~+~Elle~+~
Me acerqué a besar a Near con toda la delicadeza posible, el tiempo que pasamos separados me hizo extrañarle en demasía. El beso fue corto, pero en él se reflejaban todo el amor que sentíamos el uno por el otro. Me separé de él lentamente, sólo lo suficiente para romper el beso, pero quedándonos abrazados.
Él me sonrió infantilmente y se acurrucó en mi pecho, recargándose un poco más en mi cuerpo. Un pequeño quejido escapó de mis labios al sentirle apoyarse en mi maltrecho pecho. Near me miró con preocupación, separándose de mí para quedarse sentado a mi lado, sólo tomándome de la mano por miedo a lastimarme más.
-“Elle… ¿qué te pasó? ¿Por qué estás así de lastimado?” me preguntó, mirándome con fijeza.
-“No es nada, Near… No te preocupes…” contesté desviando la mirada.
-“No, si me preocupo. Eres mi novio y te amo, quiero saber qué pasó. ¿Quién te ha lastimado?” Dijo acercándose un poco más a mí, casi obligándome a levantar la mirada. Cuando Near me hablaba así, era demasiado fácil olvidarse de su corta edad.
-“No es nada… Sólo... me lastimé un poco… Pero ya estoy bien” contesté sin poder mirarlo, casi tartamudeando.
-“Elle, No me gusta que me mientas…”
-“…” fui incapaz de contestar algo coherente. Solo me quedé en silencio frete a él, con la mirada fija en el suelo.
-“¿quién te ha golpeado?” preguntó insistente, era obvio que mi pequeño no se iba a conformar con mis silencios. “Elle… por favor, contéstame…”
Yo sabía que mi silencio le dolía, y el hecho de saber que le lastimaba era suficiente para traer lágrimas a mis ojos, pero no podía llorar, y menos ahora.
-“¿Fue Roger? ¿ o mis padres? Sólo dime eso… Te hicieron esto por causa mía, ¿verdad?” preguntó acercándose más a mí, posando su mano en mi mejilla, con lo cual casi me obligaba a mirarle. Levanté el rostro y clavé mis obscuros ojos en los suyos, al hacer esto ya no pude contenerme más, asentí mientras un par de patéticas lágrimas resbalaban por mis mejillas.
-“Ay Dios…” fue lo único que mi pequeño dijo antes de abrazarme, con toda la delicadeza del mundo para intentar evitar lastimarme más. Yo lloré entre el abrazo, sintiéndome completamente patético al imaginar la risible escena que un adulto maduro hecho un mar de lágrimas siendo consolado por un tierno niño de 12 años causaba, pero no podía evitar esas lágrimas rebeldes e indomables.
Estuvimos así un rato, hasta que yo me calmé lentamente gracias a las múltiples caricias, palabras dulces y besos que mi Near me daba.
-“¿Ya estás más tranquilo?” me preguntó Near después de un rato, cuando ya por fin había dejado de llorar. Yo solo asentí, regalándole una suave sonrisa, la cual él correspondió inmediatamente.
-“Bien… Tenemos que irnos entonces…” dijo calmado, pero con mucha seriedad.
-“¿Irnos?¿A dónde?” dije sin entender mucho.
-“A donde sea. Yo lo único que quiero es estar contigo. No me importa nada más” Dijo mi pequeño sonando a clásica película de princesas.
-“No…” dije en voz baja, pero firme. “No, Near. No.” Él solo me miraba sorprendido, creo que nunca se imaginó una negativa de mi parte.
-“¿Por qué no?” preguntó después de un largo silencio, con la mirada gacha. “¿Acaso no quieres? porque yo pienso que sería…”
-“No, Near.” Dije interrumpiéndole “No es eso. No es que no quiera, si no que no se puede.”
-“El ‘no se puede’ no existe, Elle…” dijo sonando muy lastimado. “¿No es más bien que no quieres?”
Yo no podía creer que me hubiera dicho eso.
-“Cariño, mírame…” dije agachándome a su altura y tomándole las manos “¿En serio crees que yo quiero estar apartado de ti? Créeme que yo mataría por poder estar contigo a cada segundo de mi vida, pero eso no es posible…”
-“¿Por qué no?” preguntó de nuevo. Era sorprendente como alguien tan maduro podía de repente volverse tan necio.
-“Porque no se puede, Near. Amor, acá tu vives muy bien, comes 3 veces diarias, estudias y aprendes, puedes ducharte con agua caliente.” Dije intentando explicar, los ojos de Near me hacían saber que no seguía mi línea de pensamiento.
-“¿Y eso qué? Yo prefiero estar contigo…”dijo, al parecer sin pensarlo mucho.
- “Mira… Imagina que nos vamos juntos ahora mismo… ¿A dónde iríamos?¿Con qué dinero? ¿Qué sería de nosotros? Cariño, no solo de amor vive el hombre….” Dije, al parecer, Near comenzaba a entender mis razones, dejando la terquedad de lado. “Ten por seguro que en cuanto se pueda, yo haré todo a mi alcance para llevarte conmigo, pero por ahora no.”
-“Pero…. Es que… Yo no quiero estar solo… Yo quiero ir contigo…” dijo abrazándose a mí con fuerza, haciendo que todo mi cuerpo doliera, pero no me molestó en lo más mínimo.
Yo no quería, no, no podía dejarlo así, pero tampoco podía tomar a Near y salir huyendo con él. Los hombres contratados por su padre me habían demostrado el tener una facilidad impresionante para encontrarme estando solo y relativamente sin causarles problemas. Ahora, si repentinamente mi niño deja de estar en su casa y desaparece, estos tipos nos encontrarían por más que estuviéramos ocultándonos en Marte, y de pasar eso, el mejor escenario posible sería que me mataran de un tiro. No quisiera imaginar otros, pero sé que no serían bonitos.
Suavemente comencé a acariciar el cabello de mi niño, quien seguía abrazo a mí con fuerza impensable. Decidí disfrutar el rato que pudiera estar con él, ignorando sus maravillosas ideas de irnos, antes de tener que marcharme al marcharse la noche.
Pasamos toda la noche juntos. Abrazándonos, acariciándonos, besándonos y amándonos, sin ningún otro pensamiento en nuestras cabezas más que el de disfrutar el uno del otro. Tristemente, cuando se disfruta, el tiempo tiene la mala costumbre de robar minutos, acortando la duración de aquellos momentos, así que antes de darme cuenta, los primeros rayos de sol podían verse despuntar a lo lejos.
-“Near… Amor...” le susurré bajito, acariciando su rostro “Ya va a amanecer…” me miró expectante, esperando que le dijera que nos marchábamos juntos. Me faltaba la fuerza para destruir su ilusión. “Yo… ya debo irme…” dije casi inaudiblemente después de poder juntar el valor suficiente.
-“¿Me vas a dejar aquí…?” dijo con la voz quebrada, mirándome con profunda tristeza. Yo no podía darle una respuesta afirmativa, pero era necesario.
-“Near, entiéndeme… No puedo tomarte en brazos, llevarte lejos y vivir felices para siempre.”
-“¡Y por qué no, no puede ser tan difícil!” dijo alzando la voz, era la primera vez que le veía hacer eso.
-“Near, por favor… Es difícil, no es como en los libros, no todo sale bien al final” dije tratando de razonar con él, pero él simplemente no cedía, cada vez se ponía más y más necio y yo simplemente no sabía cómo calmarlo, nunca lo había visto así. Además, el tiempo estaba en mi contra, no podía salir de la casa sin el cobijo de las sombras, y el amanecer cada vez se hacía más próximo. Al final, comenzando a desesperarme, dije sin pensar las palabras que más molestan y hasta hieren a un niño con las capacidades de mi Near.
-“Near, no puedo llevarte conmigo. No cabe duda que no lo entiendes, eres muy pequeño, sólo eres un niño.”
Unos momentos de un silencio aterrador, yo sabía lo mucho que esas palabras causaban y sin embargo me había atrevido a decirlas.
-“si sólo soy un niño” dijo rompiendo el silencio “entonces no hay motivo para que te siga deteniendo. Después de todo, sólo soy un niño…” dijo con los ojos llenos de lágrimas y dándome las espalda.
-“Near… yo no quería decir…”
-“Pero lo dijiste…” dijo llorando “Ya… mejor… v..vete…”
Bajé la cabeza y lo abracé, pero él no correspondió, sólo se quedó quieto entre mis brazos, sollozando contra mi pecho. Después de unos minutos, le solté y me levanté, exhalando un suspiro amargo y disponiéndome a salir de la casa.