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"La luz de la union" por AoiiTatsumi

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Notas del fanfic:

esto significa... hablar

 

esto significa pensar

 

y creo que ya... no me complico la existencia xD

Notas del capitulo:

es una historia tipica donde Watanuki y Doumeki se embarcan en una nueva "aventura"

pero lo importante viene despues...

 

"La luz de la union"

 

Las clases habían terminado, Watanuki tenía planeado ir por Himawari para regresar juntos a sus respectivas casas.

 

Himawari chaaaaaan,  vine por ti – decía un chico a todo pulmón mientras asomaba su rostro dentro del salón de la chica de las coletas – etto… no está Himawari chan aquí? –decía el ojiazul a los ahí presentes al no ver a la chica.

 

-Himawari fue llamada por el director hace un par de minutos, te dejo dicho que la disculparas que no podía regresar contigo –decía uno de los compañeros de clase de la chica.

 

Watanuki se entristeció al ver que por enésima vez, se arruinaba su plan de volver a casa junto a la chica de sus sueños

 

Ya desanimado y triste Watanuki caminaba rumbo a la casa de Yuuko, después de todo no podía escapar de esa bruja que lo seguía a sol y a  sombra, con mas pesar que ganas pudo llegar a la tienda sin ningún contratiempo


 

- Ya volviiiii -  decía Watanuki desde la puerta

- Watanuki llego, Watanuki llego - decían Maru y moro al unísono

- Bienvenido Watanuki, llegas a tiempo – decía la bruja, mientras se acercaba poco a poco al ojiazul

- Que te pasa? Estas más extraña que de costumbre – decía el ojiazul con una mueca en el rostro

- Watanuki, te tengo un encargo muy importante – le dijo la bruja, tomándolo de barbilla- y es muy importante…. Que no vayas solo – le dijo una pequeña sonrisa

-como que no puedo ir solo??? –decía el ojiazul realmente enfurecido, esperando que Yuuko san le dijera lo que tanto temía – a que te refieres con eso???

- pues eso, no puedes ir solo, sería muy peligroso… - decía la bruja con un dejo de preocupación.

 

Fue entonces que el ojiazul, noto esa diminuta expresión en Yuuko lo cual le confirmaba que por mucho que peleara iría con él.

 

-Bien… si no hay de otra… -decía ya resignado Watanuki

-Escúchame muy bien Watanuki. Es muy importante lo que voy a decirte así que pon atención.

Entonces Yuuko sacó de un pequeño cajón que estaba a su costado, un listón rojo, de aproximadamente un metro. Se acerco al ojiazul con el listón en mano y sin dejar de darle ordenes, comenzó a atárselo a la mano derecha del ojiazul.

 

-Pon atención como ato este listón a tu mano… -le decía la bruja, mientras se cercioraba que el ojiazul, fijara su vista en el listón y los movimientos de sus manos.. – harás un solo nudo en la muñeca, dejaras un pequeño pedazo, con el resto, pasaras el listón entre tu dedo medio  y el anular, regresándolo entre el dedo anular y el dedo índice, harás otro nudo llegando a la muñeca, pasaras el resto del hilo entre tu dedo meñique y el anular regresándolo entre el dedo anular y medio, harás otro nudo más en la muñeca, y por ultimo pasaras el restante entre el dedo pulgar y el índice regresándolo entre el índice y el dedo medio, al final harás 3 pequeños nudos en la muñeca y dejaras esta parte –señalando el poco sobrante de listón- así como esta, ya después te diré que hacer con él.

(El restante de listón no era mayor a  unos 10 cm.)

 

Acto seguido, Yuuko san Procedió a desatarle el nudo, y con toda calma posible, lo enrollo, y lo coloco sobre la palma de la mano del ojiazul, que no dejaba de ver los movimientos de la bruja, ese silencio ya le estaba preocupando, olvidándose de las quejas que tenia para ella.

 

 

-Watanuki… -dijo la bruja, quitando a Watanuki de sus pensamientos. – Ve ahora mismo a la casa de Doumeki… - el ojiazul iba a protestar otra vez, por tener que ser acompañado por ese sujeto, pero se contuvo al ver la reacción de Yuuko –toma…- dice Yuuko mientras le da algo al ojiazul, que al verlo, no pudo evitar dar un grito.

- QUEEE!!!!! No de nuevo??? –gritaba el ojiazul contorsionándose y arqueando su cuerpo de maneras insospechadas para un humano cualquiera. – vamos Yuuko san, que no puedes darme otra cosa???

- Watanuki, estos audífonos no son iguales a los de la otra vez (los audífonos eran exactamente iguales a las que se había puesto en el capitulo tres, en el capitulo “el ángel”) estos audífonos, están modificados por mí, ahora con ellos, podré escucharlos a ambos, pero… Doumeki también podrá escucharme a mí…

-  … entonces no necesito ponérmelos en las orejas verdad? – decía el ojiazul un poco irritado y aliviado por no tener que ver a Doumeki riéndose de su apariencia con los audífonos.

- Nop… no es necesario, con que te los pongas alrededor del cuello basta…

- y sin con eso bastaba… PORQUE NO LE QUITASTE ESAS ESTUPIDAS OREJAS DE NEKO, Y QUE PARA COLMO SON ROSAS!!!!! – grito el ojiazul ya perdiendo la paciencia ante lo que le hacía hacer su “jefa”.

- porque si se las quitaba ya no te verías tan mono con ella – decía Yuuko con una risilla burlona.

 

Ya resignado, Watanuki se puso los audífonos, y se fue hacia la casa del ojimel.

 

- hola… -decía el ojimiel, mirando fijamente a Watanuki, quien lo miraba como si estuviera a punto de agarrarlo a patadas.

 

-Oooohayooo!  -Decía una vocecita procedente del cuello de Watanuki…

- …. Tu cuello habla… -le dijo al ojiazul con toda la seriedad que caracteriza al ojimiel

- no es mi cuello idiota!!!!!...  es Yuuko san…. – decía Watanuki, tratando de guardar la compostura.

- ohayo – contesto el ojimiel acercando su boca al cuello de Watanuki, quien por el acercamiento no pudo evitar sentirse nervioso..

- no necesitas acercarte tanto, ella te escucha desde donde estés, -le decía wata con una cara tan roja que no pudo ocultar..

-oh….   – y fue lo único que el ojimiel dijo

-Doumeki kun… necesito que por favor acompañes a Watanuki a una misión muy importante, -dijo la bruja, ya con un tono más serio

- hai – contesto Doumeki con el mismo tono de seriedad.

-Doumeki kun, hazme el favor de traer un listón rojo de tu casa, - decía la bruja a través de los audífonos mientras Doumeki entraba a su casa en busca de dicho objeto, Watanuki seguía los pasos de Doumeki, sin protestar a nada, haber escuchado la voz seria de Yuuko realmente le preocupaba, porque no albergaba nada bueno.

- Lo tengo, - decía Doumeki mirando directamente a Watanuki.

- enróllalo y colócalo en tu mano izquierda por favor y no sueltes hasta que te diga.

Dicho esto, Doumeki hizo lo que la bruja le pidió, notando entonces que Watanuki también tenía algo en su mano derecha y pudo notar que era otro listón – listo- dijo el ojimiel

-bien, ahora por favor, quiero que te pongas un Yukata, no necesita ser muy especial, porque …  quizás sufra daños –le decía la bruja con un dejo de preocupación.

 

Doumeki fue a su habitación, mientras Doumeki seguía sentado en el tatami de la estancia.

Dentro de la habitación, Doumeki buscaba entre sus trajes ceremoniales, el mejor Yukata que tuviera, pensó en lo que Yuuko le había dicho * no necesita ser muy especial, porque …  quizás sufra daños* aun así no le importo, y se puso su mejor Yukata y al que más cariño le guardaba.

 

Al entrar de nuevo a la estancia ya vestido con un Yukata color azul oscuro y brotes de sakuras estampados, Watanuki se sorprendió al verlo, él sabía muy bien, que ese Yukata era su tesoro más preciado, estaba a punto de reclamar, pero una voz lo interrumpió

-Doumeki, ahora por favor, podrías darle tu listón a Watanuki y Watanuki.. Dale el listón que traes en tu mano a Doumeki

Watanuki, no entendía nada, pero sabía que Yuuko tenía una razón importante para eso, así, intercambiaron los listones

- Watanuki, por favor, pon el listón que te dio Doumeki kun el tu cuello…. Toma el listón que Doumeki trae en su mano y átaselo en la mano izquierda… de la misma manera en que yo te lo ate a ti…

Doumeki se quedo sorprendido, ya que no veía ningún listón atado en la mano de Watanuki, no quiso preguntar ya que Watanuki le tomo el listón y estaba a punto de empezar con los nudos…

-Doumeki kun, por favor, fíjate muy bien como ata Watanuki el listón en tu mano.

- aja – decía Doumeki, mientras Watanuki empezaba a atar el listón, e la misma manera en que lo había hecho Yuuko, Doumeki no perdía detalle, de los pasos a seguir, hasta que por fin termino con todos los nudos

- bien, ahora Doumeki kun, tu ata el listón de Watanuki en su mano derecha, supongo que con solo ver los movimientos aprendiste.

- si.. – decía Doumeki, mientras empezaba con la tarea de atar el listón – listo.

- ahora quiero que los dos vayan al puente que se encuentra cerca de la Terminal del sur, se coloquen bajo este, pero a un costado, cerca del río.

-entendido, -dijo Doumeki,

Ambos salieron de la casa y se encaminaron rumbo al puente, el silencio que había entre ambos se hacía demasiado pesado para el trayecto, Watanuki quería decir algo, pero no se atrevía, y Doumeki de por sí ya era callado, así que simplemente no hablaría, por fin después de media hora llegaron bajo el puente. – Ya estamos aquí- se apresuro a decir el Ojiazul, que ya no soportaba ese silencio

- bien, ahora, Doumeki kun, ata los sobrantes del listón, con 2 nudos

- …. -  Doumeki se quedo callado, realmente no entendía que quería decir con eso.

- mira Doumeki, toma la punta del listón que sobro de Watanuki… ahora toma la punta del tuyo… esos dos, los ataras juntos, con 2 nudos.

Watanuki solo veía todo lo que hacia Doumeki, hasta que cayó en cuenta que estaría atado de las manos casi literalmente.

-espera un minuto Yuuko san… acaso, estaremos atados???

-si - fue lo único que obtuvo como respuesta, mientras Doumeki ya había terminado de atarlos.

-escúchenme muy bien los dos, van a cruzar al otro lado del puente, por abajo, siguiendo el cauce del río, al pasar al otro lado, habrán cruzado un umbral… Watanuki… ese umbral está lleno, de seres, y monstruos, que querrán herirte… hasta matarte

Watanuki se quedo helado ante la revelación, y un escalofrío recorrió su cuerpo, pero sorpresivamente sintió la mano de Doumeki coger la suya y apretándola fuertemente.

-por ningún motivo debes separarte de Doumeki –seguía diciendo Yuuko – Doumeki kun, sé que esto te resultara difícil sabiendo el carácter explosivo de Watanuki, pero necesito que lo tomes de la mano, uniendo así los listones, por ningún motivo debes dejar que ese listón se separe de las puntas que anudaste.

- está bien, - decía Doumeki quien ya tenía a Watanuki bien tomado de la mano.

- ahora por favor crucen – decía la bruja, no les había dicho que existía la posibilidad de que la comunicación se cortara, pero no quería poner más nervioso a Watanuki, ya que sabía que el ojiazul estaba nervioso desde el momento en que le dijo que era muy importante no ir solo.

-hemos cruzado – dijo el ojimiel, esperando que Yuuko aun los escuchara.

Watanuki, apretaba fuertemente la mano de Doumeki, quien no entendía porque, levanto su mirada y la fijo directo hacia el horizonte, el lugar estaba oscuro, no se podía ver nada a excepción de él y Watanuki, solo muy lejos de ahí, se alcanzaba a ver una pequeña luz.

-Doumeki kun, supongo que ya viste la luz? – dijo la bruja por el intercomunicador

- si

-Yuuko san… yo no veo nada, solo veo monstruos alrededor de nosotros, no están ni a un metro de nosotros por dios, esto es un suicidio – decía el ojiazul mientras apretaba mas la mano de Doumeki.

- Watanuki, tú no puedes ve la luz, porque te tapan los monstruos, es por eso que Doumeki va contigo, como el no puede ver a esos seres, el si puede ver la luz, lo que van a hacer ahora, es caminar derecho a esa luz, no deben salirse de la línea recta, para eso Doumeki te guiará….

- qué pasa? – dijo el ojimiel, notando el tono preocupado en que la bruja había dicho la última frese.

- Watanuki kun, estos seres, son mucho más poderos en este umbral que en la tierra… ellos, podrán atacarte, incluso, estando Doumeki kun a tu lado, por favor cuídate mucho, no podrán matarte, gracias al nudo que llevan con los listones, y no podrán acercarse a ti por mucho tiempo porque Doumeki está a tu lado, pero alcanzaran a herirte en ese corto tiempo y las heridas que te causaran serán realmente fuertes, deberás soportarlas, porque por ningún motivo, escúchame bien, por ningún motivo, tus pies deberán dejar de caminar sobre ese piso, si lo haces, o si caes, ellos podrían hacerte alguna herida mortal, que ni yo, podría curar.

- está bien… - dijo el ojimiel, apretando fuertemente la mano de Watanuki, quienes empezaron su travesía por ese umbral lleno de monstruos, para Watanuki, y totalmente vacío y oscuro, para Doumeki..

 

Empezaron su largo camino, la luz que veía Doumeki, se veía demasiado lejos y estaba preocupado, porque les tomaría mucho tiempo, Watanuki, seguía aferrado a la mano de Doumeki, cuando de pronto un monstruo de acerco a su brazo izquierda y no pudiendo evitar el contacto, vio como empezaba a salir sangre y al segundo siguiente un dolor punzante se agrandaba.

Instintivamente se llevo su mano derecha hacia su brazo, jalando la mano de Doumeki, quien ni con ese tirón lo soltó, fue en ese instante que vio que Watanuki estaba herido.

- esto… esto duele demasiado – decía el ojiazul apretando los dientes y cerrando sus ojos, sin dejar de caminar.

- Por favor Watanuki, no dejes de caminar, tienes que soportarlo – decía la bruja, mientras un grito desgarrador le llegaba a través del intercomunicador.

Watanuki había sido herido de nuevo en su brazo izquierdo, los ojos de Watanuki estaban aterrados, veía monstruos por todos lados, no sabía quién lo iba a atacar por eso no podía esquivar ninguno de los ataques, era herido cada vez más seguido, al notar esos seres que podían herirlo, Doumeki seguía caminando con rapidez rumbo a esa luz, no soportaba ver tanta sangre en el costado izquierdo de Watanuki, los seres iban y venían en el cuerpo de Watanuki, haciéndole heridas cada vez más profundas, y cada vez más dolorosas, la sangre que perdía era demasiada, sentía que en cualquier momento caería, aun sabiendo que eso podría significar su muerte, pero las fuerzas lo abandonaban. Estaba a punto de caer cuando escucho a Doumeki gritar.

-Yuuko san… si cubro a Watanuki con mi cuerpo, podrá evitarle más heridas???- decía el ojimiel desesperado al ver como el ojiazul perdía fuerzas.

- mientras Watanuki siga caminando y no sueltes su mano, puedes situarte en el lado que quieras, pero, eso no evitara que el lado que dejes desprotegido sea atacado. – decía Yuuko san pensando en lo que pretendía hacer el ojimiel.

- bien, y si me coloco atrás de él, y lo cubro con mis brazos???, no dejando nada a la vista de esos monstruo que él ve.

- si logras tapar todo el cuerpo de Watanuki, con tu cuerpo, podrías evitar que lo hieran, pero el olor que emana Watanuki es tan fuerte, que incluso atacaran aunque tu este ahí, y los ataques serán para ti, que aunque tú no los puedas ver no evitaran que ellos te hieran… aunque el daño que te hagan a ti, será diez veces menor que el que le ocasiona a Watanuki.

Dicho esto, Doumeki pasó su mano izquierda por encima de la cabeza de Watanuki, y con su mano derecha abrazo la cintura de Watanuki, , teniéndolo así totalmente entre sus brazos.

-escucha Watanuki, tendrás que caminar más despacio, no importa, que me hieran a mí, ya escuchaste a Yuuko, el daño que yo recibiré será mínimo, trata de llevar mi paso, cierra tus ojos, no quiero que mires a esos seres y no quiero que veas por donde van a atacar, solo sigue caminando, yo te guiare.

Al decir esto, Watanuki se concentro en los pasos de Doumeki, llevando así el mismo ritmo en cada paso que daban, sabía que si él se detenía, incluso Doumeki quedaría atrapado en esa dimensión y no podía permitirlo.

Los monstruos seguía intentando herir a Watanuki, sin lograr tocarlo, esos ataques se detenían en el cuerpo de Doumeki, mientras más caminaban, las heridas en los brazos y espalda del ojimiel iban aumentando, El dolor que le producía cada herida era realmente terrible, no podía imaginarse como Watanuki había soportado tantas heridas que a él le dolían diez veces más de lo que él sentía.

Su Yukata, que cubría muy bien las piernas y los brazos del ojiazul, ya estaba totalmente roja de sangre, y hecha jirones, por los ataques frontales infructuoso hacia Watanuki.

-estamos a punto de llegar a la luz Yuuko san – decía Doumeki en un acto desesperado al sentir cada vez mas frió el cuerpo de Watanuki.

- Doumeki, por ningún motivo, toques la esfera de luz, esa luz debe sujetarla Watanuki con su mano derecha, en cuanto la tenga en su mano, debe resguardarla lejos de la vista de esos monstruos, y no se olviden de no detener el paso, deben regresar rápidamente por donde vinieron. Ya no importa cómo, De regreso esos seres ya no atacaran por un rato porque la luz que emitía esa esfera ya no estará y ellos quedaran cegados, así que corran lo más rápido que puedan, porque pronto se habituaran a la oscuridad y podrán seguir atacando.

Al decir esto, Doumeki tomo a Watanuki en sus brazos y comenzó a correr hacia donde habían aparecido, llegando en menos de 5 minutos a su destino, al pasar el umbral, Doumeki cayo rendido, solo espero unos pocos segundos y en seguida se levanto con Watanuki en brazos, quien ya se había desmayado por el dolor y por la falta de sangre.

Doumeki tenía una meta y esa era, la tienda de Yuuko Ichihara.

Al llegar a la tienda, Yuuko inmediatamente tomo a Watanuki en sus brazos y lo llevo a la cama que ya había preparado para su llegada, mientras Maru y Moro ayudaban a Doumeki a llegar a la estancia.

Yuuko tomo la esfera de luz que Watanuki seguía protegiendo contra su pecho y se la llevo, la coloco dentro de una caja, ahora lo importante era curar las heridas de Watanuki., con mucho cuidado Yuuko, curo cada herida en el cuerpo del ojiazul, mientras una aura negra salía de cada herida, esa aura oscura no paso desapercibida para Doumeki quien ya había entrado a la habitación donde los dos se encontraban.

- esta aura, es un “veneno” que esos seres depositaron en sus cuerpos, para aumentar el dolor de las heridas causándoles más daño – le dijo Yuuko antes de que éste pudiera preguntarle.

- en cuanto termine con Watanuki, proseguiré con tus heridas, sé que no te duelen tanto como a Watanuki, pero igual son de consideración…. además, que las tuyas son casi 100 heridas mas, que las recibidas por Watanuki – dijo la bruja volteando a ver a Doumeki, quien solo agacho su mirada.

Después de haber terminado de curar las heridas de Doumeki, Yuuko fue a recoger la caja donde había colocado la esfera de luz, se dirigió a su sala donde realizaba sus trabajos, ahí estaba Mókona, quien se había mantenido a la reserva de todo cuanto había pasado.

-Mókona, necesito que lleves esta esfera de luz a la quinta dimensión.

-está bien – dijo Mókona, mientras habría su boca, introduciendo lentamente la esfera de luz que Yuuko le había dado.

Al momento de haber pasado esa esfera de luz pos su boca, una pantalla se apareció frente a las dos

- Muchas Gracias Yuuko San, por haber traído el corazón de mi hija hasta mi, - decía una mujer de unos 30 años, cabello largo plateado, ojos azul cielo bastante claros, -te mando el pago por este encargo a través de Mókona.- al decir esto lanzo un objeto dentro de la boca de otro Mókona, de color gris, plateado.

Yuuko tomo el objeto que salía de la boca a través de Mókona, y lo guardo en un cajón, acto seguido, desapareció la pantalla.

-Este pago, es para Watanuki Doumeki –decía la bruja mientras se dirigía a la habitación donde se encontraban los chicos

- y bien.. Como estamos??? – decía la bruja con una sonrisa en su rostro, al único chico que seguía consciente.

- estás segura que él está bien? – dijo el ojimiel, mirando hacia la cama, al chico que seguía dormido, con una gran cantidad de heridas vendadas.

- no te preocupes Doumeki, Watanuki es más fuerte de lo que aparenta, veras que saldrá de esta – decía la bruja, dirigiéndole una sonrisa al ojimel, transmitiéndole así, la confianza que necesitaba – mejor acuéstate un rato, tu también necesitas descansar, no es bueno que solo estés sentado ahí – decía la bruja caminando rumbo a la cama donde se encontraba recostado el ojiazul. – no creo que a Watanuki le moleste que estés en la misma cama, es demasiado amplia para los dos.

Yuuko ayudo a Doumeki a subir a la cama, ahora que la adrenalina del momento había pasado, su cuerpo realmente le dolía, no tardo en quedarse dormido.

Yuuko, salió lentamente de la habitación, mirando a ambos chicos, ella sabía que las heridas de ambos eran de consideración, pero confiaba en la fuerza de voluntad que ambos chicos le habían mostrado en otras ocasiones.

 

Pasaron las horas, eran alrededor de las 2 de la mañana, cuando el ojiazul abrió sus ojos, giro su rostro hacia la ventana, miro la luna, redonda, blanca y muy brillante, intento sentarse en la cama, pero un dolor agudo recorrió por toda su espalda y evito hacer otro movimiento, giro su cabeza a la izquierda, y ahí lo vio.

Doumeki dormía profundamente, justo al lado de él, miro su rostro, tenía pequeños rasguños, y por instinto bajo su mirada hacia los brazos que estaban fuera de las mantas que lo cubrían, miro vendajes en lo ancho de sus manos y brazos… por un segundo trato de recordar porque estaban así.

- no recuerdo nada… solo sé que él me cargo, y ya no supe de mi – decía el ojiazul en un susurro, sabía perfectamente que no recordaba como salieron de ese umbral, ni cómo llegaron a la casa de Yuuko, así que supuso que Doumeki lo había cuidado desde que se desmayo.

 

Se sintió avergonzado por no soportar el dolor que sentía en aquel momento, lo que menos quería, era ser un estorbo, no para Doumeki, ni para Nadie más. En un movimiento suave, Watanuki levanto su mano, y la puso sobre la de Doumeki, - gracias- dijo en un tono tan bajo, que no supo si lo dijo, o solo lo había pensado.

 

Al día siguiente, Yuuko fue a revisar a los chicos, abrió la puerta y vio que Doumeki estaba despierto, éste tenía la mirada fija en algún punto del techo, como si fuera lo más maravilloso del mundo, fue entonces que Yuuko se percato de un pequeño detalle, La mano de Watanuki, seguía sobre la de Doumeki,  pero Doumeki había girado lentamente su mano, para poder entrelazar sus dedos con los del ojiazul.

Yuuko le sonrió a Doumeki – no trates de moverte todavía, ambos necesitaran al menos un día de reposo, en un rato más les traeré el desayuno….

Doumeki se le quedo mirando a Yuuko intrigado.

-si, si, si… voy a ir a comprarla, se que aquí el único bueno para cocinar es Watanuki, así que no te preocupes.. será comestible – dicho esto la bruja salió de la habitación, dejando a Doumeki, ahora mirando fijamente su mano, sabía que si Watanuki se despertaba y los encontraba así, daría el grito en el cielo y trataría de alejarse lo más rápido posible de él, así pues, se vio obligado a separar su mano, de la del ojiazul.

 

Media hora después, llegaba Yuuko con el desayuno, que había comprado en la tienda de conveniencia más cercana….

- Watanuki, veo que ya despertaste, como te sientes? – decía la bruja mirando a Watanuki, ya sentado sobre la cama.

- porque esta Doumeki acostado aquí también? – decía el ojiazul, mirando hacia la ventana.

- bueno… no suelo tener visitas, así que solo tengo esta cama, no podía dejar a Doumeki, dormir el duro y frío piso.- decía la bruja mientras se aproximaba a la cama, depositando la charola con los alimentos de ambos en el regazo de Watanuki. – esta es la comida de Doumeki.. Cuando despierte, dásela por favor.

- a donde iras? – le dijo Watanuki, volteando a verla.

- tengo que hacer unos trabajos lejos de aquí, regresare en un par de días, así que por favor, te encargo la casa. – decía la bruja al Ojiazul, quien no cambiaba de expresión, desde que ésta había llegado. – cuando regrese, les daré el pago por su trabajo de ayer – dicho esto, se dirigió a la puerta dispuesta a salir de aquella habitación – por cierto – dijo deteniéndose con la puerta en mano – no quiero que hagan de mi casa un hotel del amor eh!- dicho esto cerró la puerta de inmediato, dejando atrás a un Watanuki, que gritaba tonterías, sonrojado, y furioso por lo dicho.

Watanuki, se dispuso a desayunar, mientras comía, no podía evitar darle algunas miradas a Doumeki, quien seguía dormido a pesar de los gritos que había dicho momentos antes, en ese momento vino a su mente algo que escucho entre sueños.. *  las tuyas son casi 100 heridas mas, que las recibidas por Watanuki*, dejo su plato de lado, y por curiosidad intento levantar lentamente las mantas que cubrían a Doumeki, al levantar se impacto de lo que vio, todo el cuerpo, estaba totalmente vendado, algunas vendas tenían ligeros toques de sangre, no podía creer la gran cantidad de heridas que tenia, por instinto levanto su propia manta, noto que apenas si tenía unas cuantas heridas en brazos y piernas, le dolía mucho la espalda, por lo que supuso que era ahí donde tenía más heridas, pero el cuerpo de Doumeki, estaba totalmente herido, incluso la espalda, recordando que Doumeki le cubrió la espalda, con la suya propia. Y a sabiendas que Yuuko le había dicho, que el que no los pudiera ver, no iba a evitar que ellos si lo pudieran lastimar.

Watanuki, cerro sus puños en un impulso de furia, este entupido, le había vuelto a salvar la vida, ya no sabía cuántas veces le había salvado, tenía muy en claro, que jamás iba a terminar de pagarle. En ese momento en su pecho sintió una punzada muy grande, trato de despertar a Doumeki, para que comiera, pero este ni se movía, toco su frente, su temperatura estaba bien, no podía entender porque no se despertaba.

Haciendo todo un esfuerzo, Watanuki, se levanto de la cama, tomo el plato de comida de Doumeki, lo abrió y notó que eran puros líquidos… - Yuuko sabe algo más… y no me lo dijo – dijo el Ojiazul para sí mismo.  se acerco al lado de la cama de Doumeki, puso la charola suavemente sobre el pecho de Doumeki, con mucho cuidado tomó una cuchara y sirvió un poco de la sopa que Yuuko había traído, la puso en su boca… se quedo estático por un momento, no sabía si sería capaz de hacer lo que se había puesto a hacer, decidió no pensarlo más y simplemente lo hizo, acerco su boca, a la boca de Doumeki, la abrió un poco, y posando sus labios sobre los de Doumeki, dejo caer el liquido que aun seguía caliente, hacia la boca de Doumeki, éste por instinto, trago lo que caía en su boca, viendo que si resultaba, hizo lo mismo con todo el contenido del tazón, hasta terminarlo, pasando de su boca, a la boca del ojimiel, el preciado alimento, que mucha falta le hacía.

Watanuki termino con su tarea, incluyendo el té que les había dejado Yuuko san, recogió los platos, se fue directo a la cocina. Tratando lo menos posible, de mover su espalda.

- más vale que despierte pronto, que ni crea que voy a hacer esto todo el día. – se decía Watanuki, mientras lavaba los platos, y limpiaba por aquí y por allá, teniendo cuidado de no lastimarse.

Al terminar estaba realmente cansado, todo ese esfuerzo, que en su estado le resultaba demasiado pesado, lo habían fatigado, se fue directo a la cama, notando que Doumeki seguía dormido, se acostó suavemente tratando de no moverlo, y se dispuso a descansar, mas sin darse cuenta, había caído en un profundo sueño.

 

Una hora después, Watanuki, sintió un leve roce en sus piernas, que le hizo despertarse.

Abrió lentamente los ojos, instintivamente giro su rostro hacia donde se encontraba Doumeki, lo vio, acostado, sin moverse, pero con los ojos abiertos, un suspiro hondo llego desde su corazón, al verlo consciente, Doumeki, giro su rostro al sentir la mirada de Watanuki, sin ninguna expresión en su rostro, se le quedo mirando por unos segundos, que a Watanuki le parecieron eternos, no pudiendo evitar esa mirada penetrante, Watanuki volvió su vista, miro por un segundo al techo y se decidió a levantarse, poco a poco fue incorporándose de la cama, hasta quedar totalmente de pie.

 

- Como te sientes? –decía le ojiazul, al notar que Doumeki ya no lo miraba.

- bien…. –dijo el ojimiel, sin pronunciar nada más.

- Tienes hambre? – dijo Watanuki, caminando al lado donde se encontraba acostado Doumeki.

-No…  por alguna razón, me siento lleno.

Un rubor se asomo a las mejillas de Watanuki, recordando que hacía más o menos una hora, él había alimentado a Doumeki, cuando aun se encontraba inconsciente.

-Bien, te traeré un té, y será mejor que te lo tomes – dijo Watanuki subiendo un poco su tono de voz. – así que no te duermas

-mmm – dijo el ojimiel, cerrando lentamente sus ojos.

Watanuki se encamino a la cocina, preparando el té, rato después regreso con un té caliente, pero lo que vio lo dejo furioso.

- Te dije que no te durmieras!!!!! – dijo el ojiazul, molesto por encontrar a Doumeki durmiendo.

-no estoy durmiendo, solo descansaba la vista. – decía el ojimiel.

Watanuki le dejo el té en la cómoda al lado de Doumeki, para que se lo tomara, Mientras preparaba las cosas necesarias para cambiar los vendajes que tenia Doumeki.

- como te sientes?. Aun te duele? – decía el ojiazul sin voltear a verlo.

- muy poco – fue lo único que dijo el ojimiel.

Después de terminado el té, Watanuki se dispuso a desinfectar las heridas y cambiar los vendajes, hubo un silencio sepulcral, y cuando por fin hubo terminado su labor, Watanuki recogió sus utensilios y se fue.

………………………………………

Dos días después.

-Watanuki!!!!!!!!!  Ya estoy en casa!!!!! – decía una mujer alta y caprichosa.

-Bienvenida a casa Yuuko San – decía el ojiazul, asomando su rostro por la cocina.

-Sake!!!!  Sake!!!!! – decía Yuuko, sentándose en su sillón favorito.

-primero te daré un aperitivo, no puedes tomar Sake sin nada en el estomago

-Te pasa algo Watanuki? –decía la bruja mientras veía al ojiazul seriamente.

- no…. No pasa nada… - decía el ojiazul.

Watanuki entro a la cocina un par de minutos después salió con un tazón con frutas y una botella de sake, la coloque en la mesita ubica frente al sillón de Yuuko.

- y como está Doumeki? – le decía la bruja mientras comía unas uvas.

- el se fue ayer a su casa

-ya no le dolía la espalda?

- no, dijo que ya podía caminar y así poder irse a su casa.

- pobre Doumeki, su espalda fue la más lastimada en todo esto….. –Decía la bruja mientras seguía comiendo de las diferentes frutas que Watanuki le había traído –pero bueno, mañana cuando salgas de la escuela, dile por favor que venga a mi tienda.

-qué??? Para qué????

- bueno, necesito darle el pago por haberte ayudado, también a ti, pero se los daré mañana cuando estén los dos.

Watanuki, ya no dijo nada y se dirigió a la cocina a seguir con su trabajo.

……………………………………

 

El sol salía por el horizonte, todo indicaba un día cálido, perfecto, Watanuki se levantó temprano, hizo una pequeña merienda, se baño, y salió rumbo a la escuela. Iba caminando pensando en la manera más adecuada de decirle a Doumeki sobre la invitación de Yuuko, realmente no estaba preparado para verlo, después de lo que había pasado 3 días antes, … desde que Doumeki se despertó, no volvieron a cruzar palabra, hasta que él avisaba que se iba a su casa, le preocupaba el estado del ojimiel, aunque sabía que aun sentía dolor en su espalda, éste no quiso seguir bajo su cuidado, le preocupaba, pero nunca se lo diría.

 

- Watanuki kun …  -decía la chica de las coletas atrás de Watanuki

-oh Himawari chan… disculpa, no estaba poniendo atención – decía el ojiazul, al girarse al ver a la hermosa chica sonriéndole dulcemente.

-que te pasa Watanuki? – le dijo la chica preocupada al notar su (aun mas) extraña actitud.

- no pasa nada linda Himawari chan – decía Watanuki recuperando su habitual comportamiento cuando estaba con la chica.

- me alegro … pero, si te pasa algo, cuentas conmigo ok?

- mmm – dijo el chico, afirmando con la cabeza.

 

Ambos caminaron rumbo a la escuela, entraron a sus respectivas clases, y así transcurrieron las horas, hasta llegar la hora el almuerzo.

No necesitaban decirse cada día si almorzarían juntos, porque era cosa de todos los días, que los tres… irían a comer al mismo lugar.

Watanuki se dirigió hacia esas escaleras, puso los bentos de él y de Doumeki en las escalinatas, y se sentó, había llegado cerca de 10 minutos antes, así que nadie estaba ahí todavía, para distraerse empezó a recorrer la escuela con la mirada, hasta que se detuvo en los lavabos que estaban a un costado de las canchas, había un grupo de chicos en su clase de educación física, en los lavabos estaba un chico lavándose la cara, pudo reconocerlo sin necesidad de verlo a la cara.

En ese momento un grupo de chicas, que momentos antes jugaban en la cancha se acercaron a los lavabos, supuso que irían a asearse un poco antes de dirigirse a las regaderas, pero noto que todas se acercaron al ojimiel. Unas lo tomaban del brazo, otras le agarraban por los hombros incluso una le jalaba del gakuran, no sabía de que hablaban porque desde su posición solo alcanzaba a escuchar un gran alboroto.

Después de 5 minutos donde el ojimiel intento salirse de esa muchedumbre violenta (para él) se dirigió a las escaleras, donde esperaría a sus amigos para almorzar.

Watanuki notó que Doumeki ya se dirigía hacia su posición así que giro su rostro para mirar a otro lado.

Al poco tiempo Doumeki llego junto al ojiazul y se sentó a su lado.

- hola – dijo el ojimiel

-hola… - contesto Watanuki sin voltear a verlo, tomo uno de los bentos (el más grande) y se lo dio a Doumeki – Toma, nada mas hay que esperar a Himawari chan – y justo cuando lo estaba diciendo, vieron a la chica de las coletas caminar hacia ellos.

- hola chicos, como están – dijo la chica de las coletas, a los dos chicos, que la observaban.

-hola Himawari chaaaaaan – decía el ojiazul, levantándose de su lugar, e indicándole a la chica que tomara asiento.

- Hola- dijo el ojimiel.

- Tenían mucho tiempo esperando? – dijo la chica

- no, acabamos de llegar. – fue lo único que dijo el ojimiel.

 Los tres chicos se dispusieron a comer, mientras una platicaba cruzaba de allí para allá, así transcurrió el corto tiempo en que Watanuki disfrutaba del tiempo al lado de su amada Himawari.

- Watanuki, esta tarde quería ir a la librería, salió un nuevo libro, que quiero comprar, me acompañas? – pregunto la chica de las coletas, a su amigo, con una gran sonrisa.

Watanuki se emociono mucho al ver que la chica de sus sueños, le pedía salir con ella, solo a él, sin invitar al amargado de Doumeki.

- waaaaaaaaaaaaa - decía Watanuki, revoloteando de felicidad ante la proposición de la chica. Sin embargo, su felicidad desapareció en un instante. – Lo siento Himawari chan, - dijo el ojiazul con un dejo de tristeza – tengo que ir con Yuuko san en cuanto salga de la escuela,- le dijo aclarándole, que Yuuko, le había pedido que tenía que ser saliendo de la escuela.

- oh, que lastima, - inquirió la chica – bueno, es una lástima, y que me dices tú Doumeki.

El ojimiel estaba a punto de hablar, cuando Watanuki, recordó el encargo de Yuuko.

- lo siento Himawari chan, pero este amargado tiene que acompañarme también, - dijo el ojiazul, de rodillas a la chica, como pidiéndole perdón, por no poder acompañarla.

- está bien, Watanuki kun, no tienes que preocuparte, ya será en otra ocasión.

En ese momento, sonó la campana anunciando el nuevo periodo de clases, los tres chicos se levantaron de sus lugares y se dirigieron cada uno a sus respectivas clases.

 

Watanuki estaba pensativo. Le extrañaba el comportamiento del ojimiel, no se había quejado por la imposición de él, al decirle que tenía que acompañarlo con Yuuko y ahora que lo pensaba, siempre que tenía que acompañarlo a cualquier lugar, nunca decía que no, simplemente iba.

Sin darse cuenta, las clases habían terminado, salió de la escuela, esperando a Doumeki, nunca le dijo donde se verían, por lo que decidió esperar en la puerta, en ese momento, pasaban cerca de él un gran grupo de chicas, gritaban emocionadas, alcanzo a escuchar algo del club de arquería, fue cuando recordó que Doumeki, estaba en ese club, fue a ver, para saber si seguía ahí, y fue cuando lo vio, estaba a punto de tirar hacia una diana que estaba a 15 metros de distancia. Silencio absoluto en la sala. Las chicas se tomaban de las manos entre sí, *zuum*  la flecha lanzada por el ojimiel cruzo el aire, hasta dar en el centro de la diana.

- Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – gritaban todas las chicas de felicidad, saltando, llorando.

Watanuki no entendía, como un chico tan antipático e antisocial, podía tener tantas admiradoras. Todas las chicas se arremolinaron alrededor del ojimiel, en cuanto salió del cuarto de tiro, Doumeki paso entre ellas sin siquiera voltear a verlas, Watanuki que seguía toda la escena, desde el otro lado del cuarto, parado junto a una gran planta de hojas gigantes. Vio cómo el ojimiel  recogía sus cosas, y se encamino directo hacia él

- vámonos – dijo el ojimiel, ignorando el tumulto de chicas que aun seguían detrás de él.

Watanuki y Doumeki, caminaron por los pasillos, de la escuela, hasta llegar a la salida, las chicas, se dieron por vencidas al llegar al portón principal de la escuela, el ojimiel se había marchado sin siquiera dignarse a verlas.

- porque no les dices nada? – decía el ojiazul

- de que hablas?

- de las chicas.. Estoy hablando de las chicas, porque no les hablas, no les dices ni una sola palabra, acaso no eres agradecido por tanto apoyo?, ellas se cansaran de ti, si no les haces caso – decía el ojiazul ya con un poco de desesperación

- no me interesa tener conversaciones innecesarias – dijo el ojimiel, mientras seguía con su vista al frente.

- no entiendo porque eres así, tan popular, siendo que no eres nada amable, muchos quisieran estar en tu lugar.

- a si???... dijo el ojimiel, posicionándose frente al ojiazul – como quien? – dijo el ojimiel mirando directamente al ojiazul, que ya presentaba un semblante por demás sorprendido.

- cualquiera, - dijo el ojiazul armándose de valor – cualquiera quisiera tener una oportunidad para poder hablar con las chicas… - decía mientras salía del paso de Doumeki y seguía caminando. – cualquiera desearía poder tener la oportunidad de estar con tantas chicas y poder ver sus cualidades e incluso porque no… entre ellas encontrar el amor. – dijo el ojiazul ya con un tono más apagado.

- yo no necesito encontrar el amor – dijo el ojimiel mas para sí mismo.

Watanuki ya no alcanzo a escuchar eso, pues se había adelantado mucho a Doumeki, mientras hablaba.

Por fin habían llegado a la tienda de Yuuko.

 

-Ya estamos aquí Yuuko san – dijo el Ojiazul

Ambos chicos entraron a la tienda de Yuuko, Watanuki hizo sentarse a Doumeki en uno de los sillones donde Yuuko san solía sentar a sus invitados, entro a los diferentes cuartos de esa casa buscando a Yuuko san, ya que nadie le había respondido a su llegada, ni siquiera Maru y Moro, que siempre eran las primeras en saludarlo, fue al patio trasero y ahí vio a todos. Yuuko, Mókona, Maru y Moro

- qué rayos hacen todos aquí? - Dijo Watanuki ya desesperado por haber buscado por toda la casa.

- ya, no te enojes Watanuki, ve con Doumeki, en un momento voy para allá.

- Está bien  - dicho esto el ojiazul se dirigió a donde había dejado a Doumeki, encontrándolo en la misma posición en que lo había dejado.

 

-Yuuko vendrá en unos momentos más… quieres que te traiga algo de tomar mientras? – decía el ojiazul, caminando ya hacia la cocina.

- Sushi Nari – dijo el ojimiel 

- te dije de tomar!!!  De tomar!!!! No dije de comer!!!! Que tu solo piensas en comida?? – decía el ojiazul entrando ya en la cocina.

 

Varios minutos después, llego Watanuki con una bandeja, con un tazón de sushi nari, y dos tazas de té verde.

- que estará haciendo Yuuko san??? – decía el ojiazul, mientras acomodaba las cosas en la mesita.

- ya vino, dijo que le tomaría un poco más de tiempo así que tenemos que esperarla.

 

Los dos chicos se sentaron a esperar a la bruja, mientras una que otra conversación se cruzaba, Watanuki empezaba a desesperarse, cuando recogió la bandeja, ya con los trastes vacíos, se dirigió a la cocina, los lavo, y camino hacia donde había visto a Yuuko hacia ya media hora atrás. Encontrándola sentada en el mismo lugar, platicando con una feliz Mókona y una mujer alta de cabellos plateados.

 

- a qué horas vas a ir a …. – se quedo callado, al notar la visita. – iré a traer un poco de té, para la visita de Yuuko san.

- no es necesario Watanuki, ella está por irse, en un momento voy con ustedes, por favor, acompaña a Doumeki.

- está bien – dijo el ojiazul, dando una reverencia a la joven visitante, y caminando al interior de la casa.

 

- que paso? – dijo el ojimiel, al ver entrar a un Watanuki, demasiado serio y pensativo.

- ella… vendrá en un momento mas – dijo el ojiazul, tomando su asiento que pocos minutos antes había ocupado.

 

Así pues, ni cinco minutos después, entra Yuuko, se sienta frente a ambos chicos, en sus manos, llevaba una cajita color rojo, la coloco sobre la mesa y miro a ambos jóvenes.

- esto… es el pago por su ayuda el otro día… déjenme decirles, la luz brillante que fueron a recoger, era realmente el corazón de una niña, por lo tanto es muy valioso… pero aparte de eso, ese corazón, es de la hija de la reina de los gobernantes de la quinta dimensión, así que su valor es realmente increíble, el pago que la reina les ha dejado, es igual de importante, - Yuuko tomo la cajita, y la abrió lentamente, saco uno de los objetos que estaban en su interior, le pidió a Doumeki que le diera su mano, el ojimiel así lo hizo, extendió su mano, y Yuuko puso sobre ella, una pequeña luz brillante, Doumeki, miro a Yuuko, no entendía que debía hacer con esa pequeña luz.

- Doumeki… Watanuki… esta luz es muy importante, así que por favor, cuídenla, se la llevaran a sus respectivas casas, solo suéltenla y ya, no es necesario prestarle tanta atención.  Esta esfera de luz, no puede ser visible por nadie más, así que no se preocupen de que alguien llegue a verla. – al decir esto, la bruja saco otra pequeña esfera de luz y se la entrego a Watanuki. – se que creen que esto realmente no es nada, pero ya verán que… a su debido momento sabrán que tan importante es este “pago”.

 

Dicho esto Yuuko, se levanto de su sillón y camino hacia el patio exterior donde momentos antes estaba – Watanuki…  SAKE!!!!!!!!!!!!!!!!!! –decía la bruja dedicándole una sonrisa al ojiazul, y saliendo de la casa.

- mmm esa Yuuko de verdad que es una descarada, como puede decir cosas tan serias y en un segundo decir algo tan entupido – decía el ojiazul, mientras se levantaba de su lugar, había puesto la pequeña luz sobre su hombro, suponiendo que ahí se quedaría hasta que llegara a su casa, esa luz, se había quedado ahí, sobre su hombro, moviéndose junto con él.

Mientras Doumeki, se levantaba, y sin decir nada, salió de la tienda camino a su casa

- ese cretino… ni siquiera las gracias me dio!!! – decía el ojiazul mientras preparaba la comida y la bebida que le llevaría a Yuuko y Mókona.

 

Después de realizadas todas sus labores, Watanuki, se despidió de Yuuko y los demás y se dirigió a su casa, caminaba pensativo, miraba esa luz que se había situado en su hombro y no se separaba de él, no sabía aun que significa ese “pago” pero sabía que si venía de Yuuko, debía ser importante.

 

Llego a su casa, y en la estancia, con su mano, tomo la pequeña esfera de luz, no sabía cómo o donde colocarla, pero no fue necesario, la luz, se elevo lentamente de la mano de Watanuki, y se quedo estática en el centro de esa habitación.

- bien… supongo que no pasa nada – se decía a sí mismo el ojiazul, mientras caminaba rumbo al baño, por alguna razón, se sentía realmente cansado, y se daría una ducha.

 

Cuando salió de la ducha pudo notar que la luz ya no estaba donde la había dejado, se sorprendió mucho y busco por todas partes, acaso la había perdido tan rápido?, sin embargo, al llegar a la habitación de este, vio como la luz estaba sobre su cama, respiro aliviado al encontrarla después no le dio mucha importancia y se volteo hacia el guardarropa para cambiarse y disponerse a dormir, cuando se giro, noto que la esfera ya no estaba de nuevo, por instinto, abrió la puerta de su habitación, y noto como una pequeña luz, se movía lentamente en el primer piso, cerro lentamente su puerta, pensando que quizás esa esfera tenia vida propia, no se quiso preocupar más del asunto y se fue a dormir.

………………………….

Al día siguiente. Watanuki se despertaba, por alguna razón, se sentía muy descansado, se preparo para irse a la escuela, extrañamente, también se sentía de muy buen humor.

Desayuno, se baño, se cambio, preparo sus útiles y se dispuso a irse, noto que la esfera de luz se movía a libertad, no se preocupo mucho en si pasaría algo con esa esfera estando sola en casa, así que tomo sus libros y se fue a la escuela.

 

Apenas había dado un par de pasos afuera de su casa, cuando se encontró con Doumeki, al parecer le había estado esperando afuera de su casa.

- que… que rayos haces aquí? – fue lo único que el ojiazul dijo, cuando noto algo que no era normal en él. – que… hace la esfera de luz contigo? – dijo el ojiazul, señalando una esfera de luz que estaba arriba de la cabeza de Doumeki, moviéndose lentamente siempre unos centímetros atrás de el.

- supongo que lo mismo que hace tu esfera de luz atrás de ti – dijo Doumeki señalando la esfera que se encontraba atrás del ojiazul.

- como??? Yo acaba de cerrar la puerta y estaba adentro!!! – decía el ojiazul sorprendido al verla justo atrás de él.

- bueno… no están dispuestas a quedarse solas. Parece que estas esferas nos seguirán cuando estamos fuera de casa – decía el ojimiel con una cara muy seria.

Empezaron a caminar rumbo a la escuela, no solucionarían estando ahí parados como tontos.

Mientras estaba en mi casa, esta esfera rondaba por todos los rincones de la casa, cada que volteaba estaba en un lugar diferente, pensé que quizás se estaría habituando a lo que sería su nuevo hogar – decía el ojimiel hablando de la esfera de luz, como si esta fuera otro ser vivo más.

- si… también mi esfera de luz estaba por toda la casa, pero yo creí que se quedaría en casa cuando yo me fuera…

- yo también pensé eso, pero la vi al lado de mi, supongo que en la calle se porta diferente.

- Watanuki kun… Doumeki kun.. Hola. Que milagro verlos juntos y sin pelearse??? – decía la chica que había llegado junto a ellos.

- Himawari chaaaaan!!!! Que alegría verte tan temprano!!!! –decía el ojiazul revoloteando alrededor de la chica, muy alegremente.

- jajajaja Watanuki kun, me da gusto ver que recuperaste tu alegría…

- he? – se paró en seco el ojiazul, acaso había estado actuando extraño??? – que paso Himawari chan, sabes que yo siempre he sido así! –replico el ojiazul

- kunogi….- interrumpió el ojimiel

- que pasa Doumeki kun?

- tu… vez algo diferente?

- mmmmmm – la chica los mira, trata de pensar a que se refería el chico alto – bueno… no, hay algo diferente?

- como??? No puedes ver esto?. - Dijo el ojiazul, señalando su esfera de luz que se había situado, a un lado de él.

- a Doumeki kun? … por supuesto que lo veo.

- no puede… - dijo el ojimiel, en un tono por demás bajo.

- no importa Himawari chan, - le decía a la chica de las coletas.

Los tres llegaron a la escuela y se separaron para ir a sus respectivas clases.

 

Durante todo el transcurso de las clases, las esferas acompañaban a ambos chicos a todos lados (si… a todos)

- podrías quitarte de enfrente???, NECESITO VER EL PIZARRON!!!!!!!! – grito el ojiazul, haciendo que todos en el salón voltearan. – lo… lo siento profesor, no se lo decía a usted – decía el ojiazul, todo rojo.

- bien… Watanuki, está castigado, salga por favor del salón

-pero yo…

- que salga...- dicho esto al chico no le quedo de otra, más que salir

- todo esto es por tu culpa!!!!!!!!!!!!, si vas a estar siempre conmigo, al menos no te pongas frente a mí,!!!!!!!!!!! – decía el ojiazul, mientras hacia sus típicos movimientos de desesperación

- váyase de aquí Watanuki, no quiero que este frente al salón – le decía el maestro, que había salido del salón, para regañar a Watanuki. Porque sus gritos aun se escuchaban dentro del salón.

Watanuki se encamino hacia el patio de la escuela, mientras seguía tratando de “dialogar” con su brillante acompañante.

Al llegar a las canchas, vio que de nuevo había un grupo en educación física, pero esta vez una figura muy conocida estaba entre ellos, los siguió con la mirada, veía como su esfera de luz, lo seguía a la misma velocidad en que él se movía, pero esa luz, siempre permanecía a un lado de él.

- porque tu no haces lo mismo? – le decía el ojiazul a su esfera de luz – nada te cuesta permanecer solo a un lado, sin ponerte frente a mis ojos.

El ojiazul, veía como los chicos jugaban con la pelota de volei bol se veian tan felices, y noto como el ojimiel, era la envidia de todos – porque un chico tan antisocial como él puede ser tan popular y para colmos… bueno en todo lo que hace??? …. Agh!!! Esto es desesperante. – decía el ojiazul, sin evitar seguir mirando.

 

- Y tú qué haces aquí?

- waa!!!! – decía el ojiazul al notar que el chico que antes miraba estaba frente a él, vio como éste se sentaba a su lado esperando quizás una respuesta. – me corrieron de la clase…. – sintió como el ojimiel lo miraba a pesar de no demostrar ningún tipo de reacción. – esta cosa, se pone a cada rato frente a mí, impidiéndome la vista, al gritarlo, el maestro pensó que se lo decía a él.. y me corrió.

- mmm … debiste decirle desde un principio que no se te cruzara por enfrente. – decía el ojimiel, mirando fijamente.

- …….. jajajajajajajajajajajaja – arranco una carcajada el ojiazul.

- que te pasa? – decía el ojimiel confundido a su reacción.

- por un segundo… te imagine platicando muy amenamente con esta cosa jajajajaja – decía le ojiazul, sin parar de reír.

- bueno… yo le pedí que si me iba a seguir, no se me cruzara al frente. – decía el ojimiel con gran seriedad.

- mmm bueno… no se me ocurrió pedírselo…

- haz notado… - dijo el ojimiel, interrumpiendo a Watanuki. – que nadie más puede verlas?

- las esferas de luz? … bueno, Yuuko san dijo que no nos preocupáramos, que nadie las podría ver.

- yo pensé que si alguien nos visitaba, no verían a las esferas rondando por la casa, pero nunca nos dijo que nos seguirían a la calle.

- bueno… después de todo esto, viene de Yuuko san, así que ya no me sorprende nada.

- vamos a comer…

- he!!!!!!!!!!!!

- ya sonó el timbre del almuerzo

- como?? A qué horas!!!! – Watanuki estaba sorprendido, a qué horas había pasado tanto tiempo platicando con Doumeki, que ni se percato del tiempo transcurrido.

Los dos chicos se levantaron de donde estaban y se dirigieron a su “lugar” de almuerzo

Al llegar notaron que la chica ya estaba ahí.

- oh! Vienen juntos? – decía la chica de las coletas al verlos llegar.

- Himawari chaaaan! – decía el ojiazul, saltando de gusto.

- supe que te sacaron de la clase de matemáticas Watanuki kun – decía la chica

- Eh!! Porque tenias que enterarte de eso??? – decía le ojiazul, llevando sus manos a su cabeza, jalándose el cabello.

- ya está bien, vamos a comer – decía el ojimiel, sentándose en las escalinatas, y abriendo el bento mas grande que vio.

- tú!!!!!!!!!!!! No puedes esperar ni un segundo!!!!!!!!!! – decía el ojiazul, sentándose junto a Himawari.

- y bien??? – decía la chica de las coletas

- y bien que, Himawari chan? –decía le ojiazul

- no me dirás porque te sacaron de la clase?

- mmmmmmmm por gritarle a lago inexistente – decía el ojiazul con un tono tan bajo, que apenas pudo ser perceptible.

- oh! Te refieres a las esferas de luz? – decía la chica

- eh??? Tú puedes verlas????

- no , pero Yuuko san me conto – decía la chica con una gran sonrisa.

- esa Yuuko… - decía Watanuki levantando el puño en alto.

- pero que envidia, me imagino que han de ser unas esferas muy bonitas… como me gustaría poder verlas

- ….. – Watanuki, no supo que decir, no se había parado en pensar en eso. realmente las esferas eran muy brillantes y al mirarlas le daba una paz, realmente era relajantes y bellas.- están juntas…… - dijo el ojiazul mirando hacia donde estaban las esferas.

- mm? – el ojimiel de de atascarse de comida, parta mirar hacia donde miraba el ojiazul, y vio que las dos esferas, estaban juntas, frente a los tres chicos, no se podía distinguir la diferencia entre las dos, parecían una sola. – y cuál es la mía? – dijo el ojimiel.

- no tengo idea, pero supongo que cuando nos separemos, ellas nos seguirán.

- vaya… es entretenido ver que hablan de cosas que no entiendo- decía la chica de las coletas con una gran sonrisa.

 

Después de la hora del almuerzo los chicos se fueron a sus respectivas clases.

Doumeki y Himawari tomaban el mismo rumbo, Watanuki. Vio como la pareja se alejaba  poco a poco, puso su vista en la esfera de fuego que seguía de cerca al ojimiel, instintivamente se giro para ver su propia esfera de luz, no viéndola…

Se pregunto si la esfera había preferido irse con Doumeki, después de que éstas se habían unido un rato atrás. Se giro para dirigirse a su salón, al entrar todos sus compañeros se le quedaron viendo, Watanuki no hizo más que sonrojarse, al acordarse de la escena que había hecho en la clase pasada, camino cabizbajo entre los pupitres de sus compañeros llegando así a su lugar, se sentó suavemente y levanto su vista hacia el techo.

Fue entonces cuando lo vio, la esfera de luz, había estado sobre su cabeza, sin percatarse siquiera de eso. Una calidez se asomo en su corazón, no entendía porque esa esfera de luz, le traía tanta paz, cuando sintió que la había perdido, se había sentido solo, y al verla de nuevo junto a él, se sintió feliz.

 Las clases transcurrieron sin ningún contratiempo, la esfera de Watanuki ya no se había puesto frente a él en ningún momento, se sentía un poco mal por la manera en que le había gritado antes, quería disculparse… pero definitivamente no iba a hacer otra escena en la escuela, así que espero  pacientemente a salir de clases.

 Camino a su casa, Watanuki ya se encontraba “charlando” con su “amiga” esfera.

- lo siento… realmente no quise gritarte así, cuando te vi frente a mí, debí pedirte más cortésmente que no te pusieras frente a mi… después de todo soy un idiota, que no sabe decir las palabras exactas, - ante esto, la esfera de luz bajo un poco, colocándose sobre el hombro derecho de Watanuki. – espero que eso signifique que me perdones – decía el ojiazul con una sonrisa.

- oi….. – decía una voz atrás de el

- desde cuando estás ahí? – decía el ojiazul sin girarse

- …… - el ojimiel, se adelanto un poco hasta colocarse justo al lado de él. – desde que saliste de la escuela.

- al menos debiste hablarme y no caminar atrás de mi.

- bueno, te veías muy entretenido platicando solo.

- NO ESTABA PLATICANDO SOLO!!!!!!!!!!!!!!, estaba hablando con la esfera de luz.

- ……..-

- ya… se que suena estúpido, pero sentí que debía disculparme por haberle gritado.

- al menos ella te perdono, - dijo el ojimiel, dando a entender, que vio cuando la esfera se acerco al ojiazul.

- si….. – dijo el ojiazul, con tuno muy suave.

- bueno, yo me desvió aquí…. Hasta mañana – decía el ojimiel, mientras empezaba a caminar por la calle contraria donde iba Watanuki.

 

No se había dado cuenta en qué momento habían llegado hasta ahí, Watanuki solo tenía que caminar unas calles más y llegaría hasta la casa de Yuuko.

 ……………………

 

Al día siguiente, dos chicos ya estaban en la hora del almuerzo.

- y dime Watanuki, crees que podrías ir conmigo hoy?

- eh????  A donde Himawari chan? – decía le ojiazul

- jajaja de verdad que andas muy distraído hoy, estas bien?

- si, estoy bien, lo siento.

- no te parece raro?

- que cosa?

- Doumeki no ha venido a comer –decía la chica de las coletas – y eso que le encanta tu comida.

- mmmm – un pequeño rubor se asomo a las mejillas del ojiazul – quizás este ocupado.

- pero… pase lo que pase el siempre….

La chica ya no pudo continuar, porque justo en ese momento, el ojimiel, iba llegando con ellos, con una gran cantidad de chicas atrás de el.

- hola – dijo el ojimiel, sentándose al lado de Watanuki.

- hola –dijo la chica de las coletas – etto… y esas chicas?

- no lo sé, no han dejado de seguirme. Por eso llegue tarde.

- oye kunogi san, eres novia de Doumeki? –decía una de las chicas que habían estado con Doumeki.

- eh?? Por supuesto que no, solo somos amigos, - dijo la chica de las coletas sonriendo.

- PUES NO TE CREMOS!!!!!! – grito otra chica

- SI! SIEMPRE ESTAS CON ÉL, - gritaba otra mas

- además el estaba muy apurado por llegar aquí, - decía la primer chica.

- pues lo siento chicas, pero no me importa que me crean o no, Doumeki y yo solo somos amigos. – decía la chica de las coletas aun con esa sonrisa que la caracterizaba.

Mientras la miniduscucion se llevaba a cabo, Doumeki, ya había abierto su Bento y empezado a comer, el ojimiel, giro su vista a Watanuki, quien también comía lentamente, sin haberse siquiera percatado que él ya estaba ahí….. O al menos eso es lo que creía.

- siempre rodeado de mujeres - se decía el ojiazul, mientras seguía comiendo, tratando de no darle interés a lo que escuchaba.

- Kunogi san… no nos daremos por vencidas

- sí, si no es tu novio, podremos luchar por él

- si a ti no te interesa como pareja, será mejor que te apartes de él – gritaron las chicas furiosas.

En ese momento, Doumeki se levanto de su lugar, y con una cara de póker, miro a cada una de las chicas.

- más le vale no amenazar a Kunogi, - decía le ojimiel, - ella es mi amiga y no tienen porque amedrentarla.- al decir esto Watanuki, levanto su vista fijándola en el ojimiel, se veía realmente enojado.

Todas las chicas se asustaron ante la reacción del ojimiel.

- oi oi, las vas a asustar – decía el ojiazul, tratando de calmar al furioso chico.

- qué más da, no me gusta que me anden siguiendo, e insistiéndome en salir con ellas. – decía le ojimiel ya por demás irritado.

- discúlpenlo chicas, al parecer no es su día – decía le ojiazul, a las atemorizadas chicas.

- más le vale no volver a acercarse a mi… ni a  kunogi – sentencio el ojimiel.

 

Las chicas se fueron, estaban asustadas, realmente creían capaz al arquero de hacerles algo.

- gracias por defenderme Doumeki, pero creo que las haz asustado demasiado. – decía la chica de las coletas.

- discúlpenme – decía le ojiazul, levantándose y yéndose de ahí.

 

Watanuki había llegado a los baños de los hombres, entrando en uno de ellos (hey no sean curiosas y no se asomen a las otras puertas)

- Doumeki defendió a Himawari chan…. – pensaba el ojiazul – aaahhhhh!!! Porque??? Porque me molesta tanto!!!! – decía le ojiazul con un fuerte tono de voz, que hizo salir a los otros chicos que estaban ahí. – lo eh estado pensando, desde ese día… ese día que Doumeki casi muere (por enésima vez) para salvarme. Yo… yo… uff – decía el ojiazul en un suspiro – esto es terrible.

 

Watanuki ya se encontraba en su casa, había evitado a toda costa encontrarse con Doumeki y con Himawari. Sin embargo por alguna extraña razón, no se sentía a gusto en su casa, así que salió al parque más cercano a pensar.

Caminaba rumbo al parque, la brisa era fresca y muy relajante, pronto llego al parque y se sentó en uno de los columpios que allí había.

Unos ruidos empezaron a escucharse no muy lejos de donde él estaba, se levanto del columpio y fue hacia allí.

Se sorprendió al ver a Doumeki otra vez, alrededor de muchas chicas.

- otra vez???, al parecer al destino le gusta jugar conmigo – pensaba el ojiazul

- Vamos Doumeki, ya no te molestaremos ni a ti ni a Kunogi san, si nos dices la verdad

-si… si tienes novia, lo aceptaremos.

- después de todo somos tus admiradoras y si ya quieres a alguien no habrá nada que podamos hacer. – decían las chicas frente al ojimiel.

- ……….

- Doumeki, si no nos lo dices, todas seguiremos intentando salir contigo – decía una de las chicas al notar que le ojimiel no quería hablar.

- bien…. – decía el ojimiel – si hay alguien que me gusta – sentencio el ojimiel asombrando a mas de una.

- pero!!!!  No es kunogi verdad??? – decía una de las chicas

- no

- eso quiere decir, que no tienes novia – decía una de las chicas retando a Doumeki.

- no… pero dijeron que si les decía la verdad ya no nos molestarían.

- no, te dijimos que si ya tenias novia, ya no te molestaríamos, todavía podemos intentar algo si aun no tienes pareja.

- pero es lo mismo… jamás podre ver a otra persona.

Al decir esto, un chico que se encontraba escuchan tras los arbustos, sintió una punzada en el corazón.

- así que… si está enamorado de alguien – pensó el ojiazul, y una pequeña lágrima empezó a resbalar por su mejilla. – sabia… sabia que él jamás podría pensar en mi – diciendo esto en un tono muy bajo, se alejo poco a poco de ahí.

 

No quería saber nada mas del asunto, aunque sentía curiosidad por saber de quién estaba enamorado ese chico, engreído, antisocial  y con cara de póker. Pero si lo sabía, podría nacer un odio inmenso hacia esa persona, Watanuki ya lo había pensado lo suficiente, y había aceptado… que estaba enamorado de ese arrogante.

 

Mientras tanto, con Doumeki y las chicas.

- Doumeki, si no quieres que sigamos ilusionadas en que algún día te tendremos, tendrás que hacer algo, para tener novia, o de lo contrario, seguiremos así.

- …….  no les tengo miedo, -decía le ojimiel, saliendo de ese círculo.

 

Doumeki caminaba por las oscuras calles, había anochecido, el sabia que debía hacer algo.

- no por lo que ellas me dijeron… de todos modos ya había empezado a pensar en eso – se decía le ojimiel, mientras sus pasos lo guiaban lentamente.

La escasa luz de las calles le permitía ver poco más de 3 metros de él, le pidió amablemente a su esfera de luz que si podía adelantarse un poco, quería estar “solo” por un momento. Le estaba hartando el hecho de que siempre los siguieran esas mujeres.

*cualquiera desearía estar en tu lugar* recordó las palabras dichas por Watanuki, días atrás. Levanto su vista para ver donde estaba su esfera de luz, no la miraba por ninguna parte, todas las calles estaban literalmente oscuras, así que cualquier rastro de luz, debía ser de su esfera. Sin embargo, no la veía por ninguna parte, empezó a caminar buscándola.

 

Watanuki se encontraba en su casa, duchándose, sentía un alivio el saber que la esfera de luz, no lo seguía pegado a él estando en el baño.

- ahora entiendo porque Yuuko dijo que la soltara en la casa, nada mas llegando… seguro era para que reconociera el lugar como su horas y poder andar libre.

 

El ojiazul, termino de bañarse, paso por la estancia y vio la esfera de luz, una ligera sonrisa se asomo por sus mejillas, ya se había acostumbrado a su presencia, subió a su habitación y al abrir la puerta ahí la vio, la esfera se encontraba en medio de su cuarto, moviéndose, en eso un signo de interrogación apareció sobre su cabeza, sabía que la esfera se movía rápido, pero nunca la vio pasar junto a él.

Se cambio de ropa y bajo para ir a la cocina, y preparar la cena.

Al entrar vio que ahí estaba la esfera de luz, sin embargo pensó, -no venia bajando conmigo???? – en ese momento, fue cuando lo vio… una esfera de luz, entraba lentamente a la cocina, y se colocaba justo… delante de la otra esfera.

- qué rayos!!!! – pensó el ojiazul, sabía que la otra esfera de Doumeki sin lugar a dudas, pero en ningún momento le fue a abrir la puerta.

Corrió hacia la puerta de entrada, buscando al dueño de la esfera, sin embargo no vio nada.

- donde esta Doumeki – le dijo a las esfera de luz. (No sabía ya cual era la suya)

Una de las esferas empezó a moverse rumbo a la salida. Watanuki por inercia empezó a seguirla, no habían pasado ni cinco minutos, cuando vio una figura sentada en cuclillas, recargado a la pared.

- Doumeki? – dijo el ojiazul

- ? – levanto la vista y vio al ojiazul, frente a él, agachado, para estar a su mismo nivel, entonces miró por encima de este y vio su esfera de luz.

- perdí la mía – dijo el ojimiel, agachando de nuevo su rostro.

- aquí están las dos – le dijo el ojiazul, mientras lo ayudaba a levantarse. – vamos a la casa.

Caminaron ambos rumbo a la casa del ojiazul. No decían una sola palabra, solo veian como las esferas de luz, delante ellos, danzaban juntas, uniéndose, separándose, alejándose, pero siempre volviendo a estar juntas.

Al llegar a casa, Watanuki hizo pasar a Doumeki, lo dirigió hasta la cocina  le dijo que se sentara, mientras prepara un poco de té.

- y que hacías ahí sentado? – dijo el ojiazul, tratando de abrir la plática.

- buscaba a la esfera de luz, le dije que se adelantara un poco, porque quería estar solo…. Pero nunca le dije que se fuera. – decía le ojimiel

- pues yo no me había percatado que estaba aquí, si no es porque de repente las vi juntas – decía el ojiazul, quien ya colocaba un tazón de te frente Doumeki.

- me había cansado e buscarla, por eso me senté un rato, pero pensaba continuar. –decía el ojimiel, mientras daba un pequeño sorbo a su te, que aun estaba caliente.

- ahí estabas verdad – dijo de repente el ojimiel, mirando a Watanuki.

- qué? – el ojimiel, no entendía a que se refería.

- esta tarde, en el parque

- queee??? Me viste??? – decía le ojiazul exaltado al notarse descubierto.

- no…. –decía le ojimiel, mientras bebía de su te – pero sentí tu presencia.

- …… - el ojiazul ya no supo qué hacer, así que opto por decirle la verdad. - bueno… había ido al parque a pensar un poco, me sentía desanimado, así que fui a distraerme, cuando escuche voces, fui a asomarme y vi que estabas ahí con las chicas de la mañana, me fui despacio, para que no vieran que estaba ahí.

- y que escuchaste? – dijo el ojimel, mirándolo inquisidoramente.

- na… nada – dijo el ojiazul con un casi imperceptible rubor.

- Watanuki… - dijo el ojimiel

- yo… escuche que te preguntaban si tenias novia.

- y? …. – decía le ojimiel esperando saber hasta dónde había escuchado.

- tu les dijiste que no…. Pe… pero que estabas enamorado de alguien.

- mmmmmm… no es kunogi – dijo el ojimiel, mirando fijamente su tazón de te

- lo sé…. También escuche eso…. Pero después de eso me fui – dijo el ojiazul.

- quieres saber quién es? – le dijo el ojimiel, levantando su vista y fijándola en el ojiazul.

- no… eso es… asunto tuyo . – dijo el ojiazul agachando su mirada.

- gracias por el te – Doumeki se levanto de su lugar, y camino hacia la puerta, giro su cabeza a ver a Watanuki, quien seguía con la cabeza agachada, en eso vio, como una diminuta línea brillante salía por la mejilla del ojiazul. Inmediatamente volvió al lado del ojiazul y con su mano, levanto la mejilla de Watanuki, éste cerró los ojos, al notar el movimiento del ojimiel, y ahí fue cuando lo vio…

Por la mejilla de Watanuki, resbalaba una pequeña lagrima, que había sido iluminada, por la esfera de luz.

- que te pasa? – pregunto el ojimiel. – porque lloras?

- no estoy llorando estúpido, - dijo el ojiazul soltándose del agarre de éste

- mmmm – Doumeki fijo su vista en Watanuki, quien no lo miraba.

- no que ya te ibas? – dijo el ojiazul, mientras recogía los tazones y se dirigió al lavabo, para lavarlos.

Watanuki, estaba a punto de llorar, al no sentir ningún ruido atrás de el, suponiendo que él ya se había ido, sin embargo, unos brazos pasaron encadenándose frente a su estomago, los brazos de Doumeki, lo había agarrado, de tal manera que no podía salir de ellos.

 

- que….? – dijo el ojiazul, tomando las manos del ojimiel y tratando de liberarse

Una mano se soltó de su agarre, pero se situó justo en el mentón de Watanuki, tomándolo con delicadeza, lo giro lentamente su cuello, hasta dejarlos frente a frente

- eres tu – dijo el ojimiel y acto seguido, poso sus labios sobre los labios del ojiazul. Tornando ese ligero tacto en un beso, que al notar la pequeña abertura que había en la de Watanuki por la sorpresa, aprovecho para introducir su lengua, y saborear esa cavidad que tanto había anhelado. Saboreo ese beso, notando que el ojiazul no se resistía. Llevando más profundo aquel beso.

Repentinamente Doumeki, soltó su otro bazo, pero con ambas manos giro el cuerpo de Watanuki para situarlo frente al suyo y sin soltar aquel beso lo abrazo apretándolo contra su cuerpo.

Watanuki, seguía disfrutando ese beso, hasta que se le hizo necesario respirar, apartándose bruscamente de Doumeki.

- tienes 5 segundos – dijo el ojimiel, ante lo cual el chico de las gafas, no entendía y repentinamente, Doumeki, volvió a tomarlo fuertemente entre sus brazos y volvió a besarlo, ahora con más intensidad y pasión.

Watanuki poco a poco se fue acostumbrando al tacto y casi automáticamente, empezó a mediar su respiración, para no separarse ni un segundo de él. Tornando el pequeño pero apasionado beso, en un largo y delicioso placer.

Pasando varios minutos, Doumeki por fin soltó a Watanuki, quien instintivamente agacho la mirada.

- qué pasa? – dijo Doumeki, mirando a Watanuki.

- yo…

Doumeki, levanto la cara de Watanuki, para mirarlo a los ojos – te amo Kimihiro – dijo el ojimiel sin apartar la vista de éste.

A Watanuki se le llenaron los ojos de lagrimas, e instintivamente se abalanzo en un abrazo hacia Doumeki – yo también te amo Shizuka – dijo Watanuki, quien permanecía abrazado a éste.

 

Al día siguiente, los 3 chicos se encontraban almorzando, cuando de pronto una multitud de chicas se asentó frente a ellos.

- Doumeki san, venimos a saber, si aun tenemos la oportunidad – decía una de las chicas

- no… - dijo Doumeki que siguió comiendo.

- bien, si no tienes novia te advertimos que seguiríamos detrás de ti – dijo la misma chica.

- ya tengo pareja – dijo Doumeki, sin dejar de comer.

- QUEEEE????? – dijeron las chicas al unísono. Mientras Watanuki, se tornaba de un color carmesí profundo

Acto seguido, Doumeki, tomo a Watanuki del brazo y le planto un Beso frente a todas las chicas

- PERO QUE TE ESTAS CREYENDO ESTUPIDO!!!!!!!!!!!!!!! – dijo Watanuki, soltándose y haciendo su habitual berrinche.

- jajajajaja así que por fin se lo dijiste Doumeki? – dijo la chica de las coletas.

- como??? – dijo el ojiazul agarrándose la cabeza a punto de arrancarse el cabello. – así que tu lo sabías?????, pero porque Himawari chaaaaaannn!!!!!! – decía el ojiazul en un grito.

- eso no puede ser verdad – decía la misma chica ( que al parecer era la vocera de todas)

- bien… pregúntenle a él. – dijo Doumeki.

Watanuki detuvo su típico baile, al escuchar eso, un escalofrío recorrió todo su ser, al notar las penetrantes miradas del club de fans de Shizuka. Sabía que no saldría librado de esta.

- y bien? – dijo la líder

- …… - Watanuki seguía estático, no podía hablar, no podía negar que fueran pareja, pero tampoco quería que esas chicas siguieran junto a él, así que hizo lo que le pareció más correcto….  Echarse a correr.

- ……..  TRAS ÉL!!!!!!!!!!!!!!!!! - Grito la líder, y todas las chicas corrieron a alcanzar a Watanuki, quien ya se encontraba en el patio trasero de la escuela.

- de aquí no te vas hasta que nos lo digas – decía la líder

En ese momento dos figuras, se acercan lentamente, ante ellos, situándose al lado del ojiazul.

Watanuki miro a ambos, no sabía qué hacer, no quería herir a nadie, vio la mirada del Ojiazul, que se fijaba en sus ojos, tan intrigantes, era imposible para el saber lo que estaba pensando, pero sabía, que lo estaba hiriendo y vio la mirada de la chica de las coletas, que le sonreía felizmente.

Decidido, miro a las chicas dispuesto a hablar. Abrió la boca….

Y tomo a Doumeki del cuello del gakurran y lo beso.

- Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaa – gritaron varias chicas

El beso que Watanuki le había dado a Doumeki, había sido algo brusco, pero Doumeki se encargo de hacerlo más dulce, tomando al ojiazul de la cintura y alargando mas el beso.

- bueno chicas… supongo que con esto queda claro – dijo la chica de las coletas, mientras le daba señas de que se fueran de ahí saliendo todas de ahí. Incluida Himawari chan que seguía una dulce sonrisa.

En poco tiempo ambos chicos se quedaron completamente solos, pero no lo habían notado, porque seguían besándose. Tan apasionadamente que no tenían la intención de separarse

 

 

OWARI

 

 

 

 

 

EXTRA:   (si quieren, pueden leerlo, solo explica algunas cosas que quedaron en el aire)

 

 

Mókona: que paso con las esferas de luz?

Yuuko: que no lo viste???, esas esferas desaparecieron en cuanto Doumeki, puso sus labios sobre los de Watanuki.

Mókona: si… si lo vi, pero… que paso?

Yuuko: bueno esas esferas de luz, eran los sentimientos de la hija de la reina de la quinta dimensión, al purificarse cuando Watanuki la sostuvo en su pecho.

La hija de la reina fue quien pagó por haberla rescatado, desde el otro mundo, mando dos esferas, que separo de su propio corazón, sabía exactamente lo que ambos significaban.

Mókona: y porque desaparecieron en cuanto ellos se besaron?

Yuuko: bien… porque el pago era… que ambos encontraran la felicidad, de estar junto a la persona amada, así como le había pasado a la hija de la reina. Y si la encontraban, esas esferas se fundirían en el interior de ellos.

 

Fin del extra.

 

 

Notas finales:

Espero que les halla Gustado

en todo caso, criticas, sugerencia, amenazas de muerte, al rr ^^

 

Arigatou x haberlo leido


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