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Yo quiero... por Zachary4

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Notas del fanfic:

pasen y lean

Notas del capitulo:

primer capi, espero les guste

Eran las 2:00 a.m. y Miguel acababa de navegar por una página porno en Internet, a sus 17 años era un chico bastante atractivo; sus cabellos castaños eran tan lacios que si no los sostenía caían sobre sus ojos, los cuales eran de un hermoso y raro color violeta, su piel era algo bronceada y su cuerpo era fuerte por el ejercicio físico.

 

El porque de que Miguel siguiera en la computadora a esas horas era simple, todo se definía con un nombre:

 

 

 

“David”

 

 

 

Ese era el nombre del chico que le ponía el mundo de cabeza, el problema era que no podía aceptar lo que sentía por él, y no sólo por ser del mismo sexo, él ya sabía que lo suyo no eran las mujeres, no, el problema era que este chico era 5 años menor que él y que además y como guinda del pastel, David era su hermano menor.

 

 

 

Después de pensar por media hora que lo que sentía por su hermano era una aberración, el sueño comenzó a vencerlo, así que se fue a su cama, la destendió y antes de acostarse miró a su lado izquierdo, allí estaba la cama de su hermanito, si, para su desgracia compartía habitación con su hermano.

 

 

 

-“tengo que decirle a mi papá que necesito un cuarto propio”

 

 

 

Miguel aún no entendía como había sido capaz de durar tanto tiempo en el mismo cuarto con ese niño que le robaba el pensamiento sin siquiera tocarle un solo cabello, duró otros 15 minutos observando el angelical rostro de su hermano, a sus 12 años David tenia un rostro hermoso, sus cabellos dorados enmarcaban un rostro sereno de rasgos dulces y finos, labios gruesos y carnosos y unos grandes ojos color canela que ahora se encontraban cerrados, pero que de cualquier manera permitían ver sus largas y rizadas pestañas, su respiración era acompasada, lo que demostraba que estaba dormido, Miguel se dio cuenta de que llevaba mucho tiempo mirándolo, en ese momento David volteó, quedando de espaldas a Miguel, eso hizo que éste se asustara pensando que su hermanito podía haber despertado, con el susto en el cuerpo decidió que era tiempo de dormir, así que se acostó y al poco rato ya estaba dormido, por esas prisas no se dio cuenta de que había dejado la computadora prendida con la página porno abierta y que cualquiera podría verla…

 

 

 

Y eso fue lo que pasó:

 

 

 

A las 4:00 a.m. David se despertó con unas enormes ganas de ir al baño, después de ir y con la curiosidad de cualquier niño, se acercó a la parte del cuarto de su hermano, para ser exactos, su computadora, estaba el protector de pantalla, el clásico de estrellas fugaces, le llamó la atención así que tomó el ratón y lo movió, lo que vio acabó de despertarlo, eran imágenes “diferentes” y lo más interesante era que se veían personas con poca o nula ropa demostrándose su amor, lo extraño era que todas esas personas eran hombres, a David casi se le salen los ojos al ver esto, pero de repente una imagen llamó su atención, se trataba de una foto donde había un chico de unos 15 o 16 años recostado en su cama con un niño de 11 sentado encima de sus caderas, ambos tenían una cara de enorme satisfacción, (y eso que aún tenían los pantalones puestos), David al ver esto quiso preguntarle a su hermano el porque de que viera esas imágenes, así que se acercó a la cama de Miguel, estaba a punto de moverlo para que despertara cuando recordó la última imagen, la de los dos chicos de edades parecidas a las suyas, con algo de nerviosismo y con la necesidad de saber el motivo por el que esos chicos se vieran tan alegres, se decidió a comprobarlo por sí mismo.

 

 

 

Tomó las cobijas que cubrían a su hermano, lo destapó y sin pensarlo se subió sobre él, a cuatro patas se sentó sobre sus caderas, justo como en la imagen y agachó su cara hasta quedar a escasos centímetros del rostro de su hermano, recargó sus pequeñas manos en los hombros de Miguel y lo observó fijamente, recordó que las niñas de su salón varias veces le habían dicho que su hermano era muy guapo y que chicas de otros grados se le declaraban diariamente, también recordó que había una chica en particular, un año menor que su hermano llamada Sofía, ella era alta, de piel clara, ojos marrones y cabellos rubios, aunque él sabía que era teñida, labios delgados y sonrisa fingida, la clásica niña popular, esta siempre seguía a casa a su hermano, le dejaba notas en su casillero todos los días y le regalaba dulces a la hora del descanso y eso le molestó, y le molestó aún más el hecho de que su hermano le sonriera y le agradeciera cada detalle, en ese momento se dio cuenta de algo, estaba celoso, quería que Miguel solo le sonriera a él, que solo a él le hiciera caso, realmente ya se había dado cuenta de ello, no en vano impedía que alguna de sus compañeras se le acercaran, inclusive llegó a hacer cosas malas inculpando a su hermano para que lo castigaran y no pudiera salir con alguna chica, ahora el problema era esa mocosa enfadosa con cara de rata, porque era horrible y muy molesta (o eso pensaba David) esa tal Sofía no se alejaba de Miguel, y eso que lo había intentado, claro que lo había hecho, si le tiró la comida encima cuando se invitó a comer a casa, (porque él dudaba que su hermano la hubiera invitado) y en la escuela cuando ella intentó besar a su hermano, él le aventó un chicle que milagrosamente llegó a su cabello y le obligó a cortárselo más de 10 cm., desde entonces él le declaró una guerra silenciosa y la muy tonta en vez de notarlo, intentaba ganárselo, varias veces le regaló dulces o lo invitó a ir con ellos al parque o al cine, pero David no se dejaría vencer, no señor, por eso siempre conseguía que su hermano se quedara en casa en vez de ir con esa, sonrió al recordar todas las veces que Miguel había dejado plantada a esa cosa con patas para quedarse a jugar con él, en esos pensamientos estaba cuando sintió que le tocaban una mano, miró hacia abajo y vio que Miguel lo observaba entre confundido y sorprendido.

 

 

 

-¿Qué estás haciendo?

 

 

 

-ah… yo… este… bueno… verás… es que…

 

 

 

-¿Qué?

 

 

 

David estaba muy nervioso, Miguel lo observaba fijamente, con esa mirada que lo hacía temblar cada que lo veía, no lo pensó más, ahí estaba la oportunidad que estaba buscando para decirle a Miguel que lo amaba, porque sí, él amaba a su hermano, siempre lo había hecho y este era el momento de que lo supiera, se agachó hasta que sus alientos chocaron, sonrió al ver a Miguel confundido y le dijo

 

 

 

-te quiero

 

 

 

Lo besó, fue un beso corto, tierno y lleno del amor secreto que profesaba por Miguel, finalmente lo había hecho, se había atrevido a expresar lo que sentía, ahora solo faltaba ver la reacción de Miguel, lo que vio lo asustó, su hermano no se movía de su lugar, sus ojos estaban abiertos de par en par y le costaba respirar, David creyó que moriría, pensó que había hecho mal, que su hermano ya nunca le hablaría, peor aún, si sus padres se enteraban de esto lo seguro sería que lo mandarían a un internado o al psicólogo por loco y desquiciado

 

 

 

-yo… Miguel, lo siento, no era mi intención, es que yo te quiero pero ya se que esto está mal, por favor no me odies, no le digas a nuestros papás, por favor…

 

 

 

David comenzó a llorar, en ese momento Miguel salió de su trance y antes de que su hermanito pudiera bajarse lo tomó de los hombros y lo recostó en su pecho

 

 

 

-perdóname por no reaccionar antes pero me sorprendiste

 

 

 

David no se movía mientras escuchaba esto, sus manos estrujaban el pijama de Miguel, temía lo que le fuera a decir pero necesitaba escucharlo, así fuera una negativa él necesitaba saber que era lo que pensaba  su hermano

 

 

 

-te amo David

 

 

 

Este se levantó y miró fijamente a Miguel

 

 

 

-¿en serio?

 

 

 

-claro que si, yo nunca bromearía con algo como esto

 

 

 

Se miraron por un par de minutos, ambos sonrieron y después unieron sus labios en un beso largo y profundo, finalmente se habían sincerado el uno con el otro, decidieron que esa noche dormirían juntos y abrazados, Miguel acomodó a David en su pecho y los cobijó a ambos

 

 

 

-te amo mi pequeño David

 

 

 

-yo también, y todo gracias a una página porno

 

 

 

Miguel lo miró sin entender que le decía

 

 

 

-¿Por qué dices eso?

 

 

 

-porque yo me acerqué aquí hoy al ver lo que veías en Internet

 

 

 

-así que espiando, creo que tendré que castigarte- sonrió maliciosamente

 

 

 

-pero si solo soy un niño inocente- lo dijo haciendo puchero y viéndolo a los ojos

 

 

 

-si, claro…

 

 

 

Se rieron y se besaron otra vez, esa sería su primer noche juntos pero no la última.  

Notas finales:

díganme si le sigo o lo dejo como one-shot


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