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Pequeñas historias SiriusxDraco por Micasse

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Notas del fanfic:

Es el primer fic que hago de esta pareja, espero que les guste.

Harry Potter no me pertenece, hago esto sin fines de lucro.

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Era lo que Draco no tenía por naturaleza. Aunque trataba de aparentar ante los demás todo lo contrario, un Malfoy siempre tiene total dominio sobre sus emociones……Pero cuando Sirius dejaba la ropa mojada tirada en el piso del baño luego de ducharse, esa palabra no existía y todo el control que un Malfoy debía tener se iba por las cañerías.


Televisión:

 

Draco creía que lo muggles no podían hacer nada útil, al menos nada que él necesitara o clasificara como lucrativo. Pero cuando descubrió aquel extraño aparato en el cual aparecían las imágenes de un moreno (Y que moreno!) y un rubio en una situación de lo más excitante, tuvo que aceptar que por esta vez y sólo por esta, podría estar equivocado en su teoría de los muggles. Queer As Folk era lo mejor que había visto en toda su corta pero productiva vida.

 

Maldito aparato Muggle:


A él no le molestaban los artefactos muggles, al contrario, algunos podrían ser muy útiles. Como aquel llamado consolador…si lo habrá usado con su rubia serpiente!…Pero ahora no era  momento para hablar de ese maravilloso objeto, este era el momento de hablar del “Televisor”.

Desde que su Dragón había descubierto en el aparato ese una serie llamada “Queer As Folk” no había momento en el que no la mirara o hablara de ella. Que si Brian esto, que si Brian aquello. No dejaba de decir que el tipejo ese era lo más sexy del mundo! ( A él le gustaba más el rubio, pero eso no se lo diría a Draco ni en un millón de años, no quería recibir una maldición, no gracias).

Esta noche le demostraría quién era mejor en la cama, no podría permitir que un personaje de televisión le ganara en el arte del sexo, él era un Dios!  Ese tonto que ni siquiera le hacía caso al hermoso rubio que tenía a su lado no se podía comparar con él y eso se lo demostraría a su Dragón.

 

Consolador:

 

Los muggles si que tenían una mente pervertida. Acaso era verdad lo que había escuchado acerca de ese aparato? Cómo podían introducirse eso por su lugar íntimo? Acaso estaban locos?!. Está bien que él dejara que Sirius lo penetrara, ya que se sentía maravillosamente,(Aunque no lo admitiera ni bajo Veritaserum), pero otra cosa era dejar que ese aparato entrara en su delicado cuerpo. Era frío, sin chiste…muy diferente al miembro de su pareja, ya que este era caliente, placentero…bueno, se estaba yendo del tema, volvamos a hablar de aquel aparato.

Cuando Sirius compró uno de esos, claramente le dijo que si quería usarlo que lo usara en él mismo, ya que un Malfoy no se podía permitir rebajarse a satisfacer sus deseos con aquel insulso aparato.

Pero cuando éste, en medio de uno de sus salvajes y apasionados encuentros sexuales, lo distrajo con besos, caricias y lamidas en su pene para luego introducir el consolador en su cuerpo y apretar un botón en el control del aparato que regulaba la velocidad de las vibraciones, haciéndolo gritar como nunca…Draco realmente tuvo que volver a considerar si aquel trasto seguía siendo frío y sin chiste.

 

Compras:


Sirius pensaba que comprar ropa era algo aburrido y tedioso. No le gustaba tener que probarse tantas cosas, él elegía algo y listo, fin del problema.

 

Pero ahí estaba…observando como Draco hablaba con una joven bruja acerca de algo relacionado sobre la última túnica que había salido al mercado. Para después probarse unos pantalones negros, ajustados sobre ese trasero que tanto le gustaba y desfilando para él y todo aquel que se encontrara en el lugar. Viéndose en ese espejo de cuerpo completo, a sabiendas de las miradas que recibía de las brujas y magos presentes. Draco era por sobre toda las cosas un vanidoso.

 

Pero al ver la sonrisa lasciva que la serpiente le dirigió antes de entrar en un probador, no le importó que las personas lo miraran, después de todo el que disfrutaría de ese cuerpo de ensueño solamente era él, Sirius Black.

 

Tal vez acompañaría más seguido a su rubio amante a realizar sus compras…

 

Gato:


Por su mente nunca había pasado la posibilidad de que lo cambiaran por un saco de pelos. No cuando él era un animago que se convertía en un hermoso perro negro.

 

Pero lamentablemente descubrió que aquella idea no era tan descabellada, al ver a Draco acostado en el sofá con su nueva mascota peluda. La que tanto había insistido en comprar la última vez que fueron al Londres muggle, para visitar a su ahijado. Al principio creyó que su rubio estaba teniendo uno de sus famosos caprichos, pero cuando llegó a la casa, una semana después de la visita, con ese gato a cuestas, se dio cuenta de que no era sólo un capricho más.

 

Pero eso no era lo peor, no señor…lo peor era ver como el maldito gato lo observaba con la burla pintada en sus ojos verdes, mientras rozaba su cara con la de su amante. En ese momento Sirius realmente odió a los gatos.

 

Angustia:

 

Jamás en toda su vida se había sentido de esa manera. Ni siquiera cuando sus padres estuvieron a punto de morir, ese sentimiento había sido tan devastador, con ese dolor en el pecho tan grande. Como cuando se despertó sobresaltado a causa de los gritos de Sirius debido a una de sus pesadillas relacionada con lo vivido en Azkaban.

 

Fue en ese momento en el que decidió que pasara lo que pasara, trataría de hacerle olvidar todo lo que tuviera conexión con ese horrible sitio, así le costara la vida. Porque como que se llamaba Draco Lucius Malfoy Black que no permitiría que Sirius sufriera todas las noches lo mismo. Por algo se habían mudado a la misma casa, para poder velar por el sueño del otro. Estaba seguro que si la situación fuera al revés, Sirius haría exactamente lo mismo por él.

 

Por lo que susurrando palabras cálidas al oído de su pareja, al tiempo en que acariciaba suavemente sus cabellos, logró que el moreno volviera a dormir tranquilo, al contrario que él, que ya no pudo conciliar el sueño otra vez.

 

Celos:

 

Sirius admitía que era una persona celosa, todo el mundo lo sabía. Decir lo contrario a estas alturas equivaldría a ser un hipócrita.

 

Draco era el que mejor conocimiento tenía sobre esa parte de su personalidad, ya que por el sólo hecho de ser su pareja, lo convertía en el blanco más frecuente de ese molesto sentimiento.

 

Él podía sentir celos de aquel estúpido gato, pero en su interior, sabía que Draco no lo cambiaría ni en un millón de años por la bola de pelos esa. Al menos eso era lo que le gustaba pensar…

 

Volviendo al tema en cuestión…Ese sentimiento aparecía más veces de las que le gustaría admitir. Cuando miraban a Draco como si fuera un pedazo de carne, ya que este salía de casa sólo vestido con el pantalón del pijama a recoger el periódico…pero los celos disminuían al besarlo apasionadamente delante de todos esos idiotas sin cerebro, demostrando con el sonrojo de su rubio, que era sólo suyo.

 

Pero cuando hablaba tan íntimamente con Blaise Zabini, dejando a la vista aquella hermosa sonrisa, sus celos se iban a la estratosfera. Esa sonrisa era sólo suya!. Por eso él no tenía la culpa si se le escapaba algún que otro hechizo en dirección al indeseable amigo del rubio.

 

Harry:

 

Desde que eran compañeros de colegio, Draco y Harry no se llevaban muy bien que digamos. Las peleas eran algo cotidiano entre ellos dos.

 

Pero desde que el rubio era la pareja del padrino del niño-que-vivió, esa situación había empeorado considerablemente. Por lo que la sola mención del nombre del moreno con anteojos, significaba problemas para el menor de los Malfoy.

 

Y eso se debía a una simple razón. Sirius, su pareja, su amante, el pulgoso animago…cuando estaba o hablaba con su ahijado, se olvidaba por completo de su existencia!. Algo sumamente incoherente, ya que nadie podía ignorar a un ser tan perfecto cómo él.

 

Y eso quedó completamente demostrado, cuando en la última visita del indeseable-niño-que-vivió, el rubio deliberadamente se puso a hacer pequeños gemiditos al tiempo en que comía un helado de chocolate.

 

Bastaron unos segundos para que Sirius sacara a su ahijado de la casa y lo llevara a rastras a la habitación. Haber si ahora aprendía a no ignorarlo cuando venía Potter. Él era Draco Lucius Malfoy y merecía más atención que Harry Potter. Abrace visto tamaña insolencia.

 

 

 


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