- ¿Tienes miedo? -le pregunto al notar un ligero temblor en su mano, la cual sujeto firmemente.
- Un poco…pero se que es por nuestro bien -me responde y voltea a verme con sus bellos ojos castaños mientras que una suave brisa acaricia su cabellera negra.
- Que bueno que lo sabes, ya que siempre estaré a tu lado -le recuerdo mientras le dedico una sonrisa.
¿Cómo es que llegamos a este lugar? Es simple…para escapar de una dura realidad; realidad en que la gente nos apunta con el dedo mientras que nos dedican ofensas y críticas, viéndonos con cara de desprecio y solo por amarnos de esta manera. Aun recuerdo los días en que a nuestra casa nos llegaban decenas se cartas insultantes, también recuerdo con dolor las lagrimas que Bill derramaba al ver el contenido de estas, al punto de simplemente ya no abrirlas, solo tomarlas para después quemarlas, en un intento por destruir todo ese dolor que nos provocaban.
Hartos y cansados de tanto acoso, fue que decidimos escaparnos a esta lejana y pequeña playa que solo nosotros conocemos, el mismo lugar en donde por primera vez nuestros cuerpos se fundieron en uno solo.
Ahora nos encontramos a la orilla del mar, sintiendo la cálida arena bajo nuestros pies desnudos y disfrutando de la bella vista que el mar nos brinda.
Bill continua un poco asustado y nervioso, debo admitir que yo también lo estoy, la muerte es algo que a cualquiera atemoriza.
Pero yo prefiero no llamarle muerte, para nosotros es mas bien es el paso a otra vida; vida en la que podremos ser felices y amarnos sin sentir el odio de los demás…para poder ser finalmente libres de tantos perjuicios.
- ¿Estas listo? -le pregunto al notar que el temblor de su mano aun continua, debo decir que en este momento se ve tan hermoso como siempre, su cabello negro y ligeramente alborotado por el viento lo hacen lucir tan bello.
- Un poco nervioso, pero listo -me contesta mientras se acerca un poco más hacia mí.
- Bill…antes de hacer esto, quiero que sepas que te amo -“te amo”…esas palabras quiero que sean las ultimas que le diga antes de irnos de este mundo, y las primeras que le voy a decir en el próximo lugar en que nos lleguemos a encontrar.
- Yo también Tom -me responde mientras me sonríe y me dedica una mirada llena de amor y ternura.
- Lo se Bill…-suelto un suspiro- comencemos -
Tomados de la mano, lentamente empezamos a caminar hasta empezar a sentir como el agua lentamente cubría nuestros pies conforme avanzábamos. A cada paso que dábamos, el agarre de nuestras manos se volvía cada vez más fuerte, sentíamos el miedo lentamente apoderándose de nosotros…pero no vamos a detenernos.
El nivel del agua ya llegaba a nuestras caderas, los nervios comenzaban a hacerse presentes, pero aun así continuaba caminando, sentir la mano de Bill sujetando la mía me daba las fuerzas suficientes para continuar.
Unos cuantos pasos mas y el agua ya estaba al nivel de nuestro pecho, los latidos de mi corazón aumentaban, pero ya no hay marcha atrás…ya falta poco para terminar con esto.
Antes de poder seguir admirando un poco más el bello atardecer que comenzaba a hacerse presente, el agua ya me rozaba la barbilla, nuestras cabezas ya eran lo único que salía a flote. Nuestras manos seguían sujetas, y así estarán hasta el final.
Antes de dar el último paso, nuestras respiraciones seguían agitándose cada vez mas, estábamos muy asustados pero decidimos ignorar esa sensación, nos miramos fijamente a los ojos expresándonos todo el amor y el cariño inmenso que sentíamos por el otro…mas inmenso que cualquier cosa que pueda existir.
- Te amo Bill -vuelvo a recordarle.
- Te amo Tom -me responde con dulzura, aunque su voz se escuchaba un poco temblorosa.
Nos esforzábamos un poco para poder lograr que nuestras cabezas continuaran fuera del agua, y como pudimos, lentamente acercamos nuestros rostros hasta que nuestros labios se encontraron, formando un suave y cariñoso beso…el último beso que nos daríamos en este mundo…hasta que por fin desaparecimos por completo entre las débiles olas del mar…
Todo se ha vuelto oscuro, ya no veo nada, ya no escucho nada…pero se que pronto nos reencontraremos.
¿A dónde llegaremos?...No lo sé, pero no importa si es al cielo o al infierno, porque mientras este con Bill, para mí siempre será el paraíso.
Y de esta manera fue como abandonamos este mundo, por fin seremos felices y nos alejamos de esta cruel realidad, logramos alejarnos de todas y cada una de las personas que nos han hecho daño sin pensar en nuestra felicidad, no sin antes haber dejado escrito sobre la arena:
“Bill y Tom por siempre”