El rostro por lo regular moreno de Doumeki, adopto un aspecto ceniciento por la sangre que abandonaba sus mejillas, un gesto de incredulidad y de espanto se apodero de el. Retrocedió dos pasos, tratando de que el aire circulara cerca de el y de hiciera el momento de tensión…
No sabia de que estaba hablando el chico de lentes frente a el. Podía ser frio a veces, serio, hasta un poco molesto sobre todo con Watanuki; pero jamás, nunca de los nuncas, lastimaría a la persona que mas amaba. Todo debía ser una extraña confusión, una muy mala y mezquina confusión.
Se percato de que lagrimas resbalaban por las mejillas pálidas de su ojiazul, eso no lo soportaba, no quería verlo llorar. Quien fuera que hubiera causado tal cosa, jamás lo perdonaría.
Con el dorso de su mano trato de limpiar las lagrimas de Kimihiro, de inmediato fue rechazado bruscamente por este. Se le notaba, por más que luchaba por detener sus lágrimas, que no lo estaba logrando.
El estaba seguro de que no había hecho nada de lo que se le acusaba, si hubiera hecho tal cosa era evidente que se acordaría…ahora necesitaba que su amor le creyera. Necesitaba expresarle sus verdaderos sentimientos…
-Kimihiro…-le susurro quedamente y con todo el cariño que quería demostrar. La única respuesta fueron más lágrimas.
-Kimihiro…Yo te amo…-
Espero la reacción del chico de lentes, con e corazón hecho un puño.
Al principio su rostro adopto una mueca que delataba la confusión en que estaba sumido, el llanto ceso. Una sonrisa agria e irónica apareció en la comisura de sus delgados labios, sus ojos por fin le miraron directamente, con un brillo desolado y vacio.
-Eres un imbécil…-le espeto con los dientes apretados y sin poder contener toda su furia-…Eres un maldito y mentiroso imbécil…-
Shizuka abrió los ojos al máximo y la boca en una muda muestra de sorpresa, era la primera vez que Kimihiro le decía unas palabras tan duras. Siempre se la pasaba peleándole y retándolo, pero ambos sabían que las palabras que entonces le decía no eran en serio. En cambio las palabras que ahora salían de su boca eran otra cosa, tenían un tinte de verdad, un tinte de acusación y de odio…
El ojiazul no le creía y no sabía si alguna vez volvería a creerle…
-No miento…-respondió secamente el moreno, después de un momento. Por dentro su desesperación luchaba por brotar. Trato de tocar a Watanuki, este lo rechazo una vez mas golpeando su mano.
Estaban tan cerca y a la vez tan lejos…
Kimihiro lo vio con odio y dolor, mucho dolor. Las lagrimas que surcaba anteriormente su cara, se habían detenido. La expresión determinada que adopto desoriento a Shizuka por unos momentos…
Un golpe impacto contra su cara. Le dolió, no la intensidad del mismo, sino que era Kimihiro quien se lo propinaba. En su momento de confusión, el ojiazul aprovecho para escapar y salir corriendo lo más rápido que podía.
No sin antes dedicarle una insensible mirada y un “bastardo”, que estaba lleno de todo su coraje y su humillación.
Doumeki quiso correr, alcanzarlo, tratar de aclarar las cosas, hacerle entender que jamás le haría daño, demostrarle cuanto lo amaba; sin embargo una parte de el temía descubrir cosas que le confirmaran que el causante del estado de Kimihiro era en verdad el.
Sobre todo teniendo en cuenta detalles que por si solos no significaban nada y que lo habían confundido, pero que en un conjunto le confirmaban lo que el ojiazul le había dicho.
Su uniforme rasgado y sucio, el olor impregnado en su cuerpo, los recuerdos que no volvían de aquel día…
No, no era posible…
No tenia idea de que había ocurrido, pero estaba dispuesto a saberlo y aclarar las cosas con el chico de lentes, antes de perderlo para siempre.
……………………
Corrió lo mas fuerte que pudo, incluso ignoro el dolor de su costado. En esos momentos tenia un dolor mas intenso que cualquier otro dolor físico.
Por un momento pensó en ir a la tienda de Yuko, aunque después decidió que no lo haría, ya se disculparía con ella por haber faltado al trabajo.
No quería que lo viera en ese estado, no quería que supiera cuan afectado estaba por volver a ver a Shizuka, si bien era seguro que la bruja ya estaba enterada. Ella siempre lo sabía todo…
Entro en su pequeño apartamento, las paredes húmedas y la oscuridad, le daban un aspecto de desamparo.
No se tomo la molestia de encender las luces, ni cerrar la llave que goteaba lentamente, escuchándose su eco ampliado por la soledad.
Se tumbo en el piso sin quitarse su uniforme, arrojando su maleta a un lado.
Los sollozos brotaron fuertemente de su garganta sin que pudiera hacer nada por detenerlos, llenando el lugar y las lágrimas mojaron los tatamis y las mangas de su chaqueta sin parar.
Después de todo siempre había sido un huérfano desamparado. Siempre en la soledad sin contar con nadie…el no estaba hecho para estar con alguien especial…
No quería ser herido más…
No podía quitarse de la mente la imagen de Doumeki, por más que se golpeaba la cabeza contra el suelo. Ni siquiera de detuvo cuando la sangre broto de su frente, el dolor físico le haría olvidar sus penas…su otro dolor…el del corazón…
Si las cosas hubiesen sido de otra manera las habría aceptado, incluso con alegría, pero muy a su pesar Shizuka le había demostrado que era incapaz de amarlo, aun cuando el muy imbécil mentiroso decía lo contrario.
Lo mas humillante era que Doumeki, después de acostarse con el, le había dejado claro que jamás sentiría algo por el y que era una molestia porque le tenia lastima…
Después dejándolo medio inconsciente se había aprovechado de el, hasta saciarse…
Ese no era el Shizuka que quería, no era la persona que había llegado a amar…
No quería que su primera vez fuera así, quería que al entregarse fuera por amor. Quería compartir el alma con la persona que lo amara tanto como el amaba.
Se incorporo y sentó contra la pared. Estaba tan solo, se sentía tan insignificante. Ya no quería seguir…
Se daba cuenta de que de ahora en adelante, tendría que mantenerse en pie por sus propios medios, aceptar su destino solo. Su antes apoyo, ya no estaba con el, no se sentiría seguro y protegido nunca mas. Esa persona ya no lo protegería…
Y Yuko estaba tan envuelta en su propia oscuridad que no podría salvarlo de la suya, por más estrecha que fuera su relación.
La oscuridad que siempre había cubierto su vida, ahora era más densa, tan densa que lo ahogaba.
Quería deshacerse de ella, ser libre…
Lo peor era que, ser libre era imposible…porque a pesar de todo lo que había ocurrido, no podía dejar de amar al imbécil de Doumeki…
Simplemente no podía dejar de amarlo. Los pedazos en los que se había roto su corazón, seguían latiendo por Doumeki Shizuka…
…Su salvador y su verdugo…
Dos solitarias lágrimas cayeron brillando ante la refección de la luz en la calle.
Watanuki Kimihiro, cerró sus ojos y suspiro profundamente, saboreando los sonidos de la soledad; mientras pasaba por su muñeca, sobre las marcas de las ataduras que aun no sanaban, una hoja de navaja…
Las gotas escarlatas cayeron al piso, su sangre se sentía cálida sobre la piel. Arrojo la hoja de navaja lejos de si, mientras veía como los tatamis se manchaban de líquido rojizo, llego a pensar que la sangre era difícil de limpiarse, pero eso ya no importaba…
Espero unos minutos y cerro de nuevo los ojos, hasta que su consciencia se hundió en la oscuridad…
Sonrió insanamente…Por fin seria libre…