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Una promesa por danyleo

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Notas del fanfic:

--¡Doctor, doctor! Cuando me emborracho veo policìas vestidos de rojo...

--¿Y no ha visto a un psicólogo?

--No... Puros policías vestidos de rojo...

Notas del capitulo:

:p

Una promesa

 

--¿No hay ninguna manera?

 

--Lo siento, no la hay...--Respondió Musashi mientras su mano sangraba a causa de la presión ejercida de sus dedos.

 

Kurita lloraba desconsolado. Esa noticia había detenido el tiempo para los tres.

 

Hiruma parecía inmutable, con sus ojos verdes viendo el atardecer. Pero dentro de sí, quiso gritar, disparar e insultar al moreno. ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué la vida le estaba poniendo esta prueba?!

 

Ninguno dijo nada, sólo se podían oír los sollozos del hombre de línea. Todo se estaba derrumbando para ellos. Kurita no lo resistió y salió corriendo para ir al lugar que siempre iba cuando estaba asustado o triste. Dejó solos a sus compañeros, ya ellos arreglarían sus cosas.

 

--El maldito gordo no lo soportó...

 

--Lo siento mucho por Kurita, es demasiado bueno... Su corazón es muy noble, pero la realidad es muy dura.

 

--Conseguiré el dinero con el director...

 

--Ya te dije que no lo aceptaremos.

 

--¡Maldición!-Explotó el rubio--¡¡MALDITO VIEJO!! ¡¡TE ODIO!!-Sentía la furia correr por sus venas.

 

--Hiruma...--Musashi estaba atónito, jamás había visto esa mirada.

 

--¡Maldito! ¿Qué debo hacer?-Su vista se nubló--¡Dime!

 

--Perdóname...--Susurró Musashi. Un dolor se instaló en su pecho-Perdóname Hiruma...

 

--...--El quarterback no respondió, bajó la vista y su cuerpo se tensó. Un leve temblor se apoderó de él, y aunque quisiera evitarlo no podía. Un sollozo casi inaudible sorprendió al castaño.

 

--Hiru... ¿Estás bien?

 

Vio una lágrima descender por la blanca mejilla. ¿Hiruma estaba... Llorando?

 

--Hiruma...

 

--Vete maldito viejo... Vete...

 

Al ver que Musashi no se movió, apretó la metralleta que tenía. Quiso matarlo pero sabía que era un arranque y no lo haría. No deseaba que lo viera así.

 

--¡¿Qué esperas?!-Le gritó levantándose y encarando al moreno, con sus esmeraldas empañadas--¡LÁRGATE! ¡¿NO ME OÍSTE?! ¡VETE! ¡DÉJAME SOLO!

 

--No. Hiruma... No.

 

--¿Por qué?

 

--Porque te amo...

 

El rubio no sabía que decir... Musashi siempre fue su compañero y ahora... Lo dejaría; las palabras del castaño eran ciertas, no las improvisó. Desde que le conoció, fue como si los Dioses le gritaran que ese chico arrogante, demoniaco de cabello teñido era para él. No era la primera vez que lo decía... Por eso Hiruma no hizo nada para callarlo, porque no sabía cómo hacerlo.

 

El castaño se acercó hasta el rubio y lo abrazó, respirando el suave aroma a menta que Hiruma emanaba, gracias a la goma de mascar, y mezclado con su aroma natural, que era tan suave como la fragancia de jazmines. Debía ser fuerte y dejar a Hiruma, dejar sus caprichos, sus insultos, sus disparos, sus arranques de furia y de felicidad, su aroma, su cabello teñido y encrespado, sus ojos verdes rasgados... Todo... Debía dejar todo de Hiruma atrás, pero no era fácil.

 

--Suéltame maldito viejo...--Le amenazó Hiruma sin moverse, porque a pesar de todo, el contacto del más alto, era como un imán. No pudo resistirlo, lo necesitaba como respirar.

 

--Hiruma... Te amo... Lo sabes...--Le dijo mientras lo veía de frente-Aún así debo irme... Perdóname...

 

Sin más, lo besó, igual que la primera vez. Fue suave, apenas un toque, pero para el rubio, fue una amarga despedida y una llamarada en su corazón. Soltó el arma y esta cayó al suelo, haciendo ruido, pero no les importó. Quería prenderse al cuello del pateador y besarlo hasta acabarle los labios, pero sus manos no respondían, porque su cabeza era un caos. Respondió el beso, de la misma manera que el otro, despacio, como queriendo que fuera para siempre. Musashi metió las manos en la cintura de Hiruma, lo pegó a su cuerpo para que notara su excitación. Era adictivo tener al rubio. Bajó las manos al trasero del otro y lo masajeó por encima de la ropa... Ese cuerpo delgado era hermoso, el mejor que jamás pudo tocar, y le pertenecía... Hiruma subió sus brazos a las clavículas del moreno y las presionó porque también comenzaba a excitarse.

 

Se recargaron sobre uno de los escritorios, pero era incómodo, entonces sin separarse, fueron al escritorio del profesor y ahí Musashi abrió las piernas del rubio para acostarlo y seguirlo besando mientras rebuscaba sus pezones.

 

Hiruma besaba a Musashi y seguía apretando sus hombros. El placer que le provocaban las manos de su compañero era demasiado, y sus mejillas se colorearon apenas, ésa era la señal que esperaba el moreno, ahora sí que no se resistiría a nada de lo que hiciera.

 

Desabotonó la camisa blanca del uniforme, y descendió con su lengua para lamer los rosados pezones del quarterback. Se entretuvo con ellos hasta que estuvieron erectos completamente. Luego bajó a su ombligo y buscó desabotonar el pantalón, cuando lo hizo, lo recorrió hasta que lo quitó junto con la ropa interior y los zapatos; Vio al rubio, pero éste seguía sin mirarlo, tenía clavada la mirada en el techo. Musashi se dedicó a lo que debía, tomó el miembro excitado del rubio y lo masturbó con sus manos, observó el sonrojo de su compañero, después acercó sus labios y continuó con su labor; los primeros gemidos de Hiruma se dejaron oír, eran jadeos desesperados y sus largas manos se clavaron en la orilla de la mesa. Musashi continuó. Un dedo llegó hasta la delgada boca del demonio, delineó sus labios y fue atrapado por los filosos dientes; Hiruma se logró erguir y aunque sus piernas estaban sobre los hombros de Musashi, él podía chupar ese dedo que luego iría a otro lado. Una vez que Musashi sintió los espasmos de Hiruma, se detuvo y regresó a la boca del rubio, mientras que recorrió su pecho con su dedo bien lubricado y lo llevó a la entrada del otro.

 

Ese dedo en su intimidad era incómodo, aunque ya lo había hecho otras veces, no era tan seguido. Gimió apagadamente y movió sus caderas contra el dedo del moreno; con una mano se aferró de nuevo a la mesa y con la otra, desabrochó el pantalón del moreno y lo comenzó a masturbar.

 

--Maldito viejo... Métemela ya...

 

--Tranquilo... Me fascina verte así...

 

Hiruma ya no respondió. Siguió enloqueciendo cuando ese dedo tocó su próstata y la estimuló. Quería a Musashi dentro.

 

--Estás desesperado... Eso me gusta de ti... Tus mejillas se ven divinas y tus ojos brillan.

 

--Rápido...

 

Musashi tampoco resistió, la mano de Hiruma le estaba enloqueciendo. Sacó su dedo y lo suplantó por su miembro. De una sola estocada entró y comenzó a moverse; Hiruma se abrazó a su cuello y resistió a gemir. Le gustaba como lo tomaba el moreno, siempre supo satisfacerlo, pero el saber que se iba y no tenía la promesa que volvería, lo hizo sentir dolor. Cerró sus ojos y apretó sus piernas a las caderas del otro, tanto como pudo. Unas lágrimas cayeron en el hombro de Musashi. Él se detuvo, y buscó el rostro del ojiverde.

 

--¿Qué pasa?

 

--Sigue moviéndote maldito...

 

Musashi continuó, pero supo que no estaba bien. Abrazó fuerte a Hiruma y dejó que sus sentimientos lo dominaran. También comenzó a llorar y trató de darle el placer necesario al rubio. Hiruma respondió a su abrazo.

 

--Aaahhh... No quiero que te vayas...

 

--Lo sé... Perdóname...

 

Los movimientos continuaron muy sincronizados y profundos, Hiruma quería que Musashi lo atravesara. Quería sentirlo hasta lo más profundo. Unas estocadas más y Musashi se descargó. Gracias a la fricción cercana de sus cuerpos, Hiruma pudo soltar su semilla también.

 

Sus respiraciones estaban desbocadas. El latir de su corazón era muy sincronizado. Hiruma no soltó al moreno, ni el otro lo soltó a él. Por increíble que pareciese, el demonio estaba mostrando ese 0.01% de humanidad...

 

--Hiruma... No llores... No por la tristeza... Yo quiero que llores por el placer...

 

--Cállate maldito anciano... Tú no sabes lo que pasa...

 

--Lo sé... Pero no puedo evitarlo... Y jamás dejaré de pedirte perdón por esto...

 

Hiruma se soltó al fin. Musashi salió de su cuerpo.

 

--¡No! ¡No lo sabes! ¡Maldición! ¡Juramos ir a la Christmas Bowl, juntos! ¡¿Por qué nos abandonas?!

 

--¡Mi padre me necesita!

 

--¡Él no es importante! ¡Los padres son unos malditos bastardos a los que no les importas!-Unas lágrimas de rabia cayeron en sus mejillas.

 

Musashi lo supo. Hiruma no tuvo una relación precisamente buena con su padre. Sabía del pasado del rubio y por qué era así; lo que lo había orillado a ser un adolescente traficante de armas y controlador, capaz de sacar adelante a un ejército entero sin necesidad de alguien más. Pero él no vivió eso. Su padre fue diferente. Quizás por eso...

 

--Tendré que arreglármelas solo. Ya veré qué hacer con el maldito gordo...--Dijo el quarterback abotonando su camisa y levantándose, dejando que el semen del moreno resbalara por sus muslos.

 

Se puso la ropa y los zapatos. Recogió su arma, pero no volteó a ver al chutador.

 

--Lo lamento Hiruma... Sé por qué me has dicho eso... Pero, no lo comprendo, mi padre es mi padre... Perdóname.

 

--Vete ya. El maldito ese te necesita...--Se paró en la puerta-Yo te esperaré... Porque sé que regresarás... Mis planes nunca fallan.

 

Musashi, que también se había acomodado la ropa, se acercó por detrás, lo hizo darse la vuelta y le dio el último beso.

 

--Lo sé. Confío en que me esperarás... Porque tienes esa mirada... La mirada que jamás se rinde... Y yo hice una promesa. Nos vemos.

 

Musashi se fue.

 

--Yo también te amo... Maldito viejo-Dijo sonriendo Hiruma, mientras caminaba a la bodega a buscar a Kurita.

 

El moreno abandonó el Instituto. Comenzó a trabajar en reemplazo de su padre. Hiruma le dio su apoyo, haciendo que el director los contratara para que la compañía no se fuera a la quiebra. Entonces, se dio cuenta. Hiruma jamás le diría: "Te amo" abiertamente, era imposible, pero siempre existirían las acciones con claras demostraciones que a Takekura Gen le bastaban para saber que Hiruma lo esperaba, que Kurita rogaba por su regreso, y que 13297 horas y 49 minutos después la promesa que hizo, se iba a cumplir...

Notas finales:

¡Oh! Me quedó súper-empalagoso XP Pero es que hay mucho yaoi en esos capítulos. Hay como 8 parejas más esperando por un fic... Y yo lo haré... ¡Concentración al máximo! ¡YA-HA! Una cosita más, éste tiene continuación gracias al anime, en el capítulo donde premian a los 11 mejores...


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