La cabeza le dolía horrores, pero aun así se levanto de su cómoda cama. Miro a su alrededor tratando de reconocer el lugar en donde se encontraba. Su vista borrosa logro reconocer las familiares paredes y los objetos que eran de su propia casa.
Cerró los ojos por un momento, hasta que el mareo cesara. Sentía su cabeza llena de goma y una neblina espesa escondía sus recuerdos. Que era lo ultimo que recordaba??? Ah si, recordaba cuando acompaño a Watanuki saliendo de la escuela, a la tienda de Yuko, después se dirigió a su casa.
Eso era todo, no recordaba como había llegado a su cama, ni lo que había pasado en ese tiempo, pues era evidente por la luz del sol, que había transcurrido un gran lapso. El recordaba que era tarde cuando llevo a su Watanuki y ahora se topaba con que apenas estaba amaneciendo.
Tapo con su morena mano su boca y olio su aliento, era probable que hubiese bebido demasiado. Aunque no, su aliento no olía a alcohol, tenia un extraño olor que el conocía bien, sin embargo en ese momento no supo identificar.
La cabeza le dolía de tanto pensar. Bueno, no importaba. Seria mejor ir a la escuela, ver a su Kimihiro y el resto del día ya iría recordando lo que había pasado.
Con el andar tranquilo que lo caracterizaba se dispuso a buscar su uniforme, lo encontró en un rincón hecho un ovillo. Lo extendió y se dio cuenta de que…su uniforme estaba sucio y rasgado??? Acaso había peleado contra un espíritu o contra un monstruo como los que acosaban a Watanuki.
Ya no entendía nada. Respiro profundo. Saco un uniforme limpio de su guardarropa y se lo puso. Con tal de apurarse para ver de nuevo a Kimihiro y que este lo recibiera con sus movimientos acrobáticos de siempre, dirigidos solo a el, era capaz de ignorar todas esas raras situaciones.
Es que acaso se había ido de parranda y no se acordaba???
Tomo en sus manos su maletín, con pasos firmes se dirigió a la escuela, pensando en que quizás se encontraría al ojos bicolor en el camino y podrían irse juntos, podría tener un momento con el a solas, sin Kunogi.
La chica no le caía mal, en realidad la apreciaba como amiga, Pero…el tema de Kimihiro era aparte, el sabia que Kunogi sentía algo por su Watanuki. El problema era que el mismo, también sentía algo por el pelinegro de lentes, y no pensaba dejárselo a Kunogi.
Claro que hasta ahora, había sido incapaz de hablarle, sobre esos sentimientos a Watanuki. La razón era, porque no quería que su actual relación, se viera afectada, pasaban grandes momentos juntos, no quería que nada cambiara; aunque en lo profundo sabia que tarde o temprano alguien tenía que dar el primer paso.
Llego a la escuela sin haberse topado con la presencia del ojiazul. Saludo a Kunogi, vio a los miembros del club de arquería, vio a las chicas que lo acosaban con la vista, a sus compañeros de clase, los miembros del consejo estudiantil…
Para cuando las clases empezaron no había visto al chico de lentes. A los pocos minutos pudo echar de ver que Watanuki no había asistido a clases…
-Estará enfermo???-pregunto Kunogi, mientras los dos almorzaban juntos.
-No lo se…-respondió con su estoica voz, que aunque sonó muy tranquila, estaba ocultando la desesperación que sentía, ni siquiera había podido concentrarse en clases, por el jodido de Watanuki.
-Iré a verle después de clases…-dijo ella mirándolo.
-Yo también-se quedaron en silencio unos minutos, en un mudo entendimiento.
Era obvio que necesitaban al escandaloso de Kimihiro para que animara el ambiente con sus gritos y sus movimientos. Además extrañaba su voz, su cara, su comida.
Estaba padeciendo un infierno, era seguro que estaba totalmente enamorado de ese chico tan raro.
A la salida tal como acordaron, fueron a casa de Watanuki. Estaba cerrada y Shizuka se tuvo que colar por la ventana, solo para ver que el chico de lentes no estaba allí.
Luego se marcharon a casa de Yuko, era segurísimo que se encontraba con ella.
A distancia distinguieron la puerta de entrada que ahora eran capaces de percibir, Maru y Moro los recibieron.
Al vislumbrar a la dueña de inmediato le preguntaron por Watanuki a lo que ella simplemente respondió que ese día no se había pasado por la tienda.
Ok ahora si estaba alarmado.
Esperó a que Kunogi se fuera a casa, con la promesa de que el se encargaría de buscarlo…
Se enfrento de nuevo con la borracha dueña de la tienda. Ella repitió la misma respuesta.
No se lo creía. Yuko fuera como fuera, siempre se preocupaba por Kimihiro. La descubrió mirándolo de una forma extraña.
Ella se levando del sillón y dio una vuelta alrededor de el. Observándolo.
-Dime Doumeki-kun…Que hiciste ayer???-la bruja de Yuko había dado en el clavo.
-No recuerdo…-la miro fijamente, sin escapar a su críptica mirada
-MMM-dijo ella y se sentó de nuevo en su sillón a echarle una calada a su pipa.
-Pagare lo que sea, porque me digas donde esta y si esta con bien-hablo el moreno con decisión.
-Aunque es una oferta tentadora, no puedo encontrar a quien no desea ser encontrado…-
De nuevo hablaba como en clave…Que le estaba queriendo decir…
-Así que te sugiero Doumeki-kun que regreses a casa…-sonrió de nuevo indescifrablemente.
-No voy a descansar hasta encontrarlo…-se levanto y se dirigió al templo.
Yuko lo despidió con la misma sonrisa extraña, que daba a entender que sabia mas de lo que decía saber…
-No seria mejor que le dijéramos donde esta???-le pregunto la bola negra a la bruja de las dimensiones.
-Aun no debemos intervenir en esto Mokona…-
La bola negra agacho sus orejitas en un gesto triste, pero no volvió a comentar nada del asunto. Había problemas y eso lo sabia de sobra…
………………………
El día siguiente, el chico de lentes tampoco había aparecido por la escuela. Ya eran dos días que no sabia nada de el.
Lo había buscado hasta por debajo de las piedras, rondado su casa y pasando por la tienda de Yuko como un maniático, siempre recibiendo la misma respuesta.
Ya no sabia que hacer. Estaba tan desesperado, tan asustado de que algo le hubiese ocurrido.
Quería ver a su Kimihiro y no dejarlo escapar nunca mas.
Ese día se levanto sin ánimos, la escuela se le antojaba fría y sin sentido, sin el de ojos bicolor.
Se puso el uniforme, tomo el maletín. Recorrió el mismo camino a la escuela, Saludo a Kunogi en modo automático, saludo a sus compañeros de clases y se sentó en la misma banca de diario.
Las clases comenzaron, el chico de lentes de nuevo no llego. Su banca estaba vacía. Con ese ya eran tres días sin verlo…
Su mirada melancólica no se había separado de la banca vacía…
Las puertas del salón se abrieron y un chico se disculpo por llegar tarde, el profesor le dijo que tratara de que no volviera a ocurrir y que tomara su asiento.
El chico de lentes ocupo la banca vacía. Saco su cuaderno y su libro de texto, siguiendo la lección sin siquiera mirarlo…
Era el…
El rostro del moreno no pudo disimular su emoción, sino fuera por que estaban en plena clase, seguiría sus instintos y eliminaría el espacio que lo separaba de Kimihiro, para estrecharlo en sus brazos y besarlo apasionadamente…
Ahora no podía despegar la vista de su persona amada, trataba de que lo mirara, que el reflejo de sus ojos bicolor le devolviera la tranquilidad, pero el ni siquiera lo miro. Siguió enfrascado en el libro y en la clase.
Se presento la hora del almuerzo y la oportunidad de por fin ir con su chico de lentes, abrazarlo, tal vez besarlo y pedirle explicaciones…
Unas chicas se interpusieron en su camino, solo para pedirle por enésima vez que almorzara con ellas, pero como solo quería desayunar con una persona, se negó rotundamente.
Ya cuando volteo hacia Watanuki, este ya no estaba. La acción le era extraña, por lo general el chico de lentes lo esperaba para desayunar juntos…
Salio del salón y comenzó a buscarlo, fue al lugar donde solían desayunar con Kunogi, para descubrir que solo estaba ella.
-Doumeki-kun vistes a Watanuki-kun???-pregunto con una sonrisa
Shizuka solo asintió con una cabezada, estaba demasiado distraído buscando por los alrededores al pelinegro.
-Al parecer, si enfermó. Estuvo con unos familiares…-le dijo Kunogi, con un tono de alivio.
El ojidorado capto de inmediato la mentira. Watanuki no tenía familiares vivos...además estaban las palabras de Yuko.
-Pero sabes??? Aun lo veo un poco desmejorado-puso una expresión pensativa.
-Donde fue???-hablo por fin Doumeki
-Dijo que iba con el maestro para ver como ponerse al corriente en las clases. Me da mucho gusto verlo-
Las clases se reiniciaron y no pudo verlo hasta que estas ya habían comenzado. De nuevo Kimihiro lo ignoro por completo, incluso cuando los pusieron a trabajar por equipos, pensaba pedirle que hiciera equipo con el, sin embargo el chico de lentes de inmediato busco a otro compañero.
Algo no andaba bien…
Este pensamiento se reafirmo cuando en el espacio entre clase y clase, trato de hablarle y Watanuki lo único que hizo es casi correr al baño. Estaba por alcanzarlo cuando el se detuvo a hablar con un profesor, la oportunidad se perdió.
Era evidente que lo estaba evitando…
En la clase de deportes, su chico de lentes, uso pantalones deportivos cuando todos los demás llevaban short. Además al enterarse de que le tocaba recoger el material junto a Shizuka, había cambiado el turno con una de sus admiradoras. Y claro la chica feliz de la vida, al poder estar a solas con Doumeki.
Lo que era peor siempre que tenia oportunidad de toparse con su mirada, el agachaba la cara de inmediato, la giraba de lado…
Ya no lo soportaba…
Las clases terminaron, Shizuka sabiendo de Watanuki haría lo imposible por evitarlo salio a toda prisa, poniendo de pretexto las practicas de arquería y se dispuso a esperarlo en un lugar escondido.
Pasaron unos minutos antes de verlo salir, era uno de los últimos. Se despidió de Kunogi quien tenia que quedarse a su club y camino a la salida.
El moreno espero a que se acercara mas para salir de su escondite y se paro junto a la entrada.
Estaba seguro de que el lo había visto, pero el pelinegro siguió caminando sin alterar sus pasos. Clavo su vista en el suelo y no lo miro, paso de largo, como si Shizuka no estuviera allí realmente.
Si le había quedado alguna duda a Doumeki de que Watanuki lo estaba evitando, estas se desvanecieron enseguida.
El de lentes cruzo la salida y aumento el ritmo de su andar. El ojidorado lo siguió al mismo ritmo.
-Oi…-
No hubo respuesta
-oi…Espera…-dijo con voz alta, que lo único que provoco fue que Kimihiro aumentara su carrera.
El muy baka podía ser muy rápido cuando se lo proponía. Shizuka tuvo que aumentar al máximo su velocidad para alcanzarlo…
Le alcanzo a sujetar una muñeca y la apretó. El de lentes lanzo un quejido de dolor, como si el moreno lo hubiese lastimado.
Ignorando por completo el gesto lo jalo y lo estampo contra la pared, tal vez de forma un poco ruda, pero estaba enojado. Luego lo acorralo…
-Que pasa???-pregunto tratando de controlar su enojo, estaba tan preocupado y el muy baka ni lo miraba.
No hubo respuesta…el de lentes ni siquiera se digno a dirigirle la vista, siguió clavándola en el suelo.
-Te pregunte, Que pasa???-su voz sonó firme
De nuevo no hubo una respuesta, ni la habría.
Aun tenia sujetas sus suaves manos, que ahora estaban frías.
-Me lastimas…-logro articular Watanuki, pero tan bajo que si Shizuka no tuviese buen oído, no habría logrado captar las palabras.
Logro ver que la persona que tenia acorralada temblaba, todo el estaba temblando, sus manos frías no tejaban de tiritar y no era precisamente por frió, Kimihiro estaba asustado…
Se veía tan frágil. Asustado. Tan solo…
El de lentes comenzó a luchar para alejarse del moreno, algo que no logro.
Doumeki se llevo las manos de Kimihiro al rostro, había dicho que lo lastimaba y antes gimió de dolor.
Lo que vio lo dejo con la boca seca…
Las muñecas de su ojiazul estaban laceradas, como si alguien le hubiese atado las manos fuertemente con una soga, que había hecho heridas profundas en su blanca piel.
Le soltó las manos y lo tomo de la barbilla obligándolo a que lo mirara. El de lentes aun temblaba pero no lo detuvo.
Doumeki pudo ver de lleno el rostro del de lentes. No había notado antes la palidez de su rostro, ni las ojeras que surcaban sus ojos, parecía que durante noches no había podido dormir. Lo que mas llamo su atención fue una herida en el labio inferior que comenzaba a sanar y que aun estaba hinchada.
Su boca abierta por la sorpresa, los ojos saliéndose de sus orbitas no daban crédito, siguió examinando. Unos moretes que apenas comenzaban a sanarse eran cubiertos por el cuello de la chaqueta.
Marcas rojas, rasguños, heridas.
Era seguro que el resto de su cuerpo estaba igual, pues había ocultado sus piernas en deportes.
Alguien había ultrajado y herido a la persona que mas amaba. Se lleno de un intenso odio.
Haría hasta lo imposible porque la persona que había dejado a su Kimihiro en ese estado pagara.
-Quien fue???-pregunto rodeándolo con sus brazos
Watanuki lo miro por fin directamente a los ojos, no le gusto para nada esa expresión vacía y abatida que los llenaba, ni el sentimiento de resignación y odio que emanaba de todo el.
-Dímelo…Dime que paso???-casi le rogó Shizuka.
El chico de lentes aun temblando violentamente y visiblemente asustado, rió. No era esa risa cristalina que le encantaba tanto al moreno. Era una risa sin nada de diversión, irónica, llena de dolor.
-Primero me humillas, me violas y ahora dices que, que paso. Preguntas que quien hizo esto cuando sabes perfectamente que fuiste tú…-
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