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Regalo Azteca por midhiel

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Pirates of the Caribbean pertenece a Disney. Aunque yo sueo con que Jack o Will vengan a visitarme (por las noches, o a cualquier hora del da estara bien, pero preferentemente por las noches). :)

No se aceptan flames, ni viajes gratuitos a Mordor, ni enviarle saludos a Sauron por medio de mi persona, ni nada por el estilo. Por favor, sean clementes que es mi primer fic de esta pareja.

Por ltimo, este fic es un regalo para Prince Legolas por su valiossima amistad, y mis ms sinceros agradecimientos por leer y corregir esto cada vez que le ped (y fueron muchas veces).

Ahora s, los dejo con el fic.



Regalo Azteca


Captulo Dos: Jack Desaparece

Despus de dormir como un ngel junto a Jack, Will despert, bostezando. Grande fue su sorpresa al ver que el lecho se encontraba vaco y las pertenencias del pirata ya no estaban. El joven frunci el ceo con extraeza. Tan sigilosamente se haba retirado que l no lo haba sentido? Pero record que Jack saba ser ms silencioso que un gato.

Se subi los pantalones y, con el moreno torso desnudo, se acerc a la ventana para observar la playa. La arena brillaba como oro bajo los rayos del sol. Will busc el barquito en el que haban llegado y que haban dejado anclado a cien metros de la posada.

El navo no estaba.

Ahora el muchacho se alarm. A los brincos se termin de vestir y baj al comedor. El bullicio de los comensales y el ir y venir de las charolas lo aturdi. Ote el espacio de una punta a la otra.

Pero Jack tampoco estaba all.

-Cantinero – llam al anciano, que estaba detrs de la barra y, con su sordera, se las ingeniaba para entender lo que un chiquillo le deca en una mezcla de ingls y francs -. Cantinero.

-Qu sucede, jovencito? – lo interrumpi su esposa, regresando con una charola vaca.

-Mi amigo. El seor Smith – pregunt Will.

-Ah – record la mujer -. El hacendado.

-S – afirm el muchacho -. Sabe dnde est?

La anciana sacudi la cabeza y se volvi hacia su marido.

-Sabes qu fue del hacendado que lleg ayer con este apuesto jovencito?

El cantinero inspeccion a Will de pies a cabeza hasta que lo reconoci.

-Ah, Philip Smith, verdad?

Will asinti, ansioso.

-Parti esta madrugada. Pag por los dos y pidi que se te preparara el desayuno.

-Sabe a dnde fue? – pregunt el joven.

-Parti de Isla Ballena, muchacho – respondi el anciano -. Pero no s hacia dnde.

-No puede ser –mascull Will para s y abandon la posada corriendo.

Afuera, la isla estaba repleta de parejas transitando alegremente de un lado al otro de la calle. Era verano y muchas haban escogido estos das para pasar su luna de miel.

Will fisgone cada rostro esperando ver a Jack. Al no encontrarlo, corri hacia la playa. El sitio donde haban dejado el barco estaba vaco.

No quera entrar en pnico pero la situacin se volva desesperante. Mir a los alrededores. Haba algunos pescadores preparando sus botes y redes, y tres parejas que recorran la playa, riendo tomadas de la mano.

Pero ni un solo vestigio de Jack o su barco. Sin saber qu pensar, Will ya iba a regresar a la posada cuando una mano firme se apoy en su hombro. El joven gir, ilusionado con que fuera el pirata.

-Gobernador Swann – exclam, asombradsimo.

Cruzando los brazos en la espalda, el aplomado aristcrata lo examin de pies a cabeza.

-William Turner. Pareces perdido, jovencito. Isla Ballena queda a muchos kilmetros de Port Royal. Viniste con alguien?

Will se mordi la lengua para no pronunciar el nombre de Jack. Si descubran que el pirata andaba por all, no escatimaran esfuerzos para encontrarlo porque antes que se embarcaran en su primera aventura, Sparrow haba sido sentenciado a la horca.

-Qu haces por aqu, Will? – insisti el gobernador.

-Vine... con un amigo – minti. A medias, eso s.

Swann husme la playa.

-Dnde est ese amigo?

El joven no supo qu responder.

-Ayer fue luna llena, muchacho – prosigui el hombre en tono causal. Will abri los ojos como tazas de chocolate -. No me mires as. S ms de lo que crees. La cultura azteca est atiborrada de leyendas y profecas interesantsimas... especialmente cuando tienen la gracia de cumplirse – mir con disimulo el vientre del joven, consiguiendo que ste se lo cubriera con la mano -. Lo sabes, no, Will? Eres uno de los pocos elegidos por la diosa Coatlicue.

-No s qu quiere decir, gobernador – se defendi el muchacho.

-S que lo sabes – sonri Swann, misteriosamente -. Espero que anoche no te hayas divertido demasiado con tu amigo porque fue luna llena y podras sufrir las consecuencias.

Will se acarici el vientre, asustado y perplejo. Tanto se haba divertido con Jack la noche anterior que ni cuenta se haba dado de la fase lunar.

El gobernador volvi a sonrer con falsa paternidad. Cuando Will se asustaba, adoptaba la expresin de un conejito desvalido.

-No temas, nio. Ven conmigo. Vamos al Hotel England donde te servirn t y podrs comer algo.

El joven volte hacia el mar. Los botes de los pescaderos se alejaban hacia lo profundo. Las parejas seguan riendo, ajenas a todo. El cantinero le haba dicho que Jack haba dejado pagado su desayuno. Quizs lo mejor era regresar a la posada y esperar noticias del pirata.

-Estoy alojado y tengo mi desayuno listo –agradeci humildemente -. Muchas gracias, gobernador.

El hombre le entreg una tarjeta.

-Si no tienes noticias de tu amigo para esta noche, bscame en esta direccin.

Will la tom como un acto de cortesa. Por supuesto que encontrara a su amigo, as tuviese que sacudir hasta el mismsimo Infierno.

………..


El paradero de Jack se convirti en un misterio. Will lo busc afanosamente por tres das enteros pero no hall pistas ni del pirata ni del barco. Su desesperacin aument cuando comenz a sentir extraas molestias en el vientre y record lo que el gobernador le haba advertido: sin darse cuenta, haba hecho el amor bajo la luna llena. Poda estar ya gestando un hijo de Jack?

La noche del tercer da, Will busc a Swann en la direccin que le haba dejado. Se trataba de un exquisito hotel, el ms caro de la isla. Mostrndose atento como nunca, el gobernador lo invit a cenar en el refinado comedor. Pidieron ostras y una botella de vino, aunque Will, precavido con su embarazo, solicit una jarra de jugos.

-Tu situacin es delicada –adujo Swann, limpindose delicadamente las comisuras de los labios con la servilleta, despus de degustar su plato -. Ests en estado. Eres un varn y necesitas cuidados especiales.

-Por favor, no me lo recuerde – suplic el joven, suspirando.

-Sabes, Will. Si hay algo que me admiro es la memoria. No soy muy sagaz, pero puedo recordar un rostro as hayan pasado diez, veinte o treinta aos –apoy las manos extendidas en la mesa -. Mi punto es, muchacho, que no olvido tu rostro cuando ese barco de mala muerte secuestr a mi hija y te ofreciste a salvarla.

-S? – apremi Will, sutilmente para que continuara.

-Salvaste a Elizabeth, muchacho. Estoy en deuda contigo. Por eso me ofrezco a ayudarte. Regresa conmigo a Port Royal

-Se lo agradezco infinitamente, seor gobernador – trat de excusarse -, pero estoy buscando a una persona...

-Una persona que te abandon y no aparece por ninguna parte – termin Swann, con disimulada sorna -. William Turner, no estoy hablando de darte slo mi apoyo moral. Estoy hablando de darte mi casa para que te refugies durante tu embarazo. Conozco a los mejores mdicos de Port Royal y podra traer a otros de necesitarlos. Tu situacin es delicada, como ya te lo dije, y necesitas cuidados especiales. No te das cuenta? Llevas a tu propio hijo en tus entraas.

Will baj la cabeza hacia su vientre. El hombre tena razn.

-Usted me ayudara?

Swann not que se lo estaba ganando.

-Te ayudara en todo lo que necesites.

El joven lo pens un rato. A veces era impulsivo y otras, no tomaba las cosas a la ligera.

-Le agradezco el apoyo, pero necesito encontrar a este amigo.

-El padre de tu hijo, no? – dedujo Swann. Will asinti -. Te propongo un trato, joven Turner. Mi fecha para embarcarme es el mircoles. Busca a tu amigo durante estos dos das. Si lo encuentras, qudate con l. Pero si no, tengo un boleto extra en primera clase.

El joven no estaba seguro de aceptar. Quera encontrar a Jack, costara lo que costase. Pero de pronto, sinti un ligero calor en el vientre e interpret que era su hijo pidindole ayuda. Swann tena razn. Su situacin era delicada y no poda dejar a su beb a la deriva.

-Buscar a mi amigo durante estos dos das, seor – decidi finalmente -. Si no lo encuentro, me embarcar con usted el mircoles.

-El boleto te estar esperando – prometi el hombre, antes de beber un poco de vino.


……….



Jack se esfum como humo de la isla. Will interrog repetidas veces al posadero para cerciorarse de que el pirata no hubiera sido llevado por alguien a la fuerza, y siempre obtena la misma respuesta: Jack haba pagado el desayuno y la estada de Will, y se haba marchado sin dar explicaciones.

Will se senta confundido y desesperado. Enseguida, a su tensin se sumaron molestas punzadas que comenzaron a latir en su vientre. Cada da estaba ms convencido de haberse preado del pirata.

-Qu suerte que tengo! – se golpe la frente con el puo -. Mi primera vez y tuvimos que hacerlo una noche de luna llena.

Y qu puntera la de Jack Sparrow!

-Pirata – suspir Will -. No yerra un msero tiro.

La maana del mircoles, el muchacho entendi que deba tomar una decisin. El gobernador se embarcara hacia Port Royal con un boleto extra en primera clase y Jack segua sin dar seales de vida. Si estaba embarazado, necesitara atencin especial, que no podra hallar en Isla Ballena.

Un tanto resuelto y un tanto inseguro, empac sus pocas pertenencias, incluida una de sus espadas de acero toledano, y despus de despedirse amablemente de la pareja de ancianos, se dirigi al Hotel England.

Swann lo estaba aguardando en sus elegantes aposentos, acompaado de un hombre avejentado, que tena un porte grave, cabellos rubios y grises, y vesta de una manera sobria. Will advirti una sonrisa burlona debajo de la barba clara y espesa.

-Buenos das, William – salud el gobernador -. Este caballero es el doctor Henry Thompson. Doctor, este joven es William Turner. Su paciente por los prximos nueve meses.

Will parpade, con la perplejidad impresa en el rostro. El mdico le extendi la mano, pero el muchacho se rehus a estrechrsela.

-Henry Thompson es un reconocido acadmico, que ha hecho carrera investigando pacientes con sntomas extraos por estas islas, Turner – lo present el gobernador -. Trabaj durante cinco aos con los nativos, tratndolos de dolencias tpicas de la zona, y estuvo otros diez en la selva amaznica, curando enfermedades tropicales. Es un especialista en casos extraos. Una vez examin a un hombre que deca sufrir de licantropa. Dnde fue eso, Henry?

-Eso fue en Londres –contest el galeno con una voz ronca, y se volvi hacia Will, con cierta irona -. He visto de todo, muchacho. Sin embargo, tu estado me sorprende y estoy ansioso por tratarte.

Will tuvo la sensacin de que el hombre lo miraba con un mohn burln, como si se tratase de un fenmeno de un circo. Por su orgullo, no iba a permitir que le pusiera las manos encima!

-Platiqu con Thompson de tu caso y se ofreci a tratarte – prosigui Swann -. No seas suspicaz, jovencito. Henry es un viejo amigo. Asistimos juntos a la misma universidad en Inglaterra. Es todo un caballero, famoso por su erudicin. Pongo las manos en el fuego por su discrecin y cautela – aadi con una mirada significativa.

Will estudi al hombre por algunos segundos, enarcando una ceja, y finalmente estrech su mano. Careca de opciones y tena que conformarse con lo que el gobernador pudiera ofrecerle, aunque resultara molesto para su orgullo.

El mdico le apret el puo con considerable fuerza y Will crey advertir una mirada lasciva en sus ojos oscuros

-Me gustara examinarte, William – anunci el galeno y volte hacia Swann -. Tu cama te parece bien para el examen, Weatherby?

-Claro – acept el gobernador con una leve sonrisa -. Por aqu, Turner.

Swann los gui por un largo pasillo que conectaba a otras habitaciones, hasta su recmara.

Al entrar, Will solt un suspiro de fascinacin por la ostentosa decoracin y amplitud de los muebles. Por algo se trataba del hotel ms caro de la isla.

-Turner, acustate, por favor – indic Swann, sealndole el lecho.

-Y desprndete la camisa, muchacho – agreg Thompson, mordindose los labios para tragarse una sonrisita.

Un tanto incmodo, Will se sent y desabroch los botones. El mdico no le causaba una buena impresin, pero necesitaba ser examinado. Se acost boca arriba y permaneci quieto, mirando hacia el cielorraso.

Thompson le palp distintas zonas del abdomen.

-Asombroso –exclam -. El embarazo es incipiente pero existe. Puedo percibir un ligero abultamiento. La hinchazn no es comn en las mujeres hasta el tercer mes, sin embargo, tu cuerpo est mutando para alojar el feto. Sientes molestias?

-Como punzadas en el estmago –record el joven.

-Es por los cambios que tu vientre est sufriendo – aclar el galeno -. Ests preado.

Will suspir, resignado. Bueno, ya no poda dudar que estaba esperando un hijo de Jack.

Swann se aproxim al lecho.

-Te dije que era asombroso y cierto, Henry.

-Es increble – replic Thompson -. Y se trata de un hombre. Ahora necesito comprobar su hombra – baj las manos hacia los pantalones de Will, pero el muchacho le detuvo el brazo.

-Soy un hombre, doctor Thompson – respondi, clavndole glidamente los ojos chocolate -. No necesita comprobarlo.

-William, Henry slo busca examinarte – terci Swann.

Will le apart la mano de su cuerpo y se incorpor en la cama.

-Seor gobernador, slo vine hasta aqu para preguntarle si sigue en pie su ofrecimiento – comunic secamente. Luego mir al mdico y agreg -. Disculpe si fui rudo, doctor. Muchas gracias por su consulta, pero deseo que el examen se reduzca a mi vientre.

Swann apoy una mano en el hombro de su amigo.

-William, el doctor Thompson es el mejor especialista para tratarte. Lo contratar para que nos acompae a Port Royal y supervise tu embarazo. Ests de acuerdo, jovencito?

Will se abroch la camisa. El mdico no le inspiraba ninguna confianza y sacudi la cabeza.

-Quizs conozca a otros especialistas, seor – y confes honestamente -. No me siento cmodo con l.

Los ojos de Swann centellaron de furia, como si hubiera recibido una afrenta.

-Henry Thompson es el mejor mdico que conozco, William – asever, taxativo -. Es discreto y no soltar a nadie la gracia o desgracia de saberte preado. Te recuerdo que tu situacin es complicada y debes aceptar lo que se te ofrece.

Will se irgui, sorprendido. Era la primera vez que vea al gobernador ofendido.

-Le agradezco su atencin, seor – respondi con frialdad y respeto -. Si soy un estorbo para usted, lo mejor ser que me marche.

-Espera, William Turner – intervino Thompson -. Pareces obstinado y no te agrada confiar en extraos. Pero tu situacin es delicada y eres un paciente de alto riesgo. Quieres marcharte solo? Si lo haces, pondrs en riesgo tu vida y la de tu hijo.

Will se detuvo y lo mir incrdulo.

Swann advirti la soga de donde colgarse para convencerlo.

-Te conozco, jovencito. Eres orgulloso y te cuesta aceptar ayuda de otros. Pero tambin s que posees un buen corazn y aunque an no te haces la idea de que esperas un nio, ya sientes amor por tu pequeo. Escucha al doctor. Quieres perder a tu hijo? Quieres fallecer y llevrtelo contigo?

-Me estn diciendo que mi hijo corre peligro? –se asust el joven -. Que puedo llegar a perderlo? Puedo sufrir un aborto?

-Eso en el mejor de los casos – pronostic el mdico -. No existen registros de hombres embarazados y no se sabe cmo puede progresar un embarazo masculino. Tu situacin es delicada y grave. Tu embarazo es de altsimo riesgo.

-Ya en las mujeres la tasa de mortalidad es alta – inform el gobernador, seriamente -. Imagina que en tu caso las probabilidades se duplican.

Will se dej caer en la cama con una mano apoyada en el vientre. Saba de las complicaciones en el embarazo y el parto. La propia madre de Jack, segn el pirata le haba contado, haba fallecido de fiebre puerperal al traerlo al mundo. Una cosa era si mora l durante el alumbramiento, pero ahora se plante qu sera de su hijito si l parta.

-Soy un reconocido especialista, William – prosigui el mdico en un tono arrogante -. Si me permites que supervise tu embarazo, puedo asegurarte que tus probabilidades de riesgo descendern considerablemente.

-El doctor Thompson est dispuesto a viajar con nosotros y hospedarse en mi mansin para atenderte – aadi Swann -. Qu dices, William? Aceptas nuestra ayuda?

Y qu otra opcin le quedaba al desesperado y abandonado Will Turner ms que aceptar?


……..

Al cabo de dos semanas, los tres llegaron a Port Royal. Will se sinti aliviado de pisar tierra firme. El viaje en barco haba aumentado sus mareos y las nuseas se haban vuelto cosa de todos los das. A raz de los vmitos y la perenne sensacin de malestar, haba perdido peso y Thompson dispuso que guardara cama.

La mansin de Swann era la residencia ms elegante de Port Royal. De cuatro pisos, estaba construida y decorada con un estilo Tudor. Como tal, tena arcadas en punta en cada abertura y el escudo de la familia Swann pintado en cada espaciosa ventana. La entrada principal era imponente, con un arco ojival abierto sobre el que estaba tallado un cisne y dos espadas cruzadas. Hatton, el mayordomo, junto con tres sirvientes se acercaron al coche para descargar el equipaje.

Will suspir con alivio al entrar en el hall y reconocer la escalera caracol de mrmol que conduca a las dependencias superiores y a su nueva alcoba. Tambin mir a los costados, esperando ver a su entraable amiga Elizabeth. Ella era como una hermana para l y sabra darle el apoyo que necesitaba.

-Olvid comentrtelo, William –dijo el gobernador -. Mi hija viaj a Inglaterra para ver a su familia materna.

-Regresar pronto? – interrog el joven, sin esconder la desilusin.

-Lo dudo mucho. Piensa volver recin en un ao. Oh, aqu llega Lucy!

Lucille Fox, tambin conocida como Lucy, era la fiel criada de Elizabeth. Una mujer joven, de cabellos rojizos y mirada bondadosa.

-Seor Turner – se alegr de verlo -. El gobernador nos avis que vendra y le preparamos las habitaciones de huspedes.

-Gracias, Lucy – sonri el joven.

-Por aqu, seor Turner – le indic la escalera -. No cargue su equipaje, que el seor Smith lo har por usted. Venga, acompeme.

Alegre de ver un rostro bueno y conocido, Will se dej guiar por los escalones de mrmol. Suba cansinamente las gradas una por una, apoyado en la gruesa baranda.

El mdico lo observ, alzando una ceja.

-Est muy dbil, Weatherby – comunic al gobernador cuando ya Will no poda orlos -. Si tengo que serte sincero, dudo que resista un embarazo de alto riesgo.

-T slo encrgate de que su feto nazca con vida – repuso Swann, glidamente.


……….


Will se dej caer en la cama, exhausto. La amable Lucy lo arrop con dos cobijas.

-El gobernador dice que usted est enfermo, seor Turner – confes, preocupada.

-No estoy enfermo –hizo silencio -. Estoy esperando un hijo, Lucy.

La mujer solt un grito de admiracin y se cubri la boca. Will hizo a un lado su cansancio para mirarla intensamente.

-Slo te lo cuento a ti, Lucy, y confo en que no se lo dirs a nadie.

-No, seor Turner.

-Estoy cansado y dbil, pero quiero que mi beb viva – Will sinti que la voz se le quebraba e hizo una pausa -. Necesito comunicarme con la seorita Elizabeth. Si no sobrevivo al parto, quiero que ella se encargue de mi hijo.

-Seor Turner, no hable as – suplic Lucy horrorizada.

Will dej caer la cabeza en la almohada. Se senta muy cansado. Quizs fuera el viaje o quizs el vaco que senta por el abandono de Jack. Por qu el pirata lo haba dejado solo? Acaso todo su amor no haba sido ms que un engao para llevrselo a la cama?

Sin embargo, Jack Sparrow no pareca esa clase de persona. Se acarici el vientre. Necesitaba cerciorarse de la presencia de su hijito para aliviarse.

-Ya pens en algn nombre para su beb? – pregunt Lucy, buscando la manera de levantarle el nimo.

-Richard, si es nio – respondi convencido -. Una vez hubo un rey justo, noble, honesto y valiente. Muchos de sus amigos lo traicionaron y l sufri con entereza su traicin. Mi hijo tendr las virtudes de ese rey, pero ser amado por m y yo me asegurar de que ninguna sombra oscurezca su vida.

-Un nombre precioso, seor Turner – concedi la mujer con una triste sonrisa -. Lo felicito.


TBC

Hola a tod@s.

Muchas gracias por su apoyo.

Espero les haya gustado el capi. Nos leeremos el martes. Besitos

Midhiel

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