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Una oportunidad por danyleo

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Notas del capitulo:

Basado en el Tomo 11, capítulo 91 y 92 de esta fabulosa serie. Una aclaración: Me fue difícil porque la idea me pareció buena pero ambos siempre han sido ukes para mí. Créanme que pasé seis horas pensando quién sería el seme.

Una oportunidad

 

 

Una oportunidad, eso era lo único que había buscado. Ahora que la tenía, su sueño se había frustrado gracias a que la cobardía de Haruto pudo más que su determinación. Se puso a llorar diciendo que era un inútil y que no tenía caso seguir en el equipo... Eso provocó que su furia se levantara en sobremanera. Sin saber cómo, se acercó al otro.

 

Un golpe se oyó, dejando en silencio a todos. Takami le dio un puñetazo en la cara a Sakuraba Haruto.

 

--¿Por qué? ¿Por qué has hecho eso?-Preguntó el agredido.

 

--¿Tienes la más mínima idea de cuánto he estado...? Durante los últimos cinco años yo...--Su rostro era desconocido por todos, incluido Shin--...Lo siento. Perdona por haberte pegado, he fallado como tu superior. Volveré cuando me haya calmado.

 

Se fue, dejando a todos en shock. Nadie jamás se imaginó que alguien tan centrado y pasivo como Takami, llegara a los golpes por la rabieta de un compañero.

 

Todos se retiraron y Sakuraba se alejó. El presidente de la compañía lo encontró, discutieron y, el rubio se dio cuenta de que todo pasaba por una razón, entonces se decidió. Bajó del auto y salió corriendo hasta que encontró a Shin, corriendo bajo la lluvia. (¡Dios santo! ¡Es imposible no enamorarse de un chico rudo como él! Es tan sexy, varonil y todo un semental *¬*)

 

Él seguramente le ayudaría. Lo alcanzó.

 

--¡Shin! ¡Dime! ¡Dime cómo puedo ser comparado contigo! ¡No soy nadie y todos creen que soy importante! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué te esfuerzas tanto?!

 

El otro, al presenciar su llanto tan sincero, decidió hablar con él para aclarar el asunto con su quarterback. Se arrodilló frente a él.

 

--Tranquilo... No llores...--Cuando levantó su vista, recibió un suave contacto.

 

¡Shin lo estaba besando!

 

--Shin...

 

--No me lo tomes a mal... No lo hice porque esté enamorado de ti. Simplemente es para que no te exaltes. Escúchame bien: Takami reaccionó así, porque hay algo que tú desconoces pero que es de vital importancia para él.

 

El Idol no entendía. ¿Qué era eso que decía el linebacker? ¿Por qué lo besó?

Buscó una respuesta en la mirada del menor. (Ojo aquí, Sakuraba es mayor que Shin, porque su cumple es el 12 de Marzo y Shin es del 9 de julio, aunque tienen la misma edad. Quien no me crea que revise el Tomo 10)

 

--No puedo decirlo, es algo que no me corresponde... Sólo puedo decirte que deberías intentar hablar con él. Créeme, sólo de esa forma encontrarás la respuesta.

 

Sin más, se fue dejando ahí al pobre Haruto que no sabía qué hacer.

 

Varios días habían pasado y Takami no se acercaba siquiera a Sakuraba. Todos se daban cuenta de lo mal que la pasaban ambos. Llegó el reporte diciendo que los Seibu Wild Gunmans era mucho mejor que Oujou. Un grandulón hablando mal de Takami y de la generación de Oro, provocó que Ikari Daigo, saliera furioso para defenderlo. Y es que Ikari, era menor que ellos pero admiraba en sobremanera Takami Ichirou, era prácticamente su Dios.

 

Después de golpear al tipo, Ootawara y el mismo Takami lo llevaron fuera de la sala... Con cadenas lo amarraron y lo presentaron al entrenador.

 

--¡Cálmate Ikari! ¡Pronto verán como son los nuevos Oujou White Knights!

 

--Si... Es verdad que Oujou es más débil que la generación de oro pero...--Decía el quarterback con su habitual calma, pero fue interrumpido por el entrenador.

 

--No. Yo creo... Que los Oujou de este año serán los más fuertes que ha habido nunca. En el torneo de otoño usaremos a Ikari. En cuanto a Sakuraba, por fin está preparado para ser un verdadero atleta.

 

Sakuraba había ido por una soda, después de toda la trifulca de la sala. Total que no podría hablar con Takami porque se había ido con el Couch. De pronto escuchó algo... ¡Era la voz de Takami! Se acercó hasta el lugar siendo cauteloso.

 

--Si no hubiese sido por Sakuraba y por la fuerza que todos me han dado... Yo ahora no sería más que un jugador de reemplazo-Dijo Ichirou nostálgico recordando su ingreso al equipo-Desde que hicieron las prácticas... Supe que sería imposible... Debido a una herida que me hice cuando era pequeño, mis piernas eran muy lentas. Pero el entrenador me dijo algo... Si el quarterback no corre, al menos debe analizar la situación rápidamente para realizar el pase y hacer una jugada efectiva. Entonces decidí, que si no podía correr, al menos estudiaría y practicaría mucho... Tuvieron que pasar cuatro años... Hasta que al fin me eligieron como quarterback-Una sonrisa decaída se instaló en su rostro-Aún así, seguí escuchando lo mismo... Todos decían que a pesar de ser bueno en los pases, era un quarterback de segunda clase... Pero este año, mi última oportunidad por fin ha llegado. Y eso es gracias a que Sakuraba está mejorando poco a poco y logró ser el receptor.

 

--Tienes razón...--Le contestó el entrenador-Recuerdo cuando yo era jugador... Aquel pase de Touchdown en la final... El receptor era muy bajo de estatura y perdimos el campeonato por sólo 10 centímetros. En cambio, la altura que tienen Sakuraba y tú, es una formidable arma.

 

--Yo soy un jugador normal... Pero soy más alto. No puedo evitar los placajes, ni hacer un touchdown por mi cuenta. Por mí mismo... No puedo vencer a nadie... Y por eso he esperado durante mucho tiempo a un compañero que se complementara con mi estatura.

 

Sakuraba se quedó de piedra... ¡Eso era de lo que hablaba Shin! Recordó lo que dijo en el salón.

 

--¡¡He desperdiciado los últimos cinco años!!

 

Después el golpe, que aún dolía, y las palabras del pelinegro.

 

--¿Tienes idea de cuánto tiempo...?

 

Unas lágrimas escaparon de sus ojos miel.

 

 

--He estado esperando al jugador Sakuraba Haruto... Junto a él puedo competir como un jugador de primera clase. Le he esperado por seis años-Dijo Takami con una expresión de pesar. Sabía que su situación era algo tensa.

 

Esa noche, Takami se quedó en el Instituto a revisar las jugadas del equipo para reparar las fallas y organizar las tácticas para los partidos venideros. Estaba en la sala audiovisual trabajando en su laptop, debía esforzarse mucho. De pronto escuchó un sonido: alguien llegó.

Cuál fue su sorpresa al ver que era Sakuraba Haruto quien estaba a unos pasos detrás de él.

 

--Hola Takami-Saludó el rubio con un leve sonrojo.

 

--Ho-hola... Sakuraba ¿Qué haces aquí a esta hora? Ya es muy tarde.

 

--Bueno... Es que... decidí quedarme... No quiero ir a casa aún y quería aprovechar para hablar contigo...

 

--¿Cómo supiste que estaba aquí?-Le preguntó mientras se quitaba las gafas y masajeaba sus ojos, ya le dolían por el cansancio. Ese gesto común e inconsciente, al mayor (Takami es de Septiembre y Sakuraba, ya saben) le pareció muy sensual.

 

--Eh... Pregunté con los demás y me indicaron... Espero que no te moleste. ¿Puedo sentarme?

 

--Claro, siéntate.

 

El rubio se acomodó junto a él.

 

--¿Qué haces tú aquí?

 

--Reviso algunas prácticas, verifico errores y trabajo en crear técnicas. Debo esforzarme mucho-Sonrió cansado y escribió sobre los planos.

 

El otro, recordó la plática que tuvieron con el entrenador. No podía decirle que lo escuchó.

 

--Ah... Eso es muy... Interesante...--El nerviosismo se apoderó de él-Te admiro mucho Takami... Siempre destacas por ser un excelente quarterback. Perdóname si te ofendí cuando dije lo de haber desperdiciado cinco años pero es que en verdad no siento tener ningún talento... Prácticamente soy un estorbo en el equipo.

 

Takami emitió una risa. ¡Vaya sorpresas que da la vida!

 

--¿Sabes que lo que acabas de decir es un gran error? Soy yo quien debería decir esas palabras... Talvez no lo entiendas aún. Tú me conociste hace poco y no supiste cómo fue mi entrenamiento en los Oujou... Créeme que no soy el "excelente quarterback" que tú piensas.

 

Le comenzó a contar lo mismo que habló con Ikari y el entrenador unos momentos atrás. Aunque el rubio ya sabía todo, lo escuchó porque en verdad era interesante escucharlo. Esa seguridad al hablar y los gestos inocentes y maduros de su perfecto rostro, provocaban suspiros internos de los que ni siquiera estaba consciente.

 

--Por eso, ahora que tú estás en el equipo, tengo la firme esperanza de convertirme en un jugador reconocido. Ser una verdadera figura. Lamentablemente-Su rostro ocultó la chispa de alegría que acababa de mostrar-Tú has desistido y... Con eso mi oportunidad se viene abajo. No te reprocho nada y lo de hace rato, me disculpo de la más humilde forma por golpearte, normalmente yo no reacciono así pero... Debes comprender que los sentimientos son traicioneros y me dejé llevar por el momento... Tú no tienes la culpa-Intentó seguir con su trabajo pero una mano lo detuvo.

 

--Takami... Perdóname, perdóname, perdóname, perdóname, perdóname, en serio, te pido de rodillas si es necesario, que me perdones. Yo... Yo fui un completo idiota. Sólo pensaba en mí, pero es que estoy cansado de recibir cosas que no merezco. Por eso me quiero esforzar. Necesito el apoyo sincero de alguien y... Ahora que me has dicho todo esto, créeme que no te dejaré solo. Siempre me esforzaré para ser el mejor receptor y lograr que cumplas tu sueño. Somos un equipo, por lo tanto, tus sueños son mis sueños, mis metas deben ser tus metas y no descansaré hasta que logres ser reconocido como el mejor quarterback de Japón si es posible. Es una promesa...--Su mirada demostraba determinación.

 

El pelinegro observó en silencio al rubio. Suspiró y se volvió a acomodar los lentes, soltándose del agarre.

 

--¿Es cierto lo que dices? ¿Estás haciendo una promesa?

 

--¡Si! ¡Por supuesto! ¡Haré lo que quieras para demostrarlo!

 

--Bien... Aceptaré tus palabras... Tendrás que hacer mucho por eso. Para comenzar, practicaremos más que nadie, seremos los primeros en llegar y los últimos en irnos, no tendremos palabras de decepción y seremos optimistas. Me ayudarás con los errores y técnicas para sacar al equipo adelante y no creas que será fácil... A partir de hoy, eres mi sombra en el equipo.

 

Sakuraba sonrió. Su emoción fue tal que se abalanzó encima del menor tirándolo con todo y la silla.

 

El pelinegro se sorprendió mucho por la efusividad. Sintió caer con el cuerpo de su compañero encima y aprovechó para abrazarlo. Su cuello olía tan bien.

 

Se quedaron así por unos instantes hasta que ambos se dieron cuenta de lo que pasaba. El rubio se levantó rápidamente mientras un sonrojo acudía a sus mejillas.

 

--Yo... Takami... Lo siento... No me controlé.

 

--Tranquilo, no importa...--Le respondió levantándose-Creo que yo también lo habría hecho.

 

Un ambiente tenso se formó entre ambos. Si bien ya no había la incomodidad del problema, aún se sentían nerviosos.

 

--Mejor sigamos trabajando.

 

--S-si...--Contestó Ichirou, sentándose y sacando más imágenes-Mira, este plano de técnicas tiene marcado los errores del último partido, la forma en que el equipo se desplegó para ataque y la defensa...

 

Sakuraba ya no estaba escuchando, sólo veía con atención las facciones tan varoniles de su compañero. Siempre le había parecido lindo. Incluso le contó a su siempre mejor amigo y confidente Shin lo mucho que se excitó en un partido al ver al quarterback sonreír victorioso después de ganarle a un equipo. Su uniforme portado con elegancia, sus músculos reafirmados y el sudor recorriendo su cuerpo, tanto que el rubio salió corriendo al sanitario a calmarse un poco. Gracias a eso, el linebacker sonrió por breves momentos, todo un tesoro para Sakuraba.

Aún así, estaba consciente de que estaba mal el ver con esos ojos pervertidos a su compañero, su superior en el equipo. Pero no podía evitarlo. Ootawara siempre decía que Ichirou era un chico raro, un nerd dedicado a los libros; aunque Haruto estaba de acuerdo en algunas cosas, le seguía pareciendo lindo.

Sin darse cuenta de donde estaba, suspiró.

 

El otro detuvo su mirada en él.

 

--¿Pasa algo?

 

--... ¿Eh?-Respondió saliendo de sus cavilaciones.

 

--¿Tienes algo?

 

--A-ah... Ah... E-es... Es que... Yo... Eh... N-no... No, no... Simplemente estaba... Olvídalo... Mejor sigamos trabajando ¿Ne?

 

El pelinegro, no muy conforme, prosiguió con sus explicaciones pero se detuvo al ver la carita del otro. Si. Él podría ser un nerd de primera clase pero no tan despistado como para ignorar los gestos del chico a su lado.

 

--¿Sabes Saku? Ya estoy cansado y la verdad debemos madrugar así que vámonos.

 

Empezó a recoger todo, apagó su laptop y se levantó para estirarse.

 

--Mmm... Takami... Yo...

 

--Tranquilo...--Le contestó con una sonrisa-Vamos, tomemos un café-Hizo ademán de alejarse a la cafetería cuando una mano lo detuvo.

 

--Oye... Yo quería... Quería decirte... Que bueno... Yo... Yo...--Bajó la vista derrotado, era un cobarde y no podría decirle.

 

¡Dios lo agarrase confesado!

 

--No te esfuerces... Cuando sea el momento, podrás decirlo-Volvió a sonreír levemente-Anda, vamos por ese café que a mí ya se me enfrían las manos.

 

--Umm...--Ni modos, se resignaría hasta que el momento llegase.

 

Llegaron a la cafetería y afortunadamente aún estaba abierto.

 

--Quiero un café con leche semi-dulce... ¿Qué quieres Saku?

 

--¿Eh? Ah... Yo... Igual...--Estaba tan ensimismado en sus pensamientos...

 

--Toma...

 

--Oh... Gracias Takami...

 

Se sentaron en una de las mesas y bebieron el líquido en completo silencio. A Ichirou se le estaba haciendo raro el ver a su compañero tan callado, era de los que a veces no podía tener la boca cerrada. Mientras el otro, no podía ni levantar la vista, sabía que su compañero lo observaba.

 

--Saku... La mesa no va a desaparecer con telequinesia.

 

El rubio comenzó a reír tímidamente. Ese Takami era muy especial...

 

--¿Qué pasa? Te veo bastante extraño.

 

--No... Es sólo que... Yo... Ah, olvídalo...

 

--Parece que algo te acompleja... Si te soy de ayuda, puedes confiar en mí.

 

--¡¿Eh?!-Eso lo descolocó. ¿Cómo podría decirle que...?

 

--Vamos, ya van a cerrar.

 

Salieron de la cafetería y caminaron por los iluminados pasillos del Instituto.

Sakuraba ya no resistía las ganas de arrojarse sobre los brazos del pelinegro y comerle la boca a besos.

El quarterback no pasó por alto su actitud distante. Ah... Se veía tan lindo.

 

Hubo un momento en que ninguno pudo contenerse. Sabían que debían hacer algo.

 

--Oye Sakuraba...

 

--¿Si?

 

--Eh... Bueno... No sé cómo decirlo...--Aún estando nervioso, conservaba la elegancia.

 

--¿Qué pasa?-Le preguntó deteniéndose de frente.

 

--¡Ah! Umm...--Lo meditó un poco pero ya no pensaba retrasarlo ni un minuto más-...Tú... Me gustas...

 

¡Eureka! ¡Por fin lo dijo y por Dios que casi se desmaya!

 

--...--El pobre receptor se quedó de piedra. ¿Acaso escuchó que...?--...Ta-takami ¿Es ci-cierto lo que estás diciendo?

 

--Si... Perdón por decirlo así pero es que sentía un remordimiento incontrolable... Yo entenderé si tú no... Bueno... Ya sabes... Pero no te preocu...--Fue interrumpido por un suave beso.

 

El Idol ya no escuchó de nuevo. ¡Si era cierto!

 

Como pudieron, llegaron a un aula vacía. Entre besos y caricias terminaron casi desnudos: Sakuraba en interiores y Takami con el pantalón a medio desabrochar.

El pelinegro probaba los labios de su compañero y acariciaba su espalda, recorría sus largas piernas y masajeaba su trasero. El rubio lograba apretar los bíceps de su superior, corresponder al beso y gemir extasiado por las atenciones. Ambos no estaban actuando con razón sino con el deseo que recorría sus cuerpos. Sobre el escritorio de un profesor acabaron quitándose la ropa restante. Se unieron en más besos y después de sentirse ardiendo, Takami comenzó a deslizar sus labios por el cuello del rubio hasta sus pezones, dejando un húmedo camino de saliva. Se entretuvo un rato con los botoncitos rosados de su compañero hasta que decidió descender un poco más abajo jugando con el ombligo y quitando la molesta ropa interior para descubrir el miembro erecto del receptor. Lo masajeó un poco y decidió jugar, torturar a su compañero así que lo probó con sus labios y después lo metió a su boca, escuchando lo que su compañero intentaba decir.

 

--Mmm... Ta... Taka... Ta... ¡¡Takami!! Ah... S-si... Aaaahhhh... No... N-no...

 

Estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba por culpa de ese chico. Pero la verdad es que sabía lo que hacía. Unas cosquillas estaban presentándose en su entrepierna y le costaba trabajo hasta mantener los ojos abiertos.

Se abandonó a las sensaciones y cuando ya no lo soportó, sin avisar, se derramó en la boca del pelinegro que bebió todo y subió hasta su boca para besarlo. Sin duda, el rubio tenía puestas sus gafas de visión erótica porque no podía quitar la vista de su amigo.

 

Ahora era el turno de Takami para disfrutar y Sakuraba estaba más que dispuesto a complacerlo. Buscó su pecho y lo lamió como si fuera el postre más delicioso, buscó su vientre firme y después cedió a la tentación para degustar ese miembro que se le antojaba delicioso. Probó la punta, exquisita, tibia y muy sugerente... Siguió sobando el tronco y luego se lo metió lo más que pudo en la boca, intentando grabar los sonidos y la textura tan deliciosa. Un buen trabajo logró porque Takami lo apartó para no terminar tan pronto... Deseaba hacerlo, pero en ese momento sólo quería marcar a ese niño como suyo.

 

Lo abrazó y recostó de nuevo sobre el escritorio que ya se mostraba frágil, y le abrió las piernas para poder acercarse al sitio que deseaba. Descendió con su boca por las piernas tan esbeltas y cuando se encontró con el objeto de su deseo, no dudó ni un momento y comenzó con la labor de lubricarlo.

 

--¡AH!

 

La exclamación fue precisa para describir el placer que rodeaba sus terminales nerviosas. Esa lengua húmeda le estaba dando un masaje en esa zona de una forma que jamás creyó posible. Se abandonó a los gemidos y sensaciones hasta que el otro se despegó.

 

--Ya no aguanto Saku... Quiero metértela...

 

--Hazlo...

 

Ante la orden que el rubio dio, el pelinegro no resistió, masajeó un poco su miembro y lo acomodó en la entrada. Comenzó a empujar pero el Idol era demasiado estrecho y le costó un poco. Esperaron un momento para acostumbrarse y cuando el que estaba sobre el escritorio se movió y una pequeña ola de placer lo recorrió, no dudó en indicarle al otro que prosiguiera con sus movimientos.

En unos momentos, ambos se movían sin control, Takami empujando contra el cuerpo de Haruto y el otro impulsando sus caderas para tocar su próstata y seguir gimiendo como si su vida dependiera de ello. El quarterback, tenía ambas piernas  de su compañero sostenidas con sus brazos, el sudor recorría su frente y sus lentes casi se caían por el movimiento. Su respiración se agitaba más a cada momento pero moriría feliz.

Las manos del receptor apretaban con fuerza el borde de la mesa. Sentía su espalda caliente resbalar contra el escritorio y Takami con la fuerza que imprimía en sus piernas. No poder hacer nada para aliviar la tensión de su miembro le jugaba en contra. Afortunadamente el otro se dio cuenta y salió de su cuerpo, haciendo una queja, y lo puso en posición de cuatro, para entrar desde atrás y usar sus manos. Continuó con las penetraciones, saliendo completamente y entrando de nuevo en lo que sus manos acariciaban el miembro de su amante. No soportaron mucho más, Sakuraba movía en círculos sus caderas y eso aumentaba las embestidas, logrando tocar su próstata con más frecuencia y hacer que terminara en medio de gritos... Takami lo secundó dejando correr su semen en las entrañas del otro, mientras apretaba sus nalgas y disfrutando lo delicioso que apretaban esos anillos.

 

Poco a poco, las respiraciones se calmaron y pudieron separarse. Sakuraba se recostó sobre el escritorio, dejando que el semen del otro recorriera sus muslos. Estaba muy cansado y sus ojos amenazaban con cerrarse... Pero no podía, debía levantarse e irse a casa... Pero... Takami...

 

El pelinegro soltó el cuerpo de su compañero, salió de él y se sostuvo con sus manos en la mesa, sentía su cuerpo hervir y sus lentes ya estaban empañados... Quería irse, porque otro arrebato lo dominó... Pero... Sakuraba...

 

Ichirou buscó su playera y limpió sus lentes, después se quitó un poco de sudor y comenzó a vestirse. Al ver que el rubio no se movía, recogió la ropa y quiso hablarle para despertarlo.

 

--Sakuraba... Despierta y vístete-Él ya estaba vestido y se llevaba su mochila.

 

Se levantó, porque sí estaba despierto. Aceptó sus prendas y se las puso, aunque el sudor lo molestaba. Vio como el pelinegro ya se iba.

 

--Espera Takami...--Cuando se detuvo, lo alcanzó-Salgamos juntos... ¿O me pensabas dejar aquí solo después de lo que pasó?

 

--No es eso, yo... No sé que hacer ahora...

 

--Mucho menos yo... Pero... ¿Te arrepientes de lo que pasó?

 

Esa pregunta lo sorprendió mucho.

 

--Sakuraba no creo que eso...

 

--Contesta. ¿Te arrepientes de lo que dijiste? ¿De lo que hicimos? ¿Te arrepientes?

 

--...No... ¿Y tú?

 

--Por supuesto que no. Por eso necesitaba saber si tú lo hacías. Vamos a casa.

 

Se fueron juntos hasta que cada uno debía irse por su camino. Ahí se despidieron. Y lo que a Sakuraba lo dejó con la boca abierta fue que Takami no le soltó la mano en ningún momento y cuando le dijo adiós, lo besó con una ternura infinita, con un buenas noches, muy masculino. Casi choca contra una pared por ir distraído pensando en eso.

 

Al otro día llegaron temprano, hablaron sobre lo ocurrido aunque fue un poco incómodo.

 

--¿Qué seremos entonces?

 

--Por ahora, no lo sé pero supongo que novios...

 

--Creo que tienes razón... Aunque hay que ser discretos... Si no, tendremos muchos inconvenientes con los demás.

 

--¿Por qué lo dices Sakuraba?

 

--Porque Ootawara es un tonto y los otros son como niñas chismosas, así que por lo pronto, seremos buenos amigos enfrente de los otros. ¿Te parece?

 

--Está bien.

 

--No te preocupes, todo saldrá bien-Le dio un beso-Mira, para que te alegres, te ayudé en esto, podemos probar esa jugada en el próximo juego.

 

El de lentes la revisó y se dio cuenta de la habilidad puesta en las posiciones y todo. Sin duda, se había esforzado mucho.

 

--Esto es... Increíble... Ni siquiera a mí se me había ocurrido. Con esto y el entrenamiento del Monte Fuji, seremos jugadores de primera clase.

 

Con una sonrisa y un beso regresaron a esperar a los demás en la puerta del instituto. Al final todos irían a entrenar al monte porque no permitirían que sólo Shin fuera.

 

Sakuraba se quedó hablando con el entrenador mientras que Takami iba adelante para guiar al equipo. En eso, el rubio recordó que no le dijo algo al otro cuando se vieron en la mañana.

 

--¡Takami!-Gritó alcanzando al pelinegro-Ayer hablé con el presidente de Jerry productions y presenté mi dimisión.

 

--¿¿Has dimitido??

 

--Si... Iré adelante.

 

Siguieron corriendo casi a la par, dejando a todos los demás. Cuando llegaron hasta la cima, se quedaron observando las nubes que lo cubrían todo.

 

--Este es el lugar más alto de todo Japón-Dijo Takami y le lanzó un pase a Sakuraba que muy extrañado lo recibió-Ese balón que acabas de atrapar, es el pase más alto que se ha hecho en Japón. Nuestro promedio de altura de un metro y noventa centímetros, ni siquiera Ikkyu de Shinryjiu podría interceptar ese pase. Nosotros dos juntos... Derrotaremos a los prodigios de primera clase.

 

Sakuraba no pudo más que sonreír junto con él y besarlo antes de que los demás llegaran. Sin duda, el entrenamiento y el torneo serían de lo más interesante ahora que tenía una oportunidad en el deporte y el amor.

 

Notas finales:

Ya-ha!!


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