Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Would You Love a Monsterman? por Mary-chan6277

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hahaha cómo dije en el resumen, un Oneshot sin mucho sentido (bueno, sentido si tiene, pero no trama... yo nunca suelo escribir cosas así, pero me dio la loquera, y quise experimentar algo diferente... algo como lo que escribí aquí xDDD)

Notas del capitulo:

El título viene de una canción de Lordi, si es que se les hace conocido... pero cómo q se me fue un signo d interrogación demás O__ó bueno, yo escribo en español hahaha

===> sn más preámbulos, el fic ^^

 

Leves gemidos se escapaban de mi boca mientras estimulaba lentamente mi miembro despierto, subiendo mi mano de arriba abajo en un ritmo regular y constante, llevándome hasta al límite, pero usando toda mi concentración para que aun no acabara, aunque sabía que era inevitable que el clímax llegara tarde o temprano.

 

Seguí masturbándome, completamente desnudo sobre las cobijas de seda de mi cama, teniendo los sentidos alertas para percibir hasta la mínima sensación, y con los ojos entre abiertos, divisando pobremente una figura que se acercaba lentamente.

 

Pocos minutos después llegué en mi propia mano. Ese acto había sido extenuante, había resistido llegar al orgasmo durante varios minutos, y no pude más que tenderme sobre la cama, y cerrar los ojos, rindiéndome ante al cansancio. Ya vendría quién había llamado, sabía que vendría mientras estuviese dormido, así que me permití caer en los brazos de Morfeo mientras abrazaba una de las almohadas.

 

Fue cuestión de tiempo antes de que mi demonio se presentara, tal y como lo había esperado. En medio de un estado semiconsciente sentí como unas manos acariciaban levemente con las yemas de los dedos los costados de mi cuerpo, estimulando con sus largas y afiladas uñas mientras deslizaba su mano sobre mi piel. Saboreé un par de labios carnoso, deseables, algo demandantes y agresivos, pero no era que esperaba que un súcubo fuera como una mujer mortal, sumisa y delicada. Luego de ese beso, sus labios fueron dirigidos a otra parte mucho más sensible, empezando a lamer con una ágil lengua toda la extensión de mi miembro, haciéndome gemir como enloquecido. ¡Eso se sentía tremendamente bien! Y sabía que solo podía ser obra de un demonio.

 

Estaba disfrutando de ese acto sexual como nunca antes lo había disfrutado con una humana. Aunque mis experiencias podían contarse con los dedos de las manos, definitivamente podía asegurar de que esto era mil veces mejor que estar con una mortal.

 

La demonio lamía ciertos puntos sensibles, mordía mis tetillas, besaba mis muslos y pellizcaba mi trasero con algo más que lujuria y pasión.

 

No había abierto los ojos ni una sola vez desde que todo eso había empezado, no podía reaccionar ante el torrente tan arrollador de sensaciones, y además, sabía perfectamente cómo debía ser mi atacante: rubia, el pelo largo, rizado, ojos claros, pero profundos e infinitamente hipnóticos, y un cuerpo que ninguna humana podría llegar a desear, con atributos alarmantes y sensuales. Al menos eso era lo que decían los libros, y abría que creerles, por ahora.

 

Obligué a mi cuerpo a reaccionar un poco, levanté una mano temblorosa hasta su cabeza, aun con los párpados cerrados. Tenía el cabello ciertamente largo, pero lo llevaba liso… bueno, eso no era un problema, las mujeres de cabello lacio también eran lindas.

 

Deslicé mi mano por su cuello hasta su pecho, hasta donde me detuve, poniendo especial atención en lo que encontraría allí, excitado ante la idea de unos pechos enormes, pero, por más que tanteaba por todas partes lo único que sentía bajo mis dedos era las líneas bien definidas de un pecho…

 

—Masculino— murmuré, abriendo los ojos de par en par, encontrándome cara a cara con mi atacante nocturno. —Espera, espera, espera, ¡no sigas!— lo aparté haciendo acopio de toda mi fuerza, tanto física como de voluntad, porque debía admitir que todo lo que hacía me estaba haciendo sentir muy bien, pero ¡eso no significa nada! Yo pensaba que era una mujer, ¡no un hombre!.

—¿Qué pasa?— preguntó él fastidiado, como si fuera él la víctima, y no yo. Usó una de sus manos para apartarse el cabello, dejándome apreciar su rostro. Era un chico hermoso, ¿quién lo iba a negar? Simulaba una edad de 19 o 20 años, no más. Tenía un cuerpo glorioso, pectorales y abdominales bien definidos, sobre una piel blanca y suave. El pelo lo tenía largo, como ya había predicho, lo llevaba hasta la mitad de la espalda, y era de un particular color plateado. De su cabeza asomaban un par de cuernos enroscados, como los de un macho cabrío, pero no le conferían un toque de monstruo, hasta debía decir que le sentaban bastante bien. Y respecto a sus ojos, bajo la trémula luz de unas velas que usé para el ritual, no pude apreciar su color.

—¡¿Cómo que qué pasa?!— Le grité irritado— se supone que estaba llamando a un hermoso súcubo— me quedé callado un segundo, y replantee lo que había acabado de decir— ¡Se supone que por regla debía de llegar un súcubo!, ¡los íncubos no atacan a otros de su mismo sexo!

—Eso no me interesa en lo absoluto, ¿sabes? Tu llamaste, y yo tengo hambre, así que, ¿por qué no seguimos?— con una agilidad aterradora se puso de nuevo sobre mí, y empezó a atacar la piel de mi cuello con sus impuros labios de demonio.

—¡No!—le alejé por segunda vez, aunque esta vez sin tanto éxito, porque el demonio se resistió— yo no puedo hacerlo con otro hombre.

—Yo no soy un hombre tan literalmente como lo dices, así que no hay problema— respondió como si nada— además, sé que disfrutas. Quédate callado, y déjame terminar lo que empecé. Cierra los ojos e imagíname como te apetezca— y sin contemplación uno de sus dedos se introdujo en un lugar que jamás había sido invadido antes por nada.

 

Grité. Dolía muchísimo, y ni mencionar que dolió más cuando otro par de dedos entraron en mí.

 

—¡Déjame! Me duele— le rogué, tratando de hacer que se detuviera, y dejando escapar un par de lágrimas.

—Si te relajas un poco no te dolerá en lo absoluto— indicó— obedece— había algo en el tono de su voz que me llevó a hacer lo que decía. Me quede quieto, deje de forcejear, e intenté relajarme. Bueno, al menos había funcionado un poco, ya no era tanta la molestia, ¡pero de todas formas! Esto no debía estar pasando.

 

Los dedos se retiraron de repente, pero ni siquiera esa previa preparación fue suficiente para lo que venía. Me penetró de una sola estocada, y grité aun más fuerte que antes. Cuando en los libros se mencionaba “están dotados de un miembro descomunal” era realmente literal.

 

Empezó a mover las caderas, entrando y saliendo de mí con un ritmo lento al principio, rápido y agresivo mientras los minutos iban transcurriendo y la pasión se iba apoderando de nuestros cuerpos. Y digo nuestros, porque yo también lo empezaba a disfrutar, algo que me preocuparía luego de que todo este acto tan sumamente delicioso y fuera de este mundo terminara, por ahora, no me atormentaría, sino me limitaría a disfrutar.

 

Dejé que hiciera con mi cuerpo lo que le vino en gana. Ya nada parecía tener sentido, mi mente había dejado de percibir la realidad tal y cómo era en cuanto esas manos tocaron mi piel por primera vez. Era demasiado tarde para arrepentirse, pero no demasiado tarde para poder sacar provecho de los servicios que un íncubo podía ofrecer.

 

—Creo que debo parar, si seguimos así, voy a terminar matándote— anunció el demonio en medio de la penumbra de la oscuridad. Su voz era profunda, sumamente masculina, y seductora.

 

¿Desde cuándo pensaba que una voz masculina era seductora? Bueno, como dije, me preocuparía por eso más tarde.

 

—Vamos, una última vez— le dije, entre abriendo los ojos, mirando al ente en frente de mi. ¿En verdad algo que se veía tan humano y tan perfecto podía ser tan peligroso?, solo sus cuernos verificaban que no pertenecía a este mundo, y que además de eso, era parte de los chicos malos.

—No, mi intensión no es acabar con tu vida— dijo, alisando su cabello largo y suave— es hora de que me valla. Dulces sueños. —mis párpados se sentían pesados, y después de que hubo dicho eso, me dormí.

 

 

Notas finales:

Espero a alguien le haya gustado mi intento de historia original que quedó relegado en mis documentos hahah nunca lo terminé... ¿debería continuarla?

==> Espero saber que opinaron, ¿genial?, ¿horrible?, ¿"perdí mi tiempo leyendo esto"? (<== yo advertí desde un principio que no tenía sentido, no me culpen xD)

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).