Se que ahora no tiene caso decirlo y es imposible que pueda repetirlo.
Dentro de mi se frecuenta en silenciosas ondas, continuas como las olas del mar. Tu mirada, oscura y tibia.
Me gustaría entender, pero…nunca tuve la capacidad.
Tal vez fue ser tan feliz y olvidarme de que todo tiene un fin. O el hecho de tener a alguien a mi lado, de que siendo uno, nos transformamos en dos y finalmente, en cuatro. Bueno…ahora somos seis.
No necesito decírtelo, ni platicarte diariamente como acontece la vida en este mundo terrenal. De alguna forma se que todo lo miras.
Ahora soy viejo, Lee. Tengo casi sesenta años pero la vida me pesa con más de 100. Ya no estoy solo, como prometiste, de hecho, tengo….quiero decir, tenemos una hermosa nieta de cabello oscuro. Me recuerda mucho a ti, el mismo cabello lacio, grueso y pesado, parecido al de un caballo y ojos negros enmarcados por espesas pestañas de carbón. Es una belleza.
La vida ha sido difícil desde que nos dejaste, aun te extraño y pienso en ti todos los días.
Volteaste lentamente y con el sol detrás, me miraste con ternura y compasión. Nunca note esa parte de ti, pero no hizo sino que te amara con más fuerza.
-En verdad, Kazekage-sama?...- y una sonrisa falsamente esperanzada.-
Fruncí el ceño, sintiendo el calor que precede al coraje. ¿Por qué mentiría? No tengo razones ni el deseo de engañarte. Las bromas no cuestan tanto trabajo.
-No me mires así…-
Y tu intimidación fue evidente. Ojalá pudiera abrazarte, porque la timidez siempre te llena de miedo, miedo irracional a sentirte expuesto y obvio en tus emociones. ¿Por qué quieres esconderlas?
-Lo siento, Kazekage-sama…- Bajas la mirada y llenas tus pulmones para decir algo pero al último instante lo sueltas y no dices nada.
Con que esa era finalmente la respuesta; nada. No evito bajar la mirada y sentirme avergonzado. Fui un estúpido, ¿Cómo pude creer que corresponderías?
-Yo también…Gaara…-
Te miro como un imbécil por más tiempo del humanamente permitido. Ojalá tuviera algo inteligente o asombroso que responder, cualquier palabra que me ayudara a soltar lo que se acumula en mi pecho, estoy tan absorto y perdido en la sorpresa que ni siquiera puedo sonreír. Solo me levanto tirando la silla hacia una esquina en el proceso.
Haces el primer movimiento y te acercas a solo unos cuantos centímetros, nos miramos a los ojos, tan perdidos y extasiados y aun así dentro de la realidad que no podemos dejar.
-Si…eres feliz con alguien como yo…- Y sonríes. Brillante, claro, lleno de esperanza y falto de mentira. Extiendes la mano intentando tomar la mía.- Me gustaría estar contigo por los años que me quedan…-
Al fin despierto y te jalo hacia mí, tan sorprendentemente dócil te dejas caer sobre mi cuerpo y siento tu cálido peso. Finalmente soy capaz de tocarte. Se aferra a mi espalda y su cabeza se entierra en mi cuello.
No esperaba que fuera el comienzo de varios años de entrega.
No fui capaz de comprenderte hasta que paso lo que pasó y te fuiste de mi lado. Era por eso que al abrazarnos lloraste amargamente.
Rock Lee. Rango Ninja: ANBU. (Fenecido) A la edad de 35 años.
Lo supe de labios de tu sensei.
-La vida de un especialista en Taijutsu como lo fue Lee es asombrosa. Tiene la fuerza para derrotar a un Kage, velocidad impresionante y la misma capacidad de ganar en batalla como cualquier otro shinobi…. El único problema…es que acortan su vida, y Lee lo tuvo presente todos los días…- Sorbió lo último que quedaba de su vaso de sake y me miró con seriedad bajo la capa lechosa característica de quienes comienzan a sucumbir bajo el alcohol.- Tal vez por eso tardo tanto en decirte que si….-
Yo solo lo miraba incapaz de detener mis lágrimas, porque dolía, hasta un punto que la misma palabra no significa nada en comparación con lo que siento.
-Gracias por hacerlo feliz todo este tiempo…- Se levantó de la silla y me dio una última palmada en la espalda.
Me derrumbé, solo recuerdo haber llorado sobre mi brazo aun sosteniendo el vaso de sake, en ese bar bajo una débil luz, finalmente comprendí la soledad con la fuerza de todo su peso. Sobre mi, finalmente estaba solo.
Llore hasta que literalmente no pude más y tuve que ser internado por nuestro pequeño Kouryu. Aún me atormenta que haya tenido que verme así.
Pero salimos adelante, se que te complacerá saberlo.
Ahora tengo la sensación de que he completado todo lo que tenia pendiente, mañana termina mi periodo como Kazekage. Kazuyo tomará mi lugar y tengo plena confianza en que hará un buen trabajo.
Estoy listo para acompañarte, a un reino solo para nosotros.