--El maldito enano se ve cansado últimamente... Creo que deberé darles un día de descanso... Aaahhh...--Decía Hiruma cabalgando a Musashi y lamiendo sus labios.
Estaban en el club de los Devil Bats, sobre la mesa. Habían estado platicando sobre el torneo y de un modo desconocido, terminaron teniendo sexo salvaje en el club. El número 11 no resistió el ver las delicadas manos de Hiruma jugando con una bala. El rubio estaba igual, aunque antes muerto que admitirlo, al ver la camisa ligeramente abierta del pecho de Musashi... Sus pectorales marcados en ese ajustado uniforme y su piel bronceada, con ese rostro serio... Exquisitamente seme.
--El chico necesita sentirse libre por unos momentos... Muévete más...--Sujetaba sus caderas al punto del dolor y embestía como desquiciado.
Llegaron al orgasmo al mismo tiempo, cayendo recostados sobre el mueble. Se levantaron y acomodaron un poco la ropa.
--Eh... Hiruma... Yo avisaré a todos del descanso, ve a casa y espérame para cenar. Llevaré algo...
--¿Por qué no voy yo, maldito viejo?
--Eres el quarterback y lo respeto pero ese chupetón en tu cuello y las marcas en tus lóbulos, delatarían sospechas innecesarias...--Le respondió con una sonrisa.
El rubio aceptó y fue a casa, para esperar en condiciones al moreno.
Musashi dio el aviso y todos se retiraron. El número 11 pasó al distrito comercial y levó varias cosas para jugar con su koi.
Sena llegó a casa, feliz de poder descansar por unos momentos. Aún así, una sensación de intranquilidad le oprimía el pecho, pero no sabía por qué.
--Hola, Sena-Le dijo Riku, estando sentado en la cama.
--Riku... ¿Qué pasa?
--Pareces algo cansado ¿Te sucede algo malo?-Un pastelillo de Kariya con té, acompañaba a ambos.
--No... Es que el torneo ya va a iniciar...--Dijo con una sonrisa algo nerviosa-Y ¿Por qué estás aquí?
--Umm... Bueno, quisiera que me acompañaras mañana a un sitio al que quiero ir.
--¿Eh? Claro...
--Te veo mañana temprano. Cuídate y descansa un poco ¿De acuerdo?-Se levantó de la cama y con un cálido beso, se despidió de su novio.
A pesar de ser enemigos en el campo, el amor había aflorado ante la tristeza de Sena, por el reencuentro de Musashi y Hiruma, destruyendo las esperanzas del castaño. Riku era su consuelo.
Instituto Privado Oujou, Campo de entrenamiento de Foot-Ball Americano.
--Lo siento chicos, si buscan a Shin, se fue con Sakuraba a entrenar al monte Fuji.
--¿Con Sakuraba-san?-Preguntó Sena.
--Em... Si. Él tiene el objetivo de igualar a Shin.
--Entonces, vamos Sena.
Ambos chicos emprendieron la marcha hacia el monte. Aunque Sena, iba algo temeroso por el comentario de Ootawara, acerca de encontrar un oso.
Llegaron corriendo hasta allá; Sólo que en algún momento, Riku se separó de Sena y el castaño se perdió en la espesura.
Una sombra se dejó sentir entre los árboles, provocando un casi infarto del running back de Deimon.
--¡¡Ah!! ¡Un oso!-Gritó el castaño. La muerte se acercaba.
Las hojas del arbusto se movieron, dejando ver al feroz ser que asesinaría al chico.
--¡¡AAAAAHHHHH!!
El cuerpo de Shin Seijiirou pasó por encima del pequeño Sena, haciendo estremecer aún más.
--¿Shin-san?-Atinó a decir el pequeño.
De pronto, otra persona seguía al moreno.
--¿Ara? ¿Sakuraba-san?
Riku apareció por fin, detrás de Sena, para perseguir a ese par.
Lo cierto era que el rubio y el moreno, acababan de empezar a entrenar, porque llevaba media hora retrasados.
**Una hora antes**
--Shin... Alguien puede... Veeehhh... vernos y...--Jadeaba Sakuraba mientras intentaba cerrar las piernas.
Shin hacía un trabajo excelente masturbándolo. Su pantalón estaba desabrochado y su playera contenía, además de su cuerpo, una gruesa mano que jugaba con sus pezones.
--No hay nadie en los alrededores... Además, con esto se estimula el calentamiento de los músculos. Rendirás mucho en el entrenamiento-Le dijo el pelinegro, chupando su lóbulo derecho-Esta parte de tu cuerpo es exquisita...
--Aaahhh... Ah... N-no...Sh-shin...--El rubio no podía contener sus gemidos-A-acaso ¿No estás cansado? Antes de venir lo hiciste con Takami y...
--Debía dejarlo contento. Tú sabes que es algo exigente en ese sentido.
Si. Así como lo oyen... Digo, lo leen: Shin estableció una relación con ambos chicos. Ambos tuvieron su declaración y compartían al linebacker que era un semental dispuesto a complacerlos.
Más gemidos y algunos gritos, atrajeron la atención de los animales que curiosamente se acercaron y alejaron al ver la escena. El olor los ahuyentaba y ese tipo de actos no les concernían.
**Tiempo real**
Sakuraba corría como descocido tras Shin, pero su cuerpo ya estaba empezando a resentir el acto tan sudoroso y placentero. Shin prometió que rendiría más, pues las endorfinas estimularían sus músculos, sin embargo, nada de eso había sucedido.
--Shin baka...--Lo observó un segundo. Era perfecto, para derretirse.
--¿Ya no puedes?-Le preguntó el linebacker.
--Aún puedo seguir-En su orgullo, no permitiría la derrota.
--Vamos Sena, tras ellos-Le indicó el peliblanco de los Seibu.
El niño se levantó y comenzó a correr con su compañero. Sin embargo, volvió a perderse. Su cabeza estaba perdida, no más que él, claro.
Riku vio por un sendero a los de Oujou y buscó la forma de seguirlos.
Alcanzó, por fin, a los chicos y ellos lo reconocieron.
--Nos estás siguiendo...--Dijo el receptor, soltando los sacos de arena que cargaba--¿Eres de Seibu?
--Si-Contestó jadeante el menor-Son increíbles... ¿Eh? ¿Dónde está Sena?
--¿Dónde estarán todos?-Decía el castaño, buscando con la mirada a alguno de sus compañeros--¡Shin-san! ¡Riku! ¡Sakuraba-san! Creo que me perdí...
Siguió caminando, en espera de un salvador.
La noche comenzaba a caer y el pobre de Sena, no lograba ubicarse.
--Estoy perdido... Todo es tan oscuro... Es mejor que me calme-Sus piernas empezaban a temblar-Y encontrar a los otros...
Un movimiento extraño lo alarmó. Algo se aproximaba a él. Ojalá fuera...
--¿Shin-san?
Un enorme oso se asomó.
--¡¡AAAHHH!! ¡Ahora es uno de verdad! ¡No me comas, por favor! ¡No estoy bueno!
El animal lo comenzó a perseguir hasta dejarlo atrapado. Sena sentía la vida pasar frente a él.
De repente, la sagaz mirada de Shin Seijiirou, atrajo la atención de la bestia.
El de Oujou se quitó la chamarra y dejó caer las pesas que llevaba bajo la ropa. Su musculoso y perfecto cuerpo quedaron al descubierto.
--Shin-san...
El aludido llevaba puesto su guante, para un placaje. La bestia no pudo contra el actual MVP de Japón. Fue muerta por el poder del moreno.
--¿Estás bien?
--Hai...
Encendieron una fogata y Shin continuó ejercitando para no tener calambres. Sena permaneció sentado en un tronco.
--Eres increíble, Shin-san. Estás haciendo este entrenamiento y... Yo no pude seguir tu ritmo. No soy tan bueno como tú, Shin-san.
Le contó acerca de esa molestia en el pecho y el mayor lo comprendió.
--Es el peso de la victoria-Le dijo-Es la presión del equipo.
Le explicó todo sobre eso. Por esa razón se entrena duramente.
--Muchísimas gracias, ahora puedo comprenderlo.
Se quedaron viendo y cuando el castaño preguntó por sus compañeros, Shin respondió que estaban con él y... Ahora, ambos estaban perdidos.
Afortunadamente, el rubio y Riku pudieron encontrarlos y evitar que se comieran al oso.
De regreso a casa, Riku charló con Sena de los consejos de Shin y la información de Sakuraba. Se despidieron en casa del castaño, con un beso tierno.
Sena se recostó en su cama, dispuesto a dormir. Ya vendría en torneo de Kantou y problemas muy difíciles, sin embargo, él confiaría en las palabras de Shin: Con los entrenamientos especiales, nada podría fallar.
FIN