Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La excepción por LadyHenry

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este one shot fue hecho para el club We love Viewfinder.

 

Caminaba por la avenida mirando distraídamente el puerto, sólo unos minutos le separaban del yate donde se encontraba Fei. Había decidido devolverle algunas cosas que le pertenecían, y ahora se encontraba dirigiéndose hacia su territorio, una acción un tanto arriesgada, pero más lo había sido confesarle la  verdad. No se consideraba un tipo romántico, siempre había creído que su vida estaba guiada por el pragmatismo, nada de complicaciones caprichosas, siempre eficiente y comedido, así había sido hasta que su camino se cruzó con el de Fei.

Tuvo que pasar bastante tiempo para que admitiera ante sí mismo que estaba enamorado de él. Era una completa locura dejarse llevar por sus sentimientos, en su trabajo eso era un suicidio, y casi llega a serlo, pero no lo fue, y era esa excepción lo que le había llevado de vuelta a Fei. A pesar de dejarle claro que no correspondía sus sentimientos con sus frías palabras, sus actos no demostraban la misma frialdad. Lo lógico después de haber escuchado esa confesión de amor y traición hubiese sido que Fei, al no sentir lo mismo por él, lo matase. Y si no que otro lo hubiera matado, negándole incluso, su última voluntad. Pero no fue así, seguía vivo y libre ¿por qué?

Esa duda le atormentaba constantemente y necesitaba despejarla para seguir adelante, no podía olvidar sus sentimientos si no esclarecía los de Fei respecto a él. Si no lo quería ¿por qué le había concedido la libertad? ¿Qué esperaba con eso?

Mientras en su cabeza se formaba un caos con todas esas preguntas sus pasos firmes y decididos se internaban en la habitación de Fei, esperando obtener una respuesta reveladora. Sabía que no iba a ser nada fácil, y que tal vez su presencia allí fuera tomada como un desafío, pero al igual que cuando decidió desvelar su traición, a Yoh no le importaba lo que fuera a pasar si conseguía saber la verdad. Había aprendido a valorar otros detalles que antes le parecían insignificantes, y ello  era producto de su amor por Fei.

No era una persona fácil de amar, puede que fuera su complejidad lo que más le atraía, ese hermético magnetismo que desprendía Fei tenía un encanto que le desarmaba. Era un hombre insondable a ratos, otras veces sumamente frágil, su equilibrio oscilaba entre su devastadora sensibilidad y su defensivo e impío sadismo. Siempre intentando mantener una coraza que nadie intentara traspasar, demostrando su poder de una manera intimidante para no sufrir más. Huyendo de la entrega amorosa y de cualquier contacto afectivo sincero, yendo tras tipos con los que no podría llegar a nada para escudarse en falsos amores imposibles por los que sólo fingía, amores que bien pudieron haber sido amistades verdaderas, pero tampoco eso entraba en sus planes, no quería amar ni ser amado realmente, las únicas relaciones que admitía eran las que estuvieran jerarquizadas, o se limitasen a cualquier tipo de intercambio lucrativo.

Tanto dolor albergaba ese delicado y sugerente cuerpo, clamando no ser perturbado en silenciosos gritos. Pero ahora no dejaría que se escapara, no permitiría que esos hermosos ojos lo embaucaran con su melancolía. Si quería rechazarlo y alejarlo, tendría que ser sincero y admitir la verdad, no iba a conformarse con una tácita derrota, prefería el dolor de saberse despreciado y sin posibilidad de ser correspondido a tener que vivir con la duda de que en realidad existiera una pequeña esperanza, que no alcanzara por no intentar traspasar el muro de la fingida indiferencia.

Tuvo que esperar a que Fei terminara de tomar un baño, sabía bien que no iba a darse prisa por no hacerlo esperar, es más, estaba seguro de que lo prolongaría con la esperanza de que se cansara, pero eso no iba a suceder y ambos lo sabían. Pasó un largo rato hasta que pudo adivinar la presencia de Fei en la puerta, llevaba el pelo suelto, aún mojado y un yukata azul que enmarcaba con una elegante sencillez su esbelta figura. La mirada que le dedicó a Yoh fue algo escéptica, cosa que no  sorprendió a éste lo más mínimo. Estaba preparado para ver desfilar ante sus ojos toda la artillería despectiva de Fei, eso no iba a conseguir amedrentarlo.

-Y bien ¿a qué debo el dudoso honor de tu visita?-escupió Fei con un tono frío y desganado.

-Había algunas cosas que tenía que devolverte, y aún te queda responderme a algo-dijo Yoh con naturalidad, sin demostrar sus nervios.

-Esas cosas no son importantes, puedes dejarlas como están. Y respecto a responder a nada, no tengo tiempo, ganas u obligación de hacerlo.

-No importa, sólo voy a hacer las cosas como deben hacerse, lo tuyo es tuyo y si quieres no perder el tiempo ni la energía lo más factible es que me respondas.

-¿Es eso una amenaza?

-No, es una simple aclaración.

-¿No vas a desistir? Debí haberte matado...

-Nunca es tarde, puedes matarme cuando gustes.

-¿Cuál es la pregunta?-interrogó Fei, ignorando el comentario de Yoh, en un tono que dejaba atrás la indiferencia para dejar filtrarse  a la frustración.

-¿Por qué me dejaste marchar?

-Me resultabas inútil.

-Te traicioné, has matado a muchos por cosas menos relevantes, quiero que me respondas con sinceridad.

-¿Tanto deseas la muerte? ¿No puedes tomarlo como una bendición o una señal?-contraatacó Fei intentando recuperar el tono neutro-Cambia de vida, aléjate de todo esto  empieza de nuevo...

-¿Quién te crees que soy, una hermanita de la caridad?

-Te sentaría bien el hábito-rió Fei.

-Mejor para esos intentos de espantarme, nos conocemos demasiado bien, yo sé que no quieres responder y tú sabes que no pienso darme por vencido, así que o me matas o me das la respuesta.

-Y si te digo que no lo sé...

-Te diría que lo pienses.

-¿Y si no quisiera pensarlo?

-Tendría que buscar la manera de encontrar la respuesta yo solo.

-Eso es un poco difícil ¿no crees?

-Sí, puede que demasiado, pero no imposible.

-¿Qué más da la respuesta? Eso no va a cambiar el hecho de que no te corresponda.

-Sí lo hará, una cosa es que no quieras corresponderme y otra muy distinta es que no puedas.

-En mi caso es lo mismo, no puedes obligarme a nada.

-Nunca he pretendido obligarte, lo que quiero es que tú no te obligues a ti mismo, que dejes de auto limitarte, de esconderte en tu dolor. Por una vez sé valiente, atrévete a averiguar cuál es la respuesta, y a decidir qué es lo qué quieres hacer con ella.

-Esos sólo son absurdos detalles, el resultado ya lo sabes.

-No, no lo sé, porque ni siquiera tú lo conoces. Si fuera un rotundo no, no estaríamos manteniendo esta conversación, ni yo estaría vivo. Si tanto temes responder, intenta ser más coherente y termina con esto-sentenció Yoh volviendo a tenderle el arma.

-No pienso perder un minuto más, llamaré a...

-No vas a llamar a nadie, porque sabes de sobra que sólo sería retrasar el momento, si me dejas ir de nuevo volveré hasta que elijas matarme o responder.

-¿Es esto lo que quieres?-dijo Fei apuntándole al corazón.

-Prefiero que destroces mi corazón con el acero de una bala a que sigas haciéndolo lentamente al ignorarme, cualquier cosa será menos dolorosa que está agonizante espera en la ignorancia.

-Qué poético, deberías dedicarte a algo más artístico que a esto-añadió Fei mientras intentaba controlar su pulso, que empezaba a flaquear, no quería matarle, ni tenerle cerca, sólo ansiaba que se marchara de allí para poder respirar tranquilo, sin tener que enfrentarse a ninguno de sus fantasmas. Estar junto a Yoh significaba cambiar, admitir lo que ni siquiera se atrevía a confesarse a sí mismo. Era algo para lo que no estaba preparado, y sospechaba que nunca lo estaría. Yoh no era como los demás, era una persona que de verdad estaba dispuesta a serle leal y a amarle incondicionalmente, merecía su respeto, pero en esos momentos estaba bloqueándose.

No quería darle esperanzas ni matarlo, no podría soportar saber que ya no existiría, y eso sólo podía significar que...

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por las manos de Yoh, que bajaban el arma para arrebatársela y dejarla a un lado, acto seguido lo tomó por la cintura atrayéndolo hasta él, dejando sus cuerpos pegados. Le miraba a los ojos engulléndolo por completo, haciendo que se sumergiera en su mirada y perdiera la noción de lo que lo rodeaba. Lo siguiente fue sentir el tacto de unos labios suaves y cálidos sobre los suyos, provocando que se estremeciera y terminara de perder el control. Sentía la lengua de Yoh deslizándose por su boca, acariciando la suya, mientras sus dedos se entrelazaban en su cabello de una forma delicada que conseguía hacerle vibrar, el beso se tornaba cada vez más intenso y desgarrador. Una sensación de abandono invadía su cuerpo, dejándolo a merced de un Yoh decidido y cuidadoso, que lo trataba de una manera tan exquisitamente tierna a la que le era imposible resistirse. Las manos se iban colando por otros rincones, el tibio aliento se entremezclaba con su piel erizándola, y él sólo podía corresponder apasionadamente a cada acción.

Yoh lo había conseguido, obtuvo su respuesta, una sincera, carente de artificios, no con palabras sino con las acciones descarnadas de sus cuerpos, no lo había obligado a nada, y estaba vivo, respirando agitadamente mientras perdía la razón en el interior de Fei, sintiendo toda su calidez, su necesidad de amar y ser comprendido. Lo expresaba muy bien al aferrase a su espalda, moviendo sus caderas a un ritmo certero, recibiéndole en toda su profundidad, mientras jadeaba en su oído haciéndole saber con su piel lo que sus palabras se negaban a admitir.

¿Qué sentido tiene una confesión si no es correspondida? Esa respuesta era la excepción que confirma la regla.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).