Harto de la vida…. Sin motivo alguno para seguir así…
-Bill… ¿estás seguro? – preguntó por enésima vez el gemelo mayor, inseguro de lo que iban a hacer.
-Tomi, ya te dije que sí. Piénsalo, es lo mejor para los dos. Así no me obligaran a casarme con Melody, y tú pasarás un momento excitante, además volveremos a estar juntos…-el menor explicó, se acercó lentamente a su gemelo y le susurró al oído- En la otra vida..
-Sería más fácil escapar… -Dijo Tom nervioso, tratando de que cambiara de opinión.
-No, no lo será, nos buscarían en todos lados, lo sabes, Tom.-Afirmó severamente Bill
-Bill, pero… te voy a extrañar.-Dijo el mayor tristemente en un susurro, tratando de nuevo.
-No lo haras, Tomi. Luego será tu turno y estaremos juntos, como siempre. – acercó sus labios a los del otro, tomándolos suavemente, entre los suyos, en un suave beso. – Sabes qué nos conviene a los dos, amor. – dijo cuando dio por terminado el beso.
-Tal vez… no es necesario, Bill. –Dijo Tom temeroso, él tenía mucho miedo de lo que fuese a pasar…
-Tom, basta. Yo he dicho que quiero morir, y si no lo haces tú, lo haré yo. Lo otro es tu decisión. Tu sabrás si aprovechar mi cadáver o no. – Expresó bastante molesto y fastidiado.
-¿Por qué quieres morir, Bill?... Si algo te molesta podemos cambiarlo… pero, por favor, Bill. Te amo. –Rogó Tom entre algunas lágrimas, que salían lentamente de sus ojos avellana.
-Todo me molesta. Me molesta que nadie acepte lo nuestro, que nos amamos; me molesta que nuestros padres quieran casarnos a fuerza con esas tipas; me molesta que todos estén en contra mía… hasta tú; tengo muchas más razones, Tom, y tú las sabes. No me hagas repetirlas… - Contestó Bill firmemente, abrazó a su hermano como si fuera la última vez que lo haría, y claro estaba que lo era…
Tom sabía las otras razones por las cuales Bill quería morir. Y él tampoco quería recordárselas. Para él también era muy dura recordarlas, recordar como Bill fue violado por su propio “padre” ni si quiera se le podía llamar así. Su padre era un enfermo, obligaba, a los dos, a tener relaciones sexuales con él. Incluso los convirtió en unos zoofilicos. A sus dieciocho años, ellos ya habían tenido sexo con hombre, mujeres y hasta animales…
Su madre no lo sabía. Cuando lo supo se divorció inmediatamente de él. Cuando eso pasó se mudaron a la ciudad, vivían en un tipo rancho; donde su papá los drogaba, para que después los animales (cerdos, caballos) los penetraran…
Era doloroso. Nunca lo disfrutaron, y nunca comentaron nada a nadie. Su padre los tenía amenazados.
Trataron de escapar, pero los encontraron… entonces todo fue peor.
Lo mejor que les pudo haber pasado en la vida fue que su madre los encontrara aquella vez, tirados en el suelo con sus propios perros entrando en ellos. Si, los dos. Sin duda fue lo mejor.
Simone, su madre, después de separarse del padre de los gemelos, encontró a un buen partido, Gordon. Que luego de enterarse del amor incestuoso de sus hijastros hacia todo por separarlos. Y ahora hasta los iban a casar a la fuerza. Sin amor.
-…Te amo, Bill, pase lo que pase, siempre te amaré. –Dijo Tom aun entre lágrimas, besó los negros cabellos del menor.
-Yo también, Tomi. Nosotros hemos pasado por muchas cosas, merecemos descansar. No te preocupes por “eso”. Nunca hemos sido normales, ¿está bien? –Dijo Bill tranquilamente, se separó de su hermano y dejo un tierno beso en sus labios. Se levanto de la cama para buscar algo que los haría descansar para siempre.
-Toma –Dijo Bill, quien le extendió el objeto a su hermano.
-Lo más seguro es que nos vayamos al infierno… - dijo Tom sátiramente
-Entonces, nos iremos juntos. – Correspondió Bill, dicho esto se acostó en la gran cama; con sus manos entrelazadas sobre su estómago. Cerró los ojos.
Tom se acerco a su hermano y lo besó en los labios. No quería despegarse de ellos… nunca.
-Hazlo. – ordenó el menor.
Agarro firme la pistola que, anteriormente, le habían dado. La puso cerca de la cien de su hermano, mientras veía como su pecho subía y bajaba, señal de que aún, respiraba. Tiró del gatillo y un fuerte estruendo resonó por toda la casa y probablemente también afuera. Pero nadie oiría. …Jamás sabrían que había sucedido…
La sangre empezó a salir inmediatamente del cuerpo del menor y del otro miles de lágrimas que ardían como heridas abiertas en su cuerpo…
-Tal vez no estemos juntos… pero no hay marcha atrás, perdón. –Susurró el mayor a nadie en especial, besó los labios fríos del cadáver.
¿Y ahora qué haría? ¿Lo qué su hermano y él querían?... Necrofilia.
De sólo pensarlo, su miembro se empezó a poner duro.
Le daba algo de pena hacerlo.
Ahora que su hermano estaba muerto, se merecía respeto.
No sabía qué hacer… su hermano también lo había querido así.
No lo pensó muchas veces. Ahora estaba cegado por el placer… imaginarse entrando en él.
Se desnudó del todo.
Miró el cadáver y trató de concentrarse en lo placentero que iba a sentir. No en la sangre que escurría del cuerpo sin vida.
Con mucho cuidado quitó los pantalones de Bill y luego toda su ropa.
El cuerpo del otro era frio, sus labios secos y poco a poco iban cambiando de color. Eso no le importó a Tom, acercó sus tibios labios a los secos, que obviamente no respondían…
Los siguió besando mientras acariciaba los costados de Bill. Bajó por su cuello, donde había poca sangre, y mordió un poco la piel. Las manos de Bill estaban a sus costados, las agarro y el mismo se acariciaba con aquellas manos que alguna vez tuvieron vida.
Su miembro estaba completamente duro. El de Bill no. Estaba flácido y pálido. Lo tomó y lo metió en su boca, a sabiendas de que nunca se iba a correr. Pensó si en dilatar el ano de Bill o no, prefirió no hacerlo, ¿para qué? Estaba claro que no le iba a doler. Cuando dejó de chupar el pene de Bill, lo alzó de la cintura lo suficiente como para acomodarse en sus piernas.
Tomó su propio miembro y se masturbó enfrente del cuerpo, algunas gotas de sudor adornaban su cuerpo.
Se acercó más a Bill y entró en él fuertemente, gimiendo tan alto, como nunca antes lo hizo; al no haber “preparado” a Bill, era aún más estrecho.
Más excitante…
Lloraba, pensando si esa fue la mejor opción. Y qué importaba, si ya lo había hecho.
Embestía el otro cuerpo rápidamente… el cadáver se movía como si se tratase de un muñeco de tela.
Sólo era una persona sin vida…
Siguió embistiéndolo hasta que se corrió. gritando el nombre de su gemelo. Salió de él sin cuidado alguno, viendo cómo salía su propia esencia de aquel cuerpo, que si estuviera vivo, seguramente, llevaría su mano allí y disfrutaría de él. Recordar aquello hizo que Tom llorara más fuerte… ahora se estaba arrepintiendo de haberlo hecho.
Se vistió y vistió a su hermano. Lo hizo a un lado para acostarse él. Se acerco a los labios del contario para besarlo, pero no lo hizo. Se acordó de cuando se besaban con los ojos abiertos, para poder verse en cualquier momento. Él quería repetirlo, por última vez. Con mucha delicadeza abrió los parpados de Bill, encontrándose con un par de ojos iguales a los suyos, pero sin vida. Lo beso, metiéndole la lengua. Y viéndole a los ojos….
-Te amo, gracias por todo, mi amor – susurró lentamente después de separarse.
Puso la mano de Bill alrededor suyo, y él hizo lo mismo con la suya. Y con la otra mano agarro la misma pistola de antes, y se disparó… No supo si sus ojos quedaron abiertos, como los de Bill, o cerrados.
“Espero que estemos juntos, en dónde sea, pero contigo”- pensó antes de morir.
Las almas gemelas, nunca mueren…