A quien tú decidiste amar
No sé si sepa que no hay personas
Como tu aquí en la tierra
Gaara tenía muchas debilidades y no era una persona perfecta. Él lo sabía por que desde pequeño todos se encargaron de decirle el gran error que era.
Cuando lo murmuraban a su espalda, cuando Shukaku se lo repetía todas las noches, cuando su familia lo miraba con terror…
Incluso ahora, mientras todos lo reverenciaban llamándolo Kazekage, él lo sabía.
El amor lo hacia débil y confirmaba que era un error. La única diferencia era que ahora lo tenía claro.
Justo en ese momento se sentía lleno de melancolía, siempre había esperado un “algo” que le llenaría por completo y ahora, cuando creía que ya lo había conseguido, acababa de descubrir que no era así.
Él solo había querido una cosa en toda la vida y eso era ser amado.
Por eso, cuando Rock Lee le sonrió, le tendió la mano y le juro el amor que siempre había esperado no pudo hacer otra cosa más que tomar su mano y olvidarse de sí.
Olvidar el ligero interés que Sasuke Uchiha despertaba en él y el profundo sentimiento de comprensión que Naruto Uzumaki le brindaba.
Prefirió ignorar todos los nuevos sentimientos, que podría haber explorado, solo por que Lee estaba ahí para él.
La verdad es que no necesitaba nada más.
En ese momento pareció tan lógico. ¿Para que rechazar el amor cuando siempre lo buscó?
Lee era una de las tantas personas que había lastimado, había intentado destruir sus sueños y quebrar su vida, sin embargo, estaba ahí.
Él soportó su confusión al verse por primera vez en una relación, él soportó sus desplantes y su carente capacidad de expresar emoción… él intentaba hacer todo para que fuera feliz.
Y no podría definirlo pero sabía que se amaban.
Ahora, aguantaba el nudo en su garganta.
Lee estaba a su lado y besaba su frente con la misma devoción del día a día. Ignorante de la desazón en el corazón de Gaara.
Cuando lo vio por primera vez supo que le interesaba. Supuso que era el brillo en sus ojos, abiertos a la vida por la misma persona que le enseñó a avanzar.
Él sonreía y pronto se dio cuenta que no solo Lee era capaz de despertar esos sentimientos en él.
Nunca quiso ser cruel y traicionar el amor que él y su pareja se profesaban al analizar de manera cruda su relación.
Muy en el fondo sabía que él no eligió a Lee, si no el pelinegro lo eligió a él. Gaara lo quería pero le mentía y se mentía diciendo que jamás pensaba en vivir sin él.
Muy tarde se dio cuenta que lo único que hacia era conformarse con el amor de Lee. Era triste saber que tenia más miedo a volver a la soledad y al dolor de su pareja que afrontar el hecho que quería a Lee pero no lo amaba.
Gaara ahora sabía que lo que más quería en esta vida era amar y ser amado.
Justo ahora apretaba la mano de Lee e intentaba no dibujar la tristeza en sus ojos. No sabía que era más horrible: saber que la persona que lo cautivo con una sola palabra era ahora la pareja de su mejor amigo o el saber que a pesar de que aquel chico fuera libre él sería incapaz de dejar a Lee.
Gaara tenía muchas debilidades y no era una persona perfecta. Era inseguro y temía, siempre temió, ahora lo tenía claro.
Prefería quedarse en el lugar en el que estaba, con gesto serio y ajeno a todo, mentalizando que era feliz.
Prefería quedarse con la persona que lo amaba a arriesgarse por alguien que solo lo miraba como un conocido con el que alguna vez cruzó palabra. Lee es y siempre sería su todo.
Aunque le doliera, esperaba que Sai fuese feliz con Naruto por que ambos se lo merecían.
Te prometo no vuelvo a llorar
Sé lo felices que están
Y cuiden lo que yo soñé
Siempre quise para mí
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