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Engaño por Manzanita Girl

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Notas del fanfic:

¡¡Hola!! ^^

¡Hehe! Solo a mí se me ocurreo hacer esto... espero les guste... hacer este fic me causo una gran ilusión y no sé por qué xD

Los personajes le pertenecen a su respectivo autor.

Notas del capitulo:

¡Espero les guste!

^^

—Pasa Naruto... no tengas miedo —Esa voz... esa voz... ¡No podía ser verdad! ¡Él no! Su corazón dio un vuelco al ver quién era el que estaba ahí.

—¿S-Sasuke? —Coloco sus manos sobre su boca al ver sentado en esa cama de sabanas aterciopeladas color vino a Sasuke... su Sasuke.

—No Naruto, ahora no soy Sasuke... soy cualquier persona... soy la persona que esperabas ver —Tenía coraje... el verlo entrar tan campante.

—No Sasuke —Quiso evitar que eso pasara... no quería que descubrieran su secreto.

—¡Que no soy Sasuke! —Sus celos... sus celos de encontrar a su novio de esa manera lo hacían actuar así.

Naruto se quedó callado apaciguando el dolor que sentía. ¿Qué haría Sasuke después de eso?

—Bien —Empezó a hablar de nuevo Sasuke —Hazme el amor —Eso nunca se lo esperaba. Abrió sus ojos... eso tenía que ser una mentira. —Hazlo como lo haces con los otros— "Esta es la última vez que juegas conmigo... Naruto" Pensó Sasuke antes de ver como el rubio se acercaba a él y  lo besaba con ternura... ¿Así sería con los otros? Sasuke comenzó a recordar cómo fue que llegaron a esa situación.

 

 

 

Sasuke sabía que Naruto ocultaba algo. Era muy sospechoso el que trabajara de noche. No sabía qué pasaba y... si lo estaba engañando... no, eso no podía ser verdad.

Sasuke sabía que no era buena idea seguir a Naruto a su trabajo, pero la curiosidad no lo dejaba en paz, tenía que comprobar si era verdad lo que pensaba.

Sasuke supo desde el  principio que eso no era lo más inteligente que se le había ocurrido y más al saber el lugar al cual el rubio había entrado: Un burdel. No pudo haber imaginado el que Naruto entrara a ese lugar. A la mejor estaba pensando mal, él no trabajaría de eso... quizá, solo quizá, era mesero o barman.

Con temor entró al lugar encontrándose con lo que no quería... su novio sentado en las piernas de un tipo más grande que él, el tipo le acariciaba la espalda y Naruto se dejaba, al parecer se la estaba pasando muy bien en compañía de ese. Sintió un dolor en el pecho, sin embargo su rostro no reflejaba dolor alguno... moría por dentro, en soledad.

Después de esto Sasuke miraba con otros ojos a Naruto. Se comportaba tan recatado con él y quien sabe cómo era con sus clientes.

Tenía varios pensamientos en su cabeza ¿Cuánto tiempo llevaban de pareja? Un año y en ese año Naruto nunca permitió que Sasuke lo tocara de más y él prometió no tocarlo hasta que estuviera listo... ¡¿Listo?! Para saber con cuantos no se había acostado mientras estaba con él. Nunca permitió que vivieran juntos por más que el azabache quisiera. Sus celos lo cegaban... quería venganza, quería que Naruto dejara de jugar con él.

—Naruto... te arrepentirás de haberme hecho esto —Sus ojos sentellaban de odio.

 

 

 

Se arregló con la mejor ropa que tenía. No podía dejar aquel lugar por más que quisiera, era su trabajo y del sobrevivía. ¿Qué haría si lo corrieran de ahí? No podía pagar sus cosas y dejar que Sasuke lo mantuviera ¡Nunca! Por más que lo amara no podía dejar eso.

Le daba asco que lo tocaran de esa forma. Miró una foto de Sasuke que tenía escondida en su cartera... si la encontraban sería su fin.

—¡Naruto! —Tocaban la puerta de aquella habitación donde siempre atendía a sus clientes.

—¿Qué pasa, Kiba? —Suspiro y guardo la foto de aquel chico que tanto amaba.

—Te mandaron algo, pero mejor ábreme —¿Un regalo para él? Eso no era nuevo, sin embargo aún le impactaba el que tuvieran esas atenciones hacia él.  Con paso cansado se acercó a la puerta y la abrió encontrándose con Kiba y, en sus manos, un sobre blanco.

—Esa es la urgencia: un simple sobre.

—No lo sé... pero Tsunade me mando a dártelo y que quien mando la carta vendrá para tus servicios —De nuevo estar con otra persona que no quería. —Gracias Kiba -No dejo que Kiba terminara de hablar y cerró la puerta. Abrió con cuidado el sobre encontrando una hoja de papel blanca con un verso y un dibujo de una luna.

Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso*

 ¿Qué significaba eso? ¿Por qué su corazón latió con fuerza? Era un simple detalle que lo había ilusionado tanto. Ilusión pensando en una sola persona.

 

 

El escribir la carta fue un error que esperaba no arrepentirse de hacerlo. Suspiro con resignación... en dos días llegaría su tan ansiada venganza.

 

 

—¡Abuela! —Llegaba gritando Naruto a la oficina de Tsunade. Abrió la puerta estrepitosamente encontrándose a Tsunade recostada en su escritorio. —¡Abuela! —Volvió a gritar Naruto en el oído de la rubia.

—¡¿Eh?! ¡Naruto! ¡Porque me interrumpes! Estaba haciendo algo importante —"No estaba durmiendo" Pensó Naruto. —Bueno ¿Qué querías?

—¡Ah! Si... quiero saber cuándo vendrá el que me mando la carta.

—¿Para qué quieres saber? —Era algo interesante el que el rubio le preguntara eso.

—Solo quiero saber... nada personal —Vale, que mentía demasiado mal.

—En dos días.

—Dos días —Susurro. Estaría presentable para esa cita. Solo con esos versos le decían que la persona aquella era interesante.

—¿Ya? Ahora déjame seguir con mis cosas.

Naruto salió de aquel lugar hundido en sus pensamientos. Si atendía de buena forma al tipo estaría engañando a Sasuke... no, era su trabajo, no había sentimientos de por medio, lo que significaba que no lo estaría engañando.

 

 

 

Sus cuerpos estaban desnudos... moviéndose al compás del otro. La habitación estaba oscura y la tenue luz de unas velas era lo único que alumbraba aquel lugar. En la pequeña mesa un vaso con licor y los hielos flotando sobre la bebida. Los gemidos de ambos era lo único que se escuchaba ahí.

 

 

 

Ese era el tan ansiado día en el que conocería a aquella persona que con un solo verso hizo que su corazón saltara de la emoción.

Todo el día estuvo emocionado y Sasuke lo noto, no tuvo más opción que mentir, era lo mejor para los dos. Llego la tarde y el inicio de su jornada laboral. Esperaba con ansias que el reloj marcara las nueve de la noche, ahora en que, según Tsunade le dijo, llegaría su cliente.

Quince minutos para las nueve... no podía concentrarse por pensar en cómo sería. Tenía la ilusión de que al menos una persona no lo utilizara para satisfacer sus necesidades. Pobre iluso.

Llego la hora en que tenía que ir al cuarto que especialmente el sujeto pidió. No sería en el cuarto común donde siempre atendía. Una vez estando enfrente de la puerta, se arregló el cabello y su ropa -La mejor que tenía-y abrió la puerta... lo que vio lo dejo impactado e hizo que palideciera y, para acabar, se puso nervioso. Tenía que asegurarse de que fuera verdad, pero esa voz... no podía confundirla.

 

 

 

La sesión de sexo termino. Sasuke alejo al rubio de él al ver que este intentaba abrazarlo. Su venganza estaba casi lista... solo un pequeño paso para que estuviera satisfecho con su logro.

—Aléjate de mí —Sabía que sus palabras eran frías, pero ¿qué más quería el rubio? Vio cómo se entregaba a él y en su cabeza solo estaban imágenes del rubio haciendo lo mismo con alguien que no era él.

—S-Sasuke —¿Qué le pasaba? Sabía que no lo había encontrado en la mejor situación, pero, ¿No se daba cuenta de lo que hicieron? De que él se entregó como nunca lo había hecho con nadie... que era al único al que amaba. —D-Deja explicártelo

—No tienes nada que explicar, con esto ya me ha quedado claro —Se levantó de aquella cama y comenzó a buscar su ropa para vestirse y dejar atrás todo lo que alguna vez vivió.

—¡No! ¡Espera! Deja te explico —Su voz sonaba anhelante. No quería terminar con lo que vivó con él... era lo mejor que alguna vez soñó.

—Este es el final de esto Naruto... tú y yo nunca nos conocimos, olvida todo lo que alguna vez vivimos, olvida las palabras que te decía y nunca más nos volveremos a ver —El sonido de la puerta anuncio el final de aquella relación.

—¿S-Sasuke? —Finas lágrimas bajaron por su mejilla hasta perderse en esas sabanas que fueron testigo del amor de esa pareja. Aunque Sasuke lo quisiera negar, los dos se habían demostrado su amor en aquella habitación... Naruto lo sintió en cada caricia, cada beso, en cada acción del azabache. Sus sollozos se escucharon por toda la habitación.

Sasuke estaba detrás de la puerta escuchando como lloraba el rubio, quiso entrar a la habitación y consolarlo, pero ya había tomado una decisión. Limpió su rostro que tenía rastros de lágrimas y salió de aquel burdel. Dejando atrás toda una historia...

Notas finales:

* Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) Poeta español.

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