LOS DIEZ DÍAS EN QUE MORÍ DE AMOR POR TI
“...nunca quise que esto pasara, nunca imaginé cuan terrible sería hablar y desear las cosas con todo el corazón. No, fue el cansancio y no la falta de voluntad las que me impulsaron a desistir; en ocasiones sentía que el corazón se me iba a salir por la boca, y moriría desangrado... solo... sin la persona que yo... mas amo en el mundo...”
DIA 1: El amargo sabor del esperado encuentro con el corazón.
El día lloraba mientras que las nubes cubrían de grises el cielo seco de primavera, que más bien se encontraba disfrazada de invierno a causa del clima que acechaba en los últimos días. Eso le deprimía un poco a Tsuzuki, tal vez, por que cada gota que replicaba en el suelo, le recordaba escenas de su pasado que nunca debían volver. Pero bueno, el pasado ya... paso, no hay vuelta que darle. Hay cosas más importantes por las que hay que preocuparse... hay personas que lo han vuelto a la vida gracias a todo lo bueno que le han brindado, pero... nunca ha pasado tan dulcemente como con una de ellas.
- Creo... que de verdad estoy enamorado de Hisoka- dijo Tsuzuki mientras miraba por la ventana en la que se encontraba apoyado cruzado de brazos.
- ¿Cuándo te diste cuenta de eso?- comenzó preguntado Tatsumi, para indagar más en la situación.
Ambos shinagamis permanecían aislados del resto, situados en un solitario pasillo, recubierto de rojo en las paredes y en la alfombra que los acompañaban. El único rastro de luz, era la ventana que irrumpía tenuemente la oscuridad del inmueble.
- Desde el día... en que lo conocí. Al principio no me di cuenta, pero ahora veo que mi conciencia no mentía cuando me decía que lo necesitaba a mi lado, que él llenaba mi vida, que me ayudaba a ser, por primera vez, completamente feliz-
- Se nota que lo amas mucho, tus ojos no logran demostrar lo contrario, incluso cuando no decías nada- sonrió Tatsumi al tanto que observaba el brillo en los ojos de su compañero- ¿Piensas decirle lo que sientes?-
- Aún no... no sé si pueda contarle lo que pienso; no quiero dejar de llevarme bien con él por eso, y se aleje de mí... no lo soportaría -
- No tienes por que preocuparte, no pasará eso. Tsuzuki, eres demasiado bueno con las personas, de seguro, recibirás la recompensa que tanto deseas, solo, habla con Hisoka y escucha a tu corazón, es lo mejor que puedes hacer. – Tatsumi se acercó a la ventana, pero, a diferencia de Tsuzuki, él acomodó su espalda contra el frío cristal- El miedo solo hará que las palabras no salgan como corresponden, confía en lo que sientes... Hisoka sabrá como responderte- sus palabras tranquilizaban el rápido y temeroso latir del corazón de Tsuzuki, quien lo miró agradecido y aliviado- ¿Por qué me cuentas a mi todo esto Tsuzuki?-
- Por que tú eres la persona en quien más confío, Tatsumi. Gracias por escucharme y ayudarme... no sabes cuanto te lo agradezco- sonrió
- No tienes nada de que agradecerme, ahora ve y habla con Hisoka... creo que te espera en el ala sur del edificio. Ten valor... sabes que en cualquier ocasión puedes contar conmigo- en ese mismo instante, lo vio partir en la dirección ya señalada, despareciendo entra la negrura provocada por la falta de luz, cargado de ilusiones y bellas esperanzas que complementarían su mundo y lo harían totalmente ideal.
...
- Yo solo quiero que seas feliz... - Tatsumi echó su cabeza para atrás, sintiendo, al igual que su espalda, lo congelado del clima... y lo doloroso de una sensación nueva y punzante- ...y si es así ... ¿por qué me siento tan mal cuando te escucho decir que tu felicidad es Hisoka?... al fin eres feliz, él hizo algo que yo jamás pude hacer, debería alegrarme por eso... debería sentirme bien porque encontraste lo que tanto anhelabas... pero... por que me duele... por que me duele y se me oprime tanto el corazón... por que mis recuerdos con Tsuzuki me saturan la cabeza... por que veo tanto a Tsuzuki... por que.. .- Tatsumi no se estaba sintiendo bien. Una sensación de frío le incomodaban la garganta junto con un cosquilleo detestable que le asfixiaba la voz. Pudo haberle perfectamente dicho que no hablara con Hisoka, que no lo intentara para que no saliera herido en el proceso, pero lo alentó a que siguiera su sueño.
Con un cansancio tremendo, Tatsumi se dirigió a su oficina, entrando en ella sin que nadie lo notara. Tomó asiento en la silla junto a su escritorio, mirando de reojo en el, tratando de buscar alguna actividad en que distraerse para olvidar lo que se había preguntado con anterioridad. No tenía por que agregar más leña al fuego; Tsuzuki se ha comportado extrañamente en estos días a causa de sus sentimientos, pasándolo realmente mal en ocasiones, lo que importa es su bienestar, el propio no tiene por que preocuparle... y eso está fuera de toda discusión.
“-... ahora veo que mi conciencia no mentía cuando me decía que lo necesitaba a mi lado, que él llenaba mi vida, que me ayudaba a ser, por primera vez, completamente feliz... -“
Otra vez esa molesta sensación. Lo que sentía por Tsuzuki fue algo pasajero, algo que debería haber acabado, pero no lo hizo. Prefirió guardar silencio durante tanto tiempo... prefirió dejarlo huir como cobarde para no verle sufrir... lo abandonó, pensando en la frustración y dolor que sentía al no ver dibujado una sonrisa en él... ahora la tiene, una expresión que hace mucho quería ver...
- Pero es para otra persona... no es para mí como yo quería... -
“- ... no sé si pueda contarle lo que pienso; no quiero dejar de llevarme bien con él por eso, y se aleje de mí... no lo soportaría... –“
Cubrió su rostro con una de sus manos, escondiendo una burlesca sonrisa, contrariada por varios sentimientos detestables y sofocantes en su interior.
- No sabía que pudiese llegar a odiar tanto a una persona que considero valiosa en este equipo... no sabía que pudiese desear que alguien desapareciera para siempre... desear con todas mis fuerzas que se fuera... - la otra mano permanecía empuñada sobre la mesa del escritorio, mientras que las sangre fluía por entre sus dedos, a causa de la fuerza que realizaba al conocer el dolor del sentir -... no quiero sentir esto... no quiero pensar en lo que están haciendo... no quiero saber que lo va a tocar... que lo va a poder amar... que será feliz... a pesar de que yo lo hice todo... se está llevando mi deseo más preciado... lo odio... – un vaso con agua que permanecía junto a los papeles, explotó en mil pedazos, cayendo algunos tozos de vidrio sobre la mano ya sangrante de Tatsumi.
El ruido, a pesar de no ser fuerte, se sintió por los alrededores de su oficina, atrayendo a algunos de sus compañeros hacia el lugar.
- Tatsumi, que... – el primero en llegar fue Watari, quien se preocupó al notar la mano herida que yacía sobre la mesa-... ¿estas bien Tatsumi?, pero ¡¿qué pasó aquí?!-
- No es nada... solo que, no me siento muy bien, eso es todo-
- Creo que mejor vayas a descansar un momento, no queremos que té agotes Tatsumi, eh. Yo limpio aquí, no te preocupes -
- Muchas gracias Watari, te haré caso esta vez; me iré a recostar un momento- lentamente, se dirigió a su habitación, con la mano en alto para que no manchar el piso. La sangre se encaminaba por su brazo, manchando su camisa a medida que el recorrido avanzaba. Durante ese instante, no pensaba nada, su mente permanecía en blanco, mientras que sus ojos, solo miraban un punto en el vacío... pero eso no evitaba que la tristeza se le saliera por los ojos. No lloró, no quiso hacerlo, por algún motivo... ¿valía la pena derramar lágrimas por algo imposible?
Parecía que el mundo le daba vueltas por cada paso que daba, lo único que quería era llegar a recostarse un momento, tal vez durmiendo, la sensación incómoda desaparecería, y al otro día, podría recordar lo acontecido como una simple debilidad a causa de un deseo que nunca debió haber querido tanto.
Llegó a su habitación, dirigiéndose primero al baño para limpiar su mano herida lo más que pudiese, esperando que se cerrara casi al instante. Ni se miró en el espejo que se encontraba frente a él, pero, este tan domestico objeto, no pudo evitar reflejar la tristeza convertida en dolor por la que ahora pasaba su cuerpo... el sentimiento se había expandido.
Se saco casi toda la ropa que tenía puesta, quedando únicamente con su camisa desabrochada en el cuello, y sus pantalones café oscuros. Se recostó sobre la cama, acomodando su mano sobre su frente, sintiendo un leve tacto de calor que lo llenaba por completo.
“- Por que tú eres la persona en quien más confío, Tatsumi. Gracias por escucharme y ayudarme... no sabes cuanto te lo agradezco-“
- Creí que se había marchado, que ya no sufría más esta terrible enfermedad. Pero lo síntomas han reaparecido justo en el peor de los momentos... – se sacó los lentes, afirmándolos con la misma mano que se acomodó en su frente. Tatsumi cerró los ojos, tratando de sentir algún indicio de frescura, algo leve, cualquier cosa que le hiciera sentir mejor...
...
“–¡Hola Tatsumi!- ”
... esa sonrisa...
“- ¡Muchas gracias por darme tu pedazo de pastel Tatsumi!-“
... no podía evitar sentirse tan bien cuando se encontraba junto a él, cuanto necesitaba sentirse así de bien... casi... no, todos los días...
“- ... eres la persona en quien más confío, Tatsumi... –“
...
- No quiero que confíes en mi Tsuzuki... lo que más deseo en la vida es que puedas llegar a quererme tanto como te quiero a ti... – nuevamente, sonrió, pero, esta vez, el corazón se le apretó de emoción -... no creo que el sueño logre hacerme olvidar... lo mucho que te amo Tsuzuki... no sabes cuanto te necesito... -
La habitación permaneció oscura y en silencio, acomodándose al sentir de su ocupador, quien lloraba en silencio... su alma lloraba en silencio, como lo ha hecho todo en la vida. Cobarde, otra palabra no podía definirlo mejor, sintiéndose cansado de ahogar su felicidad... su mano libre permanecía tendida al igual que su cuerpo, abierta, esperando que llegara... una felicidad que jamás podría ni siquiera tocar... eso pensaba...
- Tsuzuki... ¿qué consejo me darías tú... para sacarme todo lo que tengo para ti... dentro de mi corazón? ...-
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