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Dos formas distintas de amar por LaDy YuRi YaOi

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Notas del fanfic:

Publicado: 19/11/04 Actualizado: 12/02/07
Re-publicado: 18/01/10.

Segunda subida. Espero les guste.

Notas del capitulo: No pensaba volver a escribir por este fandom, pero una amiga me pidió escribir un fic de Gundam como regalo y no me pude resistir en mirar hacia atrás y ver lo que había escrito hace unos… 5 años atrás. Lo borraron por ser un fic no continuado, lo edito para volverlo a subir. Fue mi primer fic oficial publicado, de ante mano quiero agradecer los reviews que recibió, las lecturas que lo acompañaron y espero que les guste a las personas que lo empiezan a leer.
Hacia un frío insoportable de esos en donde deseas tomar chocolatito y estar en la cama durmiendo. Duo se encontraba acostado en el suelo luego de una gran caída que no lo había despertado de su eterno sueño, estaba en un campo abierto, fresco… ¿Y oscuro? Abrió los ojos enseguida cuando se dio cuenta que Alicia paso por encima de él.

-Mi niño, no debería dormir en el suelo se puede resfriar, ¿Lo sabe?-dijo Alicia levantando las cobijas que tapaban al chico.

-Lo sé- levantó sus brazos desperezándose- pero, ¿Qué hora es? ¿Y mi madre y padre donde están?- dijo aun adormilado, estaba soñando curiosamente con su hermano y dos personas mas, hasta que Alicia apareció.

-Son las tres de la tarde y sus padres fueron a ver a unos amigos lejos de aquí- la empleada comenzó a ordenar las cosas del joven- ¿Quiere que le prepare el baño?-habló apunto de retirarse de la habitación

-Antes de eso- hizo una pequeña pausa.- Mi hermano Quatre, ¿Dónde está? – comenzó a estar su cuerpo. El y su hermano eran mellizos, mañana cumplían los 17 y justo sus padres desaparecían cuando necesitaban terminar los arreglos de los preparativos para la gran fiesta.

-El joven Quatre salió a leer cerca del árbol- respondió Alicia mirándolo fijamente.

-Esta bien, me voy a bañar- se levantó lentamente y miró por la ventana, ahí estaba Quatre leyendo. Lo encontró tan tierno a su hermano, sabía que todos lo querían por como era en todo sus quehaceres y por sobre todo por su sensible personalidad. El, a diferencia de su hermano, sólo era la oveja negra de la familia. Dejó esos pensamientos de lado y acto seguido tomo ropa para irse a bañar.

Quatre estaba tranquilamente leyendo, esa mañana se había levantado para sólo dedicarse a leer hasta que escucho el sonido de una carroza llegar, volteó su rostro para observar y vio que ella descendían cuatro personas dos jóvenes junto dos personas mayores y sus padres. ¿¡Sus padres!? Su madre alzo la mano para moverla en forma de saludo, el rubio respondió mientras era invadido por las mirada de los dos chicos, aprovechando esta instancia para mirarlos detalladamente. Uno era alto de cabello castaño claro con un largo flequillo al lado, su piel era morena y tenia ojos esmeraldas. El otro, que estaba su lado, tenía su piel blanca, cabello castaño oscuro y ojos color azul cobalto. Rápidamente se levanto para correr en dirección a su cada para buscar a su hermano, Duo.

-¿Duo?- llamó corriendo por los pasillos- ...¡¡Duo!!...- dijo corriendo hasta llegar a su habitación.

-¿Qué pasa?- preguntó el castaño con sus manos enredadas en su cabello, se estaba haciendo su trenza cuando escuchó los gritos de su hermano.

-Llegaron visitas- respondió Quatre un poco agitado.

-¿A si?- hizo una pausa. -¿Y quienes son?- dijo sin tomarle mucha importancia.

-Nuestros padres, otras personas y dos chicos- trató de hablar calmando su respiración, viendo a su hermano voltear su rostro y mirarlo fijamente.

– ¿Enserio?- bufó molesto- y ahora, ¿Qué quieren?- se levantó y camino hacia su hermano.- Justo cuando cumplimos...- no pudo terminar de hablar cuando fue interrumpido por su madre

-Diecisiete años, hijo, ustedes se tienen que comprometer a matrimonio y que mejor que con la familia Yuy del norte- dijo su madre entrando a la habitación del castaño y tocando los hombros de los menores.

-Pero madre… yo no quiero casarme- señaló Duo ya más que molesto.

-No sé de que te quejas, los chicos son guapos al menos y no te hará falta nada. ¿No es así Quatre?- dijo la madre mirándolo mientras que el aludido se sonrojaba y asentía lentamente.

-Yo no voy a bajar, me niego rotundamente- contestó el trenzado haciendo malas caras.

-Vas a bajar porque te lo ordeno, vamos Quatre abajo- dijo tomándolo del brazo –tu vienes también- tomó el brazo de Duo

Bajaron las escaleras, mientras el trenzado pensaba en que no quería casarse, se negaba absolutamente a entregar su vida a personas desconocidas sólo porque sus padres lo obligaban. Cuando llegó al salón, vio que su padre conversaba con dos personas mayores. Los mellizos saludaron y se presentaron, entonces su madre fue al comedor y les presento a las otras dos personas.

-¡¡Chicos!!- les dijo a los Yuy – Ellos son mis hijos- los miró con orgullo. Quatre miraba atentamente a los dos, su madre tenía razón, no podía creer lo guapos que eran. – el es Quatre- dijo colocando una mano en su hombro -... y el es Duo-terminó diciendo. Duo levanto la mirada lentamente, observando molesto a los chicos que le observaban también.

- Mi nombre es Heero Yuy, es un placer- comenzó hablando el chico de extraños ojos azules, inclinando la cabeza. Dio una mirada a los mellizos y estos al verlo, voltearon hacia el otro lado sonrojados.

- Y mi nombre es Trowa Yuy –dijo el de ojos esmeraldas. Imitando las acciones de su hermano, solo que su vista se posó en el extraño muchacho rubio.

- Bueno…- habló la mamá de los gemelos - Los dejo solos, para la sorpresa de quien será el prometido de quien- movió la mano en forma de despedida para ir donde su esposo que hablaba animadamente con los Yuy.

Hubo un silencio espeluznante hasta que Heero y Quatre empezaron a hablar, un poco tímidos. Duo permanecía en silencio, sentía una gran molestia personal por semejante idea de sus locos padres.

-Buenas tardes, mi nombre es Alicia, la dama de llaves- dijo inclinando se cabeza para luego observar al molesto trenzado, se acerco a el para hablarle. – ¿Le ocurre algo malo joven Duo?- preguntó conteniendo una pequeña risa.

-No, ¿Por qué?- respondió en tono irónico.

-Porque no habla mucho- soltando una pequeña carcajada, a lo que el trenzado se paraba y le colocaba una mano en la boca para silenciarla interrumpiendo la conversación de los chicos que lo miraron extrañados, él los miro con cara de ‘¿Y qué me miran?’Entonces, ellos comprendieron que Duo no estaba de buen humor a si que siguieron en lo suyo. Alicia contuvo otra risa y sacando la mano de su joven amo, se retiro entonces. Luego el trenzado observó que su hermano le sonreía de manera tierna a los dos Yuy, aquello no le gustó. Estaba por enfadarse y decir algo cuando sintió que ese tal Heero lo miraba.

-Debes estar muy enfadado- le dijo acercándose a él.

-Sí, ¿Por qué lo preguntas?- de veras el trenzado no se sentía con ganas de hablar.

-No lo sé, simple curiosidad- se levantó cuando observó a sus padres aparecer y le extendió la mano a Duo – Vamos a la mesa- dijo mientras el pequeño de ojos violetas, lo miraba con cierta desconfianza, lo primero que se pasó por la mente fue que ese Heero era todo un don Juan, así que a regaña dientes aceptó su mano. Sintió como una extraña corriente eléctrica que lo hizo pensar que no sería la primera vez que le daría la mano.

Viendo que Heero y Duo se levantaron, Quatre y Trowa hicieron lo mismo dirigiéndose los cuatro hacia la masa donde estaban sus padres.

- Bueno chicos- dijo el señor Winner- Estamos acá para celebrar el compromiso de ustedes- hizo una pausa y se estrujó la manos nervioso.- Les diré que después de un ardua conversación nosotros y los señores Yuy, hemos decidido que las parejas a las cuales celebraremos un compromiso importante, como lo es el matrimonio.- Miró a sus mellizos y luego a los dos hermanos.- las parejas serán Quatre y Trowa que se quedaran con el apellido Winner, de mi esposa y yo. Mientras que Heero y Duo se quedaran con el apellido Yuy y hemos decidido que ustedes...- dijo señalando a Heero y Duo – sean los primeros en casarse.

El trenzado se quedó helado, tendría que tener nueva vida con alguien que ni conocía, que le coqueteó y más encima sería el primero en casarse. Esto no podía ser peor pensó.

- Bueno, entonces, brindemos – dijo el señor Yuy tomando su copa mientras que todos tomaban la suya –salud por los novios – todos daban un sorbo y probaban el líquido. Quatre recorrió la habitación con su mirada hasta que paró en la persona con la que se casaría, ambos se miraron fijamente.

-Duo – comenzó hablando el castaño- quiero que mañana me acompañes al fundo mío para que lo conozcas- le habló en susurros a su oído a lo que el trenzado se estremeció y trató de tomar distancia.

-Bien...- se le escapó de los labios, no supo por qué dijo eso pero de algo si estaba seguro, tuviera las intenciones que tuviera ese extraño, no dejaría que le tocara ni un pelo.

Continuara~
Notas finales: Bueno, este es sólo el principio de esta historia que se me ocurrió en mi infancia. El original es horrible, al menos ya le mejoré unas cuantas cosas.

Comentarios, tomates, críticas, sugerencia, lloriqueos, etc. Ya saben en donde dejarlos, en el cuadrito de abajo por favor *-* Aunque sea un hola xD

Espero estén bien. Saludos ;D

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