~+~Elle~+~
Near me guió entre un laberinto de corredores, pasillos y cuartos hasta que llegamos a la que sería mi habitación. A primera vista, el cuarto parecía una suite de hotel: con una mini-sala, cocineta y obviamente un cuarto con cama y todo eso. Al mirar alrededor pude percatarme de que las 2 cajas con mis cosas estaban acomodadas en una esquina, así que ya no me preocupaba mucho el tener que acomodar todo ya que podría hacerlo mañana, o cualquier día.
-“Eh… Este es tu cuarto… ¿Te gusta?” preguntó la tierna vocecita de Near.
-“Si…. Está bastante bien… creo que hasta mejor que en donde vivía antes…” dije mientras me sentaba distraídamente en el sillón.
-“Que bueno que te guste….” Dijo Near mientras se sentaba junto a mi. Solo le sonreí mientras él se acercaba más a mí tímidamente y muy despacio, casi como si quisiera que yo no lo notara. Tuve que contener una risilla cuando sentí como los dedos de él rozaban ligeramente los míos.
Near se quedó contemplándome, con sus hermosos ojos perdidos en mi, aunque tratando de disimularlo para que yo no me diera cuenta. Yo fingí demencia mientras le devolvía la mirada, sonriendo para mis adentros mientras evitaba demostrar el gran sentimiento de ternura que las miraditas “disimuladas” de Near me hacían sentir. Me daba muchísima ternura que un niñito se sintiera atraído por mí y tratara tan torpe y lindamente de ocultarlo.
Pasamos un rato mirándonos silenciosamente, hasta que él comenzó a hablarme de cualquier cosa, tan solo para iniciar una conversación. Yo le seguí la corriente hasta que poco a poco fuimos entablando una conversación más profunda. Terminamos hablando de mil cosas distintas: dando saltos de conversaciones sobre música a datos sobre nuestro pasado, pasando por pláticas algo absurdas sobre las cosas surrealistas que soñábamos por la noche para después volver a hablar sobre música y después sobre cual era nuestro sabor de helado favorito.
Me resultaba muy entretenido hablar con él, ya que hacía mucho tiempo desde la última vez que había podido hablar con alguien tan a fin a mi. De hecho, mientras hablábamos, se me olvidaba por momentos que él era solo un niño, ya que su manera de hablar y de ver las cosas era bastante parecida a la mía. Al conversar con él me parecía que nos hubiéramos conocido toda la vida, y que fuéramos los mejores amigos, aunque le hubiera conocido tan solo ayer.
Pasamos un muy largo rato hablando, hasta que Near comenzó a bostezar demasiado seguido, mientras se acomodaba en el sillón, apoyando su cuerpo ligeramente contra el mío. Un extraño impulso, que mas tarde creí identificar como instinto maternal o algo parecido, me llevó a acercarle a mi cuerpo, abrazándole. Pude notar como esto hacia que sus mejillas se cubrían ligeramente de rubor mientras él también me abrazaba. Yo comencé a acariciarle el cabello suavemente mientras nos abrazábamos. Nos quedamos así un largo rato hasta que Near se quedó dormido entre mis brazos; yo me le quedé mirando hasta que se me ocurrió que debía llevarle a su cuarto, así que lo levanté en brazos y caminé cargando su frágil cuerpecito hasta llegar a su habitación.
Con toda la ternura propia de una madre lo coloqué en la cama y le arropé con las cobijas, procurando no despertarle, pero a pesar de mis esfuerzos, cuando acababa de terminar de acostarlo, él entreabrió los ojos y me miró sonriente mientras estiraba sus bracitos hacia mi para tomarme del cuello y tomar impulso para plantarme un beso en la mejilla.
-“buenas Noches, Elle. Te quiero” susurró antes de acostarse y volver a quedarse dormido.
Yo me quedé parado junto a la cama, sorprendido por lo que acababa de pasar. Mi sorpresa creció al darme cuenta que el beso de Near me había hecho sonrojarme, cosa que era totalmente impropia de mi. Salí de su habitación caminado lentamente hasta llegar a la mía. Al llegar a ella me fui directo a la cama mientras sonreía tontamente al recordar las acciones de Nearcito. Me parecía tan tierna la historia de “el primer amor: enamorarse de un maestro para después darse cuenta de que nunca pasará nada entre ustedes, pero el solo hecho de tener la ilusión es suficiente para hacerte sentir entre nubes” . Ser el amor platónico de Near se me hacía muy lindo y halagador, pero a la vez me hacía sentir algo raro. Con estos pensamientos en mente me quedé dormido.
Los días pasaban sin mucha diferencia entre ellos, y mientras el tiempo transcurría, mi relación con Near crecía. De alguna manera, el ser tan afines, aunado con la enorme soledad que cada uno sentía, nos hizo acercarnos muchísimo en un muy corto tiempo, por lo cual al cabo de un mes y algunas semanas, él y yo éramos amigos inseparables, a pesar de la enorme diferencia de edades que1 4 años suponía. Sé que sonará raro e incluso un poco imposible que entre un adulto y un niño surja una amistad tan fuerte como la que surgió entre nosotros, pero a fin de cuentas, ni él ni yo éramos como el común de las personas.
Near continuaba con sus sutiles muestras de cariño, aunque cada vez eran menos discretas. Tanta insistencia por parte de Near me parecía tierna, pero a la vez me comenzaba a preocupar ya que, por más que tratara de esconderlo, algo habían comenzado a despertar en mi todas sus atenciones. Yo, obviamente, trataba de negarlo, o pensar en ello como un cariño exagerado por aquel niño, pero había algo que me decía que el sentimiento era algo un poco más profundo.
Mis pensamientos no dejaban de preocuparme, pero no permitía que Near lo notara, así que a su alrededor me portaba lo mejor posible, aunque al verme colmado de sutiles muestras de afecto, me era cada vez más difícil.
Near y yo estábamos sentados en la sala, hablando en voz baja de cualquier cosa.
-“Ahm… ¿Elle?” dijo levantándose de su asiento
-“¿Si?”
-“Yo… ya tengo sueño… creo que me iré a dormir” dijo tranquilamente. Miré el reloj para descubrir que era bastante tarde.
-“Oh, claro. Buenas noches Near”
-“Buenas noches Elle…” dijo acercándose a mi. Con un movimiento rápido él se posicionó enfrente de mi, y de alguna manera, juntó valor y me besó en los labios. Yo me quedé en shock mientras sentía como los inexpertos labios de Near masajeaban los mios. El beso no duró mucho, pero a mi se me hizo eterno. Lentamente, él se separó de mi y ,sin siquiera mirarme, se retiró a su habitación, dejándome sentado en la sala con la boca abierta y los pensamientos enredados.