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Mi Tiempo Límite por konaxtakuya

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Notas del capitulo:

Se que no termino aun mi otro fic x'D

pero esque hace poco vi una pelicula y me dejo tan llena de ideas, que me salio este fic.

Disfruten n_n

 

Desde que tuve conciencia, que supe que mi capacidad de vivir era limitada; así como lo era mi tiempo de amar. Jamás utilice las frases “porque a mí” o “pero soy muy joven” a pesar de ser consiente de mi condición. Sin embargo continuamente vi a mi madre llorar mientras decía esas dos frases que solo parecían querer destruir más lo poco que me quedaba de vida.

Nunca me queje del destino que Dios había guardado para mí, es más, siempre pensé que de esa manera seria mejor… yo podría ser feliz en un mundo perfecto, en donde ninguna enfermedad me prohibiera hacer las cosas de las que más disfrutaba, y mis padres, no tendrían que vivir con el peso que la preocupación posaba sobre sus cuerpos, mentes y corazones; mis amigos me jugarían las mismas bromas que suelen jugarse entre ellos… y el amar no sería una emoción tan fuerte que pudiera llevarme a morir.

Nací con un mal al corazón; con el paso de los años yo voy creciendo, pero él no crece conmigo. Los doctores desde que puedo recordar que están diciéndome que mis expectativas de vida no superaran los 20 o 21 años, y que la única forma de salvarme es un trasplante de corazón. Yo soy Takanori Matsumoto, y  ya voy milagrosamente en mi decimoséptimo año de vida… digo milagrosamente porque el número que veces que he estado a punto de morir son más de las que me he encontrado a salvo, pero aun así vivo mi vida y mi enfermedad de manera relajada.   

No fue hasta el último tiempo de mi limitada existencia que quise vivir a concho cada segundo que pasaba de mi vida… quise estudiar para ser alguien, quise tener amigos, quise experimentar todo eso que desde que vi por primera vez la luz sabia en algún momento me seria arrebatado. Así fue como logre convencer a mis padres de dejarme ir al instituto “Toriio”, uno de los más prestigiosos de la cuidad. Ahí conocí a quienes hasta hoy me acompañan y a quien ame hasta que llego mi tiempo límite.

-          ¿Qué harás hoy por la tarde Taka? – me pregunto aquella tarde mi amigo Yuu antes de la finalización de clases.

-          Lo de siempre… mirar como entrena el equipo de futbol – sonreí mientras acomodaba mis últimas pertenencias en mi maletín.

-          … siempre los ves; ya no sé si vas porque te mueres por el futbol o por Reita – sonrió con picardía mientras abría la puerta del aula dejándome salir antes de cerrarla tras de sí.

-          Mmm… - fingí dudar – supongo que es un poco de ambos – dije comenzando a reír estrepitosamente con Aoi captando la mirada extrañada de todos los demás estudiantes que a esas horas volvían a sus casas.

-          Deberías de acercarte más a Suzuki, no perderías nada. Todos aquí sabemos del gran interés que tiene por ti, ¡siempre está persiguiéndote!-  me animo cuando llegamos a las canchas de futbol y nos acomodamos en unas bancas.

-          Nah… - solté mirando fijamente como Reita y Kai corrían por el rededor de la cancha como calentamiento previo.  

-          Dame una sola razón del porque no lo harías… - inquirió con postura interrogante.

-          Pues… por mi enfermedad, ya sabes – espete sonriendo – de solo saber que no podría siquiera besarme porque moriría a causa de la emoción, lo haría asustarse de tal forma que me dejaría antes de siquiera estar conmigo – reí divertido bebiendo de la caja de jugo que había abierto segundos antes. Se hizo un silencio incomodo, en donde no me atrevía a mirar a Aoi ya que sabía que mis palabras le habían herido. Si bien a mí no me dañaba hablar del tema, y hasta lo tomaba con humor, para Aoi era todo lo contrario… tiempo después de entrar al instituto, baje apresuradamente las escaleras en compañía de Aoi; me esforcé mucho, y no pude evitar comenzar a agitarme y ahogarme. Mi corazón de un momento a otro colapso provocando que cayera nuevamente en una crisis que me llevo a la hospitalización. Hasta ese momento  Aoi no sabía nada de mi enfermedad, fue shockante para el enterarse que ella, y hasta ahora se siente culpable de aquella crisis que me tuvo un mes entero fuera del instituto.     

-          No puedo entender cómo eres capaz de bromear con tal cosa. – susurro mirándome fijamente con sus ojos vidriosos.

-          … Aoi ya hemos hablado muchas veces de esto – dije volteándome para quedar frente a él y dejando la caja de jugo a un lado – no es algo realmente importante… no vale la pena ni hablar de ello – hable atrayéndolo a mi cuerpo en un abrazo al notar que las lágrimas habían traspasado las barreras de sus ojos.

-          ¡¡¿Cómo puedes decir cosas tan crueles?!! – exclamo aferrándose a mi cuerpo. Me odie a mí mismo por haber sacado nuevamente el  tema a la luz, odiaba verlo así de afectado - ¡¡¿Cómo puedes estar tan resignado a la muerte?!!

-          Eso es porque lo he sabido desde siempre. Siempre supe que algún día moriría y no precisamente de vejez… y más de alguna ves te he dicho esto, “morir no me preocupa… porque sé que hice muy buenas cosas en esta vida”

-          “como por ejemplo, hacer amistad contigo” – me interrumpió recitando mis propias palabras casi de memoria.         

-          Exacto – sonreí, viendo por fin como una tímida sonrisa se extendía por su rostro

Volvimos a mirar atentamente el partido que ya había comenzado, cuando pude apreciar en un costado de la cancha la mirada de Reita posada fijamente en mí. Al notar que fue descubierto desvió la mirada algo incómodo, para luego volver a mirarme pero esta vez sonreír. Siempre estuve al tanto del interés que Suzuki Akira tenía en mí, como también del interés que yo tenía en él. Siempre, desde muy pequeño, fui uno de los chicos más guapos, idolatrados y acosados de mi escuela… y esta situación, por más que intentara disiparla de mis nuevas experiencias, era inevitable. Siempre fui bien parecido, y siempre fui catalogado como buena persona debido a mis altos niveles valóricos, he de ahí mi popularidad en el instituto.

-          Buenas tardes Shiroyama – escuche la voz de alguien decir a nuestro lado – Buenos días Matsumoto. – fue lo segundo que oí luego de perderme en la encantadora sonrisa de Takashima

-          Buenos días – contestamos al unísono Aoi y yo

-          ¿Cómo han estado? – dijo luego algo nervioso

-          Bien, gracias – respondimos amablemente nosotros.

-          No soy bueno creando situaciones – dijo riendo mientras rascaba su nuca – lo que pasa, es que… en los próximos días estoy de cumpleaños y… bueno, quisiera que ustedes asistieran a la fiesta que todos los años me organizan Reita y Kai – su voz se iba apagando cada vez más mientras hablaba.

-          ¡claro! –exclamo Aoi dándole una palmada en la espalda. El levanto la mirada emocionado hasta Aoi, y luego me miro expectante.

-          P-por supuesto – susurre intentando parecer convencido

-          ¡genial! – dijo entusiasmada Takashima – entonces vemos. Sera mejor que entre a la cancha antes que el entrenador quiera acriminarse conmigo.  – Lo vimos correr hasta llegar al lado de Reita y Kai sonriente.

-          ¿no quieres ir? – pregunto de pronto Aoi

-          … no es eso – susurre

-          ¿entonces?

-          Es que… mis padres – lo mire complicado- dudo que me dejen asistir.

-          No hay problema con eso, yo puedo hablarles – sonrió Aoi con esa tranquilizadora mueca que el solo podía brindarme.

La hora paso lentamente, hasta que se dio por finalizado el entrenamiento del equipo de futbol. Comenzamos a tomar nuestras cosas tranquilamente para salir de las canchas cuando una masculina voz a lo lejos gritaba mi nombre. Voltee extrañado… y fue entonces cuando vi a Reita correr con una enorme sonrisa plasmada en su rostro, agitando una mano y gritándome para llamar mi atención. Le sonreí  y me puse mi bolso al hombro, para luego quedarme parado esperando a que llegara.

-          Te veo afuera – susurro Aoi tomando velozmente sus cosas y saliendo disparado a las rejas del instituto, dejándome solo ahora muriendo de nervios.    

-          ¡Ruki! – oí una vez más la voz de Reita gritar - ¿Cómo estás?- dijo sonriendo algo agitado por la carrera que había tenido al llegar ahí.

-          Bien, gracias – le sonreí acomodando mi bolso.

-          Qué bueno… - sonrió bobamente – Uruha dijo que iras a la fiesta que le estamos organizando

-          Es probable – sonreí ante su notorio entusiasmo

-          Genial – dijo un poco avergonzado por mi sonrisa – eem… ¿puedo?, ¿puedo acompañarte a la parada del autobús? – me pregunto desviando la vista. Reí del nerviosismo.

-          Claro, vamos – dije comenzando a caminar a las rejas. El caminó a mi lado tranquilamente, en silencio, mirando el suelo.  Cuando llegábamos a la salida divise la silueta de Aoi esperándome, le hice un ademan disimulado pero algo desesperado para que viniera a mi lado de inmediato, pero él se negó y en un rápido movimiento salió corriendo calle abajo en dirección opuesta a la parada. Solté un bufido algo molesto.        

-          ¿Qué sucede? – pregunto extrañado Reita

-          N-nada – dije riendo moviendo las manos de un lado a otro. – es solo que Aoi se ha ido.

-          Oh… - susurro pensativo –  ¿se conocen desde hace mucho tiempo?

-          Desde mediados del año pasado, cuando entré a este instituto – dije acomodando un poco mi flequillo

-          Parece ser que se llevan muy bien – comentó intentando parecer desinteresado, sonreí ante su mala actuación.

-          Muy bien… es mi mejor amigo, puedo decirle todo – sonreí melancólicamente

-          Aham… ¿Son muy cercanos no? – pregunto nuevamente.

-          Solo somos amigos, si es eso a lo que quieres llegar – espete de pronto sin querer de manera brusca. Me miro sorprendido por unos instantes. No me tome la molestia de disculparme, me resultaba realmente molesto que no pudiese tener una linda relación de amistad con Aoi sin que el resto de las personas pensase que había algo más entre nosotros.   

El resto del camino permanecimos en silencio, cada uno pensando en quizás que cosas. Por lo menos mi mente estaba ocupada en que aquel día, por primera vez, Aoi había soltado sus lágrimas públicamente al verse afectado por el tema de mi enfermedad… demore mucho tiempo en lograr que al menos me mostrara esas lagrimas a mí, demore otra cantidad de tiempo más en conocer la fórmula para calmarlo, pero ese día, había conseguido estar nervioso y triste al verlo tan vulnerable frente a tanta gente.

“¡¡¿Cómo puedes estar tan resignado a la muerte?!! , eso era… era resignación lo que había experimentado toda mi vida con respecto a mi enfermedad. Desde pequeño me prepare para la muerte… desde la primera vez que vi llorar a mi madre, supe que era yo quien debía mantener tranquila a la gente que de mí se preocupaba… desde que sentí el cálido abrazo de mi padre al despertar de mi inconciencia en un hospital, supe que hasta la persona más fuerte sufría por mí. Por eso siempre intentaba permanecer feliz; para que los seres a mí alrededor lo fueran también… por eso me resigne y nunca me queje, porque todo pasa por algo y porque mi destino era dejar todo concluido para el día en que yo dejase de existir. 

-          … Ruki – escuche el susurro de Reita saliendo repentinamente de mis cavilaciones.

-          ¿Sí? – conteste atento

-          Viene tu bus… - dijo apuntando el bus que estaba frenando  a escasos metros de nosotros.

-          ¡oh!, bien, Adiós – sonreí haciéndole un ademan con la mano en señal de despedida. Estaba con un pie arriba del bus cuando la voz de Reita me detuvo, voltee a mirarlo.

-          ¡Ruki, espera! – exclamo exigiendo mi atención

-          ¿Qué pasa? – dije extrañado.

-          Es que… bueno, creo que ya lo sabes pero no es lo mismo oírlo que otra gente que oírlo de mí mismo – Sonrió.  Sentí un escalofrío recorrer mi columna, sentí mi respiración agitarse, y sentí mi corazón palpitar desaforadamente. Comenzaba a sofocarme, comenzaba a marearme. Disimuladamente busque apoyo en un fierro del bus y continué escuchando lo que quería decirme. - …Me gustas Takanori, me gustas mucho – Sentí mi rostro palidecer, mi corazón se aceleró aún más, mi respiración era entrecortada. Lleve una mano a mi pecho intentando calmar un poco a mi corazón que parecía querer salir de él… comenzaba a asustarme, ¡no podía calmarme!

-          Ahmm… ok – fue todo lo que pude decir con la respiración entrecortada antes de subir por completo al bus y que este partiera, dejando a un confundido Reita abajo. Tome asiento intentando calmar mi respiración, cerré los ojos para no ver como todo daba vueltas a mi alrededor y puse dos de mi dedos en mi muñeca comenzando a contar cuantas pulsaciones tenía por segundo; tenía cerca de cuatro… debía llegar pronto a casa para tomar mi medicamento.        

“…Me gustas Takanori, me gustas mucho”, no sé de qué me sorprendía si ya lo sabía. Pensé en mis sentimientos hacia Reita, pensé en los sentimientos de él hacia mí… y sin duda sería maravilloso tener algo con el… sería tan maravilloso como imposible; ya tenía sufriendo y preocupándose por mí a mis padres, a mis familiares, a Aoi… y a mis amigos más cercanos, ya era suficiente la gente que amaba que sufría por mi como agregar a alguien más a la lista.   

 

Notas finales:

Espero les haya gustado n_n, recuerde que pueden darme criticas reconstructivas :D

Kona ♥


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