Prologo:
La guerra había terminado en el mundo mágico, y con ella habían acabado muchas vidas, demasiadas vidas inocentes, demasiadas vidas que no tenían porque pagar un precio tan alto, por la tan esperada “paz”.
La cruenta guerra había tenido su punto culmine en Hogwarts mismo y aunque habían intentado refugiar en los mazmorras mas profundas a los pequeños del 5to año hacia abajo, muchos de ellos en su mayoría Gryffindors, aunque no faltaron Revenclaw, Hufflepuff, y para sorpresa de todos hasta algunos Slytherins, habían escapado durante la batalla buscando defender su mundo y sus ideales y habían encontrado la muerte en el camino.
Pero ahora a pesar de todo lo que sufrieron por ganar esa maldita guerra y liberarse de la oscuridad que amenazaba con cernirse sobre ellos, nada era lo esperado. Hogwarts iniciaba este año su curso con todos sus estandartes y vestidos de negro e luto por todos las almas perdidas en la guerra, las mesas inusualmente vacías y calladas, y cada uno sumido en si mismo al caer una vez mas en la cuenta que su amigo, o ese compañero ya no estaría ahí para la próxima escapada nocturna.
La ceremonia fue inusualmente corta ya que ni siquiera Dumbledore tenia ánimos y pronto los alumnos y profesores se agrupaban en las mazmorras y la casa Hufflepuff. Ya que las dos torres todavía estaban en construcción. Y en ese mismo momento sin que nadie lo notara 4 personas, cada una demasiado distinta entre si, cerraban las puertas de sus habitaciones para sostenerse en la pared deslizándose lentamente hasta el piso.
Habitaciones de Draco Malfoy:
Un rubio platino sentado en el piso con la espalda apoyada contra la pared estrujaba entre sus manos una vieja fotografía. En ella se podía ver a un pequeño niño rubio sonriendo en brazos de su madre, mientras que su padre trasformaba una piedra del jardín en hermoso peluche de dragón que volaba.
No pudo evitar que una solitaria lágrima escurriera por sus mejillas. La maldita guerra se lo había arrebatado todo, lo habían obligado a ser mortifago en contra de su voluntad amenazando con matar a sus padres, y al fallar su padre había sufrido las consecuencias muriendo delante de sus ojos torturado por crucio tras crucio. Luego de eso se había armado de todo el valor que tenia y había recurrido a Dumbledore en busca de ayuda convirtiéndose desde entonces con ayuda de Snape en un espía para la orden. Pero en la guerra final al descubrirse su verdadero bando su tía Bellatrix había asesinado a su madre.
Se había quedado solo, su familia había muerto por su culpa sin que el pudiera evitarlo. Sus amigos habían muerto o estaban en San Mungo recuperándose de la batalla. Y el ya no sabia hacer, estaba solo, los que estaban a favor de las ideas del señor tenebroso aunque no hubiesen tomado un lugar en la guerra lo repudiaban por saberlo traidor. Y los del bando de la luz que se habían enterado de su papel en la guerra aun no confiaban en el por lo cual simplemente lo evitaban, y el se sentía mas solo y mas perdido que nunca.
Habitaciones de Harry Potter:
A pocos metros un chico de intensos ojos verdes llameantes de tristeza y dolor se encontraba apoyado de espaldas en la puerta de su habitación, alzo su varita y lanzo casi por inercia un hechizo para cerrar la entrada a cualquier persona y uno insonorizante.
Recién después de estar seguro de que no entraría nadie rompió en sollozos ahogados. Hogwarts ya no era lo mismo no lo sentía su hogar, no sin la gente que amaba, la gente que lo había acogido como parte de su familia desde el principio sin importarle su nombre ni sus consecuencias, sus hermanos, Ron había fallecido en la guerra a manos del mismo Voldemort siendo torturado por su causa en frente de sus ojos sin que el pudiera evitarlo, y Hermione se encontraba internada en terapia intensiva en San Mungo después haber pasado mas tiempo del posible bajos los efectos del cruciatus, la habían secuestrado antes de la batalla final, y torturado buscando su paradero.
Lo único que sabían en ese momento era que no había soltado ni una palabra, su amiga fiel hasta en las ultimas consecuencias, se encontraba en un coma mágico, su cuerpo se recuperaba lentamente por todos los hechizos de magia negra recibidos, tenia cortes por todos lados, los huesos de sus piernas estaban rotos en varios pedazos, y por lo que podían apreciar habían abusado de ella. No podía creer que Hermione hubiera tenido que soportar semejante tortura por el, pero su amiga como siempre le había dicho fue fiel a el hasta en las ultimas consecuencias. Y ahora por su causa yacía inmóvil en una cama de hospital sin que el nuevamente pudiera hacer nada. Su corazón se había partido cuando la había encontrado en esa oscura y húmeda mazmorra de la fortaleza del señor oscuro a manos de Greybac.
Un fuerte escalofrío recorrió su cuerpo al recordarlo, y su dolor y su bronca estallaron en onda de magia que rompió cada vidrio en la habitación y destruyo cada mueble dejando solo pequeñas astillas. Respirando entrecortadamente trato de controlarse, no podía hacerlo desde que habia perdido a sus amigos, su magia escapaba de su cuerpo y destruía todo lo que estaba cerca.
Habitaciones de Remus Lupin:
El licano se encontraba apoyando la frente en la puerta ya cerrada e insonorizada de sus habitaciones mientras trataba de contener los sollozos que luchaban por escapar de su garganta. Se encontraba nuevamente en Howgarts a pedido de Dumbledore como profesor de defensa contra las artes oscuras, había pensado en no tomar el puesto ofrecido, pero no tenia ya nada que hacer con su vida, su labor en la orden había terminado, sus únicos amigos estaban muertos, y así al menos podría proteger a Harry tal como le había prometido a Sirius.
Sirius... dios como extrañaba a ese hombre...!! El había sido el único que había conocido siempre su mas profundo secreto, su amor por James, se lo había confesado luego de que Sirius le declarara su amor, el no podía amarlo de regreso su corazón pertenecía a James Potter aunque el solo tuviera ojos para Lily, y Sirius siempre lo había comprendido y no solo eso lo había ayudado a superarlo y ocultarlo. El nunca lo había dejado había estado con el cada mes en su infierno que era la luna llena, y luego de enterarse de que el no era el traidor se habían vuelto carne y uña.
Remus había decido darle al fin una oportunidad a su lastimado corazón con Sirius, después de todo no había nadie a quien quisiera mas, y sabia que Sirius lo amaba que nunca lo lastimaría. Había conocido en sus brazos lo que era ser amado por primera vez, al ser su primera vez su lobo interno lo había reconocido como su pareja y ahora el se había ido para siempre. Dejándolo solo otra vez, y partiendo su corazón mas profundo aun. Y sentía que ya no podría soportarlo, no podía soportar mas ver a sus únicos amigos, sus confidentes, sus hermanos, sus amores, partir... dejarlo solo..
Pero lo había prometido...primero a James y luego a Sirius, que el cuaidaria de Harry e iba a cumplir esa promesa, costase lo que costase si la felicidad de ese chico estaba la alcanse de su mano el se la iba a dar. Era lo único que podía hacer.
Habitaciones de Severus Snape:
Luego de cerrarse la puerta de su dormitorio el profesor levanto su varita y empezó a apuntar con ella para destruirla luego con potentes hechizos a cada cosa que tuvo enfrente. Necesitaba descargarse, su ira por no haber salido las cosas como esperaba, por que la maldita paz nunca llegara para el, por haber dejado que su ahijado se quedara huérfano y solo.
Su dolor por saber a su amigo, y amante muerto a manos del señor tenebroso delante de sus ojos sin poder evitarlo para no descubrirse, por haber tenido que callarse cuando hubiese querido gritar y maldecir a todos los allí presentes. Su impotencia por ver al hijo de su único amor desolado y solo y no poder hacer nada para devolverles a sus padres. Por ver a su amigo Remus (si por raro que parezca ellos siempre habían sido amigos secretamente) sufriendo, siempre sufriendo, tan injustamente cuando era la persona mas buena que podrías encontrarte jamás. Y confundido, confundido por que el siempre había sido el espía, y ahora que ya no tenia eso no sabia que hacer, por extraño que sonara esa había sido su vida durante los últimos 15 años y ahora no sabia que hacer.
Los cuatro habitantes de las habitaciones fueron cayendo rendidos al sueño uno a uno sin imaginarse que a pesar de ser tan diferentes todos tenían algo en común, estaban solos... sin la gente que mas amaban sintiendose culpables por no tenerlos, confundidos.. Sin saber que hacer ahora que el papel que habían tenido que actuar toda su vida se había terminado y podían elegir. Tal vez si solo se diesen cuenta podrían ayudarse, podrían superarlo, e incluso encontrar aquello que siempre tan desesperadamente buscaron...