Duele verte
Capitulo tres: Entre mis recuerdos y tu egoísmo
Kurama Pov
Flashback:
Todo el día había estado angustiado, Hiei no se había dignado a aparecer, y realmente me sentía solo y confundido.
Decidí dar un paseo, recorrí un par de calles, y solo conseguí atormentarme más... ¿Acaso todas las personas tenían bebes? Antes en este mismo parque solía sentirme relajado, ahora todo lo que podía ver eran parejas jugando con sus hijos.
Una niña de cómo cuatro años tiro su pelota cerca de mí y se aproximo a buscarla. Le alcance el juguete con una sonrisa para no asustarla.
-Toma pequeña - estaba deslumbrada, abrió grande sus ojos chocolate - vuelve a jugar ahora...
-Muchísimas gracias señor... usted es muy lindo - realmente era muy tierna, e magine como se vería mi bebe a esa dulce edad - ¿su hijo también juega en el parque?
-Oh yo... no... aun... - era la primera vez que pensaba seriamente sobre "mi hijo", un pequeño ser que no había nacido. Según la religión un milagro, según la ciencia un feto, según mi familia un problema, según Kitajima una oportunidad, y según "yo"... ¿que era para mí? Al principio, no era nada, tan simple como eso... pero ¿ahora?
La madre de la niña vino a buscarla, me dedico unas amables palabras por ayudar a su pequeña, aunque realmente no la escuche. Solo podía pensar en Kei o Mizaki, o como sea que había dicho Maya que se llamaría. Ahora, comenzaría a prestarle más atención a esos detalles.
Volví a mi departamento, mas confundido que cuando salí.
Me tomo por sorpresa, ver que apoyada en mi puerta, estaba esperando Maya, la última persona que quería ver en esos momentos.
-Kitajima ¿qué haces aquí? - por impulso, no pude evitar un deje de desagrado.
-¡Vaya! Que recibimiento Shuichi. Y yo, que hace una hora que estoy esperando por ti - remarco lo último, y en ningún momento borro su sonrisa.
-Hola, y perdón por ser tan descortés - abrí la entrada y le hice señas - por favor pasa.
Se sentó en el living, y yo prepare té y lo serví, solo para alargar el momento, realmente no tenía ganas de hablar con ella.
-Y dime ¿a qué se debe tu visita? - nosotros, nunca teníamos citas o nos visitábamos. Siempre eran encuentros casuales y cosas por el estilo - quiero decir, es la primera vez que vienes aquí...
-Tenía ganas de hablar contigo - ¿de qué podíamos hablar de lo que ya no hubiéramos hablado antes? - quiero saber más de ti, conocer más al hombre que me gusta.
-¿Ah? - eso había sido directo. No me había esperado esa respuesta - soy una persona muy simple ¿qué querrías saber?
-Bueno... por ejemplo ¿Por qué hoy estas tan raro? - ¿era tan obvio?.
Me miro directo a los ojos, como si pudiera ver dentro de mí, y se mordió el labio infierno. Cruzo sus piernas lentamente, la escena fue perversamente lujuriosa.
-Suichi, yo puedo ayudarte con cualquier cosa... cualquier cosa que tu desees...
-Yo solo... - su tono lascivo me desconcertó un poco. Seguramente así me había seducido cuando nos conocimos. - estoy cansado, solo eso.
-No me mientas Shuichi - se levanto del sofá con un sensual movimiento. Se acerco hasta mí y susurro en mi oído - No luces cansado. Más bien, pareces aburrido, y yo sé cómo hacer para divertirte.
Todo fue muy rápido, se sentó a ahorcadas en mi regazo. No tuve tiempo de reaccionar, y como si fuera un stripper profesional se quito el suéter. Debía admitir que Maye era hermosa, y en otro momento tal vez me hubiera dejado llevar por mi libido, pero me había prometido a mí mismo y a amado Hiei no volver a traicionar. Además no podría soportar el dolor de la culpa por segunda vez.
Tome sus manos de manera firme para que dejara de desprenderse la blusa. La obligue a mirarme a la cara. Mantuve mi rostro inexpresivo para no confundirla.
-Lo siento, Kitajima. Perdóname si en algún momento hice algo que pudieras malinterpretar, pero yo no... - repentinamente me beso. Al principio, movió sus labios, pero se rindió al ver que yo no reaccionaba. Ladee un poco mi cara, dándole a entender mi rechazo. Se soltó de mi agarre y tomo mi rostro entre sus manos de forma casi violenta. Su máscara de felicidad estaba rota, las lágrimas comenzaban a desbordarle y sus labios le temblaban. Y pesar de haberla lastimado no estaba conmovido.
-Todavía no lo entiendes - su voz era angustiosa, como si le costara hablar - Te amo Shuuichi, te amo, siempre lo he hecho.
Solo pude guardar silencio. Siempre había sospechado de sus sentimientos, pero esta era la primera vez que la oía decirlos en voz ¿Pero siempre? Que quería decir aquello.
-Se que aun no estás enamorado de mi, pero puedo hacer que me ames con el tiempo - sonaba algo desesperada, pero no podía darle ninguna esperanza - pronto seremos una familia y...
-Yo ya estoy enamorado de otra persona - se agarro el pecho y sollozo un poco - créeme, algún día conocerás a alguien que te corresponda.
-¡Tu no lo comprendes! He estado enamorado de ti desde la primera vez que te vi - Eso fue desconcertante, yo conocía a Maya desde la niñez, habíamos asistido juntos a la primaria. Demasiado tiempo. - tú nunca mostraste preferencia por ninguna de las chicas que te rodeaban. Y entonces, llego mi oportunidad cuando te vi en la discoteca, estabas tan deprimido, tan débil, que aproveche la situación... haría cualquier cosa por ti.
-¿Qué? ¿Qué estás diciendo? ¿Qué tratas de insinuar? - su confesión daba mala espina, la cabeza me iba a estallar - ¿Todo había sido planeado? Espera... ¡¿Todo?!
- Lo lamento Shuuichi, pero si. Te conocía lo suficiente para saber que jamás evadirías tu responsabilidad. Era mi oportunidad...
-¡¿Oportunidad de qué, Kitajima?! - ¡no podía creerlo! Todo había sido una trampa. Y no solo yo o ella o Hiei pagaríamos las consecuencias ¿Que seria del bebe? - ¡vamos a tener un hijo! ¿Te das cuenta de la gravedad?
- Te amo demasiado, y un hijo es un bajo precio para conseguir tu amor - era una locura cada palabra que decía. A ella, realmente no le importaba el niño, solo quería su objetivo, peor que cualquier enemigo que haya enfrentado - Se que con el tiempo me aceptaras. Vas a perdonarme, porque llevo un pedacito de ti dentro de mí.
Fin del flashback
Recordé el amargo episodio durante la fiesta de compromiso de Yukina y Kazuma. Pero, en cuanto vi a Hiei todo rastro de inquietud o infelicidad se borro.
Apenas termino la reunión nos fuimos a mi apartamento, que tantas otra veces había sido testigo de nuestros encuentros clandestinos.
Y esa noche no fue la excepción.
Antes de nuestra demostración de amor, hubo una llamada, una maldita llamada.
-Hola, ¿quién habla? - suavemente salude ocultando mi odio por el causante de la interrupción.
-Habla Maya - su tono de voz era muy extraño - tengo algo importante que decirte... ¿Puedo ir para ahí?
-No, no puedes. Estoy con un "asunto"...
-Mis padres hablaron Shiori.
- Ah sí, ¿y de que hablaron? Acaso quieren llamar al bebe "Hiro" o "Shiori" - bromee, mi madre era así a veces.
-Decidieron que lo mejor para el bebe y para nosotros será casarnos y...
-¿Que? ¿Que dices? Ya hablamos de esto, yo no puedo, yo ya estoy...
-Voy a matarlo. Abortare si te niegas - todos mis sueños podían ser destruidos por un bisturí. Su primer paso, sus primera palabra, todas sus primeras veces se perderían.
-No puedes ¡No!.
-Shuiichi, te amo. Creo que ya te lo dije, voy a hacer lo que sea para que seas solo mío.
Luego simplemente cortó.
Recompuse el gesto y decidí que por lo menos le daría a Hiei la noche que se merecía, aunque fuera la última vez. Él no tenía porque sufrir conmigo.
A la luz de la luna le entregue mi cuerpo y mi corazón.
Quizás, para Hiei era solo otra de nuestras apasionadas noches juntos, pero para mí tenía un significado más profundo. Una especie de despedida, no quería seguir arrastrándolo con mi sufrimiento, sabía que le dolería, pero también se que lo superaría, es fuerte siempre lo ha sido.
Debía dejar de pensar en mi mismo, no podía seguir siendo un egoísta, si de verdad lo amaba debía dejarlo libre.