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Novios por neko Sasukeray

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Notas del capitulo: Hola hola n_n a todos aquellos que se hayan atrevido a entrar... bueno espero que les guste esta pareja que se que si tiene sus fans por ahí... Así que dedicado a ellos

 

Miro con casi repentina fascinación como los cubitos de hielo se revolvían en el interior del vaso que contenía un líquido rojo brillante, su bebida favorita, té helado de frutas rojas y ni un sorbo le había dado.

 

Era exasperante la espera que tenía que hacer para ver a aquel adolescente ególatra.

 

Y era peor saber que este era causante de su extraño comportamiento, ausente a lo real e idiota como niño.

 

Pero era inevitable, le encantaba, su pelo negro azulado y despeinado, su piel blanca y tersa, sus labios rojas frutas de verano, su complexión delgada hasta cierto punto perceptible como frágil, su rostro con ligeros rasgos infantiles, y sus ojos: Dos espejos negros reflectores de un paisaje nocturno.

¡Ah sus ojos! Serenos... indiferentes... inexpresivos... arrogantes... ¡Ah sus malditos ojos carentes de emoción!.

 

¡Un idiota sin gestos resultados de un sentimiento!. ¡Lo odiaba.!

 

Y aún así estaba ahí esperándolo, como sí no hubiera otro. Idéntico a su hermano mayor, Itachi. Quizá ahora comprendía un poco cuando su amigo pelirrojo, Sasori, le decía lo mucho que le irritaba, hasta el punto de enfermarlo de irá, el que lo dejaran esperando como si fuera cualquier persona. Sasori enfurecía ante la impuntualidad, Deidara ahora comenzaba a simpatizar con aquella molestia.

 

Ya le habían dicho con anterioridad que parecía obsesionado con los Uchiha. ¡Daba igual! La opinión del resto de las personas poco le afectaba, sabía que con Sasuke era diferente.

 

Estaba enamorado de aquel ingrato.

 

Desde que lo había vuelto a ver, hace tres meses, se había vuelto loco por el, no dejaba de pensar en el azabache ni un minuto del día.

 

-Buenos días Deidara.- Saludo el menor, luego de que entrara a aquel local y se sentara en la silla de enfrente. Con una tranquilidad en extremo exasperante.

 

-Hum.- gruño, sus cejas se curvearon molestas, aún que no negaba que le gustaba oír su nombre pronunciado por aquella deseable boca. Pero le irritaba que la gente debía dirigirse con respeto al conversar ante un Uchiha, mas este mientras fuera un miembro de tan prestigiosa familia podía hablarte de la forma que quisiera, aun que fuera algo grosero.

 

Una joven mesera se aproximo con entusiasmo casi al instante de ver que su primer cliente ahora se encontraba ahora acompañado, ofreciendo sus servicios al apuesto azabache. Tembló al escuchar la orden y más aún al percibir la masculina voz de aquel pálido ángel con hebras negruscas.

 

¿Como no actuar así?, teniendo que atender semejantes adonis.

 

El menor pidió un capuchino de cajeta. Una bebida caliente, perfecta para el clima tan frío. Y la jovencita mesera corrió con ansias hacia el interior de la cocina a cumplir la petición de su atractivo cliente

 

-¿Como te ha ido?- Pregunto el rubio, sus manos finas y delicadas, dignas de un gran artista, se encontraban sobre la mesa.

 

-Igual.- pronunció en tono seco. A pesar de que el artista sabía que el menor siempre contestaba lo mismo se tomo la molestia de cuestionarle sobre su día.

Frunció su entrecejo, tal parecía que aquel adolescente se esforzaba por que sus contestaciones o integraciones a una plática se redujeran aduras penas a mínimas palabras monosílabas.

 

-Hum... ya veo...- cerró un poco sus ojos e intento tranquilizarse, su pulso se había acelerado ligeramente, y sabía que solo había un culpable. No lograba entenderse a si mismo, es decir, el azabache arrogante como solo los Uchiha solían serlo le rompía todas sus teorías que consideraba como verdades sobre las personas.

 

No era novedad que Deidara siempre expresara su definición de Arte, el creía que podía calificar y bien definir al Arte como una hermosa explosión... un instante que aun que parecía eterno no era mas que un breve momento, aun así capaz de transmitir miles de emociones en un segundo. Tan sublime y placentero como una flama creciendo con ardua facilidad sobre su piel. Así mismo creía que las personas se adecuaban a este concepto, según su parecer verdadero, al mostrar sus emociones: estas se formaban en el interior de las personas, mas específicamente en el corazón, al estar bajo un acontecimiento, estas florecían expandiéndose por las entrañas y el cuerpo de quien las manifestaba y después escapaban al exterior sintetizadas en gestos, expresiones o acciones.

 

Y si aquello parecía una locura, a el no le importaba, lo tomaba como la verdad inminente y hasta cierto punto romántica del universo, todos obedecían a ella de manera involuntaria o voluntaria y conocieran o no al rubio, entonces aparecieron los Uchiha. Quebrantando su lógica, pisoteándola de tal modo que siempre eran la excepción, desafiando y destruyendo su Arte de forma tan inhumana... una compleja tortura...

 

¡Que despreciaran su Arte era tan ofensivo como cruel!

 

Y entonces se miraba en aquel lugar, con aquel Uchiha, esperando que por un milagro desconocido lograra formase una conversación entre ellos... eso era lo que mas ansiaba y por supuesto también lograr ver a través de aquella capa de indiferencia que cubría al menor. Y ya que este se rehusaba... Deidara no quedaba mas que como un maldito masoquista

 

-Para ser un día IGUAL al anterior...-enfatizó la misma palabra que antes usara el menor. -Hoy has llegado quince minutos tarde- mismos quince minutos que aun que no lo admitiera le parecieron una horrible eternidad.

 

-Un problema en el colegio.-coloco sus brazos sobre la mesa y entrelazo sus dedos para apoyar su mentón sobre ellos, por un instante leyó en los ojos azules, semejantes al cielo de primavera despejado, un brillo alegre, sabía que le hacia feliz aquel comentario, por que el rubio siempre quería escucharlo. -Pero no fue nada grave.-corto sus palabras, destrozo ese gesto alegre y provoco uno de completa molestia.

 

Había creído que al fin escucharía algo provenir de aquella boca roja como el fuego, pero el otro no hizo eso, simplemente lo desprecio y se burlo de el como siempre lo hacía. desde hace dos meses que salían juntos, tristemente en una forma amistosa mas que en una amorosa, y si ni siquiera lograba descifrar el comportamiento del otro mucho menos sacarle una sonrisa, que bobamente había pensado en un principio podría lograr.

 

-No puedo creer que jamás hables...-se medio levanto del asiento apoyándose con una mano sobre la mesa, la otra cerrada en un puño que mostraba enfatizando su molestia. -Y cuando por fin vas a hablar sales con semejante estupidez.-alzo su tono de voz al igual que apretaba sus cejas hacia el centro.

 

-Aun así pareces disfrutarlo...-sorbió un poco de su café, ya que en un principio dicha bebida le pareció lo suficientemente dulce no se vio en la necesidad de agregar mas azúcar, sus ojos cerrados y su olfato aspirando el fuerte aroma.

 

Deidara se ruborizo ante tal comentario y con rapidez volvió a sentarse en su silla, Sasuke no negó para si mismo que el rubio se veía magníficamente atractivo con aquel tono sobre sus mejillas, deposito la alargada taza sobre el platito donde se la habían traído. Sonrío a manera burlona, era la única forma en la que mostraba una sonrisa.

 

¡Pero aquella sonrisa era tan arrogante que de forma bizarra se mostraba increíblemente bella!

 

-Estoy harto de querer conocerte...-intento despejar sus pensamientos y aclararse para seguir sobre la discusión iniciada. -Es que no haces un esfuerzo por nadie ni por nada- refuto más que disgustado.

 

Y había vuelto a suceder... Sasuke había provocado de tal modo, con tanta perfección, que había logrado hacer que Deidara "explotara"... el corazón de Deidara había explotado de una manera tan sublime, tan placentera que extasiaba al máximo al rubio. Y bien el azabache lo sabía... mejor aun sabía que, aun que el otro jamás lo admitiera, le encantaba sentirse de aquella forma.

 

-Me ofendes...-murmuro con su tono parco. Y no mentía, sus ojos mostraron cierta molestia imperceptible para los demás.

-¿Qué...?- dudo y no pudo asimilar lo que el otro intentaba comunicar. Abrió sus ojos celestes como quien muestra una clara sorpresa.

-Así es Deidara... me molesta que digas no conocerme...-interrumpió, su mirada era tan estrujante que hizo temblar levemente al rubio.

 

Una mirada tan fría como la de el genio de los Uchiha, Itachi. Sin embargo la de Sasuke le dolía mas por que era obvio que el menor le importaba mucho mas que su hermano, no por nada estaba enamorado del azabache.

 

-Hum...-espectó molesto, quería que el otro continuara con su explicación.

-Digo... ¿Cómo es que dices no conocerme?... llevamos dos meses saliendo y ¿No logras descifrarme?-aun que hablaba mucho sus palabras salían tan rígidas como si no fuera una conversación humana, quizá con una especie de muñeco incapaz de transmitir emoción alguna.

-Solo somos amigos... eso dijiste el día que te tome la mano...-intentaba defenderse. -Realmente dudo que tu me conozcas tanto como dices.-lo encaro de frente, sonaba mas tranquilo que en principio, y es que cuando se discute con un Uchiha hay que parecer seguro de lo que se dice.

 

-Jamás miento...-tampoco bajo la mirada, su orgullo le hacia mantenerse dentro de aquella pelea de miradas, pero mas que nada es que el azabache en esta ocasión no hablaba de forma arrogante. -Deidara... yo si me he tomado la molestia de conocerte en el mas mínimo detalle aun que no me lo cuentes...-el otro gruñó. -Se lo mucho que disfrutas un té helado aun que el clima sea inapropiado para dicha bebida, tienes la delicadeza de comer con cubiertos aun que no sepas nada de modales, realizas lectura con frecuencia y los libros de filosofía son tus predilectos, todo lo relacionado con las artes te fascina y te mezclas con todo aquello que tenga un intimo vinculo con esto, crees que debes ponerte a dieta aun que tu figura sea demasiado esbelta, comes dulces sin parar y luego sufres culpa por no poderte detener...- el rubio se había quedado con los ojos abiertos y cualquier cosa que intentara decir era callada de inmediato. -Te molesta que hagan alusión a tu apariencia femenina mas si es de forma burlona, apuesto que por ello mismo te miras en el espejo media hora antes de salir. ¿Buscas verte mas masculino?. No te importa la escuela aun que mantienes un promedio fijo, no hay mas camino que el del arte y odias que los demás rompan tu elegante filosofía sobre las emociones... es por eso que me odias tanto...- sonrió de medio lado, el otro no hacia mas que prestar atención. -Irónicamente te gusto, aun que me es fácil hacerte molestar, no me abandonas y creo saber que la razón de dicho comportamiento tuyo es que yo... te hago explotar... ¿Te encanta explotar no es así?-hizo una pausa. -¿Te gusta sentir esa sensación recorrer cada fibra de tu ser...? yo te hago lo que tu siempre has anhelado... explotar en vida... ¡Que placer causa en tu artístico ser!... Deidara eres masoquista-

 

Silencio... no sabía... no tenía nada que decir.

 

Todo lo que aquel Uchiha había dicho era verdad... cada palabra se decía con precisión, no lo exaltaba ni minimizaba... justamente como era el.

 

Sintió un tic en su labio inferior.

 

Se sentía avergonzado y como un tonto, nunca había pensado que el menor le conociera todo aquello, el menor le podía leer como si fuera un libro abierto... relatando la extravagante historia de un artista.

 

-Yo...-agacho su vista hacia la mesa. -Sasuke... tu me encantas-afirmó avergonzado. Agachando su mirada celeste debajo de algunos mechones dorados.

-No Deidara... yo no te gusto...-saco el dinero que le correspondía poner como parte de lo que había consumido. -Solo te gusta lo que te hago sentir.-coloco su dinero en la mesa, tomando su mochila estilo japonés del suelo, comenzó a caminar hacia la salida.

 

Deidara aturdido ante lo que había escuchado se levanto de imprevisto, antes de salir corriendo detrás del azabache, dejo pagada su bebida. Sabía que el otro no se detendría por mas que le llamara... realmente no iba muy lejos, unos cuantos pasos mas adelante. El Uchiha era tan orgulloso como el, ciertamente ya le había dicho que se parecía a los Uchiha en ese aspecto, mas en este momento lo que menos le importaba era mantener su orgullo... solo quería recuperar al azabache.

 

-Sasuke...-lo alcanzó finalmente y caminando al lado del menor, que no se detenía, intento llamarlo, Sasuke tenia sus ojos fijos en la vista de enfrente no respondería... nunca lo hacia.

-hum...- suspiro el rubio mirándolo fijamente, el menor estaba tan sereno. -Solo quiero que te detengas un momento...-pidió y el otro hizo caso omiso.

 

Deidara solo quería decirle lo mucho que estaba enamorado de el... había una gran diferencia entre la obsesión y el enamoramiento... y el rubio bien sabía sufría de lo último junto al azabache.

 

Pero siempre decía cosas que no debía, el y su gran bocota nunca se detenían, lo peor era que bien las tonterías siempre le salían de maravilla sin necesidad de pensarlas... pero decirle algo tan importante como aquello al menor le costaba gran trabajo... temía que no resultara mas que un simple pasatiempo para el adolescente de negruscos cabellos.

 

-Es verdad... lo que te he dicho en el restaurante es verdad-comento intentando romper el silencio que embargaba sobre aquella caminata por un jardín, el cual el rubio no tenía ni la remota idea de como habían llegado ahí. -Esta bien si no respondes...-suspiro, el menor seguía callado. -Solo detente un minuto- sonó mas a una leve orden.

 

Y abruptamente así ocurrió, el azabache se detuvo sin aviso, el rubio se freno a tiempo para no estrellarse contra el.

 

Se giro sobre si para encarar al mayor que le llevaba unos escasos centímetros en altura.

 

Sus ojos negros como la obsidiana lo analizaron de forma penetrante. Se acercó de manera lenta hasta deshacerse el poco espacio que los separaba, quedando muy junto al otro, su fina mano, fría y delicada, se alzó con suavidad. De forma elegante... casi podría decirse que de forma cariñosa, le acaricio el rostro provocando un suave sonrojo en su acompañante. Luego delineo sus labios rosados.

 

-¿Nunca te han dicho...?- murmuro sobre su boca, chocando ambos alientos. -Que hablas demasiado- sonrío, el rubio tembló. Sentir al menor de los Uchiha tan cerca era excitante.

 

-Sasuke...-cerró sus ojos abruptamente ante la placentera sensación del afrutado aliento del menor rozarle los labios.

-Deidara...- sin aviso previo, sin justificación, el pelinegro posó con delicadeza sus rojos labios sobre los del rubio. Una ligera presión que le hizo suspirar, abrió sus ojos con sorpresa. -Eres un tonto Deidara...-y no lo decía en forma ofensiva aun que el otro gruñó bajo. -Siempre crees que los Uchiha son arrogantes, que todos somos iguales, como si no trataras con humanos, haces experimentos en nosotros...- susurró

 

-¿Como?-

-Pones a prueba tus teorías en nosotros...-el otro lo miró extrañado. -No me importa... es mas me encanta que lo hagas...-sonrió de manera pervertida, el rubio por un momento había creído que volverían a discutir. Si ya estaba ruborizado, al escuchar tal declaración su matiz subió a uno mas encendido.

 

Mira que comportarse de aquella manera frente al menor... se suponía que el era todo un "seme"

 

-Pero solo conmigo- uso un tono posesivo.

 

-Tonto...-rió bajito. -Solo es contigo-afirmó mirándolo a los ojos.

 

Ambos se observaron por breves instantes, sus miradas encendidas no se apartaban, ambos sonrieron y en un gesto mudo Deidara indico que le tomaría. Y así fue se acercaron sin prisas hasta juntar sus labios en una suave presión, el mayor abrió su boca y dejo salir su lengua que recorrió el exterior de los labios rojos, que se encontraban entre abiertos, entro con lentitud y jugó con la lengua del menor, ambas recorriendo las cavidades opuestas en cadenciosos movimientos. El mayor había impuesto un ritmo, sin sorpresas fue roto por el menor, que le mordió el labio superior tan fuerte que logro sentir como le brotaba sangre. Se molesto, el otro nuevamente lo desafiaba. Pero al sentir a Sasuke succionar dicho liquido rojo, en suaves lamidas... no pudo evitar soltar un leve gemido que lo delato.

 

¡Le había fascinado aquel encuentro!

 

-Deidara...-ya se había separado levemente e intentaban normalizar su ritmo. -Has hecho que me enamore mucho de ti-confesó con una sonrisa que el rubio no había visto antes... sinceridad.

-No se supone que eso se lo diga el uke a su seme...-se quejo haciendo una mueca graciosa, un puchero de niño pequeño.

-Tu eres mi seme...-rió ante el divertido comportamiento que el otro tenía. -Y como mi seme que eres... hablaras con mi nii-san-se mantenían abrazados.

 

-¿Con Itachi?-dudo un momento.

-Así es, no puedo tener novio... a menos que el lo apruebe- el azabache sabía el miedo que su hermano mayor podía causarle a la gente, no era extraño que Sasuke tuviera su propio fanclub... pero tampoco era extraño que nadie se le acercara a manera de buscar intimidar con el.

 

"Antes debes hablar con Itachi nii-san" decía y todos salían corriendo.

 

Itachi era en extremo protector, el azabache no se quejaba de aquello es mas agradecía que fuera así, el que su nii-san infligiera tanto miedo a los demás le servia para tener privacidad. Si no fuera por Itachi hace mucho que las chicas del colegio le hubieran secuestrado.

 

Era por Itachi que Sasuke tenía amigos de verdad. El moreno de la coleta era muy selectivo si se trataba de su ototo-kun.

 

-Ahh... bueno... ¿Podríamos posponerlo para mañana?-rió nervioso. El era de los muchos que temían al carácter del moreno.

-Vamos Deidara...- comenzaron a caminar tomados de la mano, o bien podría describirse como que el menor llevaba a rastras al mayor hasta su casa.

 

Y algo cambio esa tarde, donde un clima frío acompañado de una ligera llovizna que mezclaba los olores naturales. Esa tarde Deidara no la olvidaría, y estaba seguro, por que el menor se le había declarado, había descubierto que el azabache de sus sueños lo observaba de tal forma que sabía que ocultaba en su interior... mejor aun Sasuke le había besado de forma increíble... una manera tan sublime que se sintió "explotar" de nuevo...

 

-¡Te veo mañana Sasuke!...-había gritado mientras corría como desquiciado, lejos de la casa de los Uchiha...

 

-Ven Deidara vamos ha hablar sobre mi ototo-kun...-rió de manera tenebrosa el moreno de la coleta que lo perseguía con un cuchillo en las manos. El de la coleta traía puesto un delantal, se encontraba cocinando cuando su atrevido amigo había dicho que sería el novio de su hermano menor.

 

Ah... ahí esta la otra razón por la que no olvidaría esa tarde... sus labios lo habían traicionado como de costumbre... y en vez de decir... "Quisiera ser el novio de Sasuke" dijo... "Soy el novio de Sasuke"...

 

Error fatal había faltado al respeto del moreno Uchiha, se le había olvidado por un momento que solo el autorizaba las amistades de su hermano menor...

 

-Anda Deidara... no corras...-le gritaba Itachi a escasos pasos detrás de el.

-No te preocupes Itachi-san...-rió nervioso sin detenerse. -Regreso otro día-

 

Y el menor que miraba desde la puerta el espectáculo que su hermano y su novio habían armado supo que a la larga se llevarían bien. Soltó la risa para si mismo.

 

Para un Uchiha no había mayor felicidad que ver a los que ama convivir... aun sea de forma extraña... extrañamente divertida.

Notas finales: Espero que les haya gustado... y si desean podria haber mas DeiSasu en el futuro...

itachi: no por favor... ItaSau es lo mejor ¬_¬

Gente linda que lo leyo espero sus apreciables reviews, nos vemos, se cuidan y alimentense del yaoi XD

-El arte de explotar al maximo el yaoi XD- la oración de mi religión.
-ItaSasu Forever Dttebayo >D-

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