cuenta que tú eres el encargado
de repartir los regalos en todos los países, ya que entre tu casa y la mía vive Santa,
así que eres el responsable de traerme lo que te voy a pedir..."

Y luego de formular su pedido concluyó con un "Y si no me lo das... Juh, juh, juh...", esa era la risita burlona que le conseguía cualquier cosa que quisiera.
En lo que a navidad se refiere, en Rusia se festejaba un poco diferente a la de otros países, era prácticamente en Año Nuevo, fecha en la que decoraban sus árboles navideños y aparecía Santa Claus dejando regalos a los niños. En esta fecha, Rusia siempre decoraba la casa y el árbol junto a los Países Bálticos y a sus hermanas, pero ahora estaba completamente solo.
Como ya se acercaba la fecha de la festividad, Rusia se propuso disfrutar aunque no tuviera a nadie, y para empezar se decidió a divertirse decorando el árbol de navidad. Fue hasta el sótano donde guardaban todas las luces y los adornos, pero éstos se encontraban en una caja en lo más alto de un estante, no recordaba haberlos puesto ahí, pero claro, la limpieza siempre quedaba a cargo de Lituania. Buscó un banquillo de por ahí y se paró estirando los brazos para alcanzar la caja. Sabido es que Rusia es grandote, y no hubiera habido problema de no ser porque "algo" pasó corriendo por debajo y sin querer tocó el débil banquito, tirando a Rusia al suelo.
-Aaa~h... ¿Qué fue lo que pasó?
Miró a su costado y encontró un panda; en verdad era extraño, ya que en su casa no había pandas. Pero de igual modo, eso lo había hecho enojar un poco, y con su sonrisita macabra, acercó su mano hacia el animalito.
-Ven, lindo pandita, Rusia-chan no te va a hacer nada, juh...
En ese momento, alguien más entró al sótano, interrumpiendo la captura.
-¡Panda!
-¿Eh? ¿China?
-¡Oh, me alegra que estés bien, panda! ¡Estaba tan preocupado aru!
China se acercó al panda y lo abrazó con ternura.
-¿Por qué estás en mi casa, China?
-¿Eh? Ah, Rusia, eres tú. Estaba paseando con panda, cuando de pronto entró a tu casa. Me preocupé mucho en ese momento.
-¿Eee~h? ¿Y por qué te preocupaste de que entre a mi casa? ^_^
-¡Ugh--! B-bueno, es que-- Estoo--
Con una risita, Rusia intentó levantarse, pero cuando lo hizo volvió a caer con un terrible dolor en el tobillo.
-¡Oh! ¡Rusia! ¿Estás bien?
-Unh, parece que me torcí el tobillo.
-¿En serio? Déjame ayudarte.
-No, así estoy bien, puedo solo.
Lo intentó de vuelta pero apenas podía mantenerse en pie, y era obvio que no daría ni un paso. Viendo esto y sin más preguntas, China tomó el brazo de Rusia y lo puso alrededor de su espalda.
-Vamos, yo te ayudaré a ir hasta tu habitación aru.
-... China...... -lo miró un tanto sorprendido- Unh...
Fueron juntos hasta el cuarto de Rusia, trabajo que a China le costó mucho, ya que el país más grande del mundo era bastante pesado; cuando llegaron Rusia se recostó sobre su cama, mientras el otro se tiraba cansado sobre una silla.
-¿Por qué no me dijiste que tu habitación estaba escaleras arriba aru?
-Se me olvidó. ^_^
-Oye, ¿acaso tú no vivías con los Países Bálticos?
-¿Eh?... No, ellos... se fueron...
-M-mh, ya veo...
La atmósfera se tornó un poco densa, así que China optó por ir a preparar un poco de té. Rusia quedó solo en la habitación, mientras observaba que en su pié derecho había hinchazón y dolor. Desde su cuarto pidió a China que le alcanzase una bolsa de hielo, y al subir, éste apareció con el hielo y unas tazas de té.
-¿Cómo está tu tobillo?
-Mmhh, no muy bien. Me duele un poco.
-A ver...
China se le acercó y palpó un poco la zona de la torcedura, y luego colocó con mucho cuidado la bolsa de hielo.
-Ooh, no se ve muy bien...
-¿Qué quieres decir con eso?
-Bueno, sólo espero que no sea un esguince...
-¿Eh?
-En todo caso deberíamos llamar a un médico.
-Unh, está bien.
La sonrisa de Rusia había decaído un poco y ahora demostraba preocupación en su mirada, así que China intentó subirle un poco el ánimo.
-¡Vamos! Estarás bien aru. Hoy es un lindo día para tener un ceño fruncido… ¡Erk--!
China abrió las cortinas de la habitación de par en par, pero se dio cuenta de que afuera había una gran tormenta de nieve, y que el lindo día con el que entró a la casa de Rusia se había convertido en algo muy peligroso.
**¿N-no será que el clima cambia de acuerdo al humor de Rusia? N-no, eso no puede ser, jeh jeh... ¿O si?**
-¿Qué pasa? ^_^
-E-eh, no, nada, nada...
-¿Te sorprendiste? En mi casa siempre está nevando y es muy normal que haya tormentas de nieve. Hasta me parecía extraño que el día haya estado tan soleado hasta ahora, juh.
-Rusia, tú estás acostumbrado al frío, ¿verdad?
-Sí, los inviernos son muy duros y los veranos cortos y frescos, no queda otra que acostumbrarse. ^_^
-Ya veo. En mi casa suelen haber diferentes climas, de acuerdo a donde vayas. Un día te invitaré para que veas como es por allí -terminó su taza de té y se sirvió otra.
-¿Eh?
Rusia posó su imperturbable mirada sobre su compañero, sorprendido por el ofrecimiento.
**¿Acaso... acaso China me está invitando a pasar el rato en su casa?**
Era la primera vez que Rusia recibía esa clase de invitación, estaba acostumbrado a entrar sin permiso y a tomar posesión, sometiendo al país que fuera.
-¿Qué pasa, Rusia? ¿Dije algo malo?
-¿Eh?... N-no, no dijiste nada malo. Es sólo que me sorprendiste.
-¿Por qué?
-No esperaba que me invitaras así a tu casa. La verdad es... Que los demás países odian que yo vaya a visitarlos...
Rusia agachó la cabeza pero sin perder su sonrisa, mientras China, tomando otra taza de té con la cabeza baja, se sentía culpable por atraer tal conversación que obviamente no era del agrado de ninguno de los dos.
Un momento de silencio después, un estornudo se escuchó en la habitación.
-¿China?
-Ah, no es nada.
-Ahora que lo veo, estás muy desabrigado para estar aquí.
-No, estoy bien, no te preocupes.
-Abre ese ropero que está allí y escoge el abrigo que más te guste.
-Pero, Rusia...
-Juh, con esta tormenta no podrás salir, y tampoco nadie va a venir, así que mejor te vas poniendo cómodo. ^_^
-**Eso sonó un poco raro...**.
China estuvo un rato para elegir alguna campera o suéter, ya que todos superaban ampliamente su talla; hasta que se decidió por un jersey de lana grueso que encontró perfecto para él.
-Muchas gracias, Rusia.
-¿Oh? Ese jersey...
-¿Qué pasa?
-Eso no es mío, debe ser de Estonia o Lituania. De todos modos quédatelo, a mí sólo me sirve para echarlo a la chimenea. ^_^
-B-bueno, si tú lo dices. Muchas gracias.
La habitación volvió al silencio luego de que ambos acabaran sus últimos sorbos de té, y mientras se servía otra taza, China se dispuso a crear una nueva plática.
-Nee, Rusia, tu casa es verdaderamente grande, ¿no es así?
-Sí, ¿por qué la pregunta?
-Sólo pensaba... "¿Cómo Rusia puede vivir solo en una casa tan grande? Debe ser muy difícil limpiar todo". O algo así.
-Ooh, bueno, antes Estonia era quien se encargaba de limpiar la casa--... Mmhh...
-¿Eh? ¿Qué pasa?
-Sabes... Yo... En realidad... Los extraño mucho, a todos ellos...
-... Rusia...
-A decir verdad, me siento muy solo en este lugar tan grande. Además, esta será la primera navidad que pase a solas... Es un poco triste...
China jamás pensó que podía ver al país más grande del mundo en tal estado, y eso en verdad le provocaba una gran ternura. Eso y también el hecho de que acababa de encontrar un parecido muy singular.
Tomando con determinación todo el té de su taza y levantándose del sillón en donde se encontraba, China se puso cara a cara con Rusia, mirándolo fijamente.
-¿Eh? ¿China? ¿Q-qué pasa...?
-Ya me había parecido antes pero... Tú, en verdad...
De esa mirada seria que incomodaba a Rusia, el rostro de China pasó a una gran sonrisa y ojos brillantes.
-¡¡En verdad pareces un panda!! X3 ¡¡Kawaii aru!!
-¿¿Eh...??
-¡Sí, si! Tu tamaño, tus hombros, tu espalda, todo parece un gran panda.
-¿E-estás bien, China?
-¡Por supuesto que sí! ¡Ja, ja, ja!
El comportamiento de China era mucho más extraño que lo usual, y la atención de Rusia se posó sobre la taza de té de éste, que se encontraba sobre la mesita de luz. Pasó el dedo por dentro de la taza y luego examinó el líquido que había quedado, llegando a la conclusión de que ese sabor le era bastante familiar.
-China... ¿Mezclaste el té con vodka?
-¿Eh? ¡Yo jamás haría una cosa como esa aru! ¡Ja, ja, ja!
-¿Entonces qué...? ¡Ah--!
En ese momento Rusia recordó algo sobre una pequeña bromita que le había tendido a Lituania.
**Ya veo, esto quedó de la vez que puse vodka en el frasco del edulcorante líquido. Como yo no tomo mucho té olvidé que lo había puesto, jeh, jeh... Ahora entiendo por qué China se sirvió tantas tazas, y como yo estoy tan acostumbrado ni siquiera me di cuenta**.
No había mucho que hacer, por lo menos el alcohol corriendo por las venas de China le haría sentirse más calentito.
-Nee, Rusia, ¿puedo acostarme a tu lado?
-¿Eh?
-Es que tú estás ahí tapado muy cómodo, yo estoy sólo con esto puesto y en una silla, en verdad eres muy injusto, no sabes tratar a tus invitados aru.
-China, creo que estás ebrio.
-¡No lo estoy!
Cualquiera que le sacara algo en cara a Rusia estaba ebrio o loco, ya que él no era precisamente de las personas que aceptan tranquilamente una crítica. Pero para terminar la discusión, China se metió sin permiso entre las mantas y se cubrió hasta la cabeza.
-En verdad no estás acostumbrado al vodka. ^_^"
-Ummhh...
En menos de lo que canta un gallo China ya estaba bastante cómodo y calentito, y eso lo llevó a dormirse una pequeña siestita.
-¡A-ah! Espera, China, no puedes dormirte aquí--...
Esto era algo embarazoso, pero Rusia no estaba en condiciones de levantarse y cambiarse de cuarto, así que tuvo que permanecer junto a China. No podía dormirse con tal invitado a su lado, pero no había nada que hacer si el otro no se quería despertar. De vez en cuando movía "accidentalmente" su brazo y le daba un codazo a China, pero aún así éste sólo se movía un poco y seguía durmiendo.
**¿Cómo acabó esto así? Yo sólo quería bajar las luces de navidad y decorar el lugar, pero... ¿Cómo alguien puede confundir tan fácilmente el vodka y el edulcorante y quedarse dormido?**.
Agradecía el no estar solo, pero aún así era un poco aburrido hablarse a sí mismo. Comenzó a frotarse los ojos en señal de sueño y a bostezar, todavía era temprano pero entre la tormenta de nieve y el silencio de la casa, sus ojos comenzaban a cerrarse solos.
-N-nee, China, puedo... ¿dormir a tu lado?
-Nh...
-Tomaré eso como un sí...
Adentró todo su cuerpo entre las frazadas y se puso de costado, en dirección a China, quien desgraciadamente miraba hacia ese mismo lado de la cama. Intentó acomodarse, pero le resultaba bastante frustrante tener a alguien así a su lado, esta era la primera vez que dormía junto a otra persona, y en su mente había establecido ciertas cosas que debían pasar en "esas" situaciones.
De repente China se dio media vuelta en la cama y quedó cara a cara con Rusia, sorprendiendo a este último y distrayéndolo de sus pensamientos. China se veía tan pequeño en ese momento, estando tan confiado e indefenso. Con un movimiento lento, Rusia posó su mano en la cadera del gran amante de los pandas y se le acercó más, de manera de quedar casi pegados el uno al otro.
**Waa~h... China es muy cálido...... Quisiera...**.
-... China...
Lo rodeó con sus brazos y lo apoyó contra su pecho, y en ese momento sintió como China correspondía el abrazo, aunque con una ligera diferencia.
-Mhh... Panda... Kawaii aru...
-¿...?
**Jeh, ¿por qué no me extraña?**.
De todos modos siguió sujetándolo, ya habría tiempo para explicaciones.
La pequeña siesta de China duró en total una hora y media, y al momento de despertar se dio cuenta de que estaba prisionero en una gran jaula de dos barrotes.
**¡¿Rusia?! ¿Q-qué pasó mientras estaba dormido?**.
-R-Rusia... Despierta, Rusia.
-¿Eee~h? ¿Ya es hora de comer...?
-N-no, no es eso. Es que... Me estás...
China hizo señas con la mirada hacia abajo, mostrando los brazos que aún lo rodeaban.
-Aaah, ya veo... ¿Y qué con eso?
-¿Eh--? Bueno, es un poco raro, creo que deberías soltarme...
-Noo~, si China también me pidió que lo abrace.
-¡¿Yo dije eso?!
-Sí, dijiste que era lindo como un pandita y que querías un abrazo. ^_^
-Ah--... Ah---...
China no comprendía absolutamente nada de lo que pasaba, pero aún así se moría de vergüenza porque entendía que tal vez en algún lugar de su corazón pudo haber pensado en eso una vez.
-No te preocupes, sólo bromeo.
-... ¿Eh...?
-Al parecer tomaste té con vodka y te dio sueño, sólo eso.
-Haaaaa... -soltó un suspiro de alivio.
-Lo que no entiendo es... ¿Cómo no te diste cuenta de que el té tenía vodka? Su sabor es muy notorio para quien no está acostumbrado.
-B-bueno, a decir verdad, sí me di cuenta. Pero es que estaba nervioso por estar contigo, así que... lo tomé a propósito aru.
-¿Por qué estabas nervioso?
-¡N-no preguntes! Es bastante obvio...
Rusia comprendió de inmediato que su presencia ponía un poco incómodo a China, y no era para menos, ya que el gigante había pensado varias veces en invadirlo. Entonces fue él quien se sintió incómodo y culpable, rodando en la cama y dándole la espalda a China.
-Lo siento...
-¡N-no, Rusia, no quise decir eso!
-Pero es cierto... Lo único que hago es causarles problemas a los otros países...
-Mhh... A mí... Me caes muy bien, en serio.
-¿En serio? ¿No es que te hago sentir incómodo?
-Bueno, sólo un poco. Pero me gusta estar contigo.
Rusia lo miró sorprendido por tales palabras, sentía que en verdad no estaba mintiendo al decirle eso, lo que lo colmaba de una extraña alegría.
-Nee, China... ¿Te gustaría... pasar la navidad conmigo... aquí?
-¿Eh?
-B-bueno, no hay problema si no quieres, yo entiendo, je je...
-No, no es eso... Es que creo que nunca festejé la navidad como se debe. Siempre lo hacemos muy comercial aru.
-¿Entonces?
-¡Por supuesto que sí! No tengo nada más que hacer y seguro que la pasaremos muy bien aru.
-¿E-en serio? ¡Waa~h que bien! El sólo pensarlo hace que mi corazón lata de alegría. ^_^
-¿Ustedes lo festejan el primero de enero, verdad?
-Oh, sí. ¿No festejan año nuevo en tu casa?
-Ah, no te preocupes, este año es en febrero, así que está bien.
Rusia no podía estar más feliz con su nuevo amigo, si sólo no fuera por esa torcedura.
-¡Ah, cierto! ¿Cómo está tu pie?
-No lo sé, vamos a intentarlo...
Rusia salió de la cama e intentó caminar un poco, dándose cuenta que el dolor de su tobillo era ahora sólo un pequeño entumecimiento. Ambos se pusieron muy felices por la recuperación, así que era hora de empezar con el arbolito, ¡sólo quedaban dos días!
Bajaron hasta el sótano y entre los dos sacaron las luces y los adornos, en cuanto al árbol, Rusia ya lo había comprado desde el día anterior, sólo que no tenía muchos ánimos de decorarlo. Colocaron el pequeño pino en la sala principal y comenzaron con los adornos, fue un día muy divertido en el que Rusia olvidó los problemas con la Unión Soviética y se dedicó de lleno a pasarla bien con China, almorzaron, charlaron y jugaron con las guirnaldas y el panda durante toda la tarde.
Las horas pasaron volando, y en cuanto la nieve se detuvo China aprovechó para volver a su casa.
-Voy a volver mañana, ¡así que prepárate aru!
-Sí, te voy a estar esperando así que no llegues tarde.
-Voy a traer algunos adornos más de mi casa, te sorprendería saber cuanta chatarra navideña tengo.
-Ah, y también trae tu carta para Santa, se la mandaremos desde aquí.
-¿Eh? ¿Una carta? ¿Acaso no es un mito?
-No, Finlandia-kun fue el que nos trajo los regalos de la otra vez, y si la mandas desde aquí seguro que te traerá algo.
-Ah, ya veo. Entonces esta noche escribiré algo. Bueno, nos vemos, ¡cuídate, Rusia!
-¡Buena suerte, China!
Y así China se subió a un taxi y fue directo a su casa por una carretera llena de nieve. Rusia volvió adentro y comenzó a hacer los preparativos para la cena, pero en cuanto entró a la cocina vio la heladera abierta y al panda de China comiendo algunas verduras.
-¡Panda! ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con China?
Y en ese momento el teléfono sonó, no sólo anunciando que China había llegado bien a su casa, sino que se había dado cuenta de que olvidó el panda.
-No te preocupes, yo lo cuidaré hasta mañana, no creo que sea tan difícil.
-B-bueno, te lo encargo...
Y así fue como Rusia se aseguró de que China tendría que volver sí o sí. Hizo lo mejor que pudo para cuidar al panda, pero no era tan fácil como el creía; a pesar de ser un oso no quería comer carne cruda ni cocida, era pequeño pero escurridizo, mordía las plantas y los sillones y no se quedaba quieto por nada.
Luego de unas horas de lidiar con él y un poco desesperado por la actitud de tan "tierno" osito, Rusia no tuvo más opción que tomar medidas drásticas, así que lo ató en la cocina, le dejó un pote de agua, unas cobijas viejas y se fue a dormir.
La mañana volvía a ser espléndida, sin tormentas y con una temperatura moderada, Rusia se levantó de muy buen humor y se fue a dar un baño. Mientras estaba en la ducha oyó sonar el timbre y sabía que era China.
-¡Estonia! ¡Abre, que estoy en la ducha!
De nada sirvió, ya que aún seguía solo, así que se puso una bata y caminó hasta la puerta tiritando un poco de frío. Esta vez China venía un poco más abrigado y con una bolsita de comida para el panda.
-Lo siento, China, estaba en la ducha.
-No, al contrario, lamento haberte molestado aru.
-No es ninguna molestia, me gusta que me vengas a visitar. ^_^
-Y-ya veo...
De repente China bajó la mirada, lucía algo incómodo.
-¿Qué pasa, China?
-Eeh... Tu bata está, un poco abierta...
-¿Eh?
Rusia se había puesto la bata un tanto apresurado y con un nudo descuidado, así que se había empezado a desarmar y a abrir por todos lados.
-Ooh, que vergüenza. Siento que me hayas visto así, China.
-N-no, yo... No vi nada...
Ambos quedaron en un incómodo silencio, y luego Rusia invitó a pasar a su compañero mientras él volvía al baño.
China llegó hasta la cocina donde se suponía estaba su panda, pero cuando entró quedó perplejo ante tal escena de tortura, con su panda inmovilizado por una soga que llevaba al cuello y un plato vacío junto a el.
-Oh, panda, ¿qué te han hecho?
Lo abrazó con desesperación y luego lo desató, dándole de comer esa comida especial con la que Rusia no contaba. Pero no importaba si a Rusia le faltaba o no las cosas necesarias para tener un panda, la rabia de China era tal que podía cometer un homicidio en cualquier momento.
-¿Qué pasa, China? ¿Ya encontraste a tu panda? ^_^
-... Rusia... Tú...
-¿Eh?
China se le precipitó de un salto y le dio una cachetada que lo dejó paralizado.
-¿Chin--...?
-¡¿Qué te pasa?! ¡¿Acaso no tienes corazón?! ¡¿Cómo puedes dejar a un animal así atado sin siquiera un poco de agua?!
-Pero si yo...
-¿Cómo puedes ser tan cruel? Aún sabiendo que yo lo quiero no eres capaz de tratarlo decentemente...
Unas pequeñas lágrimas salían de los ojos del asiático, y aunque Rusia disfrutaba viendo el dolor de otros, esa escena le rompía el corazón.
-No fue mi intención hacerle daño, sólo lo até porque no se quedaba quieto, no quiso comer así que le dejé un posillo con agua pero se la tomó y no tuve tiempo de reponérsela-- ¿China?
-Mhh... En verdad... No se quedaba quieto, ¿no es así?
-Sí, no es que yo quería hacerle daño, pero no paraba de ir de un lado a otro y romper mis cosas... Perdón, China...
Rusia lo tomó de las manos y lo miró con una dulce sonrisa, a la que China correspondió amablemente.
-Lo siento... Por pegarte...
-No te preocupes, no me dolió nada. ^_^
-B-bueno...
Luego de otra incómoda pausa, se pusieron en marcha para decorar el resto de la casa, ¡mañana ya era navidad/año nuevo!
Terminaron de arreglar la gran mansión para la hora del té (como les enseñó Inglaterra), así que entre tazas y tazas (sin vodka) se pusieron a conversar un rato.
-Nee, China, ¿trajiste lo que te dije?
-Oh, sí. Esta es mi carta -le entregó a Rusia un sobre cerrado con una estampilla de Hello Kitty.
-¿Esta cerrado? Que misterio.
-Por favor, no lo abras.
-¿Por qué? De todos modos veré que es lo que te trae Finlandia-kun.
-P-pero, ya sabes, algunos creen que es de mala suerte decir los deseos porque si lo haces no se cumplen aru.
-Tú no lo "dirás" y no es un "deseo", es un "encargo". ^_^
-De todos modos no lo hagas, por favor.
-Oo~h, está bien. ^_^ La guardaré y esta noche se la enviaré a Finlandia-kun, ¿si?
-Gracias... A propósito, ¿tú que pediste, Rusia?
-¿Eh? ¿No era que si lo dices no se cumple?
-Ya sé, pero tal vez tú no creas en eso aru.
-No, la verdad no lo creo. Pero... ¿en verdad quieres que te lo diga?
-No te preocupes, yo sé guardar muy bien un secreto, además, lo veré de todos modos cuando Finlandia lo traiga, ¿no es así?
-En realidad, no. Porque a mí ya me dieron mi regalo.
-¿Eh? ¿Por adelantado? Waa~h, ¡muéstramelo aru!
-Mi regalo... Eres tú, China. ^_^
-¿... Eh...?
-Es que... En esta navidad no tenía a nadie, estaba completamente solo, así que pedí tener un amigo con quien estar, y ese amigo eres tú. Gracias.
China enmudeció después de eso, las palabras de aquella gran nación le llegaron al alma. Su visión se tornó borrosa y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Q-qué pasa? ¿Acaso dije algo malo?
-N-no, no es eso... *snif*... Es que... Me conmoviste... *snif*...
-Por favor, no llores. ¿Q-qué puedo hacer para remediarlo?
Rusia fue hasta donde estaba sentado China y se arrodilló para mirarlo preocupado desde abajo.
-Jah, jah, no tienes que hacer nada, tonto. No son lágrimas de tristeza.
-¿En verdad...? Haaa~, que alivio... Pensé que me volverías a golpear.
-Jeh, jeh, no te burles de mí aru.
-Es que das miedo cuando te enojas.
-Mira quien lo dice...
Ambos rieron a carcajadas de tales comentarios, y en ese cálido ambiente de felicidad, Rusia tomó entre sus guantes la mano de China y la besó con ternura.
-Muchas gracias por quedarte a mi lado...
China se sonrojó, y despacio fue colocando la mano sobre la cabeza del otro, acariciándolo gentilmente.
-Gracias a ti, por dejar que me acerque...
Esa escena de la nieve cayendo por el gran ventanal de la sala, la chimenea encendida, las modestas tacitas de té sobre la mesa y el calor de las manos entrelazándose, ninguno la olvidaría jamás.

Termina en el próximo capítulo...
Notas finales: ¿Y qué les pareció? Mmhh... bueno, si les gustó dejen ~~( ( (**=.'.'.Reviews.'.'.=**) ) )~~ (y si no también, jeje).
Pongo la última parte el jueves :3
Que los Reyes Magos les traigan muchos regalitos!! X3
C-U!!

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