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Lazos por candyxbubbles

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Notas del fanfic:

Awww Estoy nerviosa, nunca había publicado un fic mio ;_;! Hace poco buscaba entre mis escritos y llegué a este, lo edité y decidí compartirlo con uds.
Con cariño,  va dedicado a mi hermana Reiko y a todos quienes me apoyaron y alentaron a publicarlo.

Todos aquellos sentimientos guardados con el tiempo, por miedo a ser lastimado, sin que yo quisiera comenzaban a rebelarse uno a uno, volviéndome alguien vulnerable y frágil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mi vida siempre había sido aburrida y monótona, para aquel entonces aún vivíamos en una fría y húmeda ciudad.

Había oído hablar a mis padres sobre un nuevo cambio de casa, simplemente no me importaba mucho el tema… no creo que sea muy diferente a como lo es hoy.

Siempre viví tan solo.

En la escuela era un chico indiferente, no era muy sociable en realidad.

Con respecto a mi hogar, pasaba solo, mis padres nunca estaban en casa, copados de trabajo, de todos modos estaba acostumbrado a ello.

Odiaba los lugares muy ruidosos, y con muchas personas.

Pensé en algún modo de expresarme libremente, fue así como decidí dedicarme a la música, con mis ahorros compré un bajo y cada vez que tocaba, me sentía como ave volando libremente por el cielo.

 

Nos hemos vuelto a cambiar de casa, igual que otras veces, no creo que sea muy diferente todo.

 

 

 

 

 

 

 

Era un día frío, la nieve se apoderaba de gran parte del paisaje, el humo de las chimeneas perfumaba el ambiente con un olor a leña, era evidente, el invierno ya había hecho notar su presencia.

Los primeros rayos del sol comenzaban a aparecer, atravesando la persiana que cubría la ventana.

 

Estaba despierto hace algún rato, con la mirada clavada en el techo.

Sin mucho interés, escuchaba atentamente cada sonido proveniente de la calle.

Así se mantuvo durante un rato, hoy sería el primer día de su último año escolar, sería como un nuevo comienzo, después de todo era nuevo allí.

Caminó hasta el baño, se miró detenidamente en el espejo, al igual que siempre, su rostro inexpresivo acompañado de grises ojos se reflejaban.

 

A decir verdad, no tenía nada de especial ese día, era como un día cualquiera.

Bajó hasta la cocina para ver si había algo para desayunar, encontró un poco de pan y leche, con eso bastaría.

Tomó el abrigo del colgador y la bufanda junto a el, mientras se colocaba el abrigo abría la puerta.

 

Caminaba con las manos en los bolsillos, estaba bastante resbaloso el piso, por eso andaba con cuidado. Llegó hasta la parada de buses, esperó un rato.

Su aliento se volvía una pequeña nube blanca al salir de su boca, hacía frío.

Cuando llegó el bus subió y se sentó en el último asiento al lado de la ventana, mantenía la vista en la calle, hasta que algo llamó su atención. Un chico un poco más bajo que él, de piel blanca y contextura delgada se sentó a su lado, no le prestó mucha importancia, fijó nuevamente la vista en la ventana, hasta llegar al instituto.

Bajó y aquel muchacho también.

Se dirigió hasta la oficina, para preguntar cual sería su sala y profesor, esperó en silencio.

 

   -Suzuki Akira ¿no? – interrumpió el silencio un hombre de ya bastante edad.

   -Si

   -Sígame por favor

Salieron de la oficina caminando por un largo pasillo, subiendo las escaleras y doblando a la derecha. Los corredores eran blancos con detalles en azul, fuera de los salones de clases habían casilleros.

Se detuvo al ver que aquel hombre se paró frente a una puerta, este la golpeo y entró

   -Disculpe, pero el Sr. Suzuki hará ingreso a clases.

   -OK, adelante y muchas gracias – el más joven entró a la sala mientras el señor que lo había guiado hasta ahí se marchó.

   -Atención clase –alzó la voz el profesor captando la atención de todos los presentes – hoy se unirá un nuevo alumno al grupo, su nombre es Suzuki Akira, espero que lo traten bien –

 

Akira hizo una reverencia mientras escuchaba susurros de jovencitas, alcanzó a escuchar ‘apuesto’ pero no le importó

 

   -Tome asiento por favor junto al Sr. Matsumoto que se encuentra allá al fondo – el profesor se volteó y continuó escribiendo en el pizarrón.

 

Mientras tanto caminaba hasta el puesto indicado, dejando sus cosas a un lado y sacó su cuaderno.

Durante la clase había notado que el chico que tenía al lado de el lo miraba de reojo, lo ignoró por completo y continuó en lo suyo.

   -Bien clase, esto ha sido todo por hoy – el timbre sonó anunciando la hora de recreo – pueden salir.

Todos cerraron sus cuadernos y salieron del salón junto con el profesor, él había decidido quedarse, para qué saldría si de todos modos no conocía a nadie, se recostó en la mesa.

   -Tú eres el chico que vi hoy en el bus- dijo una voz un poco ronca.

El rubio levantó la cabeza mirando de quién se trataba, era su ‘ahora’ compañero de banco y un chico de aspecto familiar –¿Te llamas Akira verdad? – no había duda, era aquel chico del bus.

   -Sí – respondió con un tono seco –

   -Me llamo Takanori, pero puedes decirme Taka o Ruki, ¿y tú? ¿Tienes algún apodo o prefieres que te llamen Akira?

   -Si, tengo uno… Reita,

   -Con que Reita, oye, ¿de casualidad eres músico o algo así?

Akira frunció el ceño extrañado por la pregunta, hasta que vio que el chico apuntaba su cuello

   -Ah ¿lo dices por esto? –Tocó su collar – si, toco bajo hace algún tiempo.

   -¿En serio?, yo toco batería, no soy muy bueno llevo unos cuantos meses

 

Una extraña conexión que aún no lograba explicarse, era algo totalmente diferente a lo que había vivido pero no le molestaba.

Durante el resto del día, Takanori le había mostrado los diferentes lugares de la escuela, algunos chicos conocidos y las listas de talleres que había.

 

Si bien aún no conocía por completo a ese chico, algo especial tenía, su mirada era muy parecida a la de él, junto con algunos pensamientos en común sobre temas, era como si guardara un muy profundo secreto.

 

Con el pasar de los meses aquella conexión se hacía más fuerte, siempre estaban ellos dos. Taka tenía algo parecido a él, no acostumbraba a hablar mucho con la gente  a menos que fuera necesario, le costaba confiar en su entorno, pero con Reita las cosas eran diferentes, se sentía seguro a su lado.

 

Era una tarde de primavera, estaban sentados sobre una mesa comiendo y hablando sobre sus planes para el día.

 

   -¿Qué harás ahora? – preguntó el más bajo.

   -Tengo que ir por mi bajo, lo olvidé en la sala de música –respondió el rubio comiendo lo último que le quedaba antes de guardar el Bento- ¿Y tú?

   -En realidad nada.

   -Bueno, entonces nos vemos en un rato más. Iré por mi bajo antes de que toquen para regresar a clases  - se  levantó de su lugar para dirigirse a la puerta –

   -Vale

Una vez que el más alto abandonó el lugar, Ruki tomo sus cosas, las guardó y se sentó en su puesto. Se tiro sobre la mesa y estuvo así durante unos minutos hasta que una bola de papel aterrizó en su cabeza.

Se levantó  y vio a Nakamura, un chico de aspecto macizo, alto y cabello negro era uno de los chicos más problemáticos y busca pleitos del salón.

 

   -¿Qué quieres? – dijo

   -¿Ya te abandonó tu noviecito? –preguntó en un tono burlesco acompañado de una sonrisa socarrona

   -No es mi novio, ¿y qué te importa a ti? –preguntó desafiante

   -¡Uy! el pequeño Taka se puso agresivo ¿eh? –caminó hasta donde se encontraba Ruki apoyando ruidosamente sus manos sobre la mesa de este – No me desafíes enano – lo tomó por la camisa levantándolo de su asiento mientras lo miraba a los ojos, no podía hacer nada, era bastante más alto que él y le ganaba notablemente en fuerza – Qué lindo rostro enanin, lástima que no se verá igual en unos minutos más –dijo empuñando una mano y levantándola con la intención de golpear el rostro del menor. Taka solo cerró los ojos esperando a ser golpeado.

 

   -Suéltalo…- una voz conocida le hizo abrir los ojos –Akira..

   -Mira, llegó tu novio a defenderte –volteó para mirar a Reita- ¡¡Qué tierno!! ¿Qué harás si no? –lo desafió

   -Dije que lo sueltes idiota…-dijo por segunda vez.

 

Soltó al castaño haciendo que cayera sentado a su puesto mientras se acercaba al rubio quién no le quitaba la vista de encima

   -¡Qué linda pareja hacen! – Dijo con un tono sarcástico-, me dan asco.

 

Ya bastante irritado Akira lo tomó de la misma forma que tenía a Taka hace unos segundos atrás acorralándolo contra la pared mientras le propinaba un fuerte puñetazo en la nariz haciendo que este cayera de rodillas al suelo con una mano en la cara y rastros de sangre en el piso, su miraba reflejaba un profundo odio.

 

   -Conmigo no te metas idota – tomó otra vez su bajo y fue hasta donde estaba Ruki                                                                     

   -¿Estás bien?

Aún sorprendido por lo que había ocurrido hace unos instantes atrás, nunca había visto a Reita comportarse de esa manera.

   -S-si gracias.

 

No sabía que lo había impulsado a hacer eso, sentía la necesidad de proteger a ese chico, quién había sido su único amigo en mucho tiempo.

 

En lo que quedaba del día ambos se habían mantenido callados, el rubio parecía algo pensativo, ante lo cual Takanori no quiso interrumpirlo.

 

Durante el trayecto del bus, al fin del día, el castaño quiso romper el silencio.

   -¿Por qué lo hiciste? –Preguntó al fin-

   -¿eh? ¿Qué cosa? – Dijo Akira algo confundido

   -Defenderme, hubieras dejado que Nakamura me golpeara…

 

Se había quedado sorprendido por la pregunta, ciertamente ni él sabía porque, simplemente sintió la necesidad de protegerlo.

 

   -Por que somos amigos ¿no?

   -Si…-

 

Bajaron en silencio del bus, esperaron hasta que diera la luz verde para cruzar, habían llegado a la esquina que los separaba.

 

   -¿Tienes algo que hacer? – preguntó Ruki

   -No, es viernes -

   -¿Quieres venir a mi casa? -

   -Bueno, no veo porque no-

 

Caminaron hasta donde vivía Ruki, durante el trayecto hablaron de distintas cosas del día.

Una vez llegaron a la entrada de los departamentos subieron las escaleras hasta llegar al del menor. Ruki abrió la puerta, se quitaron los zapatos y fueron a la habitación de este.

   -¿Tienes hambre? – le preguntó a Akira mientras dejaba su bolso sobre la silla del escritorio.

   -No mucha

   -Iré por algo de comer, espérame aquí – Ruki  salió de la habitación en dirección a la cocina dejando al rubio solo ahí.

Miraba cada rincón del lugar, había estado antes ahí pero siempre había algo nuevo que ver, le extrañaba que siempre estuviera solo.

Miró al velador junto a la cama. Había un pequeño marco con una foto de ellos, se la habían tomado en un a competencia de talentos musicales.

Quitó rápidamente la vista de la fotografía al sentir que alguien se sentaba al lado suyo.

   -¿Te acuerdas de ese día?

   -Si, lo recuerdo

   -Fue gracioso ver la cara de frustración que puso Tanaka-san cuando ganaste la competencia – soltó una pequeña risita

   -Si lo fue …- se miraron y se rieron.

 

Pasaron la tarde viendo algunos conciertos y películas, y hablando sobre la futura banda que formarían, con todo esto ya había llegado la noche y no se habrían percatado de no ser por el pequeño reloj de pared junto a ellos.

 

   -Mierda, se me hizo tarde – dijo Akira mirando el reloj – creo que mejor me voy a mi casa.

   -¿Por qué no te quedas?- preguntó Ruki

   -No es necesario que te molestes, además… -fue interrumpido por Ruki-

   -Son las 2:00 am., es tarde…. ¿No recuerdas lo que te pasó hace unos meses por salir solo y de noche?

   -Es cierto… ¿no tienes problemas en que me quede?-

   -No, por algo te pregunté – rió - ¿Es eso un si?

   -Supongo, si no te molesta…-

   -Claro que no –tomó un cojín de la cama mientras se levantaba – Tú dormirás aquí y yo duermo en el sofá o el suelo no sé, de todos modos ambos son cómodos – volvió a reír-

   -No te preocupes, yo duermo ahí si quieres - dijo algo incómodo- no me molestaría.

             Ya te dije que dormirás ahí, y no es nada – caminó hasta el armario para sacar  el uniforme de fútbol que usaba por pijama, lo tiró a la cama y revolvió sus ropas en busca de algo que sirviera de pijama para su amigo –

   -No te preocupes, puedo dormir así

   -¿Hm? –se volteó- mira encontré esta polera y estos pantalones

   -Si, Ah gracias –tomó la ropa, se sentía incómodo, ya era suficiente con dejarlo dormir ahí – es extraño…

   -¿Quién o qué? – lo miró divertido el más bajo

Se dio cuenta que esto último lo dijo en voz alta – N-nada, solo pensaba en voz alta, ignórame –movió la mano

   -Como quieras – arqueó una ceja- bueno saldré para que puedas cambiarte tranquilo- salió de la habitación con su pijama en la mano, dejando al rubio solo para que pudiera cambiarse-

 

Se sentía extraño, Taka se preocupaba mucho por él, cosa que nunca antes alguien había hecho, definitivamente algo especial tenía y había logrado llegar más lejos que nadie. La ropa tenía impregnado su aroma – rió para si mismo-

 

Un estruendoso y cercano ruido acompañado de un apagón lo sacaron de sus pensamientos.

 

   -¿Qué mierda fue eso? – preguntó acercándose a su compañero

   -Ni idea – Reita se encogió de hombros

 

Miraron por la ventana para saber de dónde había salido el sonido y vieron un coche con la parte delantera totalmente destruida e incrustado en un poste de alumbrado público.

 

   -Genial, ahora estaremos toda la noche sin luz – reclamó el dueño de casa-

   -Supongo que no podemos hacer nada más que dormir ¿no?

   -Si – se sentó al lado del bajista soltando un suspiro.

 

Sus siluetas eran delineadas por la tenue luz de la luna que atravesaba la persiana. Se quedaron en silencio unos minutos, uno al lado del otro sentados sobre la cama.

Akira miraba atentamente los ojos del castaño, se había sumergido tanto en ellos que no notó que estaba más cerca de lo que debería estar.

No supo que haría hasta que sintió su cálido aliento en su cara y luego sus labios posarse tímidamente sobre los suyos.

Se había ruborizado completamente, pero solo se limitó a cerrar los ojos y dejarse envolver por aquella exquisita sensación que un simple beso había provocado.

Se separaron unos centímetros, pero aún así sentían la respiración del otro.

 

   -L-lo siento – se disculpó apenado Ruki

   -N-no no importa – dijo Reita, aún sorprendido por lo que acababa de pasar, de seguro era su imaginación, pero no. Allí estaba él y Taka, uno frente al otro.

   -R-Reita … Lo siento en verdad, es que..- simplemente un impulso lo llevó a querer  saborear los formados labios de Akira, algo que hace tiempo había querido hacer

   -No te disculpes, no fue nada…- ahora estaba más confundido que antes, qué era todo lo que pasaba por su mente en ese momento.

   -Reita yo… hace tiempo – bajó la vista hasta el suelo-  había pensado en qué era esto que sentía, al principio creí que era el sentimiento de amistad hacía ti, pero me di cuenta de que no… era algo más, algo que….algo que busqué, contigo, las cosas son diferentes a como eran antes…y... tenía miedo de decirlo por no saber como reaccionarias, Reita yo… T-te amo…- soltó una triste sonrisa- qué patético soy, Dios…-

 

Aquello, todo tan repentino, era exactamente lo que pensaba él, tenía miedo a expresar lo que sentía por miedo a la reacción que pudiera tener, de querer alejarse de él y dejarlo solo, por eso simplemente había sido feliz permaneciendo a su lado como un amigo incondicional.

 

   -Ruki… yo, también…pensaba lo mismo y creo que nunca lo dije por eso, tú  fuiste y eres mi mejor amigo, nunca había tenido uno antes porque mis padres vivían cambiándose de casa, yo soy una persona tímida y reservada… pero contigo todo fue diferente… eres la primera persona que se ha preocupado tanto por mi, y eres lo más importante que tengo ahora en mi vida… -tomó delicadamente la barbilla de Taka levantándola para verlo a los ojos – eres lo único que realmente me importa y por lo cual daría todo……-se acercó y lo besó nuevamente-

Esta vez el beso fue con menos timidez que el anterior, recorriendo más lugares.

Aquello simplemente era algo mágico, no quería que acabara.

Se separaron y se miraron.

 

Durante el resto de la  noche permanecieron juntos, Reita estaba sentado en la cama, mientras que Ruki recostado apoyando la cabeza en las piernas del mayor, quién acariciaba y jugaba con su pelo.

En esta misma posición se quedaron dormidos hasta el otro día.

Ruki abrió lentamente los ojos porque el resplandor del sol comenzaba a molestarle. Miró levantó la vista y vio a Reita durmiendo, quien además lo tenía tomado de una mano.

Sonrió, que tierno se veía así.

Se levantó con cuidado de no hacer ruido para no despertarlo, fue hasta la puerta y salió de la habitación para preparar el desayuno.

Mientras preparaba las cosas pensó en todo lo que había pasado la noche anterior, una enorme felicidad lo invadió, llevó una de sus manos a sus labios tocándolos con el dedo índice.

Una vez que terminó de preparar el desayuno, puso todo sobre una bandeja y fue nuevamente camino a la habitación.

 

‘‘Aún sigue dormido’’-dejó la bandeja sobre el escritorio junto a la cama y se acercó al rubio.

Le corrió los mechones de la cara, se quedó unos segundos mirando a un dormido rubio para luego despertarlo.

   -Reita..-lo llamó despacio sin obtener respuesta - Oye Reita…– volvió a llamarlo en el mismo tono suave que antes, pero esta vez moviéndolo un poco – despierta…

Akira gruñó despacio, segundos después abrió los ojos encontrándose con la mirada del castaño.

   -Hasta que despiertas, eh – le dijo- mira preparé desayuno.

   -Ah, Gracias – Se acomodó para poder poner la bandeja sobre sus piernas.

Que tierno era  su pequeño, por un momento pensó que lo que había pasado había sido producto de su imaginación.-

Taka se acercó dándole un corto beso.

 

 

 

Durante ese fin de semana estuvieron juntos, habían comenzado a salir.

En la escuela eran lo más discretos posible, una que otra vez se tomaban de la mano durante el trayecto a sus casas y se quedaban generalmente en el departamento de Takanori .

 

Habían pasado ya casi 4 meses desde aquel fin de semana, había llegado a su fin el año escolar y se habían logrado graduar, pero aún quedaba el baile de graduación.

 

Eran las 10:00 am, y como de costumbre Reita estaba en el departamento de Ruki, había pasado la noche ahí.

   -Hoy es el baile- dijo el más bajo con desinterés –

   -Lo sé – respondió el rubio de la misma manera-

   -¿Irás? – preguntó - ¿ con alguien?

–se encogió de hombros- invitaciones no faltaron, es más, sobraron, y había una que me la pensé y bueno... le respondí.- miró al más bajo.

            -            ¿Ah sí?- Ok, eso le hizo sentir celos. -¿Con quién?

Akira miraba divertido la expresión que había puesto el castaño al oír eso, lo había dicho con intención, se rió al ver que funcionó.

   -No me haz respondido Suzuki Akira… –su voz había tomado un tono completamente celoso-… y ¿De que te ríes? –

   -De ti – dijo sincero, mientras seguía riendo - ¿No estarás celoso?

Se ruborizó y miro hacia otro lado con los brazos cruzados – No, como crees – le había atinado.

   -Tonto – le revolvió el cabello para luego abrazarlo por la espalda - ¿Qué crees tú que dije?

   - …no lo sé…-

   -Si que lo sabes – lo miró – Le dije que no, porque solo iría con una persona… contigo y lo sabes de sobra –

Se volteó y lo miró de frente- Perdón..-

Simplemente amaba cuando se ponía celoso, se veía tan lindo enojado y más aún, celoso. Se acercó y lo besó – hoy cumplimos 4 meses,¿Lo recuerdas?

Ciertamente era extraño que lo recordara, ya que solía olvidar todo, pero eso no lo olvidó.

   -Es cierto, y lo recordaste –

   -¿Cómo podría olvidar algo así?

   -Sueles olvidar todo

   -Esto no, ¿quieres ir a algún lado?

   -¿Lo dices enserio? – Eso lo había alegrado – vamos de co…-Akira lo interrumpió

   -Menos de compras…-agregó con un tono de frustración antes de que el menor  pudiera decir algo

   -Eres malo, ni que fuera tan terrible –se cruzó de brazos –

   -¿No quieres ir al parque de diversiones que me habías nombrado el otro día?

   -¡¡Si!! – respondió animadamente –

   -Ok, es mejor que ir de compras –odiaba los lugares con muchas personas pero como había dicho hace unos segundos atrás era mejor que ir de compras con Ruki y tener que cargar las mil y un bolsas que le tiraba mientras iba por más,  era casi imposible sacarlo de ahí una vez que entraba.

 

Habían salido temprano en la mañana.

Era un cálido sábado de verano, no había mucho tránsito por la calle a esa hora.

Caminaron hasta la parada de buses y esperaron por el.

   -¿Recuerdas que aquí fue la primera vez que nos vimos? – dijo el pelinegro

   -Si, lo recuerdo y después te sentaste a mi lado.

   -Ajá, no sé acostumbraba a sentarme ahí cuando no había nadie y ese día estabas tú, entonces me puse al lado.

   -Ah, así que te quité el puesto ¿ah? Jajaja

   -Algo así –respondió divertido

El bus se detuvo en el paradero y ambos subieron en el, y caminaron hasta el fondo, en el mismo lugar en donde se sentaron juntos por primera vez.

El bus comenzó a andar y Taka se había sentado al lado de la ventana y Akira al lado del pasillo.

Taka miraba por la ventana las casas pasar veloces.

Durante el camino hablaron sobre algunas cosas, para que el viaje no se hiciera tan largo.

Llegaron al fin al parque, bajaron del bus y caminaron hacia la boletería. La fila era larga, ante lo cual Akira dio un suspiro y resignado a esperar rodeó sus brazos en los hombros del más bajo y apoyó la barbilla en su cabeza.

Esperaron unos minutos hasta que la fila avanzó y en poco tiempo hubieron llegado y comprado los ticket.

 

Entraron y una vez allí vieron por donde comenzar.

   -Ya estamos aquí , ¿A dónde quieres ir ahora? – preguntó Akira.

   -Hum no lo sé, te gustan las montañas rusas?

   - vamos si quieres -
Caminaron por el parque hasta llegar a la atracción, nuevamente una gran fila los esperaba, definitivamente tendría que lidiar con eso durante todo el día.

 

Habían pasado la tarde allí, en un rato más el parque cerraría y como última atracción decidieron entrar a la mansión encantada

 

   -Vamos Reita, entremos –tiraba de un brazo al recién nombrado-

   -Está bien – soltó un suspiro y entró junto con él.

 

Todo estaba oscuro ahí, una tétrica cancioncilla sonaba de fondo, junto con una extraña risita.

Akira caminaba tranquilamente hasta el momento, viendo cada detalle hasta donde su vista le permitía de aquella mansión.

El fuerte sonido del aleteo de un murciélago hizo que Taka se aferrara fuertemente al brazo del rubio, quien reía por la actitud de su ‘valiente’ pequeño.

 

   -¿No que no te asustabas eh? –se burló mientras le desordenaba el cabello a Takanori

   -No me asusté, solo te tomé del brazo – se defendió.

   -Si claro, cómo diga usted señor Matsumoto.

 

Siguieron caminando por el largo y oscuro pasillo, de vez en cuando salía alguien y Taka por poco iba arriba de Akira, quien, más que asustarse, iba con ataque de risa al ver lo valiente que era su pequeño.

Ya afuera de la atracción Akira seguía con ataque de risa mientras que Ruki trataba de recuperar el aliento ya que a último minuto había salido corriendo de ahí.

Ya al final del día, tomaron unos helados y se fueron como de costumbre a la casa del menor.

 

   -¡Hoy fue un día genial!-dijo Ruki animadamente tomando al rubio de un brazo para que lo siguiera a su habitación- Mira, tengo algo que enseñarte- sacó de un cajón del escritorio un pequeño cuaderno.

Lo puso sobre la cama y buscó unos escritos

   -¿Qué es? – preguntó intrigado tomando

   -Nuevas canciones, se me ocurrieron hace poco y esta fue la última que escribí-

 

Reita tomó el cuaderno y leyó con detención cada palabra escrita en la hoja Pasados unos minutos Takanori lo interrumpió

 

   -¿Qué te parecen?
   -Buenas, y hay unas con mucho sentimiento.

   -Si, estaba inspirado…-rió- ah mira –buscó entre el cuaderno una pequeña hoja doblada, cuando encontró una la leyó y se la entrego – esto es para ti.

 

Akira tomó la doblada hoja y la observó por unos segundos - ¿Qué es?

   -Léelo –

El rubio leyó la hoja, tardó al igual que con las canciones unos segundos, cuando terminó miró a Taka quién lo miraba ..- Feliz cumple mes – dijo el castaño.

Reita se acercó al castaño besándolo lenta, pero intensamente. Este respondió dejándose llevar por el mayor a la vez que rodeaba el cuello del rubio con sus brazos.

Se separaron escasos centímetros para respirar un poco mientras se miraban a los ojos, sobrando las palabras en aquellos instantes.

Volvieron a unir sus labios en un apasionado beso, en dónde recorrían por completo la boca del otro.

Recostó con delicadeza a su pequeño, aún sin dejar de besarse. Pasados unos segundos, bajó de su boca hasta el cuello, otorgándole pequeños y delicados besos. Ruki tenía los ojos cerrados, envuelto en ese exquisito aroma del rubio, mientras sentía los besos que este le brindaba y soltaba pequeños gemidos mientras le quitaban la camisa, quedando así con el torso desnudo.

Con la punta de la lengua delineó el torso de este  y saboreó cada parte de él.

Bajó aún más, hasta el vientre, sin dejar de darle pequeños besos.

Entrelazó una de sus manos con las de Ruki, mientras que la que le quedaba libre la guió hasta los pantalones, bajándolos un poco para continuar con lo que hacía, fue entonces cuando escuchó un sollozo por parte del castaño, quién tenía los ojos cerrados con fuerza, mientras musitó en un tono que parecía súplica ‘¡BASTA!’.

Akira quedó atónito con lo que sus ojos veían, de un momento a otro lo que había parecido agradable para él, se había vuelto como una vil tortura.

Miró su pequeño y lo abrazó mientras sollozaba

   -L-lo siento – se disculpó -

   -N-no, tú no tienes la culpa, discúlpame a mi, por favor –respondió con los ojos húmedos y la voz quebrada.

 

Simplemente se sentía culpable, tal vez se había tomado las cosas muy a la rápida, y el no quería o no estaba seguro

 

   -De verdad lo siento, ¿estás bien? –insistió, quería saber que era en realidad el motivo del tan repentino cambio de estado

   -S-sí, ya te dije que no tienes la culpa, no es que no quiera, lo que pasa es que yo…- un silencio inundó aquel lugar, mientras Reita esperaba nervioso a que continuara.- yo no…hay algo que… n-nunca he hablado este tema con nadie… y… –

Repentinamente una extraña sensación se apoderó del bajista, más solo observaba.

   -Serás la primera persona con la que hablo el tema..-parecía dudoso en continuar hasta que al fin tomo un poco de aire y continuó-..

 

 

 

Flash Back

 

 

Un cuarto oscuro y frío, una silueta se dibujaba en la blanca pared que era alumbrada por la luz de la luna.

Los callados sollozos de un niño sobre la cama inundaban el cuarto.

Por-favor… -se oyó de una débil voz – no…

 

El pequeño mantenía fuertemente cerrados los ojos, mientras eran bañados por lágrimas, aquello lo estaba matando de a poco.

 

¿Por qué? – se preguntaba una y otra vez sin recibir respuesta alguna.
Vamos Taka-chaan – dijo la voz marcando la terminación del nombre- se que te gusta –recorría todo su pequeño cuerpo

P-Por f-favor… ah,–lo tenían sostenido por las muñecas las cuales se encontraban a un costado de su cabeza-… P-para

Detente por favor!! –gritó, pero fue prontamente callado por una cachetada en la cara

-¡Deja de llorar y sé un buen niño!¿ quieres?-tocaba la hombría del pequeño – buen chico eh…


Cada segundo era eterno y sentía como si durara más que el anterior


Recorría cada parte con la punta de la lengua, ya no quería más…

 

Trataba de ahogar cada sollozo que escapaba de su boca, hasta cuando sintió una intrusión que hizo estrujar las sábanas de la cama junto con un gemido de dolor…

 

 

Aquello no había sido más que el principio de una horrible pesadilla que lo destruiría por completo…

 

 

Fin flash back

 

 

Simplemente no podía creer todo lo que  le acababa de contar, tenía una ira enorme en ese momento, se sentía inútil a ver que no podía hacer nada por él,  más que maldecir al padrastro del menor.

 

   -Mi madre nunca estaba en casa, viajaba constantemente, por eso nunca supo lo que me hacía - bajó la mirada con los ojos cristalinos –Cuando cumplí los 9 años mis padres se separaron y llegó él…- todo su cuerpo tiritaba, cada palabra que decía expresaban un enorme dolor – Además le tenía miedo, siempre me golpeaba cuando no quería hacer lo que me decía. . Cuando cumplí  los 16 años,  me vine a vivir  acá, este es un pequeño departamento que mi padre me dejó de herencia, huí de casa... – su vista permanecía en un punto fijo, mirando sus piernas.

                      

   -Por este motivo, comencé a temerle a la gente- le mostró el brazo-  Cada vez que él me tocaba… Me sentía sucio, quería acabar con mi vida..-

Jamás habría imaginado todo lo que había vivido su pequeño, por cuanto sufrimiento había pasado, simplemente en esos momentos la rabia lo inundaba, se giró y le dio un puñetazo a la pared.

 

   -A-ki-ra.. – Dijo el castaño  levantando la vista para ver  al mayor-

   -Este…tipo... ¿Por qué no lo denunciaste?… - dijo, volteándose para verlo nuevamente-

   -Tenía miedo Reita... – Bajó nuevamente la vista ruborizado

Era normal que sintiera miedo, no lo podía culpar. El más bajo se acercó a él abrazándolo, lo tenía apegado a su cuerpo.

   -Gracias…- dijo-por estar aquí cuando más necesito a alguien en quien confiar…

Simplemente se quedó callado, todo este tiempo ocultándolo, por eso los comentarios que le hacía y aquella extraña conexión que había tenido desde el primer día en que lo conoció.

Ya no quería seguir tocando el tema, sabía que era algo doloroso, respondiendo al abrazo, se quedó así, a la vez que un largo silencio inundaba aquel lugar- De nada... – respondió al fin, todo había pasado de un momento a otro, se sentía mal de cierto modo, ya que por lo que había empezado hizo que se pusiera así  - Bueno.. yo, creo  que mejor me voy a mi casa, debes descansar, mañana nos vemos y.. -

El chico  lo interrumpió – No, no quiero que te vayas… por favor…- se acercó al rubio y lo besó mientras que rodeaba su cuello con las manos- quédate, conmigo… no quiero estar solo, no otra vez…-

   -P-pero tú no… -Volvió a ser callado, esta vez fue su dedo índice el cuál puso en los labios de este - ¿De verdad? –Asintió, simplemente lo miró y le regaló una tierna sonrisa, la cuál fue respondida de igual manera-

Se sentó pesadamente en la cama y Taka se puso frente a él, aún sus ojos estaban rojos y húmedos.

Akira le limpió la cara con el borde de sus manos, aún no asimilaba todo lo que había oído.

El más bajo se sentó sobre el regazo  del rubio y lo besó – quiero hacerlo contigo.

 

Akira con su dedo índice delineó los labios de Taka, haciendo que este abriera un poco su boca, lo miraba, no quería que las cosas fueran rápidas ni mucho menos violentas, por lo cual cada movimiento que hacía era con sumo cuidado.

Llegó nuevamente a los pantalones del castaño, lo miró y el asintió cerrando los ojos.

Desabrochó los pantalones y los deslizó con delicadeza por las piernas.

Contempló el cuerpo de su pequeño, era perfecto, y la luz de la luna que entraba por la ventana hacía la combinación perfecta con su pálida y tersa piel.

Un momento después retiro los bóxers del menor. Taka rodeó su cintura con sus piernas, completamente desnudo.

Ruki mantenía los ojos cerrados, sentía la respiración de Reita sobre su cuello, todas las emociones y recuerdos volvían a invadir su frágil mente, intentaba apartar esos pensamientos, no quería que pasara lo mismo que hace unos momentos atrás.

 

Una vez ya expuesto Akira miró a los ojos y le susurró en un tono completamente tierno y sólo para él – prometo que no te haré daño, y si no quieres seguir, puedo detenerme aquí –

   -N-no, estoy bien – respondió le otorgó un pequeño beso en los labios – gracias.

Debía tener mucho cuidado de no ser muy violento, sería muy cuidadoso.

Se había quitado ya también sus bóxers hace algún rato atrás.

Sintió como una de sus manos era tomada por la mano del pequeño, quién saboreaba con ternura sus dedos.

Aquello indicaba que podrían empezar, retiró la mano de la boca del menor y lo besó. Un beso lleno de amor, mientras el castaño rodeaba nuevamente el cuello del rubio con sus brazos.

Acomodó bien al ojinegro, y pasados unos segundos notó como la respiración de Ruki cambiaba a una un poco más prolongada, el primer dedo había sido introducido.

Sabía que su pequeño sentía molestias, pero lo distraía con besos y caricias, esperó un momento a que se acostumbrara a la intrusión, luego vino el segundo y tercer dedo.

 

Cuando ya sintió que estaba listo, se introdujo en su interior con cuidado, tratando de incomodarlo lo menos posible.

Taka se agarró fuertemente a los hombros de Akira, soltando un pequeño gemido de dolor.

   -Tranquilo mi pequeño – trataba de distraerlo, lo besó en los labios y decidió no hacer nada más hasta que se acostumbrara un poco-

   -S-sigue…-escuchó decir a penas a Ruki –

Le hizo caso y comenzó con pequeñas embestidas, que con el pasar de los segundos tomaban un poco más de ritmo.

 

Habían llegado a un punto de unión en donde eran uno, expresándose de la forma más bella su amor esa noche.

Nadie en este mundo podría separarlos jamás, porque su amor era algo que pasaba por sobre todas las cosas.

 

Una última embestida, para terminar la conexión de sus almas.

Jadeantes se recostaron abrazados en la cama, Ruki tenía la cabeza apoyada sobre el pecho del mayor, dándole un último beso antes de que el sueño los venciera. Cerraron lentamente los ojos

 

 

 

Todos aquellos sentimientos guardados con el tiempo, por miedo a ser lastimado otra vez, venían a mí en este momento.

Con cada caricia y beso que me dabas, me golpeaban un sin fin de sentimientos pero ahora sé que estaremos juntos para siempre, así que no tendré que preocuparme de ocultarlos nunca más, porque contigo, Reita, me siento completo…

                      

                                                         

 

Notas finales:

Terminó :c XD Espero les haya gustado D: lo escribí con amorsh u//u!! Cualquier crítica, opinión o lo que quieran lo pueden hacer a través de un review, me gustaría mucho saber qué piensan :3


Cariños *W*!!


                                                    Ichigo.-


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