Cuando miro la nada, creo ver el cielo, pero ahora te veo a ti.
Estar taciturno nubla todo, pero pienso y medito todo lo que me ocurre. Creo que tú también lo has sentido, justo aquí... donde tu ya has tocado.
Cuando miro mi cuerpo en el espejo, me pregunto ¿qué me hallaste?
Yo sé que en mi lo resuelves con una sonrisa divertida y respondes siempre con un beso.
El contacto entre nosotros, la vergüenza en nuestra mirada, porque nos vemos únicamente los dos en nuestro mundo... simplemente para hacer todo.
Una vez me pregunte si estabas aburrido de mí, porque ¿quien no lo estaría?... cuando siempre debes de cuidarme.
Y, aunque tengo la tentación de preguntarte, no la necesito -creo- ya que al momento me abrazas fuertemente con tus brazos y puedo aspirar, aun de espalda, tu aroma tan característico.
El día se ve nublado y da la sensación de que es mejor estar en cama, pero no me agrada, ya que me veo más muerto de lo que creo que estoy. Además soy inquieto ¡necesito moverme!
Creo que pensar en ti me da una risa contagiosa.
Me dirijo a bañarme ¡La música aun sigue en mi cabeza y bailo con ella!
Yo también debo cuidarme ¿no?
No quiero ser alguien amargado para ti, quiero ser más el dulce de tu vida ¡qué sólo pienses en mí!
Sí, estoy loco, pero porque estas tú conmigo. Es raro, pero me siento bien...aunque seamos hombres. Tanto así que recuerdo que por más que sea gay, aun soy un hombre y no una mujer de quince.
Pero se siente tan en las nubes estar a tu lado.
Una vez vestido y arreglado, me acerco al ventanal a ver si apareces como hormiga entre los edificios en dirección a mí.
No es que sea egoísta y te quiera para mí únicamente, simplemente quiero compartir otro tiempo contigo ¿Es malo aquello?
Quizás si supieras todo lo que pienso, dirías que gasto mucho el cerebro en tonterías, pero tú eres una tontería en que me encanta pensar y decirme que no estoy solo, que tu estás aunque los sueños se hayan rotos.
Quiero que seas mi esperanza en esta tormenta silenciosa.
Quiero que llegues, me beses, me tomes y me digas que soy especial para ti.
Que no soy un enfermo al que debes cuidar y marcar tarjeta todos los días.
Yo quiero ser especial para ti.
Akira.
Debe ser un sueño, pero mientras todo es un silencio a mi alrededor, creo sentir tu fuerte abrazo darme calor.
Un beso y ahora sé que es una realidad, tu estás y no puedo pedir nada más.
Me aferro a tu cabeza para no dejar de encantarme con tus labios, que pienses que no quiero que me sueltes y sólo seas para mí.
"Te amo"
Soy sincero y lo seguiré siendo, no quiero ocultarte nada como tú lo has hecho. Que para cuando toque aquel frío en tu dedo anular, dejar de pensar y entregarme a mis sueños, como del que tú estés conmigo.
Veo tu rostro comprensivo enfrente de mi y siento la caricia de tu mano en mi rostro, siempre tan amable, alegre...
"Te quiero Akira"
Tú sonríes y yo te beso, haciéndote sonrojar, me tomas de la cintura y besas mi rostro dando a veces pequeñas cosquillas, logrando que te mire raro de broma y ver como me miras de ceja alzada, para después empujarme al sillón.
Sabes lo que quiero, que sin término medio ya me hagas tuyo, me hagas olvidar el eje de mi mundo, teniendo en cuenta que mi mundo eres tú.
Te veo desnudarte desde arriba y te miro tranquilo, analizando tú cuerpo acercarse al mío, percibir como desabrochas mi camisa, en ello que lames mi cuello y haces que salte al sentir tus manos en mi pecho con el corazón descolocado.
El silencio inunda todo y jugamos a escondidas.
Sentir nuestras pieles en cada roce no tiene comparación, ver como inundas el aire con asfixiante atmosfera de lujuria, menos. Descubrir que extrañas mis labios y buscas por más, cuando tus manos juegan en mi rincón oculto, es imaginable las miles de sensaciones que me desbordan y me hagas participar de forma única.
Suavizo tu espalda con mis manos y parece ser una manta tan calida que quiero tener para toda mi vida. No quiero que me sueltes como yo lo hago contigo.
Tú mano juega divertido y simplemente me dejo retorcer, hasta que me siento aliviado al ver tu mano blanca.
Ahora serás sólo para mí.
Busco tu boca, tu cuello, tu pecho... y te desases de emociones, lo sé y es que te conozco tan bien.
Una vez cuando la oleada de calor es más intensa, ambos nos volvemos uno y ya he perdido la cuenta de cuantas veces has traspasado ya todo de mí.
Dejo de pensar, mi mente se nubla, mi vista se nubla... No quiero que esto acabe.
Sigo al compás de tú corazón.
Has que esta danza sea tan inexperta como la primera y tan habilidosa como la última.
Un último sobresalto, una descarga completa, tú recorriendo todo mi cuerpo y yo hundiéndome más en tu piel para no llorar.
Todo esta tan silencioso, ¿valdría la pena escucharte?
Caemos rendidos por el fuego encendido y, mientras nuestras respiraciones se apaciguan... no quiero llorar, no... sólo quiero aferrarme más tiempo hacia ti.
Te veo jadeante y tus labios se mueven dulcemente enfrente de mis ojos.
Pero todo esta tan silencioso.
Me abrazas fuertemente y me das un beso en la frente mientras lloro.
Al final de cuentas, todo fue demasiado tarde para que ahora no llorara y poder dar cuenta lo importante que era tu voz para mí.
Quizás en un tiempo, donde no deba robar el tuyo, el de alguien...
Quizás no estaría llorando y haber escondido esto por bastante tiempo, hasta cuando me di cuenta que el silencio me inundaba desde antes, cuando ya era demasiado tarde...
Fue tarde todo ¿no?
Cuando te veo partir con una sonrisa falsa en los labios y ver que cierras la puerta tras de si.
Agradezco ser sordo y no escucharte llorar tras la puerta o aquello que antes soñé escuchar. Agradezco el saber que esto será temporal ¿cierto?, porque como ya no hay banda que nos una o alguna amistad que no hayamos borrado con besos apasionados, sé que vivirás feliz con la persona que en la calle toma tu brazo y te sonríe todos los días.
Yo...
Gracias Akira.
Owari