Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juramento por danyleo

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pin pon es un muñeco muy guapo y de cartón...

Se lava la carita con agua y con jabón...

Se desenreda el pelo con peine de marfil...

Y aunque se dé estirones no llora ni hace así...

Notas del capitulo:

Inagaki sensei lo amo!

Hiruma no llora jamás pero yo quiero que sí!

Juramento

Los Deimon Devil Bats ganaron el partido de revancha contra los Bando Spiders. La ceremonia de elección para el torneo de Kantou, terminó y se estaba premiando a los jugadores más sobresalientes. Pasaron varios y después venían los mejores 11... El equipo perfecto para ganar.

 

Apareció Shin, Akaba, Kakei, y otro más... Como quarterback, apareció Kid. Sena lo escuchó, y junto a Monta, buscaron a alguien que no había dicho nada y era extraño.

 

--¿Dónde está Hiruma-san?-Preguntó Sena.

 

--No lo sé, no lo he visto...--Respondió Monta.

 

 

 

--¿Qué haces aquí?-Le preguntó Musashi al rubio.

 

No esperaba verlo ahí. Supuso que como quarterback estaría en la ceremonia. Sin embargo, el demonio no se sintió con ganas. Prefirió quedarse en el aula del Instituto, contemplando el atardecer dorado. Al fin, que Musashi regresó al equipo y ganaron... Sus sueños de ir a la Christmas Bowl se estaban realizando.

 

Todos merecían descansar después de todo.

 

--Y tú... ¿Qué haces aquí, maldito viejo?

 

--No tengo por qué ir a la ceremonia... Les debo mucho para estar ahí.

 

--Al fin regresaste... Te dije que lo harías, mis planes jamás han fallado.

 

El moreno se acercó por detrás de Hiruma y lo abrazó.

 

--Sigues oliendo a menta y jazmín... No sabes cuánto extrañé el acercarme a tu cuello...

 

--Pero ahora estás aquí... Cumpliste la promesa...--Le contestó el quarterback poniendo sus largas manos sobre los brazos del moreno.

 

Se quedaron un momento así. Disfrutaron de la dulce sensación de estar junto al otro.

 

--¿Contaste el tiempo desde que me fui?-Le preguntó Musashi en el oído, sabiendo que comenzaba a excitar a su compañero.

 

--Cada maldito minuto que pasó...--Dijo Hiruma con dolor en su mirada.

 

--...Te amo...

 

--...Lo sé...--Su voz tembló con esas palabras.

 

--Recuperaré el tiempo que perdí... Te lo juro demonio... Desde ahora, jamás te abandonaré...--Lamió su lóbulo izquierdo, a modo de consuelo, porque sabía que Hiruma, a pesar de ser muy fuerte, estaba derramando lágrimas silenciosas.

 

Nadie jamás vio llorar al rubio. El único que pudo presenciar un evento como ese, fue el pateador. Unas veces por placer, que él provocaba, otras por dolor, y unas escasas por ese 0.001% de humanidad.

 

--Deberás cumplir eso también... Si no te mandaré al Infierno.

 

Musashi rió bajo. Hiruma jamás iba a cambiar.

 

--Empezaré a cumplir desde ahora-Le susurró metiendo las manos por debajo de la camisa.

 

Desabotonó el uniforme y por encima del pantalón comenzó a masturbar al rubio. Jugaba con sus pezones mientras chupaba incitante el blanco cuello.

 

Hiruma intentaba no gemir, pero Musashi era demasiado bueno y él había estado sin atención desde aquella vez que...

 

--¡Aaahhh! ¡Anciano!

 

El pateador supo que su trabajo iba muy bien, comenzó a reír mientras pellizcaba el pezón derecho y creaba un chupetón en el hombro desnudo del rubio.

 

--Tu piel es deliciosa... La extrañé demasiado... Ahora no cuidaré en no dejarte marcas...

 

--Más promesas pero muy pocas acciones... ¡AH!

 

Un apretón en el bulto de su pantalón negro, lo hizo perder la razón.

 

El moreno sentía que su excitación estaba por matarlo; Su pantalón se sentía muy ajustado y sus manos se sentían desesperadas por arrancarle la ropa al otro... Dejó de tocar a Hiruma, quizás pareciese loco pero tenía un plan.

 

Al sentir la separación, el quarterback volteó, buscando a su compañero... Lo vio de pie, recargado contra una de las mesas. Entendía perfectamente lo que quería hacer Musashi y él estaba dispuesto a complacerlo. No en vano esperó tanto para tener al moreno de regreso.

 

Caminó despacio, quitándose el saco verde y los zapatos escolares. Tomó al moreno del saco y se lo quitó, después arrancó la blanca camisa y lo jaló del cuello para besarlo con ímpetu. No importaba si sus labios se desgastaban, quería recuperar todo ese tiempo perdido.

 

Continuaron besándose; Musashi abrazó a Hiruma por la cintura y lo pegó por completo a su cuerpo, sintiendo como sus erecciones se rozaban. Buscó con sus manos el cinturón y lo quitó, después bajó el pantalón por las piernas de Hiruma, y acarició sus muslos, su trasero y la necesitada erección que mostró el rubio.

 

--Mmm... Parece que nadie te ha tocado desde que me fui... Eso es algo que me alegra...

 

--Nadie se atrevió a acercarse y aunque lo hubieran hecho, no hay nadie con tus manos maldito viejo... Ahora son más duras...

 

--Sé que eso te excita...--La otra mano buscó su entrada-Y este dedo va a hacerte sentir la gloria...

 

Metió el dígito en el cuerpo de Hiruma mientras lo masturbaba, y seguía besándolo. Las piernas del demonio comenzaban a fallar, el placer que Gen le proporcionaba era demasiado y el no tenerlo por mucho tiempo, le había pasado factura.

 

--Aaahhh...--Se agarró de los brazos del moreno-Detente... Maldito viejo detente...

 

--Aún no...--Le respondió chupando su cuello y restregando su erección contra la pierna derecha.

 

Hiruma soltó los brazos y liberó el miembro del moreno. Al parecer no fue el único que estuvo inactivo.

 

--Oye maldito viejo... Tampoco tuviste diversión...

 

--Lo intenté una vez... Pero ninguno de los tres supo hacer ni la mitad de lo que tú haces...

 

--¿Con tres?

 

--Dos chicos y una chica, pero estaba ebrio... Después de eso, ya no tuve tiempo de nada, la constructora no me lo permitió...

 

--Entonces necesitas descargarte y créeme que mi boca está aquí para ayudarte...

 

--Eso es lo que he querido oír desde hace mucho...

 

Musashi retiró el dedo del cuerpo del rubio y dejó que se deslizara por su pecho hasta su entrepierna.

 

Hiruma descendió por el cuello y después el pecho, jugó con sus pezones y marcó un sendero hasta su ombligo. Al fin llegó a su destino y la mirada del moreno sobre él era excitante. Se lamió los labios de manera diabólica y sensual, para luego darle una lamida al miembro de Musashi.

 

--Oh...

 

Siguió jugando con la cabeza del pene del moreno y acarició los genitales. Después, comenzó a introducirlo poco a poco en su boca y lo masajeó hasta que los gemidos del otro eran audibles.

 

--Hi...Hi-ruma... Por favor...

 

Hiruma no se detuvo, lo volvería loco.

 

--Quiero que me des lo que tanto quiero...

 

Siguió chupando hasta que la semilla de Musashi rebalsó por la comisura de sus labios.

 

--Hiruma...

 

--Está delicioso...--Se limpió con un dedo y empapó sus labios para después besar a su compañero.

 

Cuando su boca quedó brillante de nuevo por la saliva, ambos cruzaron miradas y Musashi entendió el brillo de los ojos verdes.

 

Hiruma se dio la vuelta sobre el otro escritorio y se inclinó un poco dejando expuesto su trasero.

 

--Hiruma... ¿Qué...significa esto?-Preguntó muy sorprendido.

 

--Te estoy dando la bienvenida por tu regreso...

 

Esas palabras lograron que el moreno se excitara de nuevo. Se agachó y jugó con su lengua en la entrada del rubio. Cuando la sintió dilatada y las piernas del rubio temblaron, sobó su miembro y lo colocó para penetrarlo.

Realizó un masaje alrededor para molestarlo y vaya que lo hizo.

 

--¡Entra ya, maldito viejo!-Gritó excitado y frustrado--¡Entraahh!

 

--Ya está...

 

Comenzó a moverse, tomando las caderas de Hiruma para lograr ir más profundo.

 

El rubio apretó la mesa tanto como pudo; al no estar activo por mucho tiempo, dolía como las primeras veces. El miembro de Musashi se abría paso de forma frenética en su interior y le gustaba pero la posición era muy incómoda para ambos.

 

El moreno decidió sentarse en el suelo y jaló a su compañero para quedar de frente.

 

--Quiero que me domines...--Lamió su cuello y acarició su trasero de forma sugestiva mientras lo penetraba.

 

--Verás quien manda, Musashi...

 

Cuando se sintió listo, el rubio cabalgó de manera salvaje al moreno. Ambos sonreían por el placer, hasta que rozaron la próstata de Hiruma y casi se cae encima de Musashi.

 

Continuaron un poco más, gimiendo desesperados hasta que el orgasmo llegó para ambos, dejándolos sin poder respirar... El cuerpo delgado cayó rendido en los formados pectorales del moreno y se dejó acariciar la espalda.

 

--No duraste mucho-Le dijo Hiruma como sin nada.

 

--No podría hacerlo con ese movimiento de caderas... Eres increíble... Me alegro de regresar... Además tú no dilataste más que yo...

 

--El tiempo no pasa en vano... Vamos a otro lado, aquí cualquier maldito mocoso puede venir...

 

--¿Te da miedo que alguien vea al "Gran Señor H" así?

 

--No, pero sería incómodo y no tengo ganas de esclavizar a alguien... Además, quiero más de ti...

 

--Está bien, creo que es una buena razón... Extraño las maratones que teníamos en ese hotel.

 

--Desde que te fuiste no los visito... Ya es hora de seguir revisando a mis esclavos.

 

Se levantó y buscó su ropa, se la puso y esperó a su compañero. Afortunadamente, el otro no estaba tan desnudo.

 

--Creo que mi camisa quedó inservible, así que sólo me pondré el saco.

 

--Ya tendrás más camisas, mañana iremos a comprar. Vamos, comienza a hacer frío.

 

Salieron en silencio; Musashi iba detrás de Hiruma, observando su cuerpo, había cambiado bastante desde la última vez que lo tuvo, aunque seguía siendo perfecto. Su cuello estaba marcado por dos chupetotes que le hizo minutos atrás, rió por lo bajo y el rubio volteó.

 

--Lo siento... Es que pensaba que soy feliz por regresar a tu lado...

 

--Date prisa maldito viejo.

 

Siguieron caminando, llegaron a un hotel cercano al Instituto. Un hombre de edad mayor los recibió, reconociendo a Hiruma.

 

--Quiero la habitación de siempre.

 

--Se-señor Yoichi... Aquí tiene su llave pero...

 

--¿Tienes alguna pregunta?-Le dijo sonriendo diabólicamente mientras le apuntaba con un arma.

 

--No, no señor. Ojalá disfrute su estancia con su acompañante.

 

--Mira maldito esclavo, si ninguno dice nada de lo que pase aquí, reduciré su deuda en una tercera parte.

 

--Oh no se preocupe señor, lo que usted necesite le será otorgado.

 

El hombrecillo esperaba con ansias esas palabras. Al fin se libraría con mayor rapidez de esa red de esclavos.

 

Fueron a la habitación dorada. Era la mejor que tenía el hotel, y hasta donde sabían era gratis. Hasta la mañana siguiente, nadie pudo localizar a ninguno.

 

Los dos disfrutaron de esa noche juntos, habían esperado lo suficiente para estar juntos de nuevo. Hiruma se durmió en los brazos de Gen, mientras que el otro acariciaba su espalda desnuda. Estaba contento de regresar con sus compañeros y Hiruma. Cumplió la promesa de regresar al equipo gracias a que su padre le ayudó con sus consejos y esa forma de educarlo...

 

Gracias a eso, pudo tener de nuevo la felicidad y cumplir el juramento que le hizo a ese demonio que tanto amaba.

Notas finales:

Pin pon, pin pon...

Ay mi amigo pin pon...

Pin pon, pin pon...

Yo quiero con pin pon...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).