Era una noche, una típica noche para un Harry entre 4 y 5 grado, esas noches que desearía olvidar, como todas en esta se despertó gritando, si, de nuevo gritando el nombre de una persona.
-Noooooooo… Cedric no, no lo maten… nooooooooooooooooo.
Y con este ultimo alarido, nuestro gryffindor se despertó, otra ves, agitado y con el sudor frío que le calaba la nuca. Otra típica noche.
No pudo volver a dormir, decidió pararse y leer un poco. Así dio paso u otro tortuoso día de vacaciones, con su horrible “familia”. Pero esta ves para fortuna de nuestro niño, el día paso rápido y la noche llego en lo que le pareció unas, raras, pocas horas.
así es esta noche prometía ser buena. Pero cuando se vio ahí parado frente a su cama y recordó la pesadilla que lo atormentaba cada noche… la cara de Voldemor… el dolor del maleficio cruciatus… y lo que mas le dolía, ver esos ojos vidriosos, esos ojos sin vida de Cedric Digori. Pero no le quedo mas remedio que acostarse y esperar un buen sueño esta noche.
Como siempre, corría por aquel laberinto, de el torneo de los tres magos. Pero esta ves se sentía diferente, una extraña paz y armonía, como si todo el miedo se hubiera ido, siguió corriendo hasta que escucho una voz que le pareció familiar.
-Harry… ¿Dónde estas? – dijo la voz.
-no, no puede ser- dijo Harry- ¿Cedric?.
-si Harry soy Cedric.
Harry volvió la cabeza y vio a su amigo ahí parado frente a el, con su camisa amarilla y negra pegada a su bien formado cuerpo, Harry no pudo evitar mirarlo de arriba abajo, ese cuerpo, jamás lo había visto de esa forma, su abdomen marcado, sus brazos músculos, su cintura definida, sus piernas torneadas y enfundadas por ese pantalón negro tan ajustado, y su… (se los dejo a la imaginación).
-Cedric o Cedric – Harry no pudo evitarlo y corrió hacia el con los brazos extendidos para abrasarlo. Pero el hufflepuff hizo mas que eso, lo estrecho entre sus brazos, y lo beso apasionadamente en la boca, introduciendo su lengua cada vez un poco mas, dentro de Harry, el cual correspondió y siguió aquel juego de lenguas hasta que sus cuerpos suplicaron por aire.
-Cedric ¿Qué haces?- pregunto un desconcertado Harry.
-Vengo a darte un mensaje Harry,- y quizás algo mas, pensó el tejon- cuando aun vivía, me llegaste a gustar eso es muy cierto, de echo aun me gustas, pero Harry, debes seguir adelante, no nos conocimos muy bien, pero el hecho de que todas las noches te tortures con mi muerte, me pesa mas de lo que te pude haber echo en vida, Harry déjame ir.
-Cedric te juro que lo intento, pero el verte morir, fue tan…ah Cedric ciento que no hice lo suficiente para salvarte, quizá si yo hubiera… - pero Cedric lo callo con un dedo.
-Harry, no pudiste haber echo nada, tu mismo casi no la libras, Harry no te preocupes mas por mi, lo echo esta echo, creo que tu te atormentas mas que mi padre.
-pero yo… si tan solo yo…-no pudo contener las lagrimas, y finalmente soltó a llorar, como lo necesitaba, Cedric lo estrecho contra su cuerpo, y limpio las lagrimas de sus mejillas.
-Harry, el niño que vivió, debes vivir ahora, deja de atormentarte con mi recuerdo, y vive… pero te dejare algo para que me recuerdes, y que nunca me olvides.
El joven Hufflepuff, tomo a Harry entre sus brazos, y comenzó a besarlo, pero esta ves, fue un beso, caliente libidinoso, Harry intento separarse pero no lo logro, sus besos eran como una droga, por la que su cuerpo clamaba mas, las manos del experimentado tejon, comenzaron a subir la desteñida camisa del gryffindor, y coloco su pierna entre las de Harry, haciendo que las piernas del ojiverde flanquearan y cayeran ambos al pasto, alzo las manos del moreno y con agilidad se deshizo de la camisa, dejando ver un perfecto abdomen torneado por los entrenamiento de quidditch, y unos rozados pezones que no pudo evitar tomar entre sus dedos.
Pero Harry no se quedaría atrás, torpe pero rápido, se desprendió de la camisa de Cedric, quien también mostró su esculpido abdomen, ante la mirada de sorpresa de Harry dejo escapar una peque risa.
-¿eres virgen verdad?... no te preocupes tendré cuidado.
Bajo sus pantalones, a lo que Harry respondió con otra mirada sorprendía al darse cuenta de el bulto que ya se había formado entre las piernas del rubio, esta ves no pudo contenerse y dejo salir las carcajadas. Pero pronto las suplanto con mas besos de fuego, bajo por el abdomen de Harry, atrapando con su boca un pequeño pezón, y jugueteando con el provoco en Harry oleadas de calor y placer, bajo mas y mas dejando detrás un pequeño camino de saliva, hasta llegar a los pantalones del moreno y bajarlos con todo y boxers, mirando fijamente aquella erección tan prominente y apetitosa, sin pensarlo se la metió en la boca, subiendo y bajando, mientras sus manos jugueteaban traviesas el cuerpo de Harry.
Sus manos finalmente se posaron en el trasero del ojiverde y lubricando un poco metió el primer dedo, a lo que Harry respondió con un escalofrío, pero no dijo nada, Cedric, lo beso para darle seguridad, mientras introducía el segundo dedo y lo habría como tijeritas para preparar el muchacho, con la otra mano masturbaba a ambos aumentando su placer, al fin llego el tercer dedo, y el final, Cedric no aguantaba mas ya había sido muy paciente, y en cuanto Harry se acostumbro, saco los tres dedos, y coloco las piernas de Harry sobre sus hombros.
-aaaaah… Cedric yo- dijo Harry asustado ante aquel grueso grande miembro.
- no te preocupes,… no dolerá- y de una sola estocada lo penetro.
-aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah- grito el moreno de dolor, pero sus grito comenzaron poco a poco a convertirse en placer, a cada estocada el dolor disminuía y el placer aumentaba, Cedric se movía cada ves mas rápido y mas fuerte.
-mas…mas…Cedric mas…aaaah…aaah.
Para Harry ya no era suficiente, se sentó y el comenzó a dar brinquitos sobre el rubio, cada ves mas rápido y mas profundo, ya no aguantaban ninguno de los dos, los movimientos de Harry como los de Cedric se hicieron cada ves mas rápidos hasta que.
-Harry.. ya no puedo mas…voy.. voy a.
-Corretee, corretee dentro.
Ambos se vinieron Cedric llenado a Harry, y Harry manchando sus abdómenes. Cedric se salio con cuidado para no lastimar al moreno. Y ambos se quedaron acostados en la hierva con las respiraciones agitadas. El se acostó sobre el pecho de Cedric y cerro los ojos.
Para abrirlos y descubrir que volvía a estar en su cuarto del numero 4 de Privet Drive.
Pero esta ves con un sentimiento de alegría y bien estar. Busco en su cama pero no había nadie, después llevo rápidamente su mano a su entrepierna y descubrió una mancha que mojaba su pijama.
-gracias Cedric,… adiós – para acostarse de nuevo y dormir.
Esa fue si no la ultima ves que soñó con Cedric Digori, si, una de pocas, y también la mas feliz
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