Capitulo 1.-
Tres años han pasado desde que las batallas terminaron, ahora todos los caballeros viven felices en el Santuario con sus respectivas parejas, bueno todos menos los dos caballeros más antiguos quienes últimamente se habían distanciado, su relación se estaba enfriando y no sabían por qué.
Dohko se encontraba en su casa: Libra, esperando la llegada de su pupilo pues desde que se había mudado al Santuario con Shion no lo había visto, además de que Shiryu pasaba mucho tiempo con su novio Seiya con quien ya tenia dos años de noviazgo.
-Hola maestro-dijo Shiryu entrando al templo.
-Hola Shiryu, ¿cómo has estado?-preguntó Dohko al mejor de sus pupilos.
-Bien gracias, ¿y usted, cómo van las cosas con Shion?
-Ven primero entremos al templo-Shiryu notó la evasiva de su maestro pero decidió que era mejor hablar dentro, una vez en la sala Dohko siguió hablando aunque con pesar-Pues, las cosas con Shion no van muy bien que digamos-dijo con evidente tristeza.
-¿Pelearon acaso?-preguntó preocupado.
-No, no es eso, siento que se nos acabó el amor-respondió al tiempo que un par de lágrimas comenzaban a salir de sus ojos, de verdad le dolía mucho que lo de Shion se hubiera terminado, y, hacia bastante que tenia la confianza de mostrarse tal cual frente a Shiryu, después de todo ya no eran maestro y discípulo aunque Shiryu insistía en llamarlo así, por lo que no se preocupo por detener su llanto.
-Lo siento mucho-atinó a decir el Dragón al tiempo que abrazaba a Dohko para consolarlo.
El mayor se sintió muy bien con ese abrazo, sabia perfectamente que a Shiryu no le gustaba verlo así, pues ¿a qué hijo le gusta ver a un padre sufrir? Y Dohko sabia también que Shiryu lo veía como a un padre, y él correspondía ese cariño de igual forma, era un cariño paternal y, como padre que era debía comportarse y no agobiar a su “hijo” con sus problemas.
-Gracias-atinó a decir ante los consuelos de Shiryu.
-Ya verá que las cosas mejoran, creo que lo que necesitan es hablar-aconsejó terminando con el abrazo para verlo a los ojos.
-Si, creo que tienes razón, pero ya no hablemos de mí, no te quiero agobiar, mejor dime, ¿tú cómo has estado?
-Muy bien, estoy muy feliz con Seiya, lo amo más que a nada en este mundo-respondió entusiasmado.
-Me alegro mucho por ti, por los dos-mintió el mayor, la verdad es que no le gustaba mucho la relación de Shiryu con el Pegaso, creía que su pupilo merecía algo mejor y no a ese niñato idiota.
El resto del día siguieron platicando, hablando de lo que habían hecho hasta el momento; desde que se vieron por última vez, y cada vez que Shiryu manifestaba lo feliz que era con Seiya, Dohko no podía evitar molestarse, pero era normal, ¿no? “son celos de padre” se decía a sí mismo “¿o no?”, así llegó la hora de despedirse.
-Bueno-dijo Shiryu viendo la hora-me tengo que ir, ya es tarde y tengo una cita con Seiya-sonrió-si no me voy no llego.
-Si, esta bien-“otra vez ese mocoso, como se atreve a monopolizar s MI Shiryu, espera ¿TU Shiryu? ¿Qué rayos te pasa?”
-Maestro?-la voz de Shiryu lo sacó de sus pensamientos.
-Eh? Qué pasa?
-Le pregunte que si estaba bien, parecía molesto por algo.
-Ah, no, no es nada, recordé algo que tengo que hacer.
-Seguro?-preguntó dudando
-Si seguro, ya vete o llegas tarde.
-Bueno, nos vemos
-Si, adiós.
Así, y no muy convencido, Shiryu salió del templo y Dohko pudo ver como elevaba su cosmos para salir del Santuario y regresar a Japón con Seiya (N/A: Recuerden la saga de Hades y como se van del Santuario).
Sabia que Shiryu notó su enojo, definitivamente Shiryu, además de Shion, era quien mejor le conocía, pero era incapaz de entender por qué le molestaba tanto que Shiryu estuviera con Seiya “celos de padre, celos de padre” se repetía en su mente una y otra vez, pero muy en el fondo sabia que no era eso, se paso la noche en vela pensando en lo mismo hasta que aceptó que no eran celos de padre lo que sentía, se había enamorado de su discípulo, pero, ¿cuándo?, ¿en qué momento dejo de ser amor de padre?, ¿cómo se volvió deseo?, ¿cuándo dejó de sentir ese deseo de protegerlo y cuidarlo?, ¿cuándo empezó a desear tenerlo y hacerlo suyo? No sabia, no era capaz de encontrar el momento en que sus sentimientos cambiaron, y es que era imposible no darse cuenta de que Shiryu se había convertido en alguien muy atractivo, ya no era aquel niño al que admiraba por su fuerza y al que deseaba apartar de las batallas para que fuera feliz, ahora era un joven de 17 años, apuesto y que se había ganado si corazón y su alma, pero, ¿sería correspondido? No, seguramente no, Shiryu ya estaba con alguien y en más de una ocasión le hizo saber que lo veía como al padre que nunca tuvo, y también estaba Shion, sabia que lo quería, pero no lo amaba, ya no, dejo de amar a Shion de esa forma para amar a alguien que no le correspondía, se había aferrado a la idea de que amaba a Shion más por costumbre que por otra cosa, ahora entendía, quizás muy tarde, lo que le pasaba, pero, ¿qué hacer? Definitivamente debía hablar con Shion y terminar con él, no tenia sentido seguir con alguien que no amaba y, que estaba seguro, tampoco le amaba, ahora, lo más difícil seria callar lo que sentía por Shiryu.
Comenzó a amanecer y decidió ponerse de pie para hablar con Shion, eso era lo primero que tenia que hacer, después, ya vería que hacer sus sentimientos por Shiryu.