Al día siguiente los dos fueron a la cancha impacientes por verse otra vez. Estuvieron jugando varias horas y después se fueron a la casa de Sendoh a cenar. Sendoh quería decirle a Rukawa lo que sentía por él, pero le daba mucha vergüenza y tenía miedo de que lo rechazase. Al fin se decidió y le dijo a Rukawa:
-…oye Rukawa…
- ¿Si? ¿Qué pasa?
-…esto…yo… - pero en ese momento llegó la hermana de Sendoh y lo interrumpió.
-Hermanito, ¿Me das dinero? – Dijo Sakura.- Es que he quedado con Ehime y nuestros novios.
-Dale este dinero a Ehime y así se ahorra llamarme para pedírmelo – dijo Rukawa dándole un billete a Sakura.
-¿Es que tú eres hermano de Ehime? – dijo Sakura sorprendida.
-Sí, soy su hermano mayor.
-Ahora le doy el dinero. Y tú, Akira, dame ya dinero que me están esperando.
-Vale, vale. Toma – dijo Sendoh dándole dinero.- ¿Te vas a quedar a dormir en casa de Ehime?
-Sí. Adiós, mañana nos vemos.
Sakura se fue y los dejó solos otra vez. Rukawa, que se había quedado intrigado por saber lo que le quería decir Sendoh antes de que lo interrumpiera su hermana, le dijo:
-¿Qué era lo que me tenías que decir?
-Nada, solo que si querías cenar ya – dijo Sendoh colorado levantándose del sofá.- Porque yo ya tengo hambre – y se fue a la cocina.
-Tengo que decírselo, no puedo rajarme – pensó Sendoh enfadado consigo por no haberle dicho a Rukawa lo que sentía.
Sendoh preparó la cena y se sentaron a comer. Después se fueron al sofá y pusieron la tele, pero Sendoh no le prestaba atención porque estaba nervioso preparándose lo que le iba a decir a Rukawa.
-Rukawa – dijo Sendoh colorado.
- ¿Ummmm? – dijo Rukawa medio dormido.
-estooo…yoo…es queee… ¡Rukawa me gustas mucho!
Rukawa se espabiló y se puso colorado también. Nunca pensó que fuera correspondido.
-¿En serio? – preguntó Rukawa aún sin creérselo.
-Sí, me gustas desde que te vi por primera vez cuando te caíste de la bici.
-Vaya, no me lo esperaba – dijo Rukawa muy impresionado
-¿Y yo te gusto a ti? – preguntó Sendoh temeroso de que le rechazara.
-Sí, tú también me gustas mucho, Sendoh.
Sendoh, muy ilusionado, besó a Rukawa. Los dos disfrutaron de aquel beso y siguieron besándose más, abrazándose, acariciándose…
A la mañana siguiente Rukawa se despertó desnudo con Sendoh pegado a su lado y se sintió muy feliz. Lo besó y él se despertó, también muy contento. Se levantaron a desayunar y luego se fueron a dar un paseo por la playa. Estuvieron todo el día juntos y luego se fueron a la casa de Rukawa. Se pusieron a ver una película mientras se comían una pizza. Cuando terminó la peli, Rukawa le dijo a Sendoh:
-Akira, nunca había sentido algo así por nadie, tú eres el primero. Te quiero mucho y espero que estemos siempre juntos.
-Yo también siento lo mismo por ti, Kaede.
Se besaron pero justo en ese momento llegó Ehime y los pilló. Ella se quedó helada al ver a su hermano besándose con Sendoh.
-¡Kaede! ¿Qué haces? – Dijo Ehime en la puerta del salón.- No sabía que te gustasen los chicos. Como se enteren los papás te la vas a cargar.
-Ehime no se lo digas, por favor – dijo Rukawa levantándose
-Tranquilo Kaede, no les diré nada.
A las pocas semanas empezó el campeonato regional y nadie sabía la relación entre Sendoh y Rukawa excepto Ehime. Sendoh iba a cada partido que Rukawa jugaba para animarle y viceversa.