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Life Sucks por VengeanceFreak

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Notas del fanfic:

¡Hola! Me llamo Karen y esta es la primera vez que publico algo de lo que escribo, asi que sean amables! xD Nah, se aceptan críticas constructivas :)

¡Eso! La historia está basada en un hecho real: me enamoré de Diego, y sus amigos son Pancho y Daniel. Ellos realmente forman Luz Roja, una banda famosilla de mi escuela. A partir de eso, todo es mentira... desgraciadamente xD Básicamente escribí esto para desquitarme... Alejandro es mi personaje, Toño y Javo son mis mejores amigas representadas... Traté de retratarlas lo más fielmente posible.

Soy asquerosamente honesta xD

Notas del capitulo:

El prólogo es emo. Juro que después se vuelve más gracioso ^-^

Lo miro a los ojos, esos ojos intensamente azules. Siento que me pierdo en la profundidad de ellos antes de apartar cobardemente la mirada, sabiendo que él busca aún la mía con curiosidad. Sonrío a mis amigos como si nada, sintiendo mi corazón despedazarse.

 

Vuelvo a buscarlo, más tímidamente esta vez. Él mueve su perfecto cabello castaño para quitárselo del rostro y le sonríe a su novia. La sujeta por la cintura y se inclina para besarla. Mientras sus labios colisionan, mi estómago se tuerce en dolor.

 

Apuesto a que mis amigos vieron la angustia cruzar mi rostro, pero prefieren omitir los comentarios; los hombres no hablamos de este tipo de cosas cuando estamos en público, pero eso no significa que me vaya a librar de las preguntas. Después me dirán algo.

 

Dedico el resto del receso a intentar olvidarlo, de no mirarlo,  de pretender que ni él ni su novia existen. Esto es una mierda. ¡Já, qué ironía! Soy capaz de esconder lo que siento a mis amigos tras una broma, un chiste o una sonrisa, pero en presencia de él, una persona con la que apenas he intercambiado un par de palabras, me es casi imposible fingir. Es como un estado de miseria permanente. Odio esto.

 

 

 

Tras el ensordecedor  timbre que indica libertad luego de numerosas y tediosas clases, me encuentro con mis amigos cerca de la salida del colegio. Obviamente también él está aquí, a pocos metros de distancia. Debería intentar algo para evitar encontrármelo, eso me dice la razón, ¡pero mi lado impulsivo dice que me acerque y le hable! Mientras en mi interior dos voces se despedazan con argumentos, mi cuerpo se dirige a la salida: un portón relativamente pequeño, por lo que es inevitable invadir el espacio de otros cuando trescientas personas intentan salir por ahí.

 

Antonio, uno de mis mejores amigos, me está hablando. Simplemente asiento y dejo que siga, no tengo la energía suficiente para escucharlo. Volteo inconscientemente hacia mi derecha. ¡Yo sabía que esto iba a pasar! Diego está a mi lado. ¿Cuál es el afán de verme en tan deplorable estado? Estoy seguro que Dios tiene un lado perverso y me odia. Si no, estas cosas no pasarían.

 

Me descubre observándolo casi detenidamente y una sonrisa se asoma por la comisura de sus labios sin atreverse a salir. Inmediatamente siento calor bajo mis ojos y en las orejas.  ¡Mierda! ¿Por qué me tengo que sonrojar frente a él? Volteo hacia Antonio en busca de apoyo emocional, pero no recibo nada más que una sonrisa malvada y gestos de burla.

 

- ¡Bubu! ¿Vas a venir más tarde? –una voz pregunta cerca de mi oreja al tiempo en que un peso se sitúa en mi hombro derecho.

 

Dirijo la mirada de donde vino la voz solo para encontrarme a Pancho, uno de los amigos de Diego, tal vez demasiado cerca de mí y sonriéndome radiantemente. Apoya su codo en mi hombro con toda la confianza del mundo, como si fuera mi amigo de toda la vida. No sé si es su cabello rubio, grandes ojos y espectacular sonrisa o si es su personalidad extrovertida y distraída lo que me llama la atención de él, pero no puedo negar que este chico me atrae… al igual que a casi toda la escuela.

 

- Perdón, no me di cuenta.

 

Le sonrío de vuelta.

 

- No importa.

 

Por una fracción de segundo pensé que Pancho dejaría de apoyarse en mí, pero definitivamente no está haciendo ningún ademán de querer hacerlo, ¡más bien sigue hablando como si nada con su amigo!

 

Cuando por fin salimos a la calle, Diego, su novia y Pancho se separan de nosotros, no sin que este último voltee una vez más, dedicándome esa perfecta sonrisa suya.

 

- Adiós. ¡Perdón de nuevo!

 

- No importa. Adiós –respondo sorprendido al tiempo en que me vuelvo a sonrojar, más levemente esta vez.

 

 Comenzamos a caminar en dirección contraria a ellos. ¿Podría alguien explicarme qué se fumó Pancho? Creo que esa fue la conversación más larga que he tenido con él en toda mi vida. Además, ¿por qué sonreía tanto? Yo sé que en general Pancho es un chico alegre, pero esto parecía casi algo patológico. No es que me moleste su sonrisa perfecta, para nada. La envidio, sí, pero no me molesta.

 

- Soy yo, ¿o Pancho sonreía mucho? –pregunto a mis amigos.

 

- Eso me parecía. Fue extraño –responde Javier, mi otro mejor amigo.

 

- No sé. Yo fui cercano a él hace un tiempo. Sólo sonríe así de psicópatamente cuando le interesa alguien –dice Antonio con una sonrisa malvada en sus labios.

 

- Pensé que estaba interesado en las chicas –comenta Javier.

 

- No, simplemente le gusta jugar con ellas –Antonio me lanza una mirada pícara.- Y creo que le llamas la atención.

 

¡¿Qué yo qué?!


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