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Solo mío. por Yomiku

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Notas del capitulo: Primer one-shot de Gravitation *-*
Cada persona que presenciaba aquella escena no podía evitar sorprenderse excesivamente.


- Nee Yuki, gracias por acompañarme. - Le confesó con una felicidad impregnada en el rostro.

- Mmh... - Gruño sin ganas de dirigirle la mirada.


El pelirosa prácticamente iba saltando mientras balanceaba su mano junto con la del amargado escritor.
Yuki le dirigía una mirada fulminante a todo aquel que los veía curiosos, provocando que la mayoría se espantara y se marchara del pasillo.


- Bien, ¡llegamos! Yuki, una cosa antes de entrar, ¿compórtate, si? - Rogó con su mejor sonrisa.

- Cállate. - Ordenó fríamente. - Agradece que vine y no te atrevas a pedir más.

- ¡Gracias Yuuuuukiii!. - Gritó eufóricamente para luego ponerse de puntillas y darle un corto beso, en el cual el escritor suavisó su mirada.


Abrió la puerta lo cual produjo que todos vieran a los dos invitados más polémicos de la jornada.
Shuichi tomó la mano de Yuki nuevamente y lo arrastró hasta llegar al lado del cumpleañero.


- ¡Feliz cumpleaños Sakano-san! - El joven se lanzó a su cuello tan fuerte que el color violeta se hacia presente en el rostro del manager.

- Gra...cias Shuichi... pe... - Intento hablar pero el apretón que le estaba dando el pelirosa no lo ayudaba.

- Shuichi. - Intervino molesto el escritor.

- ¡Waaaa! ¡Lo siento! Pero de recompensa... ¡Chan! - Saco de su chaqueta una pequeña caja aterciopelada. - Nuestro re...

- Tu. - Remarco Yuki.

- Nuestro. - Enfatizó el pelirosa volviendo su vista al de lentes. - Regalo, espero que te guste.

- Muchas gracias Shindou-kun

- De nada. - Dijo con un suave rosa en las mejillas.


Luego de conversar un rato con los demás invitados comenzaron a bailar, cosa que espantó a Yuki en un segundo.


- ¡Yu...ki? ¿Yuki, en donde estas? - Comenzó a buscarlo hasta verlo en uno de los sofas. - Ahí esta.


Caminó hasta el rubio y se sentó a su lado para proponerle algo.


- ¿Vamos a bailar?

- Ni muerto.

- ¡Anda, Yuki! Será divertido...

- Déjame en paz baka. Vete.

- Por favor...

- ¡Te he dicho que te vayas pedazo de idiota! - Tenía la suerte de que la música estaba lo bastante fuerte como para no escuchar ese grito, por que un buen golpe se hubiese ganado de un chico pelirojo.

- Bien. - Respondió enojado Shuichi. - Pero no te molestes si luego no te presto atención.

- Como si necesitara la atención de un estúpido como tú. - Para ese momento Shuichi ya se había ido de su lado.


Siguió con la vista a su pequeño mientras fumaba un cigarro para relajarse. La gran mayoría bailaba y habían bajado la intensidad de las luces. El pequeño hablaba animadamente con el loco del conejo cosa que a Yuki le gusto nada. El otro cantante se levantó dejando su peluche en el asiento y se dirigió a la pista de baile junto a Shuichi.
Si observabas cuidadosamente el rostro del escritor podías notar los celos que se reflejaban en el, pero que importaba, Shu no lo notaría y Yuki jamas lo admitiría.
Se acomodo para visualizar mejor la escena. La música dejó de ser escandalosa y colocaron de fondo un r0;lentor1;, Yuki solo pudo fruncir pronunciadamente el ceño y seguir mirando.
Shuichi se detuvo avergonzado mientras Ryuichi le susurraba algo muy cerca para el gusto del rubio. El pelirosa asintió y pasó sus brazos por el cuello del otro cantante.


- Como se atreve. - Gruño apretando su puño.


Estaba dispuesto a levantarse, golpear al dueño del peluche, tomar a Shuichi y llevárselo a su departamento para recordarle que era suyo. Estaba convencido que Shu tenía un cartel gigante en la frente que decía PROPIEDAD EXCLUSIVA DE YUKI EIRI pero el castaño simplemente ignoraba aquel detalle.
La paciencia del rubio se había agotado, no aguantaba ningún segundo más viendo como Ryuichi seguía abrazando y acariciando a SU niño.
Botó el cigarrillo y lentamente caminó atravesando la pista de baile. Todo aquel que estaba en su camino retrocedió unos pasos y miró cuidadosamente la situación. Al parecer los únicos que no habían notado el aura de color negro que rodeaba a Yuki eran ese par de cantantes idiotas.


- Shuichi. - Los chicos se separaron y miraron al centro de atención en ese momento.

- ¿Qué quieres Yuki? ¿No ves que estoy ba...?


Su pregunta quedo inconclusa ya que Yuki ágilmente tomó al pelirosa y lo colgó en su hombro, este comenzó a patalear frenéticamente.


- ¡Yuki, bájame! ¡Te he dicho que me bajes! ¡Suéltame! - No se escucho más hasta que salieron del lugar.


Estuvieron todo el camino del mismo modo, siendo el punto central de las opiniones ajenas. Al llegar al estacionamiento, Yuki lanzó a Shuichi al asiento de copiloto y cerro la puerta evitando que saliera, luego camino hasta el asiento de volante, abrió la puerta y comenzó el sin fin de reclamos.


- ¿Qué te sucede? ¡Estaba entretenido con mis amigos! ¡Déjame volver!


Pero ninguna de sus protestas tuvo respuesta. Cuando llegaron a su departamento se repitió el mismo procedimiento, solo que ahora Shuichi iba totalmente callado y parecía un muerto en su hombro.
Abrió la puerta dejando al chico suavemente en el suelo, la cerró con llave y camino hacia su estudio.


- ¡Espera! - Y ahí estaban nuevamente los grititos. - ¿Se puede saber cual es tu problema? ¡¿Por qué me trajiste hasta acá?!


Su mente procesaba cada frase y las transformaba en un millón de sonidos incoherentes. Cansado se masajeó su frente, se acercó lentamente al muchacho que de golpe se calló.


- Yuki... - murmuro asustado.


El rubio ya harto de su griterío colocó estrepitosamente su mano contra la pared acorralando al niño.


- Cállate, me tienes harto con tu palabrería.

- Entonces dime porque lo hiciste.

- ¿Hacer que? - Preguntó desafiante.

- ¿Por qué me trajiste Yuki?


La lucha de miradas furiosas comenzaba, obviamente Yuki iba ganando pero Shu no se daba por vencido.
Sigilosamente el escrito junto su boca con la de su pelirosado amante saboreándola.


- ¡No, Yuki, detente! - Se alejó costosamente. - Respóndeme.


Yuki se separó y nuevamente se encaminó hacia su estudio pero unos brazos rodeando su cintura lo detuvieron.


- Yuki... no me ignores...


Suspiró fuertemente, volteó y se agachó tomando el rostro de Shu.


- Los niños malcriados deben tener su castigo.

- ¿Eh? - Preguntó sin entender.

- Fuiste un niño muy malo Shu, ahora las pagarás.


Tomó al chico que estaba un poco perplejo ante aquellas palabras, este enroscó sus piernas en la cintura del escritor y se colgó de su cuello.
La habitación estaba bastante oscura, tal como a Yuki le gustaba.
Tumbó al pequeño en la cama y se colocó sobre el.


- ¿Yuki...?

- Shu. - Se acerco peligrosamente a su rostro, se desvío a su oreja y mordiendo el lóbulo susurró. - Eres mío. - Luego de tal declaración el silencio se hizo presente por un par de minutos.

- ¿Yuki... estabas celoso?


¡Y lo descifro! Las ganas que tenia el rubio de hacer el amor desaparecieron, se acomodo sentándose al lado del chico en la cama y tomando un cigarrillo.


- Por favor Yuki, dímelo. - Rogó con un cierto brillo en los ojos esperando que respondiera un r0;sir1;

- Volveré más tarde. - Se levantó y al tomar la perilla de la puerta escuchó una perturbadora oración.

- Entonces no te molesta que vaya a la fiesta ¿cierto? - Pregunto aprovechándose de la situación, se levanto y apoyó su mano en la de Yuki. - Entonces iré a bailar con Ryuichi esos lentos que tanto me gustan...

- Has lo que te de la gana baka. - Shuichi ya harto decidió encararlo.

- ¡Escúchate! ¡Yuki admítelo! ¡Admítelo de una buena vez!


Los ojos color amatista se dirigieron a la frialdad que desprendía el rubio.
Se agachó en el suelo intentando reprimir las lágrimas.


- ¿Tanto te cuesta decirlo Yuki...? Yo... - Comenzó a reír levemente. - No sabes lo feliz que me harías si lo confesaras... unas simples palabras cambiarían todo Yuki... pero no, ¡tu maldito orgullo es mas fuerte que tu amor por mi!... - Agachó su rostro y liberó esas gotas saladas.


Los ojos gatunos observaron culpables la escena, se sentía débil, no podía creer que se dejara manipular por su orgullo. Ya experimento una vez el desprecio junto con el abandono de Shu, y fue el peor sentimiento del mundo, su mente no dejaba de pensar en el y tanto fue el descuido que tuvo que ser internado en la clínica.
Los 2 años que llevaba conviviendo con Shu le habían enseñado a ser una persona más cariñosa cuando se debía, intentando cuidarlo y protegerlo como su único y más valioso tesoro, recordándole que solo por el vivía, asegurándole que era el ser más importante en su vida y lo mucho que lo amaba.
Se agachó y acercó su mano a la sonrojada mejilla pero este la alejo, sin rendirse la volvió a acercar y acariciar esa suave piel.


- ¿Si te lo digo dejaras de llorar baka?

- Si... - Respondió quitándose las lagrimas.

- Bien... - Tomó aire mientras cerraba los ojos e intentaba organizar las ideas. - Yo...

- ¿Tu...? - Sonrío Shuichi alentándolo a seguir.

- Yo te traje porque...

- ¿Por qué...?

- Porque... - vaya que difícil es esto..., penso el escritor. - Yo... yo estaba celoso Shu, no podía soportar que la persona que amo estuviese en brazos de otro.

- Yuki... - Susurró impresionado. - ¡Dilo otra vez!

- ¿Qué cosa? - Preguntó con una mueca de fastidio.

- ¡Que me amas! - Pidió exasperado.

- No.

- ¡Por favor!

- Dije que no.

- ¡Yuuuuukiiiiii!

- ¡Ya, ya, lo diré!... Shuichi, te amo, te amo mas que ha nadie en este asqueroso mundo.

- ¡YUUUUKIIIIIII!


Se lanzo a su cuello fuertemente, el rubio correspondió al abrazo y oculto su rostro en el hueco que existía. Aspiró ese exquisito e inigualable aroma al que siempre le había encantado.


- Eres solo mío Shu. - Murmuró.

- Siempre seré tuyo Yuki.

- Promételo. - Pidió disimulando su peor temor: perderlo.

- Eiri. - Se separó de el y lo miró con ternura. - Te amo, te amo tanto y desde siempre he sido tuyo, solo tuyo.

- Más te vale baka.


Se acercó y lo besó tierna y lentamente, transmitiéndole todo el amor que sentía por el.
Se recostaron en la cama, el pelirosa apoyó su cabeza en el pecho de Yuki, este jugueteaba con los sedosos cabellos.


- Yuki.

- ¿Mm...?

- ¿Regresemos a...?

- Ni muerto.

- Entonces llévame a cenar. - Dijo inflamando sus mejillas y cruzando sus brazos.

- Shu, prefiero tu horrible comida a la de tu local favorito de mala fama.

- Yuki, que lind... ¡¿Cómo que horrible?! - Gritó el escandaloso chiquillo, pero fue callado por un pequeño beso de su amante.

- Vamos, te llevare a cualquier lugar que desees. - El pequeño abrió la boca para pronunciar su idea de ir a la fiesta pero Yuki lo interrumpió. - Excepto donde este el loco del conejo.

- Ok, acepto, de hecho solo quiero estar contigo. - Confesó avergonzado.


Yuki sonrío con sinceridad, acarició el suave cabello rosado y tomó la mano de su pareja para satisfacerlo en todo lo que deseara, que mejor que utilizar sus recursos para hacer feliz a su amado niño.
Notas finales: Finalizado n__n
Hace mucho vi la serie, pero quede realmente obsesionada con esa linda pareja ^.^
Bueno, dejen reviews's ¿si :D?
Espero que les haya gustado, ¡xoxo!

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