Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Entre la Cocina y el Espacio Estelar" por Ddai

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

HOOLA NEESMA!!!! SALUDOS!!!

Por fin es lunes!!!! dia de actualizacion!!! espero que lo disfruten ^^

Gracias por leer y por los RR. nee tal vez no les parezca muuucho, pero por aqui es que se comienza a poner interezante y en el capi diez *sonrisas sonrisas* vamos a saber mas de ellos dos ujujujujujujujuju

"Entre la cocina y el Espacio estelar"

 

Capítulo VIII

"Ausente"

 

Ichigo estaba estupefacto ¿El, el ganador? ¿No se trataría de una broma? Por los gestos nerviosos de los otros y por la actitud tan áspera de Grimmjow debía de suponer que era en serio. El peliazul se fue a la cocina sin decir nada, todos respiraron con cierto alivio, pero aun les faltaba soportarlo el resto del día con ese humor infernal, al menos por ahora no mataría a nadie...

 Ichigo seguía desconcertado ¿Cómo era que en verdad había ganado? Grimmjow siempre fue mejor que él.

-Discúlpalo-pidió Shawlong-a pesar de tener ya veintidós años se porta como un crío de cinco-miró al pelinaranja de manera objetiva, él lo conocía porque lo había visto en varias revistas de cocina-Tal vez esto sea justo lo que él necesita-sonrío casi imperceptiblemente, ya que el siempre era muy serio.

-¿Perder, él?-el pelinaranja estaba que aún no se la creía-No había conocido a nadie mejor que él para Cocinar, yo no creía que llegaría a superarlo-sentía en su interior que estaba siendo defraudado, algo le decía que ahí había algo mas- Es extraño que se halla comportado así, antes él no quedaba satisfecho hasta que hubiese probado lo que hice para burlarse de mi "falta de talento"-los miró, a todos, con detenimiento, analizándola situación-Algo le pasó ¿Cierto?-

-Compruébalo tú mismo-Shawlong le ofreció de la comida que el peliazul había preparado, mirando el gesto de incredulidad del pelinaranja-¿Qué piensas tú sobre esto?-

-No puede ser...-esa comida era lo más... insípido que había probado en su vida, no porque no tuviera sabor, era más bien que... no había nada especial en ella.-¡El cocina mucho mejor que esto!-eso lo hacía sentir herido ¿Qué caso tenía ganar de esa manera?

-Eso era antes... Desde que regresó él me dijo que no podía volver a cocinar-contesto con un cierto aire de pesar mientras tomaba asiento junto a Ichigo-Creí que esta competencia lo haría cambiar de parecer y que el haría superar lo que fuera que le hubiese pasado, pero creo que no ha funcionado...-

Kurosaki se quedó pensativo, debió imaginar que algo andaba mal desde el momento en que Grimmjow no se había burlado de él o que no dio una introducción a sus platillos, como el gustaba hacer para presumir, esperaba que lo que le pasara a Grimmjow no fuera algo tan malo. Se despidió cortésmente de todos, agrediéndoles todas sus atenciones más aún por permitirle cocinar ahí mismo. No sabía lo que le pasaría al peliazul, pero le tenía un cariño especial, él creía que eran amigos, de alguna extraña manera, sentía que debía ayudarlo a ser el de antes, pero no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo. Antes de hacer cualquier cosa tendría que hacer una pequeña investigación...

Ulquiorra se había levantado tarde, de nuevo, su noche no había sido precisamente buena, cada que cerraba los ojos solo veía en azul, lo cual le molestaba bastante y cuando por fin había podido conciliar el sueño solo tuvo "la peor pesadilla de toda su vida" El y el peliazul teniendo sexo, pervertidamente, ¡Sobre la luna! Hasta el mismo reconocía que eso era bastante loco y bizarro.

Lo peor del caso es que al despertar tenía una "linda casita de campaña" brotando su sábana, para colmo de males el mentado conejo había decidido que aquel era un buen lugar para dormirse, ganas de matar a la pelusa no le faltaron, menos mal que había decidido dormir tapado porque, debido a su cansancio, se había acostado desnudo. Ese maldito conejo no solo era un destructor, también era un morboso pervertido. Tenía que dejar de pensar en ello, que una pelusa siniestra tratara de "violarlo" sonaba demasiado desquiciado, incluso para él.

Con su pereza "fortalecida" no se levanto de la cama hasta después del medio día, se paseó en su departamento con solo los bóxers puestos, con todos los ventiladores prendidos y su único motivo fue que tenía hambre.

Supo de la contienda de aquellos dos locos de cabellos llamativos, ese tipo que había ido con Renji tampoco le agradó, por lo que, y como nadie lo invitó directamente, no se presentó, El no era ningún gorrón como la bola de ineptos que trabajaba ahí, es más, ni siquiera sentía la mínima curiosidad por saber quien había ganado, pero aquella imagen del peliazul gimiendo suavemente no abandonaba su cabeza. ¡Jamás debió tocarlo el día anterior! El recuerdo de ese bulto formándose bajo sus manos era tan vivido y ardiente que no lo dejaba en paz... ¡Maldita sea! ¡Si seguía así rompería el record de más autocomplacencias en un día! Tenía que calmarse.

Sacó uno de sus documentales de avistamientos ovni, en ingles por supuesto, le había salido muy caro, pero cada centavo invertido en él valía la pena. Se puso a mirarlo mientras bebía un refresco casi a punto de congelación. Al momento de beberlo una de esas gotitas que resbalaban por la superficie de la lata cayó sobre su pecho, deslizándose lentamente... Otra más le siguió y él, inconscientemente, se pegó el frío metal sobre su tetilla, su cuerpo se estremeció, no pudo evitar preguntarse cómo se sentirían los dientes de Grimmjow sobre su piel, cómo sería su aliento sobre su...

¿Lo acababa de llamar por su nombre? En verdad se estaba poniendo mal, muy, muy mal. Deslizó sus manos sobre su cuerpo, dejando la lata de lado, tenía su virilidad despierta de nuevo, por eso odiaba las malditas hormonas, una vez que comenzaban a hacer de las suyas no lo dejaban en paz.

Se recostó sobre el sofá, jadeando, su ropa interior estaba hasta sus tobillos y sus manos se movían rápidamente sobre su sexo, buscando alivio, pero él sabía que eso solo sería momentáneo, no podía deshacerse de esa maldita obsesión tan rápido como lo hubiese deseado.

Al dar las seis el restaurante estaba abierto, Shawlong e Yylfort se hacían cargo de la cocina, Edorad, Renji y Ulquiorra ya estaban acabando de arreglar las mesas, Grimmjow no aparecía por ningún lado, pero el pelinegro no iba a ser quien preguntara por él, no sedeaba que nadie sospechara de su mal sana y recién obsesión.

Después de que Ichigo se marchara el jefe fue a hablar con el peliazul, pero éste había salido por la puerta de atrás y en ese momento Shawlong consideró que lo mejor era dejar a su joven amigo solo por un rato, quizás un poco de aire y ejercicio despejaran su cabeza y hallara alguna salida a sus problemas. La tarde de miércoles pasó normal, como cada miércoles en el lugar...

Grimmjow seguía caminado, se había detenido varias veces durante todo el día para descansar un rato para después seguir andando. Odiaba perder, más cuando lo hacía de esa manera tan miserable.

Tal vez su "padre" tenía razón... No, él no era su padre, pero después de llamarlo así por más de 20 años era difícil perder la costumbre.

Había caminado sin rumbo y no tenía idea de en donde estaba, tampoco le importaba. Llegó a un parque cuando el sol comenzaba a caer, se sentó en una de sus bancas, bajo el resguardo de la sombra de un árbol. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué quería? No hacía nada y no quería nada, era así de simple, no fue tan difícil de reconocer ¿Verdad? ¿Qué podía pedir si no tenía derecho a nada?

Suspiró decepcionado, ¿Eso era todo? ¿No tenía nada más? Se sentía más decepcionado de sí mismo, seguramente Shawlong también se sentía así de él,

Se levantó de aquella banca y caminó un poco más, pateando con fuerza un basurero que se hallaba en su camino, consiguiendo asustar a algunos niños que estaban cerca. Su vida era un asco,

La noche cayó por completo y no tenía a donde ir, tampoco sintió hambre, simplemente vagaría hasta caer rendido en cualquier lado, no sería la primera vez que dormiría en la calle, a merced de vándalos y adictos, se había vuelto más fuerte y violento durante esos meses que estuvo vagando en Francia, viviendo de los trabajos eventuales que le habían salido... Tal vez eso era lo que tenía que hacer, Karakura no había sido un buen lugar para él, tal vez en otra ciudad pudiese hallar algo mejor. Pero tenía que pensarlo bien, quizás mañana, que ya hubiese descansado un poco, viera todo más claro.

Después de un largo rato miró su reloj, estaba oscuro ya y pasaban de las doce de la noche, había caminado tanto y no le dolían las piernas, quizás porque no había estado pendiente de la hora. Miró para notar que se hallaba en un barrio "regular", buscaría alguna casa abandonada para dormir allí, solo esperaba que nadie lo molestara o iba a conocer su verdadera furia.

Shawlong llevó a todos a sus casas, quedándose un poco preocupado, pero le había dado a Grimmjow copias de las llaves del local, por lo que si volvía más tarde podría abrir sin problemas. Quiso llamarlo pero ese necio habla apagado su celular. Solo le quedaba esperar. Al día siguiente fue temprano al restaurante hallándolo vacío, ahora sí que comenzaba a preocuparse en serio por el chico, pero iba a concederle un poco más tiempo, sólo unas horas para que volviera antes de ponerse paranoico y llamar a la policía...

Ese jueves el restaurante trabajó normalmente, los chicos estaban preocupados porque no sabían nada de Grimmjow, peor el jefe los convenció de esperar un poco más, diciéndoles que le peliazul necesitaba tiempo, Renji se mantuvo al margen de la situación, para él, Grimmjow, solo estaba haciendo berrinche; Ulquiorra pretendió que no le importaba en lo absoluto, más no podía evitar preguntarse por el paradero del otro,  había logrado "domar" a sus hormonas, pero, aún así, el peliazul, le causaba mucha intriga, no recordaba con claridad el sabor de sus labios y quería volver a sentirlos, esas malditas fantasías no lo iban a dejar en paz hasta que satisficiera, aunque se a un poco, su obsesión con Grimmjow.

Entraron varias personas al restaurante, entre ellas una joven bajita de cabellos negros, se dirigió a su mesa de siempre, sin apartar la vista del suelo, como si estuviera avergonzada, o al menos eso fue lo que todos pudieron percibir de ella. Renji fue de inmediato a atenderla, ya que a ella no le gustaba que ningún otro mesero al atendiera si él estaba en turno.

-¿Un "conejo"?-preguntó el con una sonrisa, recordando el incidente del otro día y a ese hombre de tés blanca y de mirada seria, desde el momento en que lo vio no pudo sacarlo de su cabeza...

-Mmm No, yo... Sólo venía  a disculparme por lo que pasó el otro día...-ella hablaba despacio, sonriendo tristemente, cada que iba a ese lugar tenía que ser a escondidas de su hermano-Yo no quería que...-

-Está bien, Rukia-él le sonrió con sinceridad-Sé lo que es tener "situaciones" con familiares- bueno él no lo sabía personalmente, peor conocía a muchas personas con "hermanos problemáticos".

-Sí, pero... Es que Niisama...-ella no sabía cómo explicarle la situación-A él no le gusta que venga aquí, ni que hable con otras personas, pero... El no es malo-se apresuró a aclarar-Es solo que...-

-Su posición social no se lo permite-dijo él por ella,  sin dejar de sonreírle-Desde el primer día que viniste supe que eras de buena familia, Rukia, incluso pensé que eras una "Pesada, pero me equivoqué, eres una chica amable y sincera-la mirada de él permanecía tranquila mientras que la de ella se humedecía-Por eso acepté atenderte siempre, asique no te preocupes por tonterías, siempre vamos a ser amigos ¿Recuerdas?-le recordó, sin dejar de sonreírle. Mese atrás había sido ella la que le pidió que fueran amigos un día que se la encontró en una plaza, cuando vagaba sola, buscando un súper chappy de peluche...

-Gracias, Renji-ella susurró, sin importarle que la gente la mirara porque estaba llorando.

-Oe pero no llore o van a creer que te estoy haciendo algo-ella le sonrió son dejar de llorar-¿Quieres uh helado?-ella asintió suavemente-Pero va por mi cuenta y sin reclamos ¿Entendido?-él le guiñó el ojo coquetamente y se retiró por el postre.

-Lo sabía-pensó ella, secándose las lágrimas-Renji no es ningún oportunista Niisama, pero tú no crees porque piensas que todos los "pobres" son iguales-y ella se esforzaría porque su hermano viera que el pelirrojo era verdaderamente honesto y buen chico...

El resto de la jornada transcurrió normal, gente entrando y saliendo lentamente; Rukia se había quedado hasta casi las diez de la noche, mientras conversaba de poco en poco con el pelirrojo y de paso conocía un poco más al resto de los meseros, con excepción de Ulquiorra, quien permanecía más distante de lo normal.

Shawlong estaba cada vez más preocupado, Grimmjow aún no aparecía y tampoco contestaba al celular, tal vez no tenía dinero consigo y con esa derrota a cuestas era capaz de cometer una locura... rezaba interiormente para que ese muchacho no salieran en ninguna nota sangrienta, ni en asaltos ni nada parecido. Años atrás, cuando se acercó a él por primera vez, un día que lo vio en un callejón, formaron una banda, se dedicaron a romper las reglas, a irrumpir en lugares prohibidos, robaban e incluso se peleaban mucho con cualquiera que fuera lo suficientemente idiota como meterse en su camino, todo con el único propósito de "divertirse". El peliazul siempre tuvo la necesidad de llamar la atención y ser notado como alguien con "Poder". Infringía la ley cómo un reto para demostrar que podía salirse con la suya. Solo le quedaba esperar que nada malo pasara...

Grimmjow se había despertado con los primeros rayos del sol, a diferencia de lo que pensaba el trenzado él tenía dinero; Se compró una botella de agua para lavarse la cara y saciar su sed. Seguía bastante deprimido, no tenía ganas de hacer nada. Había buscado una vía al bosque cercano y se metió en él, se trepo a un árbol y se pasó ahí todo el día, auto compadeciéndose, maldiciendo y dormitando...

Tenía que pensar en que haría de ahora en adelante, estaba más que comprobado que no volvería a cocinar jamás, regresar al restaurante sólo lo haría sentir peor. Quizás su idea de la noche anterior no era tan mala, vagaría de nuevo, de ciudad en ciudad, hasta que hallara algo que lo motivara, si es que algo así existía por supuesto.

Hacía un calor del demonio, pero lo soporto sin moverse de ese árbol. Al caer la noche miró las estrellas, contemplándolas sentía una gran nostalgia por tiempo pasado, por lo que deseó por años... Finalmente lo había decidido, recorrería Japón, cuando tuviera las fuerzas suficientes para ello, por ahora no tenía ni la menor intención de moverse, todos esos recuerdos lo estaban destrozando, lo deseaba en ese preciso momento era morirse...

Pasaron varios días, amanecía un domingo y varios de ellos habían salido a las calles, por parejas, incluso Renji y Rukia se habían apuntado con ellos para buscar al peliazul por toda la ciudad, aunque desafortunadamente no tenían una foto suya reciente, solo unas en donde Grimmjow tenía unos catorce años, eso sí, el cabello azul era algo muy inusual por lo que quizás tendrían suerte y alguien lo había visto.

A eso de las doce del día el propio Ichigo Kurosaki se había sumado a la búsqueda, él había hablado con un amigo quien le ayudo a localizara a la hermana del peliazul y ella le había hablado, muy poco realmente, sobre su familia y del porque Grimmjow era como era. El pelinaranja deseaba `poder hallarlo para meterle un buen golpe ¿Cómo alguien tan orgulloso se dejaba vencer así de fácil? ¡Claro que no iba a permitirlo! Iba a ayudarlo a salir de ese agujero, sea como sea, para pudiera seguir adelante, para él, Grimmjow, siempre fue un buen amigo y por esa amistad iba a hacerle entender a ese necio que no estaba solo. Lo tenía a él y a todos sus amigos, todos ellos eran una familia, eran los que lo amaban y se preocupaban por él tanto que ese día el restaurante no abriría y posiblemente estuviera cerrado hasta que lo hallasen, aun si eso significaba que tuvieran que buscarlo hasta por debajo de las piedras. Desafortunadamente no podían notificarlo como desaparecido por que él se había marchado por su propia voluntad. No había otra más que hacer que buscarlo de esa manera.

Ulquiorra había salido también, aunque por su cuenta, los demás no tenían que saber que él también lo estaba buscando. El sabía que ir de un lado para otro sin dirección no tenía caso, la ciudad era enorme y no lograrían nada con un método tan estúpido, si querían hallarlo debían de intentar algo más. El día anterior, en lo que todos estaba distraídos, planificando en cómo se dividirían para tratar de cubrir lo más posible de la ciudad él subió al segundo piso, tomó un prenda de Grimmjow para llevársela a Cirucci...

En un principio ella se sintió ofendida, no era ningún perro para rastrear personas y ni siquiera sabía si su habilidad podría usarse así, pero había algo que ella sí podía usar a su favor, ya que Ulquiorra parecía tener cierto apego emocional, aunque el pelinegro prefiriera decir "obsesión accidental", para con el desaparecido...

"Búscalo en un callejón en donde los perros se peleen para sobrevivir... En donde la luz del sol jamás llega y en dónde la escoria se muere de hambre... El muro es de ladrillos rojos y los rayos han cuarteado las paredes... "

Eso había dicho ella, pero en la ciudad habían muchos callejones y... Bueno, todo lo demás era metafórico. ¿Cómo se suponía que lo hallaría con algo así? Ella tenía amigos de muchas clases y  repartidos por todos lados, preguntando fue que hallaron varios lugares a los que les atribuía la peor fama, pero había uno particularmente "acorde" a la descripción de la visión de ella, en donde los perros callejeros se peleaban para sobrevivir... Eso reducía las posibilidades, si es que estaban siguiendo la pista correcta claro, llegar ahí les tomó casi dos horas, estaba en l parte más lejana del lado sur del a ciudad, casi saliendo de ella; los edificios estaban deteriorados y habían vagos en las calles, Desde luego que ella decidió que era mejor retirarse antes e que le pasara algo... Ulquiorra solo entornó los ojos, sin que ella lo notara, dejándola partir, lo bueno era que había decidido ir en tenis, unos gastados que tenía solo porque se había olvidado de tirarlos...

El problema que tenía ahora era que el "barrio" era más o menos grande, para colmo de males tenía muchos callejones... Ella había dicho algo de unos ladrillos rojos y unos rayos, recorrió con detenimiento el lugar, tratando de no llamar la atención, pero había salido tarde de su casa y tardó más en llegar a ese lugar, de eso se había dado cuenta cuando notó que empezaba a oscurecer.

Estaba entrando la noche y aún no lo hallaba, no hubiera sido algo alarmante si no hubiera notado que apenas oscurecer la gente se guardó herméticamente, pensó que seguramente había bandas en el lugar y él estaba expuesto. Camino más rápido, volvería después, cuando hubiera sol que alumbrara las calles, pero era muy tarde, ya muchos habían notado su presencia ahí, era carne fresca... y le querían dar la bienvenida...

Ulquiorra había notado que había dos tipos que lo seguían, más o menos a dos cuadras de distancia, no quería pensar en ello pero, de ser lo que el creía, lo mejor era salir corriendo. A esos dos se les sumaron otros tres, ya iban corriendo detrás de él, ahora tenía un problema mayor, habían otros cuatro por delante, su única salida era la callejuela que tenia a unos pasos al frene, pero, si mal no recordaba, era un callejón... Estaba perdido si se metía ahí, seguramente era lo que esos malnacidos querían y morir violentamente a manos de esas basuras detestables estaba totalmente fuera de su plan de suicidio...

Notas finales:

Bueno liz ya lo leyó pero espero y me deje RR¬¬ jum...

Cuidense y gracias por leer ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).