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The Music Of The Night por I--am--L

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Notas del capitulo:

NO ESTABA MUERTA, ANDABA... ESTUDIANDO.... ¬¬

 

ok, DISCULPENME!!! soy una idiota inconsciente por olvidarme de ustedes por casi 3 meses... soy un asco, merezco que me torturen, lo sé... pero creanme que no lo hice con esa intención... mis pasados 3 meses fueron de mucho, mucho ajetreo y presión...

[[hice el examen más importante de mi vida, (el de la UNAM) fue horrible... pero me siento orgullosa de  decir que lo pasé perfectamente y ahora estoy colocada en la escuela que quería y estoy muy feliz...

luego.. ahmm me he distraido muchisimo de esto por la escuela, pero es que debo enfocarme más, debo volver a mi exelencia academica...

pero bueeeeeeno..... me callo, y dejo de aburrirlas con mis dramas y patoaventuras.... las dejo leer, que es lo que quieren... pues seguro que de mi, no quieren saber nada de nada, después de que he sido tan cruel y maldita como para olvidarme de ustedes... en serio, lo siento.... ]]


UNA DISCULPA ESPECIAL PARA MI ADORADISIMA CIELO_DE_NEAR, PUES ELLA SE PREOCUPA POR MI Y CREO QUE HASTA PENSÓ QUE ALGO MALO ME HABÍA PASADO DEBIDO A MI LARGA AUSENCIA... cIELO, SIGO VIVA, MIL GRACIAS POR PREOCUPARTE... TE QUIERO^^ NENA, ME ENCANTARÍA QUE ME AGREGARAS AL MSN PARA PODER ESTAR EN CONTACTO CONTIGO... PERO SOLO SI QUIERES^^

ahora si, lean y disfruten (y comenten, aunque sea diciendo "ahhh! pinche vieja! 3 meses para esta mierda?" pero comenten... desahoguense...)

~*~Near~*~
La promesa de mi novio se me quedó grabada en la mente y en el corazón, ésta me daba fuerza de aguantar la profunda soledad en la que vivía diario.
 
Pasaba los días tranquilo, aparentando estudiar con el idiota culturizado al que contrataron para intentar suplir a mi sabio maestro Elle; pero la realidad es que yo estaba ausente, pasaba cada minuto del día esperando a que llegara la noche para poder correr al encuentro maravilloso en el jardín que mi novio y yo teníamos cada noche. Las horas que pasaba a su lado me hacían feliz. Yo realmente pensaba que él era el hombre de mi vida, sólo a su lado me sentía completo.
 
Él y yo pasamos más o menos tres meses con ésta dinámica, viviendo una vida normal -alejados el uno del otro- durante todo el día y viéndonos en mi jardín todas las noches, sin faltar siquiera a uno de nuestros encuentros. Incluso comenzamos a pensar que podíamos buscar una manera de conseguir vernos más, e incluso comenzamos a soñar con irnos juntos a algún lugar.

 

Ambos continuamos con esta rutina, acostumbrándonos perfectamente a vernos todas las noches y durante el día aparentar que no había ocurrido nada. Nuestras citas continuaron sin pena ni gloria, hasta que un día, sin previo aviso, Elle no llegó a la hora pactada. Lo esperé durante toda la noche, pero al despuntar del alba, tuve que retirarme solo a mi habitación, sin realmente entender el porqué de la ausencia de mi amado.

 

Pasé la mayor parte del día siguiente abstraído en cavilaciones con las cuales intentaba encontrar una razón lógica para justificar el hecho de que mi novio no hubiera llegado a la hora acordada. Después de mucho pensar, me di cuenta de que me estaba “ahogando en un vaso de agua”, como dirían coloquialmente; comencé a pensar que le había surgido algún contratiempo que le había impedido llegar.  Apenas me estaba acabando de convencer de esto cuando de nuevo cayó la noche y comencé a alistarme para ir al encuentro de Elle, decidido a pedirle una explicación por su ausencia.

 

Como de costumbre, salí por la ventana y bajé por el balcón para después caminar  por el jardín y llegar hasta el punto en donde se llevaban a cabo nuestras reuniones secretas. Mi corazón se hundió cuando llegué y no le vi ahí. Nuevamente, le esperé hasta que el sol comenzó a asomarse en el horizonte, pero él nunca llegó. Me retiré hacia mi habitación con lágrimas en los ojos.

 

Durante todo el día me negué a salir de mi habitación, poniendo por patética excusa el sentirme enfermo y agripado. No podría entender que era lo que había pasado, pasé todo mi miserable día pensando en ello una y otra y otra vez, planteando mil preguntas en mi cabeza; preguntas a las que sabía que no tenía la respuesta, y que la única persona que las tenía no estaba aquí para poder decirme las respuestas a ellas: ¿Por qué motivo Elle dejaría de venir sin avisarme si quiera? ¿Estará bien? ¿Qué tal si le pasó algo malo? ¿O… o que tal… qué tal si ya no me quiere? ¿qué tal si ya se ha hartado de mi y se ha ido a donde jamás pueda encontrarlo? ¿Qué tal si se ha olvidado de mi..?

 

La sola idea de que Elle dejara de quererme fue suficiente como empaparme el rostro en llanto, pues yo estaba seguro de que él era el único que me quería en este mundo, y si él dejaba de hacerlo, ya nada más importaría para mí. Trataba, inútilmente, de convencerme a mí mismo que todo estaría bien, y que él estaría aquí mañana, pero algo me decía que eso era simplemente imposible.

 

Lloré todo el día, sin siquiera levantarme de la cama para comer o cualquier otra cosa; simplemente no tenía ganas de nada más que de ver a mi amado novio, y como no podía tenerlo conmigo, no quería nada -por más caprichoso que sonara-.

 

Pasé todo el día así, pálido y lloroso, mientras saboreaba a cada instante el gusto amargo de un corazón nuevamente roto en mi interior. Ya muy Entrada la noche, cansado y harto de tanto llorar, me quedé dormido profundamente. No estoy muy seguro de qué fue lo que soñé, pero tengo la certeza de que Elle invadió mi subconsciente todo el tiempo, privándome de la paz y el descanso que tanto necesitaba. Esa noche, no acudí al jardín a ver si Elle aparecía, el cansancio de llorar tanto me lo impidió, pero –de cualquier manera- muy en mi interior yo sabía que él no había ido tampoco.

 

A la mañana siguiente desperté tarde, muy tarde, pero no me importó. Me obligué a mi mismo a salir de la cama, ducharme, vestirme, y finalmente, abandonar mi habitación para intentar continuar con mi “vida”, aunque, a mi parecer, sin Elle ya no había más vida. Pasé el día medio ausente, pero eso no impidió hacer todas mis actividades.  Esa noche, de nuevo salí a intentar encontrar a Elle. Me paré toda la noche en aquel frio -y ahora odiado- lugar, esperando que milagrosamente él apareciera; pero no lo hizo.

 

Me volví a mi cuarto ya sin siquiera tener fuerzas o ganas de llorar. Yo sabía que Elle no vendría nunca más.

 

Los siguientes días pasaron como si estuvieran envueltos en una espesa niebla, no puedo recordar claramente nada de ellos, pero no pasó nada importante, solo me sentía vacío. Cada noche, acudía al jardín sin falta, pero ya lo hacía mecánicamente, pues era más que obvio para mi que Elle ya no estaría ahí.

 

Una mañana, me desperté muy temprano, sintiéndome más solo que nunca. No entendí realmente el porqué hasta que me percaté de qué día era: 24 de agosto; era mi cumpleaños…

 

Yo nunca fui fiel partidario de celebrar esas cosa, pero por algún motivo, dentro de mi mente yo me había hecho tontas ilusiones de poder pasar un cumpleaños normal, con el hombre a quien amaba a mi lado, recibiendo tal vez algún detalle que me hiciera sentir especial y querido…. Pero, claro, todo eso lo imaginé cuando aún Elle estaba conmigo y me quería, ahora estaba solo de nuevo.

 

 Las lágrimas me empañaron la visión en cuanto esa idea llegó a mi mente: ahora estaba solo… Todo el día lo pasé auto-torturándome en el estudio con recuerdos de Elle, simplemente no lo podía sacar de mi mente.  Me sentaba en el piano a recordar la primera vez que me tocó, como tomó mis manos para hacerme tocar música, como me hizo sentir vivo por primera vez.

 

Inconscientemente, me recosté sobre el piano para empezar a tocar con un par de dedos la canción que me enseñó, la que compuso solo para mí. La toqué una y otra vez, hasta que las lágrimas salieron y después se terminaron, pero yo seguía tocando, como si quisiera arrullarme a mí mismo con esa tonada.

 

Tenía los ojos cerrados mientras tocaba medio dormido, hasta que una voz a mis  espaldas me sacó de mi estado de sopor.

 

-“Feliz cumpleaños. Near…” dijo “¿No creías que lo iba a olvidar, verdad?”

 

Me levanté casi de inmediato para después volverme y mirarle entre la penumbra. Esa voz era inconfundible: era Elle. Al ver su silueta, una lágrima escapó de mis ojos.

 

-“volviste…. “ fue lo único que atiné a murmurar mientras mis ojos se acostumbraban a la luz para poder mirarle mejor.

 

Mi corazón se paralizó al enfocar la vista y percatarme de que mi Elle estaba terriblemente lastimado, tenía cortes y magulladuras comenzando a sanar en todos lados. Me alarmé mucho; estaba por preguntarle qué había pasado, pero sus labios sobre los míos ahogaron mi pregunta.

 

Notas finales:

¿qué tal? sé que es malisimo, pero bueeeno.... no tuve para más....

 comenten, aunque sea diciendo "ahhh! pinche vieja! 3 meses para esta mierda?" pero comenten... desahoguense... necesito de sus comentarios (o castiguenme.... no me digan nada, lo sabré interpretar...)


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