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Un niño especial por mitko_kitsune

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Notas del capitulo:

Acá está el primer capítulo de mi nueva historia!!!

Espero que les guste hasta ahora :B

Un beso gigante!!!

En una vieja cancha de básquet al aire libre, un chico alto y de mirada misteriosa practicaba sus tiros. Poco enterado del resto del mundo, no sintió cuando una persona corría hacia él. Recién se dio cuenta de su presencia, cuando sintió un tirón en sus pantalones. Miró hacia abajo y se quedó con la boca abierta. ¿Eso era...un nene? Efectivamente, un nene de unos 4 años, de cabello cobrizo y ojos café, estaba firmemente agarrado a su pantalón. Era muy chiquito y tenía una campera de esas muy abrigadas y gordas que apenas dejaba ver sus manitos, era una dulzura. Sin ninguna vergüenza y sin decir nada, estaba agarrado al moreno, como si nada. Kaede decidió que era momento de preguntarle algo, tal vez estaba perdido.

-¿Qué haces?

El nene levantó la mirada y como si fuera obvio le contestó:

-Me escondo

-¿De quién? - se aventuró Kaede

-De mi hermano - contestó el pequeño - estamos jugando a las escondidas

El moreno no supo por qué pero eso le arrancó una sonrisa. Tal vez los recuerdos de haber jugado a ese tipo de juegos alguna vez.

-Y, ¿no te parece que podrías encontrar un mejor escondite que atrás mío?

El pequeño pestaneó varias veces. Pareció pensar en la pregunta de Kaede unos segundos y después contestó:

-No - así, escuetamente y muy seguro de su respuesta. Kaede rió, ese chico era muy extraño. Unos gritos atrajeron su atención hacia la entrada de la cancha.

-Eijiiii, ya te alejaste mucho, ¿no te parece? ¿Dondé estás? Maldito pequeñajooooo, mamá me va a matar!

Kaede supuso que esa voz era la del hermano del pequeño, ya que este se agarró aún más fuerte de su pantalón e intentó esconderse más detrás del moreno. La voz empezaba a acercarse todavía más y la situación le parecía casi surrealista a Kaede. Más grande fue la sorpresa del moreno cuando vio a aquella persona que se acercaba con molestia, farfullando cosas inentendibles y mirando para todos lados. Finalmente, esa persona hizo contacto visual con el.

-¡ZORRO! ¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ?- gritó de repente, señalándolo con un dedo.

-Estoy practicando, torpe- respondió Kaede con su usual indiferencia.

Hana iba a contestarle con su común sarta de insultos hasta que vio una manito agarrada al pantalón de aquel zorro. Entrecerró los ojos y le hizo una seña al moreno para que se quedara callado (como si Kaede hablara mucho, ¿no? xD). El moreno levantó una ceja, incapaz de entender nada de lo que sucedía. Lentamente, el pelirrojo se acercó a Kaede. Muy muy despacito fue aproximándose, hasta estar a centímetros del moreno que no podía moverse. El pelirrojo se acercó al hombro de Kaede y, por encima del mismo, miró a su hermanito.

-¡Te encontré! - le dijo sonriendo, a lo que el mini Hanamichi puchereó.

De lo que no se enteró Hana, era que estaba demasiado pegadito al moreno, tanto que el zorrito había dejado de respirar momentaneamente. Kaede despertó cuando escuchó las palabras del pelirrojo:

-Zorroooo....¡¡¡¡ZORROOO!!!!! Planeta Tierra llamando al ZORROOOO!-

-¿Eh?- dijo Kaede, volviendo repentinamente- ¿Qué te pasa, torpe? ¿Por qué gritas tanto?-

-Estabas ido, zorro idiota...Encima que te ayudo...-

De repente, el pequeño Eiji Sakuragi soltó al moreno y se acercó a su hermano. Se agarró de su mano, dispuesto a irse a casa.

-Hana, quiero merienda

El pelirrojo lo alzó en sus brazos y le alborotó los cabellos cariñosamente. A todo esto, el moreno no sabía qué decir ni qué hacer. De pronto, el nene levantó su manito a modo de saludo y le dijo:

-Gracias por no decirle a mi hermano dónde me escondía

El moreno no reaccionaba. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué era esa sensación tan poderosa...?

-Zorrooo, ¿no te enseñaron modales? Mi hermano te está dando las gracias - dijo Hana, mirándolo con reproche

-Ah si - dijo el moreno sacudiendo la cabeza - de nada, Eiji

El pequeño sonrió contentísimo, pensando que se había hecho un nuevo amigo. Para rematar la tarde, el pelirrojo se despidió:

-Adiós, zorro...Nos vemos el lunes.

Y así, como si nada, se dio vuelta y los hermanos Sakuragi se fueron a merendar.

"¿Por qué...? ¿Por qué me chocaron tanto las actitudes de ese nene? ¿Por qué el torpe se acercó tanto a mí? ¿Por qué no pude moverme, ni gritarle que se alejara? ¿Por qué me pareció tan tierna la imagen del torpe con un nene en brazos?"

La verdad es que ese día, Kaede Rukawa no pudo volver a encestar otra canasta.  


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