Capitulo V: “Hermanos”
Miraba por la ventana hacia el exterior de aquel avión, hace ya tiempo que el mar, implacable y lleno de fuerza, había quedado atrás para dejar paso a las grandes extensiones de tierra. El ver aquella inmensa masa de agua le recordó a su madre, ella siempre había dicho que el era como el mar, indomable, temerario, misterioso; una sonrisa melancólica cruzo por su cara haciendo que el rubio del reflejo le dedicara la misma sonrisa. Su madre… como la extrañaba.
-Señores Pasajeros favor de colocar sus asientos en forma vertical y asegurar las mesitas en los asientos, estamos a punto de aterrizar- se escucho una voz femenina amplificada por un micrófono- Tokio tiene una temperatura de 21 ºC con un día hermosamente soleado, esperamos que su viaje haya sido cómodo y satisfactorio, Akeru* Japan Airplanes les agradece su preferencia esperando volver a tenerlos con nosotros, gracias- La voz de la azafata desapareció con u pequeño pitido para depuse volver a comenzar, esta ves diciendo todo lo anterior en ingles.
-Ah... yo…- la chica que había sido designada a su lado en primera clase estaba volteada hacia el, sostenía una cámara fotográfica con sus manos temblorosas mientras se esforzaba por hablar- Me preguntaba si… podría… si no te molesta… yo…
-Claro, no hay problema- le respondió el blondo sonriéndole ampliamente. La chica lo miro con ojos embelesados para luego sonreír agradecida por que aquel guapísimo rubio hubiera entendido y ella no hubiera tenido que tartamudear cerca de una hora para pedirle una foto. El rubio tomo la cámara fotográfica de la chica, la abrazo, sonrió y los fotografío el mismo ante la mirada ilusionada y sonrisa radiante de la chica.
-¡Muchísimas gracias!- la chica miraba la foto con ojos entusiastas- siempre eh sido su fan… esto es increíble, usted es mi ejemplo a seguir, algún día quisiera ser como usted.
El rubio la miro sorprendido y luego sonrió halagado por tales palabras.
Después de que el avión aterrizara suavemente sobre la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional Haneda* y se colocara correctamente para poder decender, el rubio tomo con ansias sus cosas, ya quería bajar, ya quería llegar a casa. Camino por el pasillo que separaba los asientos hacia la salida del avión, una joven y linda azafata se inclino ante el deseándole feliz estadía, después le miro y sus ojos se abrieron con sorpresa.
-Usted… usted es…- empezó a decir, el rubio se llevo el dedo índice a los labios con una pequeña sonrisa en su rostro, pidiéndole silencio a la azafata, ésta sonrío y le paso una servilleta, el rubio rió levemente y le firmo un autógrafo antes de salir del avión, ya casi estaba en casa, solo hacia falta las maletas y podría dirigirse a casa.
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-¿Qué no tienes nada que hacer con tu mediocre vida o que?- le pregunto molesto el azabache a un peliplatinado que estaba dando pequeños saltitos mientras ponía un DVD en el reproductor y encendía la televisión para luego acostarse boca abajo en el suelo con la cabeza recargada sobre sus manos y las piernas flexionadas moviéndolas de un lado a otro.
-No se a quien quieres engañar, terminaras viéndolo como yo- le dijo Suigetsu sin apartar la vista del televisor
-A diferencia de ti- le contesto Sasuke con altivez- yo si tengo deberes que hacer y no soy un flojo
-Y al igual que yo, tu estas enamorado de un chico que aparece en esta serie, así que irremediablemente vas a terminar bajando ese aburrido y estúpido libro para quedarte como idiota con la boca abierta viendo a cierto rubio.
Sasuke bufo molesto para luego dirigir su vista hacia el libro que sostenía en sus manos mientras que una canción perfectamente conocida por el azabache y por todo Japón empezó a escucharse. El opening de Tokio Drama iba empezando mientras las imágenes de cuerpo completo de los chicos protagonistas aparecían sobrepuestos a las grabaciones de algunos episodios de la serie que estaban de fondo, también iban apareciendo los nombres de los actores como si se fueran escribiendo con una pluma invisible. Sasuke no pudo evitar dirigir la mirada al televisor en el justo momento en el que él sabía que su rubia obsesión saldría presentado en el opening.
-¡Lo sabia!- dijo triunfante Suigetsu
Sasuke bajo su mirada hacia el, Suigetsu lo observaba con una mueca burlona y triunfante. Sasuke arrugo el ceño, molesto por que su estúpido amigo lo hubiera atrapado.
-Oh… Neji Hyuuga- dijo ausentemente el azabache mientras señalaba con un movimiento la pantalla del televisor, Suigetsu se volteo de auto reflejo con los ojos ilusionados para ver a Neji Hyuuga aparecer en el televisor; inmediatamente dos segundos después se dio cuenta de su error y ruborizado miro al azabache.
-Si serás tramposo
-¿Yo que tengo la culpa de que estés enamorado del cabrón ese?
-¡No estoy enamorado joder! Ni siquiera me gusta
-Si claro- dijo el azabache rodando lo ojos
-¡Es verdad! Solo es… diversión
Sasuke levanto una ceja incrédulo ante las palabras de su peliplatinado amigo. Lo conocía muy bien, mejor que nadie, aunque Suigetsu no lo creyese ni se lo imaginase, Sasuke lo conocía como la palma de su mano, y sabia que si aquello no fuer mas que diversión y sexo desenfrenado, su amigo no estuviera en ese mismo momento sentado en el suelo de su sala, molestándolo para ver ahí la primera temporada de “Tokio Drama”, no… definitivamente no era solo “diversión”.
-¿Así que ya tienes novio eh?- en la entrada a la sala se encontraba recargado con elegancia un guapo azabache de cabello largo y leves ojeras bajo sus ojos negro profundo que lo hacían ver mucho mas maduro y sensual.
-¡¿Novio?! ¡Antes muerto!- respondió Suigetsu con una mueca de horror en la cara
-Que dramático…- dijo por lo bajo Sasuke mientras seguía en la lectura de su libro
-Ya sabes que yo solo soy tuyo Sasukin- Suigetsu reía con sorna
-Ni loco me meto contigo pedazo de imbécil
-Claro, es que tú los prefieres rubios
-Y tu castaños ojiperlados
-Yo también los prefiero rubios- dijo finalmente Itachi zanjando la discusión mientras se dirigía hacia el sofá donde Sasuke estaba sentado. Se sentó en el y vio hacia el televisor- Ese niño esta de infarto- mascullo Itachi refiriéndose a Naruto quien ahora aparecía en la pantalla sonriente por haber ganado un partido de futbol.
-¿También te gusta Naruto-san?
-¿Y a quien no le gusta el chico ese?
-Cierto- contesto Suigetsu pensativo- vaya lío…
Sasuke, quien se había limitado a quedarse callado al escuchar a su hermano terminar con su discusión con Suigetsu, oprimía en esos momentos el libro que leía momentos antes y el cual amenazaba con hacerse trizas en sus dedos de un momento a otro. Suigetsu advirtió el hecho velozmente
-No lo entiendo, si tanto te gusta ¿Por qué no hablas con el?- le pregunto rápidamente el platinado a Itachi- Siendo quien eres es fácil localizarle.
-Es muy pequeño para mi- dijo con una sonrisa pervertida el mayor- Creo que se me encarcelaría en cuanto pusiera una sola de mis manos sobre él- miro de reojo a su hermano menor quien estaba dejando marcas de uñas sobre la portada del libro- Además de que mi outoto tomara venganza contra mi si me le llego a acercar.
-No digas estupideces, por mi haz lo que se te venga en gana
Itachi sonrío a su hermano para luego revolverle el cabello azabache con un gesto cariñoso. Sasuke se aparto molesto y miro molesto a su aniki, éste se le acerco lentamente al oído para susurrarle unas quedas palabras.
-Si no reclamas lo que en verdad quieres como tuyo, alguien lo hará tarde o temprano.
Sasuke miro sorprendido como su hermano se separaba de él para luego darle un fugaz y mecánico beso en los labios antes de salir de la sala dejándolo levemente ruborizado. Suigetsu había dejado el momento íntimo de los hermanos lejos de su ávida vista para concentrarse en el televisor, Sasuke agradeció que no les hubiera estado viendo.
Después de 5 capítulos en los que Suigetsu no despego ni por un solo momento la vista de la pantalla del aparato y en los que Sasuke luchaba persistente para no mirarlos rindiéndose finalmente al tercer episodio, el móvil de Suigetsu empezó a sonar, sobresaltando a ambos chicos, aunque claro solo Suigetsu dio muestras de eso. Suigetsu se apresuro a contestar mientras Sasuke fingía que había estado leyendo todo este tiempo y que la lectura le había absorbido.
-¿Diga?- contesto el platinado, la otra persona respondió algo a lo que Suigetsu abrió los ojos estupefacto- …Hola… eh, bien… ¿a-ahora?- pregunto él chico sorprendido mirando el reloj de su muñeca, Sasuke escuchaba la conversación ausentemente con una vaga idea de quien era-…No, no esta bien… no, en serio, no hay problema… ¡no!- el chico se sobresalto-… es decir, puedo irme por mi cuenta… no te preocupes por eso… claro, ahora mismo voy… adiós.
Suigetsu colgó lentamente y con gesto perdido el móvil para luego reparar en Sasuke.
-Eh… debo irme
-Hn
-Mi…eh… madre
-Déjate de idioteces- dijo Sasuke poniendo los ojos en blanco y mirándolo con hastío por lo que su idiota amigo estuvo a punto de inventarle y que obviamente no funcionaria en lo mas mínimo con él- Lárgate de una vez que no creo que al tipo ese le guste esperar.
Suigetsu se ruborizo violentamente para luego darse la vuelta y recoger mochila
-Me llevas el DVD mañana- dijo el platinado mientras salía apresuradamente hacia la puerta.
-Hn
Sasuke miro el reloj de marca costosa que lucia su muñeca. Ya casi era hora, se levanto del cómodo sofá de aquella espaciosa y elegante sala y se dirigió al baño para ducharse.
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No sabía por que demonios se sentía así, pero, tenía nervios. Las manos le temblaban levemente y sentía el estomago vacío y suspendido en el aire. Se regaño a si mismo por aquella tonta actitud que estaba tomando, le estaba dando demasiada importancia al asunto.
Llego a aquel carísimo y elegante restaurante en el auto manejado por su chofer, que Iruka había comprado para asegurarse de la protección del rubio; le habría gustado mas tomar un taxi pero su manager se lo negó firmemente mientras se ponía el saco y le decía que tenia una cena con una persona importante y que si todo salía bien el rubio llegaría a un nivel artístico y famoso que difícilmente alguien podría sobrepasar.
“Debes llegar temprano, ¿vale?” Naruto recordó las palabras de su manager antes de salir de la puerta; con un suspiro salio del coche diciéndole al chofer que le llamaría cuando necesitara de sus servicios.
El restaurante era hermoso y de un estilo francés renacentista que dejaba atónito. El recepcionista del restaurante lo miro algo asombrado al principio para luego recomponer su serio porte y preguntar por su reservación.
-Eh… ¿Sasuke Uchiha?- contesto algo inseguro el blondo
El hombre asintió levemente mientras una imperceptible sonrisa se dibujaba por escasos segundos en su prudente y educado rostro, como si lo que hubiera dicho el rubio hubiera sido algo que el hombre debía esperar.
Lo llevo por aquel elegante restaurante parando por el área donde la mayoría de las mesas estaban distribuidas hasta llegar a un espacio privado donde las mesas estaban mucho mas separadas unas de otras y donde finas y elegantes paredes de madera les daban intimidad a cada una de ellas. Naruto observo a las elegantes personas que estaban sentadas en algunas mesas, todas con ropas costosas y aristocráticas. Llegaron a una mesa localizada en la esquina de aquel espacio, los vidrios de las ventanas eran tan transparentes que parecían no estar ahí, dejando ver una hermosa y asombrosa vista hacia la majestuosa y totalmente iluminada ciudad de Tokio. Aquel restaurante estaba sobre una colina localizada el el distrito mas distinguido y aristocrático de la cuidad.
En la mesa un azabache esperaba sentado, moviendo levemente en círculos una copa con un poco de vino, cuando el hombre y Naruto se acercaron el chico alzo la vista y los vio, se levanto de su asiento cuando el rubio estuvo enfrente de la mesa, el recepcionista hizo una inclinación respetuosa y se fue.
Los chicos se sentaron y Naruto sintió la profunda y directa mirada del azabache sobre él.
-Bien, ya estoy aquí ¿De que querías hablarme?
-¿Qué quieres pedir del menú?- lo desvío el azabache. Naruto hizo un gesto molesto por que el azabache no le hubiera contestado su pregunta pero aun así tomo la carta y, cuando uno de los meseros vino para atender su orden, Naruto ya estaba muy seguro de que comer, lastima que en aquel fino restaurante no sirvieran ramen.
-En un momento les traemos sus platillos caballeros- dijo el joven mesero y se fue.
-¿Cómo conseguiste mi numero de móvil Sasuke?- pregunto el rubio mirándolo a los ojos, a esos ojos negro azabache tan profundos como un abismo en el que te podías perder y quedar ahí encerrado para siempre. Sasuke tomo un sorbo mas de vino con paciencia, nunca había dejado que alguien desconocido le llamara por su nombre, pero con aquel rubio era diferente, con Naruto todo era diferente.
-Tengo mis contactos- dijo escuetamente el azabache mientras volvió a tomar un sorbo de vino.
-¿Así que ahora me acosas?
Sasuke estuvo a punto de escupir el vino
-¿De que cojones hablas? Yo no haría eso
-¿Ah no?- pregunto desafiante el rubio con una ceja levantada- ¿No mandarías a alguien a saber donde estoy y que hago?
*Claro que lo haría, pero en cuanto te reclame como mío y cuando lo consiga por mis medios*
-No- mintió el azabache. Naruto inclino hacia delante, acercándose a él.
-Mientes
-Por el momento no, no lo haría, no ahora
Naruto indago en sus ojos, observando en ellos los leves cambios que mostraba, y verificando que ciertamente Sasuke decía la verdad, por el momento no le acosaría, no sabia si tener miedo o estar feliz, y eso le confundió.
-Eso si que me tranquiliza- dijo irónico el rubio alejándose del centro de la mesa.
Sasuke no pudo evitar una pequeña sonrisa ante aquel chico, el estar con él simplemente lo ponía feliz, sentía su cuerpo estremecer, sentía su corazón bombear la sangre rápidamente.
El mesero llego con la orden y los chicos se dispusieron a comer. Después de 20 segundos de monótono silencio, Sasuke estaba listo para habla con el rubio, necesitaba resolver una duda.
-Te vi la otra noche… en una entrevista
El rubio alzo la mirada de su platillo para concentrarla en el azabache.
-Así que… bisexual, ¿eh?- dijo Sasuke como quien no quiere la cosa
Naruto estuvo a punto de atragantarse y ahogarse con el spaghetti al escuchar la pregunta burlona del chico.
-¿Perdona?
-Es raro, tú nunca habías aceptado que los chicos te gustaran y ahora ya lo dices públicamente
-Las cosas…
-… cambian, lo se. Lo que se me hace extraño es que hayas soltado la noticia hasta ahora
-No me sentía preparado- mintió el blondo. Sasuke lo noto al instante
-Ahora tú mientes
-Claro que no
-¿Qué te hizo convertirte en bisexual?- pregunto el azabache inclinándose hacia Naruto
-Varias cosas
-¿Cómo cuales?
-Pues muchas
Sasuke sonrío de lado con arrogancia.
-¿Es por que nos besamos?- le pregunto al blondo, éste dejo salir un jadeo
-¡Claro que no!- le contesto ruborizado- No eres el centro del mundo, ¿sabes?
Sin embargo Sasuke seguía sonriendo, sus sospechas estaba casi confirmadas.
-¿A cuantos hombres has besado Naruto-san?- le pregunto el azabache, al rubio se le tiñeron las mejillas de rojo. La verdad es que esa pregunta no solo era para responder a las dudas de Sasuke, si no por que a Sasuke lo carcomía el pensar que esos labios ya habían sido de otro.
-Eso es algo privado
-¿Solo a mi, cierto?
-¡Joder! ¿Qué cojones pretendes?
-Tengo unas teorías y quiero confirmarlas.
-¿Teorías?- pregunto confuso Naruto con el ceño fruncido, luego sonrío de medio lado de manera sexi- ¿Qué teorías?
El azabache se inclino mas hacia delante, hacia el rubio.
-Creo que te declaraste bisexual por que nos besamos- le dijo el azabache con suficiencia- creo que te gusto ese beso, creo que en verdad te gusto y que por eso ahora eres bisexual.
Naruto lo miraba fijamente con ese par de zafiros resplandecientes que parecían quitarle luz al mismo cielo cuando se les comparaba. Vaya teme tan mas arrogante, Naruto tenia unas terribles ganas de contradecirle, pero no podía, por que no estaba seguro de que fuera mentira, no sabia por que se había declarado bisexual, o al menos, aun no estaba seguro. Entonces recordó algo que lo hizo sonreír con malicia.
-Espera un momento…- dijo Naruto recordando- ¿Cómo estas tan seguro de que siempre me eh declarado completamente heterosexual?
A Sasuke solo le bastaron unos segundos para notar por que camino iba dirigido el rubio, se quedo callado, incapaz de contestar.
Naruto entrecerró lo ojos y sonrío burlonamente
-Vaya vaya… ahora no eres el único con teorías- dijo el rubio inclinándole hacia delante
Sasuke entrecerró los ojos, intentando pensar en una manera de salir de esa situación.
-Tal parece que no, aunque lo mas probable es que te equivoques dobe
Pero Naruto siguió sonriente sin inmutarse. Se inclino aun mas, recargándose en la mesa.
-Te gusto…- le susurro calida y suavemente al azabache- Y te gusto mucho, tanto que sigues mis pasos… ¿cierto?
-¿Qué te hace pensar esa estupidez?- ahora el azabache era quien estaba en jaque. Debía revertir la situación a como diera lugar, debía tener el control de nuevo. Se maldijo a si mismo y a la situación, ese maldito y condenadamente guapo rubio era bueno, muy bueno.
-No lo niegues, puedo verlo, en tus ojos… puedo ver que eh dado en el clavo- le susurro el rubio dejándole sentir al azabache su aliento calido y dulce. Vale, era hora de una nueva jugada, tenia que recuperar el control de esto, tenia que saber si a ese blondo le gustaba él. Se dispuso a alejarse de la mesa y del rubio, aunque su cuerpo quisiera justamente lo contrario.
Pero el azabache no contaba con que Naruto no era de los que abandonaban la situación, y mucho menos cuando es él mismo quien tiene el control de las circunstancias. Justo cuando el azabache se hacia para atrás, alejándose del rubio, éste lo tomo por la camisa para impedírselo, se acerco mucho mas a Sasuke, a solo unos cuantos centímetros de los labios, Sasuke podía perderse en ese mar azulino, sus sentidos empezaban a flaquear, su cuerpo quería tener el control por si solo, por que Sasuke lo sabia, oh vaya que lo sabia, que su cuerpo solo deseaba estar con el del rubio, que sus labios ansiaban besar los del blondo, que sus manos estaban desesperadas por tocar esa piel suave y acanelada.
-¿Quieres que te bese… Sasuke?- pregunto sensualmente Naruto, dejando fluir las palabras como una canción, como un hechizo que no solo hacia efecto en el azabache, si no en él también, su manos habían reaccionado casi por si mismas, impidiéndole al azabache alejarse de él en lo mas mínimo. Naruto se sentía extasiado mirando ese perfecto y níveo rostro, quería besarlo…
Si, eso quería, añoraba besarle como aquella vez del balcón, ambicionaba poder abrazarlo y sentirlo, quería simplemente estar con aquel azabache, con Sasuke Uchiha.
Unos pitidos empezaron a escucharse, y fue como si aquel hechizo se empezara a desvanecer, el reloj del rubio tenia alarma y estaba avisándole que ya iba tarde.
-¡Joder!- maldijo el rubio y apago la alarma. Sasuke se separo, tenia la respiración agitada y el corazón le latía a mil por hora. ¡¡Que cerca!! A solo unos centímetros de besarse
*¡Maldito reloj de mierda! ¡¡¡Maldito destino cojonudo!!!* pensaba el azabache
-¿Tienes algún compromiso?- le pregunto Sasuke con un leve tono de celos
-Le prometí a mi manager llegar temprano- dijo el rubio son un suspiro. Sasuke se relajo… el manager, solo era eso.
-Hn… ya veo
Sasuke alzo una mano y chasqueo un dedo ante la confusa mirada del rubio. Momento después el mesero les traía una pequeña capetita de piel donde el azabache coloco una tarjeta de crédito. Naruto entendió lo que pasaba.
-No, déjame yo pagar la…
-Te invite yo, ¿cierto?- le corto el azabache- así que yo pago
-Pero…
-La próxima invitas tú- dijo el azabache con una sonrisa altanera de medio lado.
*¡Joder!* pensó el rubio, como le gustaba esa sonrisa.
Salieron del restaurante, afuera el atardecer estaba cayendo, regando sus suaves y rojizo rayos por todas partes, sacando destellos dorados en el cabello del rubio.
Naruto saco su móvil, debía llamarle al chofer para que le recogiera, pero el azabache le tomo de la mano con tacto suave, como si temiera dañarle y le llevo caminando hacia el estacionamiento
-¿Qué haces?- pregunto perplejo el rubio mientras se dejaba llevar por Sasuke. Su mano ardía, ardía en llamas que no herían si no más bien extasiaban.
-Te llevare a tu casa- contesto simplemente Sasuke. Sentía como su mano le mandaba miles de descargas eléctricas al cuerpo, descargas que lo hacían estremecer de felicidad y placer.
-¿Qué? No… no te preocupes yo…
Pero Naruto no pudo terminar la frase, el azabache se había detenido en seco y mirada entre anonadado e irritado un Porsche rojo que estaba frente a ellos con las luces encendidas. Naruto iba a preguntar que sucedía cuando la puerta del piloto se abrió y por ella salio un hombre joven idéntico a Sasuke.
-Hola… outoto-baka- saludo el joven
Naruto lo miro sorprendido, ¿outoto? Ese era el aniki de Sasuke? Era increíble, se parecía muchísimo, demasiado diría el rubio.
-¿Qué mierda haces aquí Itachi?
-Vengo a llevarte a casa- contesto el mayor con una amplia sonrisa
-Itachi- le dijo Sasuke mientras respiraba profundamente para intentar calmarse- Por si se te acabaron las neuronas y no lo recordabas… tengo automóvil
-Si, lo se- respondió el mayor con gesto despreocupado- pero se lo ah llevado la grúa
-¿Qué que? ¿¡¿Cómo que se lo ah llevado una puta grúa?!? ¿¡¡¿Por qué coño se lo ah llevado una grúa Itachi?!!?
-Por que sabia que no aceptarías irte conmigo a menos que fuera necesario- el mayor parecía muy despreocupado de la furia de su hermanito- Anda ven, que hay que llevar a Naruto-san a su casa
Sasuke parecía al borde de un ataque de ira. Venganza, destrucción, sangre y muerte eran lo único que pensaba en cuanto a su hermano en ese instante. Naruto se preocupo por la mirada llena de ira de Sasuke así que le apretó la mano que aun llevaban unidas. Fue como por obra de magia, la respiración de Sasuke se calmo, su ceño fruncido se relajo y su mirada llena de odio y fuego se apago cuando vio aquellos orbes acuosos.
-Eh… en serio no es necesario, yo puedo llamar para que vengan por mi Uchiha-san- le dijo Naruto a Itachi.
-Oh no, no, no, por supuesto que no- respondió éste- seria muy descortés de nuestra parte permitirte hacer eso, por favor Naruto-san, permítenos llevarte a tu casa.
-Yo…- empezó a decir el rubio con la intención de negarse pero sintió un leve apretón en su mano. Miro a Sasuke, quien, impasible, lo perforaba con esa mirada oscura y misteriosa, y no supo como ni por que, una afirmación salió de su boca en ves de la negación.
Las enormes mansiones iban pasando en intervalos mientras un alegre Itachi iba hablando como si no hubiera un mañana, Naruto no tardo en acostumbrarse al humor desentendido y despreocupado de Itachi y así empezar a hablar con el. Los últimos rayos de sol caían por aquellas calles, anunciando la llegada de la oscuridad.
Se detuvieron frente a una hermosa mansión de acabados griegos y el rubio se dispuso a salir, siendo imitado por los otros dos.
-Muchas gracias por todo Itachi-san, Sasuke- les dijo haciendo una leve inclinación
-¡Oye! ¿En que quedamos?- le pregunto con una falsa indignación Itachi. Naruto se echo a reír
-Lo siento, se me había olvidado, gracias Itachi- le llamo por su nombre el rubio. Itachi asintió satisfecho.
-Bueno… yo… eh, revisare el sonido por que… anda fallando- dijo Itachi como mero pretexto para meterse al coche y que los dos chicos se despidieran, pero antes incluso de que Itachi se introdujera al auto, una mancha borrosa amarrilla llego hasta ellos desde el otro lado de la calle.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Naru-chan!!!!!!!!!!!!!!!!!
Naruto cayó hacia atrás por el peso de otro cuerpo sobre él ante la atónita mirada de dos guapos y elegantes azabaches.
Un rubio de cabello largo sujeto en una cola de caballo, con un mechón suelto que le tapaba la mitad de la cara y con unos impresionantes y distintivos ojos azules estaba encima de Naruto mientras lo abrazaba con efusividad y le daba pequeños besitos en la boca al menor, quien estaba completamente sonrojado.