Jaejoong estaba esperando en el hall de entrada del teatro, junto con sus dos amigos Changmin y Yoochun.
-Qué bueno que compraste las entradas con anticipación- comentó el más alto- La verdad no aguantaría tener que formarme detrás de una fila de personas sumamente histéricas, peleándose por un lugar. Aparte, ya están agotadas.
-Tú sabes lo mucho que me gusta la ópera- habló Jaejoong- Y sobre todo si uno de mis mejores amigos está en ella. Por cierto… ¿de qué va a hacer Junsu?
-De Mozart- contestó Micky sonriente- No puedo esperar a verlo personificado así…- se remordió.
De repente, el boletero se hizo escuchar.
-Pasen, por favor. La función está por comenzar. Entradas! Entreguen por aquí sus entradas!- gritaba a la gente que pronto se iba acomodando en una fila para ingresar.
Pronto los tres amigos se formaron.
-Es una pena que Yunho no esté aquí- expresó Yoochun mientras avanzaban lentamente.
-Es mejor que se quede en casa. Cuando salimos su gripe había empeorado- dijo el menor.
-Ahora que lo pienso, ¿no hubiera sido mejor que me quedara con él para cuidarlo?- preguntó Jaejoong preocupado.
-Sí, pero él insistió tanto en que vinieras…
-Aparte, ya es grande- interrumpió Micky- puede cuidarse. Además estaremos ausentes sólo un par de horas.
Los tres amigos ya habían llegado al principio de la fila.
-Entradas, por favor- les pidió el boletero.
-Jae, dáselas- lo despabiló Changmin, ya que el otro seguía pensando en cómo estaría Yunho.
-Eh?... Ah, sí, ya voy- empezó a buscarlas en sus bolsillos. Revisó desesperadamente sus pantalones, su bolso, todo. Algo andaba mal.
-¿Qué pasa, Jae?- preguntó Yoochun confundido.
-N-no las encuentro. Creo que no las traje.
-¡¿QUÉ?! ¿CÓMO QUE NO LAS TRAJISTE?-vociferó Changmin indignado.
-Las dejé en casa, seguramente. Voy a buscarlas.
-¿Ahora? Pero la función está por comenzar, Jae…- contestó el ratón.
-Ya sé, pero si no tenemos las entradas, no podremos ver la obra. Min dame las llaves del auto.
Rápidamente Changmin buscó en su gran bolso, en el cual siempre llevaba de todo.
-Toma- se las entregó de mala gana- pero apúrate.
-No te preocupes, volveré pronto- salió corriendo el mayor.
Subió al lujoso auto oscuro que estaba estacionado enfrente, y aceleró velozmente.
Apenas Jae se fue, Junsu apareció por una puerta trasera, cerca de sus amigos que esperaban que el pelinegro no tardara.
-Psss, chicos…- susurró, a lo cual ellos se dieron vuelta y fueron a su encuentro, apartándose del resto de la gente.
-Su! Qué lindo estás vestido así…- babeó Yoochun.
-Gracias- a pesar de que tenía mucho maquillaje, se lo notaba ruborizado- ¿Dónde está Jae?
-Se olvidó las entradas- comentó Changmin, algo irritado- Fue a buscarlas a casa.
-¿Qué? Eso no es necesario- Junsu estaba confiado- Voy a hacer que los dejen pasar. Ustedes no se preocupen, vengan por aquí.
Pronto un hombre de seguridad que estaba cerca, los detuvo.
.No se preocupe, vienen conmigo- el delfín le guiñó un ojo, y el matón se apartó.
-Guau! Sí que eres respetado- exclamó sorprendido el ratón, mientras entraban.
-Por supuesto, si soy la estrella de este espectáculo- rió el nuevo Mozart.
Pasaron por varios pasillos, hasta llegar al camarín de Junsu.
-Ustedes vayan a sentarse. Ordenaré que los acomoden en primera fila.
-Pero… ¿quién le avisa a Jae que estamos adentro?- preguntó Changmin preocupado.
-Yo lo llamo- Yoochun sacó su celular.
El teléfono sonó tres veces, pero nadie atendió.
-No me contesta, le dejaré un mensaje de texto.
-No te preocupes- lo calmó Junsu- Cuando vea que ustedes no están, seguramente entrará. Aparte tendrá las entradas consigo. Por las dudas, avisaré que lo dejen pasar cuando llegue. Ahora entren y siéntense en las butacas, que el show está por empezar. Vayan por esa puerta…-sonrió.
-Está bien, te vemos en la obra- dijo Changmin yéndose.
Cuando Junsu amagó a irse, algo lo detuvo.
-Su, espera!- Yoochun lo tomó del brazo, haciendo que sus cuerpos estuvieran cercanos, e impulsivamente besó su boca.- Suerte- le deseó para luego salir corriendo detrás de Changmin.
Junsu quedó tambaleante, tocando sus labios sin decir una palabra. Sonrió de lado, estaba sorprendido, ya que Chunnie nunca le había dado un beso tan espontáneo y en público. Un calor inundó su cuerpo.
Pero pronto se dio cuenta de que tenía que prepararse para ir al escenario.
Después, Changmin y Yoochun se acomodaron en la primera fila del gran teatro, adornado con una lujosa lámpara de araña en el techo, pinturas de estilo renacentista en las paredes, palcos decorados con esculturas sumamente delicadas, en fin, un lugar propicio para realizar una ópera.
-Espero que Jae no tarde demasiado- expresó Min un tanto inquieto.
-No te preocupes, llegará- lo tranquilizó Chun.