Era la última toma. Todas las miradas estaban posadas en él. Observaban cómo su cuerpo dorado y brillante se movía al ritmo de la música, mientras una lluvia de chispas caía, generando una imagen más que estimulante, de otro mundo. Frotaba sus manos, dejando caer ese polvo mágico. Cantaba esa canción que naturalmente sería un éxito. Sus expresiones eran sin duda irresistibles. Tocaba sus labios de forma sensual, mientras ese sombrero negro cubría la mitad de su rostro. Le hacía el amor a la cámara.
Sí, señoras y señores, por supuesto me refiero a…
-Corten! Muy bien Junsu, esa fue la última.
El delfín, que antes era conocido por su ternura y pureza, ahora se encontraba grabando el video que obviamente cambiaría su carrera, su perfil. Pasaría de ser “el inocente y risueño Xiah”, a “el sexual Xiah”. Esa letra X en su nombre ahora tenía otro uso: un juego de palabras para referirse a su nueva actitud, entre las que se encuentran sexual, sexy, y por qué no el título de su nueva canción: Intoxication.
Junsu salió del set y entró en su camarín dispuesto a cambiarse.
De repente, su celular empezó a sonar. Un mensaje de Yoochun: “Su, ven a casa pronto. Tu ratoncito necesita mimos. Besos”.
-Ay Dios, este Chunnie!- rió para sus adentros, mientras dejaba el teléfono dentro de su mochila.
Junsu comenzó a desvestirse, cuando de la nada una idea brotó de su cabeza, haciendo que una sonrisa pícara se le dibujara en el rostro. Se cerró ese chaleco negro entreabierto en su pecho, y se cubrió con un tapado gris. Se puso sus lentes negros y un sombrero de lana para que no lo reconocieran. Era un disfraz bastante ridículo, pero poco le importó.
Tomó sus cosas, y rápidamente se fue del estudio, intentando no llamar la atención de nadie, escabulléndose por los pasillos, y metiéndose directamente en su camioneta privada.
-¿Y esa ropa, señor?-preguntó su chofer en tono gracioso, mientras lo veía por el espejo retrovisor.
-No es nada, tú solo conduce. Vamos a casa.
Junsu miraba por la ventanilla. Ya se estaba haciendo de noche. Estaba realmente cansado, y de no haber sido por el mensaje de su novio, se hubiera ido directamente a dormir. Pero no podía resistirse a los encantos masculinos de su amante.
-Que la pase bien, señor Kim. Descanse.
-Gracias Joseph. Eso intentaré- sonrió de lado, mientras se bajaba del auto.
Junsu abrió la puerta de la frondosa casa, y apenas entró colgó su bolso en un perchero cercano.
-Yoochun, ya llegué- se anunció, pero no recibió respuesta alguna- Amor, ¿dónde estás?
Empezó a recorrer la casa, y al llegar al living se percató de que una decena de velas prendidas estaban por todos los rincones de dicha habitación. Pétalos de rosa desparramados por el suelo y el gran sillón blanco. En frente, dos copas y una botella de champagne en medio de la mesa ratona. Un aroma delicioso, mezcla de vainilla y jazmín.
De repente, Yoochun aparece por detrás de Junsu, abrazándolo por la cintura, haciendo que este se exaltara.
-Chunnie, ¿eres tú? ¿Qué es todo…
- Shhh, no digas nada- susurró en su oído de forma sensual-Disfrutemos de este momento- tomó su rostro y lo volteó por sobre su hombro para darle un tierno beso.
Junsu se estremeció por completo, un escalofrío recorrió su cuerpo. Yoochun sí que sabía cómo hacerlo entrar en calor.
El delfín se dio vuelta y correspondió a su arrumaco, acercando su pecho contra el del otro.
Yoochun adentró su lengua en la boca de Junsu, logrando sacar un gemido del menor. Sus labios, esos labios color cereza que tantos elogiaban y que eran solo suyos, empezaron a recorrer su cuello, succionando de vez en cuando esa piel brillante, producto de la pintura que le habían puesto en su videoclip.
Yoochun comenzó a desabrochar el tapado de su amado, cuando de repente éste lo frenó.
-Espera- despegó sus labios torpemente, para luego empujarlo suavemente, haciendo que el ratón callera sobre el sillón- Quédate aquí, ya regreso.
Junsu todavía estaba con ese extraño disfraz encima. Ya le resultaba incómodo.
Fue rápidamente a la habitación contigua para quitarse los lentes y el gorro de lana. Otra de sus maravillosas ideas cruzó por su mente. Revisó en su repertorio de CD’s, encontrando en uno de ellos una copia de su propio tema, el cual creyó acorde para la situación.
Mientras tanto, Yoochun servía el champagne sin saber lo que le esperaba.
Pronto Intoxication resonaba por toda la casa. Yoochun no entendía nada, aunque algo sospechaba.
De repente, Junsu apareció descalzo, con el tapado puesto. Se apoyó en el marco de la puerta del living, y miró a Yoochun con lascivia.
-Stroke you like an arpeggio…- cantaba mientras se acercaba al mayor, quien estaba boquiabierto, derramando todo el champagne.
Junsu no caminaba: danzaba, meneando sus caderas, esas excitantes caderas que hacían delirar a Yoochun.
-Su, por favor no hagas la “S line”, porque juro que te…
En un instante, Junsu estaba frente a Yoochun que permanecía sentado, y desobedeciendo a su novio, hizo ese movimiento de cintura que tanto le gustaba. Ya no aguantaba.
-Su, quítate esa bata- pronunció Micky en un tono sumamente fatal a cualquier oyente.
Junsu lo miró lujurioso, sin dejar de menearse, y comenzó a desabrochar ese pesado traje.
-Despacio, mi amor. Hazlo lentamente- ordenó el mayor estirando sus brazos en forma de cruz por el respaldo del sillón.
-Tell me what you want…tell me, do you want me- cantaba Junsu, moviéndose sensualmente, acariciando su piel con la capa que pesadamente caía al suelo.
-Su! Estás…dorado!- se percató Yoochun, ya que hasta ese momento no se había dado cuenta del color de su maquillaje.
Micky pudo apreciar que Xiah estaba enteramente brillante, sus brazos, su pecho apenas visible por el chaleco, su rostro, todo cubierto por ese tono que en algún punto lo excitaba de sobremanera.
-I can touch me…keep in touch me baby- Junsu coló su mano por la parte entreabierta del chaleco, frotándose sus pectorales.
Yoochun quedó extasiado con esa imagen.
-Dígame que quiere que haga. ¿Con qué se quiere ratonear hoy?- no paraba de menearse, tocándose a sí mismo, pasando sus dedos por cada parte de su cuerpo, y logrando desabrochar su chaleco.
-Ven aquí, mi precioso trofeo- refiriéndose a ese color que lo cubría.
Xiah se arrodilló arriba de su regazo, con una pierna a cada lado de las caderas de su amor.
Yoochun lo tomó de la cintura, y comenzó a masajearlo. Luego quitó su chaleco, mientras acariciaba y besaba sus fuertes brazos.
-Kiss and touch me…taste and touch me baby-seguía cantando el delfín.
-Ay, Su…me fascinas tanto- lamía su cuello- Eres perfecto- tocaba sus abdominales bien marcados.
Junsu comenzó a restregar su zona contra la de Yoochun, haciendo movimientos pélvicos a un ritmo perverso, se podría decir.
-¿Así está bien, o quiere que pare señor?
-Ahh…n-no, sigue amor.
Micky lo estaba disfrutando, pero decidió dar un paso más. Desabrochó el pantalón de Su, y empezó a masajear su trasero, haciendo reír a su novio.
-¿De quién es esto, Susu?- apretó más aún su retaguardia.
-Todo tuyo, pervertido- rió el menor, para darle un apasionado beso.
Junsu aflojó los jeans del ratón, y coló una mano a su miembro, que estaba más que despierto.
-Squeeze you baby…let me feel your madness- seguía cantando, mientras lo apretaba casi sin compasión.
-Ahh…ahh…S-Su…que rico…sigue hablando ahh… háblame en inglés…
Junsu continuaba masturbando a su novio de una forma que sólo él podría describir. Pero al parecer la estaba pasando de maravilla.
-Bite and touch me…kill and touch me baby- mordió la oreja de Chunnie.
Es todo, eso fue el detonante para que Yoochun gimiera audiblemente, mientras se remordía. Su miembro estaba muy excitado, su piel se erizaba, y ver a Junsu dorado lo calentaba aún más.
En un forcejeo inocente, Micky tomó del brazo a Junsu y lo volteó, quedando el delfín sentado sobre él, dando la espalda del menor con el pecho del ratón.
Lo tomó por los hombros y comenzó a lamer su espalda. Con cada contacto de su tibia lengua, Junsu se estremecía y jadeaba. Yoochun acarició su pecho delineando un camino hacia la bragueta entreabierta del otro.
Coló su mano en sus bóxers y masajeó su miembro. Junsu emitió un gemido ahogado que fue callado por un húmedo beso que le dio Chunnie dificultosamente por encima de su hombro.
-Ahh…Micky…mmhhh…- jadeaba abriendo aún más sus piernas, y sosteniéndose de las rodillas del mayor.
Yoochun no paraba de besar su espalda, hasta que sintió que ya era el momento de gozar.
Bajó un poco más los pantalones de Xiah, y llevó dos dedos a su entrada.
-Ahhh!- gritó sonoramente el menor, quien tiró su espalda hacia atrás.
Micky lo sostenía del cabello, mientras realizaba tal acción.
-Mete…ahh…otro m-más- pidió desesperado, y encorvado hacia adelante.
El mayor obedeció, adentrando un dedo más, lo cual hizo saltar a Xiah.
Podía sentir como se movían dentro de él, en círculos, de arriba abajo, y abriéndose de par en par.
Cuando el ratón creyó que ya estaba suficientemente dilatado, retiro sus dedos y volteó a Junsu nuevamente, quedando frente a frente.
-Creí que lo haría de espaldas…- suspiró el delfín, que aún estaba agitado.
-Sabes que me gusta mirarte cuando te hago el amor, Su- lo besó tiernamente en los labios, para pasar a su cuello- No te preocupes que vamos a innovar mi amor…con la ropa puesta- rió pícaro.
-Eso es lo que me gusta de ti- esta vez fue él quien lo besó, tomándolo por la nuca.
Junsu desabrochó los botones de Yoochun, acariciando su pecho y mordiendo sus pezones de par en par.
-Ay Susu…te amo tanto- tiraba su cabeza hacia atrás por el placer que estaba sintiendo.
-Chunnie-ah…házlo…
Micky se bajó un poco los pantalones de ambos y se posicionó en la entrada de Junsu.
-Ahhhh!- gimió el menor, cuando el otro ingresó de una sola estocada- Me gusta cuando lo haces así de fuerte…
-Ya lo sé, amor, por eso lo hago- respiró para comenzar a moverse en su interior.
Yoochun posicionó las manos de Junsu en sus hombros, y lo tomó enérgicamente por la cintura, penetrándolo cada vez más.
-Ahh…ahh…ahh… Diooos…ahhhh- Junsu daba pequeños saltos, gimiendo cada vez más ruidoso.
El ratón peinaba los cabellos que al menor se le caían en la frente, producto de las embestidas que estaba recibiendo, y acariciaba su rostro, totalmente enamorado.
-Vamos, cielo…yo se que puedes más…ahhh- lo alentaba el mayor.
-Tranquilo-ahh…que recién empiezo- Junsu levantó un poco su trasero, y se recostó en las piernas de su novio sentado, quedando sus manos colgando estiradas atrás de su cabeza.
Esa posición de noventa grados le fascinó tanto a Yoochun, que aprovechó el vientre y pecho vulnerable de Junsu, para besarlo y acariciarlo con sus manos, mientras se movía a un ritmo espectacular en su interior.
La imagen que provocaba ver a ambos era sumamente erótica. Junsu entregadísimo, con medio cuerpo colgando, dejando que Yoochun le hiciera lo que quisiera y a medio vestir. Sin duda, dejarían boquiabiertos a más de uno.
-Mmhhh Junsu…¿por qué no habíamos probado esta posición antes?...ahhh…- jadeaba el mayor.
-N-No lo sé…ahhh…solo hazme el amor…ahhh
- ¿Eso quieres, mmmhhh?- dijo en tono desafiante el ratón- Voy a darte tan duro que no podrás caminar- rió entre jadeos.
Junsu no pudo evitar soltar una de esas carcajadas particulares que suenan hasta ridículas.
Pronto, y sin preguntar, Yoochun quitó el pantalón de Su con algo de dificultad, y rápidamente posicionó sus piernas en sus hombros.
Salió de su entrada con delicadeza.
-Eh??- alzó la cabeza el otro- No me digas que ya term…aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh!- un grito fue lo que lanzó Junsu cuando sin previo aviso Chunnie lo penetró violentamente.
El menor se tiró para atrás nuevamente.
-¿Ves? Te lo dije…- rió divertido el ratón.
-Esa sí que me dolió, te juro que te…ahhh ahhh ahhh AY DIOOS ahhh ahhh- Yoochun se empezó a mover efusivamente en su interior, logrando silenciar los reclamos del menor- D-Déjame por lo menos terminar de hab-ahhh ahhh ahhh Chunnie…
-Cállate y disfruta, amor mío- bromeó el mayor, mientras le daba cada vez más.
Esta vez Junsu estiró los brazos hacia adelante, los cuales fueron tomados por su novio, que lo incorporó, y bajó las piernas de sus hombros, quedando enfrentados nuevamente.
-Ahhh más Micky…MAS ahhh ahhh ahhh- escondió sus gemidos en un beso efusivo y algo torpe por el desborde de placer que “sufrían” ambos.
-Vamos, amor…ahhh…ya casi- repetía Yoochun de a ratos, jadeando sin dejar de moverse, besando a su amado, tocando su dorada piel, acariciando su rostro.
Junsu se escondió en el hombro del otro, y lo abrazó fuertemente.
-Te amo, Chunnie…ahhh ahhh ahhh AHHHHHHHH!- encorvó su espalda, sintiendo un escalofrío recorrer su columna, y volcó su semilla entre sus vientres.
Pronto Yoochun se estremeció al acabar en el interior de su amado, cayendo rendido sobre el respaldo del sofá.
-Lo hiciste de maravilla- respiraba agitado el mayor- En verdad me has intoxicado, Kim Junsu- sonrió mientras tocaba su pecho para calmar su respiración.
-Suelo provocar esa reacción, querido novio- jugueteó el menor- Ahora, ¿qué te parece si le das a tu dorado trofeíto un baño?
Esa noche la pasaron de maravilla. Se amaban tanto, pero tanto, que el solo hecho de compartir algo, ya sea un baño, una cena, hacer el amor, o simplemente mirarse, los hacía más que felices, especialmente después de todos los problemas que tuvieron que afrontar en el último tiempo, con sus carreras, con sus amigos, con sus vidas.
Por eso, ¿quién dijo que los proyectos solistas no son buenos? De todas maneras, esa canción la había escrito el Junsu pensando en Yoochun, obviamente.
Micky lo tomó en brazos, y lo llevó al baño.
-Inspírame, Chunnie- rió el menor, mientras se cerraba la puerta.
Muchas más canciones surgirían de ese y otros momentos entre el YooSu.