Las pocas y casi nada de veces que nosotros hablamos tú sigues diciendo que aun somos los mejores amigos, pero para no causar problemas no te contradigo, el tiempo que llevamos separados me he dado cuenta de que comencé a amarte, pero tú estás con el baterista de nuestro grupo, Kai.
Te extraño y esos momentos en la que la pasábamos juntos igual, como las veces que tú te quedabas a dormir en mi casa o hablábamos de mil cosa triviales. ¿Cuánto tiempo llevábamos así? Ya un año, ¿no?
Hoy es viernes, supongo que como todos los viernes iremos a tomar en algún bar clandestino para que no nos reconozcan, tú te sentaras al lado de tu novio y yo como siempre en una esquina un poco alejado de todos, evitando a toda costa tu mirada.
Yo no sé si tú no te quieres dar cuenta de lo que yo estoy pensando o solamente no quieres saber, y tampoco te interesa en arreglar nuestra amistad… me duele lo que sucede, me duele que por más que intento olvidarte no pueda, estos malditos sentimientos que me estrujan mi pecho.
Ya salimos de la compañía, como hoy no traje el auto tendré que irme con unos de los chicos, pero mejor será irme con Reita y Ruki, ya que sobrare en tu auto con tu pareja, con ellos me alegro un poco el día, me rio de sus tontas peleas que tienen en el auto, pero al fin y al cabo se aman de eso no hay dudas.
Todos se sentaron como predije, comenzamos a tomar, en estos momentos no tengo ganas de emborracharme como otras veces, prefiero ver las estupideces que haces y las de los demás. Ya paso dos horas y todos están ebrios menos yo, Ruki y Reita están un poco cuerdos, pero un poco nada más, tu no lo estas, ni Kai…
Me doy cuenta de que le comienzas a besar fogosamente, no quiero ver lo que haces, verdaderamente eso me duele, siento como mi pecho oprime mi corazón y aguanto las lágrimas que quieren salir de mis ojos. Siento un ruido, como el de un golpe, de nuevo fijo mi mirada en ti, y veo que tienes la mejilla roja, creo que Kai te ha golpeado, tú te enfadas y comienzas a gritarle y a insultarle, Kai se ve triste por lo que está pasando, y le entiendo.
Ruki se a acerca a mí y me dice que te lleve a mi casa, ya que ellos se llevaran a Kai a tu casa, como viven juntos, Ruki no quiere ver a sus amigos peleando así que mejor te llevare como él me dijo… Será una tortura esta noche para mí, tenerte, ahí en mi casa durmiendo, sin que sea yo el que sale en tus fantasías…
Sin más te tomo de los hombros para que nos vayamos, pero tú no te quieres ir, sigues aun enfadado, pero conseguí llevaste hasta tu auto, no sé cómo puedes caminar de lo borracho que estas, te pido las llaves de tu auto y me las das, te ayudo a subirte ya que ni eso puedes hacer, sin más yo igual me subo y comienzo a echar andar el auto.
Llegamos al fin a mi departamento, el viaje se me hiso eterno, de nuevo te ayudo a salir del auto, y veo que esta vez no puedes caminar, coloco tu brazo detrás de mi cuello y tomo tu cintura para que así te logres a poyarte en mi y caminamos hacía el ascensor.
- Shima errress un grrran amigo ¿lo sabes?- amigo esa palabra de nuevo, no puedo evitar sentirme triste, y creo que tu lo notas- ¿Qué te… sucedes?- hablas un poco más cuerdo.
- Nada- te respondí, trato de evitar tu mirada.
- No mientes- me tomas del mentón y tu rostro se acerca demasiado al mío, creo que me he sonrojado ya que siento mi rostro caliente.
No sé como sucedió, tampoco sé si fuiste tú o yo el que se acerco al rostro del otro y beso. No puede negarlo, me gusto ese beso y quiero más, creo que si algo llegase a pasar esta noche, tu no lo recordaras, creo que eso sería lo mejor.
Seguimos besándonos, suena el timbre que nos avisa que estamos en mi piso, nos detuvimos unos momentos para yo poder abrir la puerta, pensando que nada más pasaría, cuando entramos y tu cerraste la puerta, tú me acorralas contra ella y de nuevo comienzas a besarme fogosamente como lo hiciste con Kai en el bar o quizás más.
Siento tus manos en uno de mis pezones, ¿a qué hora metiste tu mano ahí?... bueno eso no es importante, por una noche te tendré solamente para mí y nadie más…
Seguimos en lo nuestro, tomas mis piernas y haces que las enrollé en tu cintura y paso mis brazos detrás de tu cabeza, acariciando levemente tu cabello. Comienzas a caminar para llevarme al sillón y me recuestas delicadamente, besas y lames mi cuello, vas descendiendo por mi cuello llegando a mi pecho me quitas la camisa que llevo puesta, lames toda la piel a tu alcances logrando sacarme varios gemidos, tú sigues bajando, pero no me gusta ser solamente el que este desnudo, así que me levanto un poco y logro sacarte la polera y volver a besarte, me sacas el pantalón de un solo tirón obteniendo suspiros míos, al igual que tú te lo desabrocho pero no llego a quitarte el pantalón ya que tú me vuelves a besar desenfrenadamente, te colocas de nuevo en sima mío pero sin llegar a aplastarme, tu mano comienza a jugar con mi hombría y mientras que la otra trata de preparar mi entrada, no me doy cuenta realmente de lo que sucede ni siquiera me llega a doler la preparación.
Siento que sacas sus dedos pero no llego a ver lo que hace, ya que tengo mis ojos borrosos por tanto placer, siento que algo grande se abre en mi interior, me duele y mucho, es demasiado grande, me partera si entra un poco más.
- Yuu, duele… no más- le decía mientras lagrimas salían de mis ojos.
- Ya pasara- fue lo único que me dijiste, mientras que te adentrabas más.
Ya adentro comencé a sentir un poco más de placer, mis caderas comenzaron a moverse solas para que tú pudieras comenzar sus embestidas, y tú lo notaste y comenzaste con un suave vaivén, era muy delicado me gustaba eso de él, pero yo quería que fuera más rudo.
- Yuu, másss fuerte- le rogué.
Mis gemidos cada vez eran más fuertes, pero no eran mi culpa, Aoi era tremendamente delicioso, no aguantaría. Y te lo dije, también sentía que tú no aguantaría mucho tiempo más…
- Yaaa… no ahh… aguanto más- te dije gimiendo en tu oído, tú no dijiste nada.
- Te amo Kai- dijiste mientras expulsabas toda tu semilla dentro de mí.
Mis lagrimas salían de mis ojos, estaba triste aunque estuvieras teniendo sexo con otra persona tu pensabas en el. Yo al igual que tu deje mi semilla regada entre nuestros vientres, me salí de bajo tuyo y sin más me pare, tu solamente te quedaste acostado en mi sillón, se notaba de que estabas cansado, te quedaste dormido en cuestión de segundos.
Mis lagrimas seguían saliendo, me repetía una y otra vez, que tú no eres mío y nunca lo serás, no quería que te dieces cuenta de lo que paso esta noche, así que limpio mi semilla de tu vientre, te coloque los bóxers y te traje una manta de mi cuarto para que durmieses hasta el amanecer… Mientras que yo solamente te perdería cuando eso llegase, realmente no quería que eso pasara.
Me levante y me fui a mi cuarto, me acosté aun desnudo abrazando a mi almohada, sollozando nuevamente, me quede dormido, ya que mis ojos me pesaban por las lagrimas derramadas.
El amanecer llego, me entristezco nuevamente, pero no quería preocuparlo, así que como supongo que aun estaría durmiendo, me dirigí al baño para borrar las caricias de la noche anterior, borrar tus besos de mi piel, me agacho en la ducha abrazándome a mí mismo, llorando desgarradoramente, ya termine la ducha y me calme, decidí hacer el desayuno y sacar una pastilla para el dolor de cabeza porque más que seguro que despertaras con la resaca a flor de piel.
Y así fue como lo predije, siento levantarte y te diriges a la cocina donde yo me encuentro, ye doy la pastilla con una sonrisa fingida, pero tú te la crees, te sientas en una silla sosteniendo tu cabeza y te doy un vaso con agua y la pastilla. Comimos y te explique lo que sucedió en el bar, que habías peleado con él, y yo te traje para que durmieras aquí y no sucediera nada. Me escuchabas atentamente lo que te contaba, no mencione lo de anoche, no quería echar a perder la relación que tenías con Kai…
Ya era tiempo de que te fueras, fui a la puerta contigo para despedirte, y contigo te llevas mis sentimientos, no creo volver a amar a alguien como te ame a ti, te llevas todo de mi aunque tú no te das cuenta de eso, te despido con una de mis sonrisas fingidas como siempre. Al cerrar la puerta me derrumbe para de nuevo llorar como un niño pequeño, no quería perderte, pero como era el destino tan cruel… Te tendría que dejar ir sin más, no soportaba esa idea, me dirigí a mi cuarto, pesque ese pequeño frasco que estaba lleno de somníferos, por las noches que yo no podía dormir, me los tome uno a uno, lentamente, viendo pasar mi pequeña y triste vida ante mis ojos.
Antes de que esto hiciese efecto, tome una hoja de papel y un lápiz y comencé a escribir algo para que me recuerde.
Ya estaban haciendo efecto las pastillas, termine a tiempo de escribir la carta, y la deje a un lado de mi cuerpo, sentía que mis ojos me pesaban y me dormí, esta sería la última vez que Shiroyama Yuu me vería…
Después de una hora caminando me di cuenta de que se me había olvidado mi chaqueta en la casa de Shima y decidí volver, como siempre Shima dejaba la puerta sin seguro, así que entre sin más, no escuchaba nada, me extraño eso, conociendo a Shima el era muy ruidoso.
Me dirigí a su cuarto, encontré la imagen que menos quería ver de él, su cuerpo inerte en el suelo, me acerque a él, mis lagrimas brotaban de mis ojos, nunca creí ver a mi mejor amigo en aquel estado, él el más alegre, muerto sin vida, mi corazón se detuvo al ver a una de las personas que amaba con todo mi corazón muerta.
Te tome entre mis brazos llorando amargamente, no creía lo que mis ojos veían, cerca de tu mano note una hoja que tenía algo escrito y la tome entre mis manos, dejando cuidadosamente tu cuerpo de nuevo en el suelo.
Te diré que anoche, hicimos el amor, realmente no quería llegar a ese punto contigo, porque amabas a Kai, cuando llegaste al orgasmo no pensaste en mi en ese momento, sino en Kai…
En estos momentos estoy agonizando, creo que cuando llegues a leer esto yo ya estaré muerto, me alegro de haberte tenido como amigo, pero desde que saliste con Kai nuestra amistad fue deteriorando, ya no hablábamos, tu seguiste diciendo que éramos los mejores amigos, pero tú no te dabas cuenta de que ya no lo éramos, no le puedes llamar a lo que nosotros teníamos era amistad…
Siento contarte esto de esta forma, pero era la única en la cual yo me atrevía, porque si aun estuviera vivo interferiría con lo que tienes con Kai y eso me dolería de sobre manera y en estos momentos eso es lo que menos quiero. Espero que con esto no tengas resentimientos conmigo y que seas muy feliz con Kai, te lo mereces.
Por favor no le muestres a nadie esta carta, es solamente para ti…
Este es el adiós Shiroyama Yuu…”
Sigo abrazando tu cuerpo frío…
Fin…