Otro día en la casa de esta pareja, otra noche sentados en el sofá, ambos con prendas ligeras para dormir, el menor tumbado apoyando la cabeza sobre el regazo de su novio. Éste le revolvía distraídamente el pelo mientras observaba absorto el televisor. Otro absurdo programa en la caja tonta, y nada de conversación durante la jornada.
Naruto bostezó y giró el cuerpo completo hacia el de Sasuke, dejando justo enfrente de su mirada el abdomen y cerró los ojos, dispuesto a echarse un sueñecito antes de ir a la cama. Sin embargo su tranquilidad se truncó cuando el chico en el que se estaba apoyando empezó a mover su cuerpo, incómodo, agarró su cabeza de cabello de punta y la levantó, cogió un cojín y lo colocó debajo, en medio de sus piernas y la cabeza.
El rubio se incorporó un poco y quitó el objeto que hacía de almohada de debajo suya y se volvió a poner en la misma posición. Momentos después le volvían a levantar la cabeza y a colocarle el cojín debajo.
El chico se irguió esta vez del todo y girando el cuello miró directamente a su novio, fulminándole.
-¿Qué haces, Sasuke? Si quito la almohada no la vuelvas a poner.
-Naruto -le contestó con gesto sorprendido-, me estabas aplastando al... soldadito con tu cabeza.
-Pero si antes eso te gustaba.
El moreno mostró una de sus sonrisas que el rubio tanto conocía, aunque poco a poco empezaba a olvidarlas, ya que ya no las mostraba tanto, y se acercó lentamente a su oído para susurrarle algo.
-Sí, pero cuando está duro duele.
Sasuke se separó de él y ambos sonrieron, a cada cual una sonrisa más ancha. Naruto lo agarró del brazo, lo levantó de un tirón y se lo llevo corriendo a la habitación.
Una vez llegaron allí el rubio no esperó ni un instante y comenzó a quitarle la parte de arriba del pijama apasionadamente, lo llevaba deseando varios días pero nunca llegaba el momento. Pronto fue el moreno el que se hizo dueño de la situación acostando a su chico bocabajo sobre la cama y tumbándose sobre él.
-Te voy a dar tan fuerte que te voy a dejar sin chakra -le dijo mientras le quitaba los pantalones y los tiraba al suelo.
Una pequeña risa escapó de entre la almohada y sumándose a ella, una leve voz.
-¿Chakra? ¿Qué es eso?
-La energía que te recorre el cuerpo -respondió mientras le besaba las piernas.
La risa se hizo más estridente y llegó hasta tal punto que Naruto se dio la vuelta y le miró a la cara.
-¿Y eso de qué secta lo has sacado?
Sasuke paró en seco con lo que estaba haciendo para acercarse a él y encararle.
-No lo he sacado de ninguna secta, estúpido -contestó en tono de burla-. Proviene del hinduismo y habla sobre los centros de energía del cuerpo.
-Sí, venga ya Sasuke, ¿qué te has fumado hoy? Y lo peor, ¿por qué no me has pasado un poco? -preguntó todavía riéndose.
-¿Eres tonto o te lo haces Naruto? Mira lo que has conseguido. Se me ha bajado la erección.
El rubio se enderezó con una expresión algo triste y arrepentida y comenzó a besar a su novio, sin embargo éste no parecía muy por la labor de continuar.
-Venga vamos Sasuke, yo voy a conseguir que vuelva a subir.
-No, ya no tengo ganas.
El moreno se levantó de la cama, se puso la camiseta del pijama que estaba en el suelo y volvió a ella dispuesto a dormir. A su vez el rubio hizo lo mismo con los pantalones y ambos se acostaron de espaldas el uno del otro.
-Cabezota -murmulló Naruto.
-Inmaduro.
Ambos se durmieron y entre movimientos nocturnos quedaron abrazados. No tendrán sexo, pero algo se querían todavía.